Un profe algo dulcero

Hace varios años por cosas de la vida fuimos a vivir un tiempo a provincia, al norte del DF México, es una ciudad industrial, como en todas partes hay de todo tipo de gente, buena, amable, sencilla y uno que otro creído e intolerable, mis papás se hicieron compadres de una amiga de ellos, ella tenía 3 hijas y un varón, un día se dio cuenta que también mis papás se habían hecho amigos de un profesor al que le habían ayudado en cosas de la escuela, este profe ya era mayor, la comadre le confesó a mi mamá que había tenido una mala experiencia con ese profesor, y éste es el relato de ella.

Sabes comadre? me inquieta mucho el que sean amigos de ese señor, cuando yo era chica iba con el en su clase, nos repartía dulces y chocolates, era buena persona y a esa edad creo que yo lo veía como un padre, eso sirvió para que pasara lo que pasó. Una vez, hizo mucho frio en el pueblo, pocos alumnos asistieron a clases, además de que acababa de pasar día de muertos el jueves y el viernes 3 de noviembre casi nadie asistió de mis compañeros, solo fuimos cinco alumnos, esa mañana solo dibujamos, yo tenía 12 años, iba en el grado de tercero, así se acostumbraba en esa época, habían jóvenes de 15 o 17 años en cuarto grado, y ese señor era maestro de tercero, cuarto y quinto, ese viernes por el frio nos dio unos dulces, y como en casa casi no se nos daban porque no había el suficiente dinero, los cuidábamos como si fuera oro puro, recuerdo que mis papás se enojaban cuando llegaba a casa comiendo dulces, y mis hermanos más chicos me los querían quitar, mi papá dijo que si no llevaba para todos me quedara a comerlos en la escuela y no trajera tentaciones a mis hermanos.

Esa mañana el profe nos dio chocolates, estaban deliciosos, pero nos dijo que si terminábamos el trabajo nos podíamos ir temprano a casa, y pues yo no era de las alumnas listas, se fueron dos compañeros, me quedé con otro alumno y una compañera, el profe nos dijo que si queríamos irnos debíamos terminar y nos daría un chocolate de regalo, me apuré y entregue mi trabajo, lo calificaba y me lo regresó porque tenía 3 multiplicaciones mal, el otro niño acabó y se fue, en eso el profe dijo que ya casi era hora del recreo, que si deseábamos salir o quedarnos a terminar, yo por el deseo de los chocolates quise terminar, mi compañera se fue a su casa a desayunar, me quedé con el profe a solas, no me di cuenta que me estaba viendo las piernas, pues las tenía arriba de la silla de enfrente de mí, mis piernas estaban al descubierto, cuando bajaba una pierna dejaba ver mis calzones al profe, en eso me dijo que si no tenía frio, le dije que si, me dijo que por la forma de sentarme parecía que no, me pidió que me sentara bien pues casi podía verme los calzones. Me apené y bajé mis piernas al piso, pero por descuido nuevamente separaba mis piernas enseñándole el interior de ellas al profe, mi vestido no era muy grande, de pie me llegaba a las rodillas exactamente, al sentarme se subía un poco, al poco rato me dijo el profe que si deseaba un chocolate, le dije que sí y me dijo que fuera por él, llegue a su escritorio, me lo dio.

Me lo devoré casi de una mordida, sorprendido me dijo que despacito, me dio risa y seguí con mi trabajo, a los dos minutos terminé y me revisó, me dijo que estaba mal la última operación, me regresé a corregirla y me dijo que si me podía proponer algo, le dije que sí; -Mira, veo que tienes unas piernas bonitas y por lo visto te gusta enseñarlas- Yo me puse roja y apenada. No te de pena, es normal, a tu edad ya casi has de saber lo que es tener novio-
Le dije que no tenía novio, Me dijo que era una niña muy bonita y que pronto lo tendría, pero que debía saber elegir a alguien que trabajara y ganara dinero para vivir bien, me dijo que habían señoras que le limpiaban su casa solo por unos cuantos pesos, y que no deseaba verme asi, limpiando casas por dinero.

Estuve atenta a lo que él decía, en eso llego mi compañera de su casa, pidió permiso para irse pues sus papas se irían a vender y no había llegado su hermana mayor. El profe la dejo ir y me quedé un rato con él, me ofreció otro chocolate, me dijo que si me gustaría tener mas chocolates para llevar a mi casa, claro que le respondí que si, sacó cinco chocolates y los puso en una bolsita de papel, yo por dentro estaba feliz, pero me dijo que solo me pediría una condición, le dije que si, -Déjame ver otra vez tus piernitas y te llevas los chocolates, si?- Un sentimiento de inquietud me hizo aceptar, le pregunté que si me levantaba la falda o como le enseñaba mis piernas.
Me dijo que solo levantara mi falda hasta enseñarle mis calzoncitos, me reí un poco y me enseñó la bolsita de chocolates, luego me dijo -Mira, te voy a poner dos chocolates más si te levantas la falda y te das tres vueltas-
Yo emocionada estaba a punto de hacer un buen negocio, le dije que si pues llevaría chocolates a mis hermanos y hasta a mis papás, por lo menos uno a cada uno, me puse frente a el y me levanté la falda, pero pronto la bajé, dijo: -Noo! Quedamos que te darías tres vueltas con la falda levantada; No seas tramposa- Me levanté la falda y me di tres vueltas frente a el. Dijo:
-Tienes unas bonitas piernas, me dejarías tocarlas si te doy cinco chocolates más?-
Yo emocionada le dije que si, me acerqué a el y metió su mano bajo mi falda, sus manos temblorosas recorrían mis piernas desde la rodilla hasta mi cadera, una sensación deliciosa me hizo sentir calorcito en mis piernas, sus manos estaban calientes y con el frio que hacía se sentía muy bien.

Me dio los cinco chocolates más, me dijo que era una niña muy buena y que no le fuera a decir de nuestro trato a nadie. Le dije que no y me dijo que ya me podía retirar, tomé mi bolsita de chocolates y salí del salón, en el camino no aguanté la tentación de comerme un chocolate, al fin llevaba varios y sobrarían, me comí dos, y luego otro, y otro, estaba a punto de llegar a casa cuando vi que solo me quedaban tres chocolates, mejor antes de llegar me los terminé todos.

Llegó el lunes y esta vez ya habían llegado más niños, pero el profe no había llegado, los niños jugaban y la maestra del otro grupo salía a callarnos, nos dijo que el profe llegaría más tarde, había ido a recoger documentos y no tardaría, dieron las 9 y salió nuevamente a callarnos pues hacíamos mucho ruido, unos niños dijeron que si se podían retirar, ella les dijo que si pero que se fueran a casa y no a otro lugar. Sólo nos quedamos nueve en el salón, llegó la hora del recreo, en eso llegó el profe, nos dio la clase y se acercaba la hora de salir, yo esperaba que me propusiera otro trato pero no me dirigía casi la mirada, dijo casi al final que el que terminara antes de la salida le daría chocolates que acababa de traer. Nos apuramos pero por más que traté no terminé, al parecer nadie terminó, dieron las doce treinta y nos dijo que podíamos salir, yo le dije que si podía quedarme a terminar para ganarme el chocolate, me dijo que si, no había problema. -En lo que acabas voy a dejarle estos papeles a la maestra.- Salió del salón y a los 10 minutos regresó, yo no me imaginé que solo quedábamos los profes y yo, ya eran 12:40 pm, la maestra pasó a despedirse del profe y quedamos allí solos, el profe me dijo que si me habían gustado los chocolates, le dije que si, dijo -Que bien, porque hoy compré más y unos dulces también, Hoy no vas a querer hacer negocios conmigo???-
Le dije: -¿Ahora qué debo hacer?
Me dijo: -Pues si quieres lo mismo que el viernes para que te lleves tus 8 chocolates, le dije que sí. Me dijo "Pues ven aquí"
Me acerqué y me levanté la falda, el con sus manos me acarició las piernas desde las rodillas hasta mi cintura, pero esta vez paso por mis nalgas y sexo sobre el calzón, pero tardó unos instantes más.
Sentí sus manos temblar nerviosamente, me decía que estaba muy bonita y que me quería proponer algo mejor, -¿Quieres?- Contesté que si.
Dijo: -Te quiero dar la caja de chocolates pero solo si me dejas quitarte el calzón y acariciarte más tiempo-
Yo no sabía que quería el profe, solo la idea de tener la caja de chocolates me tenía emocionada, así que acepté. Para esto me dijo -Espérame tantito, debo cerrar la puerta y las cortinas, no queremos que nos vean, o si???-
Regresó junto a mí, me acercó hacia él, metió sus manos bajo mi faldita, acarició mis piernas, subió sus manos hasta mi colita, deslizó sus dedos bajo mi calzón, me lo empezó a bajar, en eso le dije que si ya era todo. Me dijo que otro ratito más, me debía ganar la caja de chocolates completa.

Me acercó a su pecho, me acariciaba las nalgas y mi calzón lo tenía bajado hasta las rodillas, en eso sentí su mano pasar por mi vagina, me separó las piernas un poco pues su mano era grande y no pasaba libre en mi entrepierna, podía sentir su aliento en mi cara, estábamos de frente, luego sentí algo agradable en mi estómago, algo así como maripositas, emocionada, creo que hasta cachonda, luego me dijo que me volteara, me giró haciéndole ponerle mi espalda frente a él. Me seguía acariciando mi vagina, en eso sentí su dedo querer entrar, por instinto alejé mi sexo de su mano, me dijo que me calmara, que mi vagina estaba muy sabrosa y peloncita.

Con la otra mano me buscó acariciar mi pecho, mis senos apenas se empezaban a formar, sentí unas cuantas cosquillas y al oído me dijo que estaba muy bonita y era muy cariñosa, me dijo que si me quería ganar $20 pesos más, los ojitos me brillaron, en mi casa nunca me daban dinero y esta vez tenía la oportunidad de ganarme $20 pesos, mi papá de obrero ganaba $88 pesos a la semana armando bicicletas en la fábrica. Casi sin pensarlo le dije que sí, me dijo que esta vez me haría sentir algo que me iba a gustar mucho, me dejó el pecho, con la otra mano siguió acariciándome mi vagina, sentí que se desabrochaba el pantalón, se acariciaba algo y en eso de repente sentí entre mis nalguitas un pedazo de carne caliente y babeante, me jaló y me pasó ese trozo entre mis piernas hasta que salió del otro lado de mi concha, quise ver qué era eso que me frotaba y que sentía tan rico y caliente, quise ver mi pelvis pero mi falda amontonada no me dejaba ver qué era eso, me hacía para adelante y para atrás, frotaba su fierro entre mi vagina y nalgas, me dijo que si me gustaba, le dije que si, siguió haciéndome eso y ya me tenía mojada entre mis piernas, con la otra mano presionaba su fierro hacia mi vulva, sentí como separaba mis labios vaginales, frotaba mi clítoris y se sentía muy rico.

Me buscó besar el cuello, yo lo disfrutaba, sentía bonito todo lo que me hacia el profe, mi calentura me empezaba a hacer respirar más agitadamente, en eso con sus dedos me empujaba su palo para que entrara la punta a mi vagina, pero no pudo meterlo hacia adentro porque me dolía en cada intento. me pidió que me subiera a su silla, se separó de mí y me subí, mis nalgas quedaron a la altura de su pecho, me levantó la falda y me daba besos en mis nalguitas, con sus dedos me acariciaba la vagina tratando de meterme uno de sus dedos, solo pudo entrarme el dedo chiquito, y a la mitad, me bajo de su silla, jaló un cajón donde guarda sus cosas, me subió en él y me acercó nuevamente hacia su cuerpo dejándome sentir su palo entre mis nalgas, me dijo que me inclinara un poco hacia enfrente, sentí como mi trasero se abría, me separó las piernas un poco más, apuntó su chile en mi vagina, me dijo que si me dolía le dijera, empujó un poco, rápido le dije que si me dolía, se detuvo y solo hasta allí me lo trataba de meter, luego su respiración se agitó más, creo que la mía también, en eso sentí un chorro de su palo salir disparado hacia el frente, una parte quedó entre mis piernas pasando por mi vagina, otra en mi vestido y el resto en el piso, poco a poco se fue calmando, me besaba y me decía que estaba muy bonita y que era muy buena niña con él.

Nos limpiamos, me acomodé la ropa, levantó mi calzón del piso y me dijo que lo lavaría después y me lo entregaría. Me dio mi caja de chocolates y mis $20 pesos, me dio un beso en la frente y me dijo que si deseaba ganarme $50 para la próxima debía dejar que me metiera su palito y me aguantara un poco el dolor. Que ya adentro eso me iba a gustar más todavía. Me despedí y sali feliz con mis cosas a casa. Llegué a casa y me regañaron porque llegué tarde, ya era la 1:45pm.

No le dije nada de lo ocurrido, solo deseaba poder cumplirle bien a mi profe la próxima vez para ganar $50 pesos. Los $20 ganados los guardé muy bien, repartí los chocolates en mi casa y mi profe me dijo que ya no me daría muchos chocolates porque podrían preguntar en mi casa de donde salen tantos chocolates y eso le traería problemas a él.

Al siguiente viernes me preguntó si quería ganarme los $50 pesos, yo emocionada le dije que si, me dijo que me quedara un rato después de clases, así lo hice, la maestra se retiró a su casa, quedamos solos nuevamente, me dijo que me acercara, así lo hice, me abrazó con suavidad, me dijo que era la alumna más hermosa de todas y muy aplicada, eso me gustaba, me dijo que me levantara la faldita, le obedecí, me acarició las piernas y pronto descubrió mi sexo, se estaba excitando otra vez, sus manos temblorosas lo delataban, me dijo que me quitara el calzón, me lo bajé y se lo di, lo guardó en su cajón, me acarició unos minutos el sexo, sentí un fluido salir de mi vagina que ayudaba a que resbalara más su mano, me dijo que tenía preparado un lugar más bonito para que no estuviera de pie, era en la dirección de la escuela, pero primero debía revisar si ya no había alguien allí, salió a ver y regresó, me dijo que saliéramos, nos fuimos a la dirección, al entrar cerró la puerta, me dijo que si alguien llegaba me debía esconder dentro de la bodega y no hacer ruido, esperar y el me diría si ya podía salir.

Había un sillón el cual se convertía en cama, lo acomodó y se sentó en él, me acercó a él y me beso el cuello y espalda, con sus manos me acariciaba el pecho y piernas, llegó a mi sexo y nalgas, mi vagina empezó a producir un líquido vizcosito, sus dedos resbalaban entre mi vulva, me dijo que ya me estaba mojando muy rico yo solita, se desabrochó el pantalón y sentí que sacó su palo, le pregunté que eso como se llamaba, me dijo que era su pajarito, -No los has visto?-
Le dije -Si, pero el de usted es diferente, el de mis hermanos es chiquito, y el de usted es grande y se siente como con pelos-
Me dijo : -Es que cuando crecen los niños a tu edad también les crece el pajarito, y a las niñas les empieza a gustar y juegan con esos pajaritos así como nosotros jugamos, te gusta verdad??-
Le dije que si, . Y no le has dicho a nadie que juegas conmigo?
Contesté que no, Y hoy si quieres que te pague tus $50 pesos? Ya sabes que debes dejar que te entre mi pajarito, te va a gustar mucho, mira voltéate,
Me puse frente a el cara a cara, me levantó la falda, me bajo la blusa y me dejó ver su verga, era peluda, su pene brillaba de lo mojado que estaba, me dijo que si lo quería tocar, lo agarré y lo froté, me dijo que lo acariciara de abajo hacia arriba, con su mano me frotaba la vagina, me dijo que si quería pasar su vagina en mi palito, me subió junto a el, puso mis piernas alrededor suyo, me dijo que me sentara despacito en su palo y que yo lo metiera despacito, me senté en el y por lo abierta sentí que me entró la cabeza de su palo, tuve un poco de dolor, el me empujó un pedacito más, me hizo dar un pujido de dolor, le dije que me dolía mucho, me jaló y entró otro poquito, sentí brotar unas lágrimas, se detuvo unos momentos, sacó un poco su verga, luego la metía hasta donde había llegado, mi vagina se estiraba al máximo, nunca creí que me entrara ese trozo de carne, allí me empezó a coger, supe que era algo prohibido, había escuchado en casa durante la noche esos gemidos en la cama de mis papás, ahora sabía por qué hacían eso, conforme me la sacaba y metía poco a poco iba entrando un poquito más cada vez, hasta que sentí sus huevos posarse en mis nalguitas, a cada embestida que me daba, me fijé y vi como su verga me poseía toda, me penetraba hasta el fondo, me dijo que ya me había ganado mis $50 pesos, y me daría un poco más, por que estaba muy sabrosita, se detuvo y me dijo que me acostara en la cama, me retiró totalmente la ropa, me besó todo el cuerpo, se colocó entre mis piernas y me puso su pene en mi vagina, me lo empujó despacio, el estaba de rodillas y mi cadera en la orilla de la cama, me jalaba hacia el, me penetró y fue un poco mas fácil su acceso, me separaba las piernas con sus manos, se agachaba para besarme los senos, los lamía muy rico, recorría mi vientre con su boca, me decía que cerrara los ojos y lo disfrutara, trataba de cerrarlos pero la curiosidad de ver lo que pasaba me hacía abrirlos, su cara era cachonda, caliente, me imaginaba a mi papá haciéndome eso y me cosquilleaba más la vagina.

Luego de un rato me dijo que allí venia su leche, aceleró sus cogidas, me abrazó de la cadera, sentí que me inyectaba más fuerte algo dentro de mí, cerro sus ojos y gimió muy profundo, me dijo que me había echado su leche, su pene se empezó a poner blandito, me lo metía y solito se salía de mi interior, sentí como escurría algo como atolito de mi cuevita, se me acercó y me dio un beso en la boca, me sentí rara pues nadie nunca me había besado así, saco su pañuelo y me limpió, me dijo que estaba muy agradecido conmigo, que yo era como su novia y que era la favorita de el en la escuela.

Así en esa relación duramos como un año, cumplí los catorce años de edad, siempre me daba dinero, cogíamos una o dos veces a la semana, llegué a ir a su casa, mis senos crecieron mucho más, mi vagina se llenó de pelitos, todo era rico y delicioso pero una vez me paso algo increíble, amanecí en mi cama y a mi alrededor encontré mojado y lleno de sangre, mi regla había empezado, por supuesto me asusté mucho, no fui a la escuela durante esa semana, el profe me vino a visitar y me explicó lo que había pasado, me dijo que ahora si podía embarazarme, le dije que no quería, me recomendó ir a ver al doctor y decirle que me recetara algo para control natal, pero que fuera sola para que mi mamá no me regañara, ese día me trajo mi caja de chocolates, me dejó dinero y se retiró. A la semana siguiente era fin de curso, terminaba la primaria, era mi salida de sexto grado, hicieron fiesta en mi casa, el profe fue mi padrino, ya en vacaciones pidió permiso para que yo fuera a su casa a hacerle el aseo, pues la señora que se lo hacía ya no podía ir, mis papás me dieron permiso, y pues ya se imaginarán, el aseo me lo hacía a mí pero de mis rinconcitos, estaba todo muy bien hasta que un día llegué sin avisar a su casa, yo quería ser cogida esa tarde, me acerqué a su puerta y escuché pujidos y rechinidos de cama, quise entrar pero estaba cerrada la puerta, escuché una voz de mujer, rodeé la casa, me asome por la ventana y vi al profe cogiéndose a otra chica de mi salón, luego vi y ella se bajó de él y le chupaba el pene acariciándolo con la mano metiéndoselo en la boca, él la jaló y la puso con las piernas separadas sobre su cara haciendo eso que hoy sé que se llama un 69, me molesté un poco pero también me calentó ver esa posición, una vez me dijo el profe que quería cogerme por el culito, pero le dije que no, luego se separaron y a ella la puso de a perrito, vi cómo le fue metiendo el pene en su anito, ella se mordía los labios de la boca, pujaba y al poco rato ya la tenía ensartada por el culito, era un verdadero maestro mi profe, mis celos pasaron en un ratito, en eso me dieron ganas de estornudar, según yo lo hice muy bajito, pero el profe me escucho, volteó a verme a la ventana, ella no me había escuchado, solo el, me miró y se sorprendió que lo veía como hipnotizada, me sonrió y me dijo que pasara, no me atrevía pero mi calentura era mucha para ese instante, ella tenía la misma edad que yo, un poco más culona, más morenita y más putita que yo, entré, besé en la boca a mi profe, ella me miró y se detuvo, el profe la calmó, le dijo que era la otra amiga de la que le había hablado, éramos conocidas, ella sudaba de lo caliente, el profe le dijo que me acariciara, ella se enderezó pero el profe no le sacó la vera de su ano, se la seguía cogiendo, me acarició mis senos y entre los dos me quitaron la ropa, me dijo el profe que le besara los senos, pero ella me los chupo primero, dijo que eran deliciosos y duritos, el profe me acaricio la vagina, yo ya estaba muy mojada, él dijo que era muy bueno tener a dos alumnas en su cama aprendiendo a coger delicioso, nos dijo que nos besáramos, al principio no me atreví, pero ella se me acercó, en verdad estaba ella muy cachonda, buscó mis labios y me besó como si fuera un hombre, allí me perdí, el profe se la cogía por el culo, estiré mi mano para acariciarle su sexo, ella también me acarició el mío, besé sus senos, ella me acostó y se colocó sobre mí, el profe tras de ella sacó su pene y la penetró por la vagina, con mi mano sentí como la penetraba, luego se retiró de ella y se arrodilló, puso su pene en mi vagina y me la metió sin dificultad, solo solté un gemido disfrutando sus embestidas, a ella la penetraba con mis dedos, sentí que me venía, nunca había estado tan excitada, aceleré mis movimientos de cadera, el profe me embestía más rápido, un chorro de lubricación salió de mi vagina, era mi orgasmo, me deje desvanecer, luego me retiró su verga, se la metió a ella por la vagina así empinada ella sobre mí, yo lamia sus senos, él se movía rápidamente, ella le dijo que quería la lechita en su culito como habían quedado, cambió de hoyito, la penetro por el ano y se la metía y sacaba rápidamente, el gimió, se estaba viniendo en su culito, redujo la velocidad y le inyectó su esperma en su culito, se separaron, quedaron acostados y a ella le escurría la lechita de su ano como fuente.

Repetimos varias veces más esos encuentros cachondos, en la calle ella y yo no nos dirigíamos la palabra, solo los buenos días y adiós, pero con el profe éramos cómplices de calenturas cachondas. Al cabo de un año después quedé embarazada de mi profe, eso hizo que terminara todo, ella también quedó embarazada, nuestras familias nos enviaron a vivir con unos parientes, pues les dijimos que nos habían violado unos vagos y no los reconocíamos, queríamos proteger al profe. Pero al regresar al pueblo, el ya no nos buscó, ni nos frecuentó, yo sí y me dijo que si nos veían juntos podrían correrlo del trabajo, eso me decepcionó, mi amiga se quedó a vivir en la ciudad, con el tiempo nos casamos, encontré un hombre bueno, me acepto con mi hija, en total tengo 5 hijos, me he reformado y hasta hoy a mis 60 años puedo ver a mis nietos y un bisnieto. Mi profe murió hace 20 años ya, el corazón no le aguantó el ritmo de su sexo. supe que al final aun embarazó a una joven más, y allí fue donde un infarto lo terminó, dicen los vecinos que murió en pleno acto sexual.
Pues bien, sé que esta historia les ha de haber calentado mucho, yo me vine 3 veces al escribir, me metí un vibrador y no saben que delicia. Si hay alguien aquí con quien platicar y que proponga algo muy cachondo con gusto convencería a un amigo (NO a mi esposo) para hacer algo entre tu y yo o los tres. Que tengan bonitos orgasmos.