En mis íntimos deseos y leyendo otras situaciones de maridos sumisos, trate de adaptar este relato en alguien que fuera poco común en cuanto a otras vivencias, este relato es en cierta forma un día típico, básico, sin los detalles sobre sus actitudes de humillación para conmigo
Relato
Un típico día de cornudo
Levantarme temprano, con horario fijo, con tiempo para preparar su ducha, el desayuno y la ropa que usara ese día, dejando después todo limpio y ordenado, no molestarla si ella no me dio un horario de despertarla, esperando y velando sus sueños hasta verla que comienza a remolonear, momento en que suavemente acariciare su cabello para darle un suave despertar, quedándome a su lado a la espera de si ella decide ordenarme algo.
Mientras toma su ducha debo hacer la cama, limpiar la habitación y recoger su ropa de dormir, le encanta quedarse en la bañera y algunas veces su primer café se lo llevo mientras disfruta un baño de sales aromáticas, ella decide si desea conversar o quedarse en silencio, yo deberé estar siempre a su vista desde ese momento, previamente también deberé preparar su mesa de desayuno, con todas las delicias que son de su agrado, ella decidirá usarla o no.
Debo tener siempre listas las toallas para secarla, y su salida de baño perfumada, también cepillare su hermosa cabellera, muy suavemente para desenredarlo, su ropa debe estar ya preparada sobre la cama, limpio y acomodo el cuarto de baño inmediatamente que ella lo abandona, luego si decidió desayunar deberé atenderla en eso, y si decidió cambiarse, ayudar a hacerlo, por lo general todo esto sucede en absoluto silencio, las mañanas para ella deben ser de mucha calma.
Prepara mi lista de tareas para el día, las compras a realizar y si ese día tiene algún evento especial, en ese caso también deberé encargarme de llamar y citar a sus amigas u amantes , mi esposa gusta de relajarse luego de regresar de su oficina, compartiendo momentos de charla y distensión con alguien mas, que por supuesto nunca soy yo, ella decide sus propios horarios, así que los días nunca se repiten uno con otros ,es muy imaginativa para esas situaciones , perolas mañanas si son casi rutinarias, para ella son el momento de reinsertarse en el mundo ya que disfruta sus descansos siempre .
Para el momento en que ella decide salir, la casa debe estar impecable en todos sus rincones, la ropa puesta a lavar y mi tiempo dispuesto a cumplir las tareas que me deje, estas suelen ser variadas, las compras son rutina, las efectúo de la siguiente manera , tengo horario fijo, dispuesto por ella para cada negocio , voy con la lista como suelen mandar a los chicos chicos y encargo todo leyéndola delante de quien me atienda , nunca llevo dinero ,siempre debo decirle al vendedor que lo anote y que mi esposa pasara a pagarle después , situación que aprovechan para reírse de mi o hacer comentarios humillantes .
Al terminar las compras debo llamarla y dejarle en un mensaje que ya termine esa tarea, luego me toca ver al menos dos programas de televisión donde cocinen y enseñen recetas nuevas, para sugerirle nuevos platos a ella, que por semana suele elegir uno de entre todos los que veo a diario, para esto ya suelen ser la 1.30/2,00 de la tarde , hora en que cambio de canal buscando programas de moda , tanto en peinados como en ropa , debiendo darle detalles a su regreso de todo lo que me llamo la atención en forma de sugerencia para que ella use, por supuesto todo lo que vea es grabado para que mi esposa confirme si es real lo que le comento después.
Puntualmente a las 16.30 llega a casa sus tareas de oficina y a las 18 es horario de su gimnasio y es aquí donde mi sumisión se pone en manifiesto abiertamente, cuando ella llega a casa nuevamente tiene ya listo todo para una corta y rápida ducha y la ropa para cambiarse, mientras lo hace debo ir caminando al gim con un bolso cargado con todos sus elementos, hasta pesas ya que todo lo que usa es de su propiedad para no compartir con otra persona , vaciar su vestidor de la ropa que uso el día anterior , limpiar bien y colocar la nueva, disponiéndolos elementos para que estén a su alcance , cuando todo esta listo regresar a casa para prepararla .
Mientras esta en el gimnasio debo prepararle jugos y ensaladas para que deguste al regresar, mientras lo hace es cuando le comento lo visto en televisión ese día ahora si , en un dialogo fluido entre ambos, en caso de que no hubiera invitados , si los hay debe ser mi comentario aunque ellas/os no me presten atención hay veces que se atrasa o decide ir a otro lado, haga lo que haga no se me permite modificar nada, debo siempre estar esperándola con lo que ella disponga.
De noche generalmente sale a comer afuera, de paseo o a ver algún espectáculo, no es ella de ir a bailar o a lugares de mucha gente o ruido, es más bien tranquila en eso, después puede o no regresar a casa, eso para mí siempre es un misterio, simplemente cada una hora debo llamar y dejarle un mensaje hablado, preguntando si se encuentra bien o si necesita algo
En mis íntimos deseos y leyendo otras situaciones de maridos sumisos, trate de adaptar este relato en alguien que fuera poco común en cuanto a otras vivencias, este relato es en cierta forma un día típico, básico, sin los detalles sobre sus actitudes de humillación para conmigo
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 514166 veces