La historia, ahora desde el punto de vista de Pascual.
Relato
Nuria parecía estar más excitada que nunca durante aquel viaje, un hambre de sexo extraordinaria la asaltaba a cada minuto, más guarra que nunca, más sexy que nunca, más ardiente que nunca. Lo que nunca imaginé había sucedido, mi novia me había visto follando con otras chicas y no solo no me había dado una patada en el culo, sino que se había apuntado a la fiesta. Sin embargo, aunque ante Michel y Daniela y se mostraba tan encantadora como siempre y sus besos y abrazos desprendían el mismo amor y cariño que de costumbre, yo la notaba algo mas sombría, introvertida, menos conversadora y como poseída de rabia cuando follábamos. Me imaginaba que aquello podía deberse al brusco cambio en nuestra sexualidad con el episodio de las dos putas, era (que yo supiera) la primera vez que Nuria estaba con una mujer, la primera vez que me veía con otra, la primera vez que compartía a su pareja y la primera vez que participaba en un ejercicio de sexo en grupo; demasiados cambios quizá para a penas 24 horas. Pensé en comentarlo con ella, pero los tímidos intentos por parte de los dos habían acabado en silenciosos y extraordinarios polvos.
El tercer día en Rumanía tras nuestra matinal ración de sexo, habíamos salido de compras. Recorrimos todas las tiendas de la ciudad en busca de ese tipo de pintorescos recuerdos que gustan a mi novia, recorrimos varias boutiques de ropa muy sexy y zapatos de tacón vertiginosos, donde para mi desgracia Nuria decidió no comprar nada y así pasamos la mañana, con una Nuria preciosa ensimismada en sus compras, mientras yo me recreaba en las caras de los rumanos (y algunas rumanas) allá donde íbamos, boquiabiertos con el indecente escote de su jersey (más que resaltado por un wonder-bra algo más pequeño de lo que su madre habría querido que se lo comprase) y con el respingón culo que resaltaban sus vaqueros sin bolsillos y los tacones de sus botas.
Tras la comida y el café con mi socio y su mujer regresamos al hotel, bajo un cielo plomizo y una tarde oscura. En nuestro casillero nos encontramos una curiosa sorpresa: una invitación del hotel:
“El director del hotel se complace en invitarles al baile de disfraces que tendrá lugar esta noche en el salón azul a las doce.
Agradeciendo de antemano su presencia, les saluda
Corçit Mirendine, Director.
P.D.: los disfraces están en su habitación.”
Era sábado y el hotel ofrecía actividades de ocio a sus inquilinos. Nunca he sido especialmente aficionado a los disfraces así que la idea no me volvió loco, pero al ver la sonrisa de la fanática carnavalera que tengo por novia decidí que era una excelente ocasión para ayudarla a relajarse y a divertirse, así que me presigné y pedí a Dios que mi disfraz no fuese demasiado ridículo.
Nuria estaba feliz como una chiquilla y subió a toda prisa a la habitación. Sobre la cama, bien doblados, había dos paquetitos de ropa de colores chillones. Nuria se abalanzó sobre uno de ellos, lo desmontó y se lo puso delante:
- ¿Que me dices?
Mi idea cambió radicalmente entorno al carnaval en ese momento: Nuria sujetaba delante e si una especie de bata de enfermera blanca con una crucecita roja a un lado, sin mangas, con solo tres botones y que debía quedarle lujuriosamente corto; ¡íntegramente elaborado en charol ¡
- Espero que el mío me quede la mitad de bien que ese te debe quedar a ti...
Nuria desenvolvió el mío y mostró un uniforme de oficial nazi aparentemente de mi talla.
- ¡Si quieres los podemos estrenar ya!- Nuria cogió la fusta que servía como complemento a mi uniforme y la esgrimió en el aire.
- Nooo..que te conozco, vamos a pedir algo de cenar y a descansar, que yo ya se lo que tu quieres y vamos a dejar los trajes hechos una pena.
- ¿Y que es lo que quiero yo?- Nuria se puso seria y separó bien sus piernas poniéndose con una a cada lado de las mías, de pie frente a la silla donde yo estaba sentado frente a mi, mientras acariciaba mi cuello con el extremo de la fusta y me miraba profundamente a los ojos
- Rabo- dije con una sonrisa, intentando hacerme el interesante.
- Y ¿no me lo vas a dar?-pasó ahora la fusta por encima del paquete que empezaba a marcarse en mis ajustados vaqueros.
- Tómalo tú
- Sácalo!- movió bruscamente la fusta hasta ponérmela en la garganta y obligarme a echar al cabeza hacia atrás.
Obedecí y desabroché mi pantalón dejando ver un creciente bulto bajo la licra del calzoncillo. Nuria acarició le bulto con el extremo de la fusta:
- Vamos! quiero verla...
De nuevo obedecí, me deshice del pantalón bajándolo hasta mis ingles y saque mi polla, casi erecta en toda su magnitud, por encima del elástico. Nuria separó bien mis piernas y clavó una rodilla en tierra, pasándome las uñas en toda la extensión de mi nabo, sin dejar de acariciar mis huevos con la fusta.
- Pajéate... cabronazo!
Garré mi polla con la mano derecha y comencé a sacudirla despacio, acariciando mis huevos con la otra mano y sintiendo el extremo de la fusta pasearse por mis ingles.
- Vamos mueve la mano...imagina que delante de ti están esas zorras, de anoche...que sus bocas están esperando tu leche...-su mirada desprendía llamas, y entre frase y frase se humedecía los labios como si estuviese a punto de saltar sobre mi polla para engullirla.
- Cariño...yo solo te deseo a ti...-Nuria me hizo callar con un contundente latigazo en la cara- joder...cabrona!
- ¡Al suelo!- obedecí y con la cara marcada de rojo me arrodille sin dejar de cascármela- fuera el jersey.
Obedecí de nuevo y me quité le jersey quedándome de rodillas, con la polla en al mano y los pantalones y los calzoncillos por las corvas.
- Te gusta como se mueven esas zorras ¿verdad?-la fusta acarició ahora mi pezón, duro como el acero.
- Cariño tu...
- ¡Calla puto cabrón de mierda!- otro latigazo me atravesó la espalda e hizo encresparse todo mi cuerpo arrancándome un gemido de dolor- yo te enseñaré, que debes decir, como debes follar y con quien debes follar.
- Si....
- ¿Si que?-otro latigazo marco mi pezón, mientras el ritmo de la paja se aceleraba al sentir el semen inflamando mis huevos.
- Si Ama
- Bien mariconazo de mierda.... así me gusta que seas un perrita obediente- Nuria se giró se agachó en su maleta y saco su sempiterno consolador- ahora compórtate como la zorra que eres: fóllate.
Me arrojó el consolador y yo lo tomé con la mano izquierda y sin dejar de pajearme lo llevé hasta el agujero de mi culo que a pesar de las veces que lo había alojado parecía no estar muy por la labor.
- ¡Idiota!- otro latigazo en mi culo desnudo me arranco un gemido más agudo que los anteriores- ¿así te he enseñado a lubricarlo?
Capté la idea y comencé a lamer el consolador, ensalivándolo a placer; cuando consideré que era suficiente me lo lleve al culo y me penetré con fuerza metiéndolo casi entero, a lo que mi mano derecha respondió acelerando la paja y provocando en mi polla las convulsiones previas a la eyaculación. Nuria se percató y se adelantó un paso colocando su bota frente a mi polla. El semen impregnó a chorros la totalidad de la caña de brillante charol que recogía el pantalón de mi novia.
- Chupa!- Nuria puso la fusta en mi nuca y me empujó hacia abajo.
Obedecí y lamí con gusto mi leche , salada y cálida, volviendo a dejar su bota reluciente.
- Bien desnúdate y dúchate, voy a pedir la cena mientras.
Obedecí y me metí en la ducha; unos minutos mas tarde Nuria entró en el baño con su sexy batín de seda lo suficientemente abierto para que viese su coño y sus tetas, y lo suficientemente corto para ver sus espectaculares piernas resaltadas por las sandalias de cuña. Se sentó en el wc y mirándome comenzó a acariciar sus pezones y a masturbarse hasta arrancarse un orgasmo; después volvió al dormitorio sin mediar palabra.
Salí de la ducha me seque y volví al dormitorio envuelto en la toalla justo cuando sonaban unos toques en al puerta.
- Quítate la toalla y ves a recoger la cena- Nuria había recompuesto el batín sensualmente y esperaba en el centro de la habitación sentada en el sillón y mirando hacia la puerta con las piernas cruzadas y un cigarro entre los dedos-¡adelante!
Me quité la toalla mostrando toda mi desnudez y mi polla morcillona colgando, y me dirigí hacia la puerta justo en el momento que esta se abría. Una chica de unos 19 años, bajita, de ojos redondos y moreno pelo ondulado se quedó boquiabierta y sin palabras al verme desnudo, parecía querer desintegrase en el gracioso uniforme del hotel, con aquella minúscula minifaldita blanca con mandil y la blusa semitransparente sin sostén que pretendía imitar un traje regional.
- Gracias, puede irse- dije en rumano quitándole la bandeja de las manos e intentando mantener la dignidad.
- Vamos no te quejes, te gusta exhibirte- me dijo Nuria en español mientras la chica salía.
Cenamos y vimos un poco de Tv por satélite, hasta que se hizo la hora de cambiarse para el baile.
Tras una botella de vino Nuria había recuperado la seriedad de las últimas horas, con el breve paréntesis del descubrimiento de los disfraces. Ambos comenzamos a cambiarnos y me sorprendió lo cuidado de los conjuntos, aquel hotel bien valía el ojo que pagaba por el.
Nuria estaba espectacular, el vestido le quedaba como un guante, con unas solapas que provocaban un escote con el que era imposible usar sostén, y una minifaldita que dejaba ver más que de sobra el liguero y la blonda de las medias blancas intencionadamente cortas que acompañaban al disfraz; el conjunto se completaba con una cofia , unas sandalias-zueco blancas con 3 cms de plataforma y 13 de tacón y una antifaz blanco.
Mi modelo tampoco estaba mal, botas de montar de caña alta (era evidente que el hotel se había asegurado de nuestras tallas en el equipaje antes de suministrarnos aquello), pantalones semielásticos que marcaban paquete desvergonzadamente, casaca a juego, gorra, fusta, guantes de cuero y mi correspondiente antifaz.
Bajamos al salón azul y aunque solo pasaba media hora de la hora prevista aquello estaba a rebosar. El salón debía tener unos 15 metros de fondo por 10 o más de ancho, íntegramente decorado con cortinas azules y con el techo y las paredes en un azul más tenue que se podía apreciar a pesar de que la luz ya se había bajado para hacerlo más acogedor a los bailarines. Al fondo se encontraba la barra donde servían dos chicas con el uniforme de camareras del hotel pero con sus correspondientes antifaces, y las mesas, una media docena situada en un altillo abarandillado a la derecha de la entrada, las atendía una tercera camarera con al misma indumentaria. La música, aunque bastante variada de dudosa calidad, la aportaba un trío de músicos situados con sus instrumentos en una tarima en la esquina del fondo derecha. Todo el lateral izquierdo lo ocupaban amplios ventanales-puerta que daban a una terraza íntimamente iluminada, pero desocupada ante la incipiente nevada. Entre barra, pista y mesas, la fiesta la ocupaban más de150 personas, bastante homogéneamente repartidas entre hombres y mujeres y debidamente disfrazados con distinto acierto. Durante los días anteriores, se había hecho evidente que en el hotel, que no tenía más de una treintena de habitaciones, no estábamos alojados más de una decena de huéspedes, así que imaginé que entre los invitados la mayoría eran clientes habituales residentes en la ciudad y que frecuentaban las exclusivas fiestas del hotel. Sin embargo también observé que el director aportaba su granito de arena para animar la fiestas pues, en una vampiresa situada junto aun ventanal y enfundada en un ajustadísimo traje negro que arrastraba en el suelo, pero que se abría en sus piernas, para dejarlas ver por completo enfundadas en medias del mismo color y calzadas con unos sensuales zapatos negros que yo ya había conocido unas noches antes, reconocí a la prostituta morena que tanto juego nos había dado y que aunque ocultaba su rostro con un antifaz y disimulaba su boca con dientes postizos, enseñaba sin rubor un atrevido escote recto con hombros al aire que se debía estar sujetando en difícil equilibrio sobre sus pezones mientras reía a carcajada limpia, vaso en mano, los comentarios de un invitado disfrazado de mosquetero. Era evidente por los cuerpos y modelitos de disfraz que se podían observar que no era la única de su oficio a la que el director había franqueado el paso al hotel. No es que yo sea el mejor bailarín del mundo, así que nos dirigimos hacia las mesas y buscamos un par de sillas vacías en una de ella, las demás estaban a rebosar, y como es costumbre en la zona, nos sentamos sin conocer de nada a los otros dos ocupantes. Nuestros compañeros resultaron ser una pareja francesa muy simpática que se alojaba en un hotel próximo y con la que no tuvimos problema para comunicarnos pues yo chapurreo, pero Nuria habla sin problema su idioma. Pierre era un fabricante normando de componentes eléctricos, en viaje de negocios, disfrazado con un traje elástico de Batman en el que ciertos rellenos de silicona definían un bonito cuerpo de 1.90, complexión fuerte y poco más de 30 años. Denisse con un modelo de fantasía de corista, era una rubita de a penas 25 años, de labios carnosos, pelo rizado y piel blanca que ocultaba su rostro con una máscara emplumada y estilizaba su cuerpecillo con un corset-body negro de pedrería del que parecían querer escapar un buen par de tetas, teniendo en cuenta que a penas alcanzaba el 1.60 y no pesaría más de 52 o 53 kg; su conjunto lo cerraban unos pantys negros de malla y unos zapatos de 13 cm de grueso tacón y al menos 5 de plataforma. No nos llegó a quedar claro si batman estaba casado y si Denisse era su esposa, pero la conversación se animó al ritmo en que se vaciaban los combinados y mi animo se fue calentando conforme aumentaba la graduación alcohólica de mi sangre y observaba como Nuria dejaba su ánimo sombrío para recuperar su natural alegría al abrigo del whisky. De repente una especie de reaguetton con acento rumano comenzó a sonar y las parejas comenzaron a contonearse en la pista, los más jóvenes fueron apoderándose del centro y varias chicas de “dudosa reputación” tomaron protagonismo enzarzándose en lujuriosas exhibiciones de baile pseudolésbico. Denisse saltó como por resorte de la silla y comenzó a mover su bonito y pequeño culo invitándonos a los otros tres, a lo que Nuria aceptó inmediatamente y Pierre la siguió, yo por mi parte pedí otra copa y me quedé en mi silla observando como los tres se dirigían a la pista. Me distraje por un momento observando la mesa del otro extremo, allí estaba mi tetona amiga rumana con un disfraz de mujer pirata, de ajustados pantalones rayados, botas de mosquetero acharoladas y de vertiginosos tacones, pañuelo a la cabeza, pistola, alfanje e inevitable escotazo morreándose con un cuarentón barbudo, de prominente barriga y disfraz de campesino ruso, en el que creí reconocer a uno de los inquilinos del hotel. Cuando devolví la mirada al centro de la pista mi mirada se cruzó con la ebria mirada de Nuria que se restregaba sin pudor, como cualquier prostituta de la pista, contra el culo de Denisse mientras esta hacía lo propio contra el paquete de su compañero al tiempo que lo morreaba; la mirada estaba llena de lujuria y provocación y eso repercutió en mi polla. Mi sorpresa llegó cuando cambiaron las posiciones y el que quedó dentro del sándwich fue batman; ahora Nuria se restregaba contra su paquete como una perra en celo mientras el francés le pasaba la mano por la cintura. Había visto a mi novia muchas veces bailar con amigos, ser cariñosa con ellos o recrearse provocando a algún desconocido con una generosa visión de su escote o sus piernas, pero era la primera vez que la veía rozarse tan evidentemente con un hombre y en mis narices, aquello me enervó y apuré mi vaso de un trago mientras mi polla desobedecía a la parte celosa de mi cerebro y se endurecía por su cuenta. En la pista Nuria y Denisse seguían su juego, pasando Nuria al centro para restregar sus muslos con al entrepierna de Denisse y aplastarse mutuamente las tetas, mientras Pierre se movía tras mi novia, paquete en culo, como si de una rítmica follada se tratase. Embelesado, con la polla dura y bastante mosqueado observaba la escena a la vez que pedía otra copa.
- ¿Está ocupado?- la pregunta en inglés me sacó de mi embeleso.
- ...no...- En un ingles chusquero y tras dudar un segundo contesté a la conejita de playboy que me sonreía al lado.
La joven de poco más de veinte años se sentó y se presento como Ingrid, alemanita de piel blanca, pechos grandes, piernas largas y moño rubio, que lucía un modelo similar al de Denisse solo que en tonos rosas y con un gracioso pompón a forma de cola, unas orejitas de peluche y una graciosa nariz de roedor en la máscara. La acompañaba Henka, una contundente pelirroja que subida en poco más de 10 cms de tacón me superaba en altura y desbordaba con un antiestético michelín el top de su disfraz de cat-woman y Loise una rubia de pelo liso, 1.70 largos, pechos siliconados, labios carnosos, moreno de rayos uva y disfraz de odalisca, que dejaba ver una exhibición de abdominales dignos de una campeona de fitness y unas piernas de musculatura tensa al menor movimiento, sobre unas vertiginosas sandalias atadas alrededor de la pantorrilla, con unas espléndidas agujas de 12 cm. La conversación de las tres alemanitas me distrajo durante un rato de mis otras preocupaciones, tomé una copa más, y disfruté contemplando a la bonita Ingrid y sobre todo a la espectacular Loise, sin olvidar a Henka que también tenía su morbo. Descubrí que eran estudiantes alemanas en vacaciones de invierno, con poco más de veinte años, pero mi desconocimiento del alemán y mi torpeza con el ingles pronto hizo demasiado aburrida la conversación, así que decidí dirigirme a la barra donde el resto se habían refugiado al cambiar el tipo de música y comprobar desde la pista que sus sitios estaban ocupados. Atravesé a los danzantes disfrazados y llegué a al barra, busqué la altura de batman o la blancura de Nuria y no los vi, hasta que ostensiblemente borracha y hablando animadamente, con un Conan de diminuto taparrabos, espalda al hombro, casco con protector facial que hacía innecesaria la mascara, peluca postiza, y poderoso pecho depilado, me encontré a Denisse.
- Ah! menos mal que te encuentro Denisse- dije aliviado en mi mejor francés- ¿donde se han metido nuestros chicos?
- ¿Te apetece una copa? ¡Camarera! ¡Un ron!- la francesa ignoró al bárbaro, que se fue mal humorado y se giró hacia la barra.
- ¿Donde se han metido?- acepté la copa de la francesa.
- ¿Donde te habías metido tú?, ya creíamos que nos habías cambiado por esas tres golfas- Denisse se agarró a mi cintura y se puso a tiro de lengua, lo que no tardó en provocar efectos en la tela elástica que cubría mi paquete.
- No...ja ja ja, solo era amable...no se pueden comparar con vosotras dos- sonreí pícaramente.
- Vamos baila, no seas soso- noté una mano de Denisse en mi culo y la otra en mi espalda.
- Déjalo, vamos a buscar a estos- di un buen trago a mi ron e intenté zafarme de la rubita con una tímida caricia en su culo.
- Ellos ya se lo deben estar pasando bien- Denisse pasó un brazo por mi cuello y con su otra mano palpó descaradamente mi creciente paquete.
- ¿Como?- un sentimiento de celos se apoderó de mi, al tiempo qeu mi polla quería romper el uniforme.
- Se fueron hace al menos media hora, Nuria estaba bastante borracha y Pierre la acompañó- Denisse notó la reacción de mi polla y acercó sus labios a escasos milímetros de los míos.
- ¿Y tu?
- Yo hago lo que quiere Pierre, si se la quiere follar que lo haga ¿que puedo hacer yo?- nos fundimos en un húmedo beso mientras me sobaba el paquete.
- Ven...-la tomé de la mano y nos dirigimos a recepción.
La chica de recepción nos miró con extrañeza al vernos llegar. Yo me quité la mascara.
- Dígame señor
- La llave por favor
- La señorita que lo acompañaba ya la recogió hace más de media hora, la acompañaba un caballero.
- Bien...-estaba estupefacto-...déme la llave de la contigua.
Coloqué 20 euros sobre el mostrador y la chica me entregó la llave de la habitación comunicada. Denisse y yo subimos deprisa, cruzamos el pasillo, abrimos la puerta y entramos en la habitación con sigilo. Me dirigí a la puerta del baño seguido de la francesa que me miraba con curiosidad. Empujé y la puerta no estaba bloqueada, así que cruzamos el baño hasta la otra puerta. La luz del baño estaba apagada y no se adivinaba luz por debajo de la puerta, así que apoyé el oído:
- Dame...dame...síiiii...joder fóllame- Nuria gritaba como una posesa entre gemidos entrecortados
- ¡Puta!¡puta!- era la única respuesta de Pierre en francés.
Giré el pomo de la puerta con sigilo extremo y por la diminuta ranura, pude ver la habitación pobremente iluminada por las luces de la calle. En la cama estaba Pierre completamente desnudo arrodillado y con las piernas de Nuria, ensartada en su polla rodeando su cintura. Del disfraz de Nuria solo quedaban los zapatos, las medias y el liguero, el resto estaba esparcido por el suelo mezclado con el uniforme de batman, lo único que Nuria había decidido mantener era su antifaz. Instintivamente tomé la nuca de Denisse y la obligué a arrodillarse frente a mí con toda la rabia con la que habría descargado puñetazos sobre el francés. En la habitación de al lado Nuria, entre aullidos, se deshacía en un orgasmo, mientras Pierre se erguía desnudo en al cama, musculoso, sin un pelo ni siquiera en el pubis, en toda la extensión de su 1.90 con una polla erecta y descomunal y la giraba para ponerla a cuatro patas sin dejarla ni respirar.
- Vamos zorrita española, te voy a enseñar lo que es un buen macho.
- ¡Vamos hazlo!- Nuria casi no tenía aliento para hablar.
Liberé de mi pantalón mi rabo completamente erecto (un par de centímetros menor que el de Pierre y bastante más fino) y Denisse comenzó a chupar al ritmo que mi mano marcaba en su nuca, mientras pasaba la fusta de mi uniforme por su cuello. Nuria por su parte parecía estar pasándolo en grande pues gimió como una perra al recibir el salivajo del francés en su culo, y fue un bramido de placer lo que soltó cuando aquel rabo se incrustó por completo en su culo
- ¿Te gusta como te follo puta?
- ¡Si joder! Sigue cariño...
- ¿Mas que tu maricón español?
- Siiii...fóllame...fóllame-Nuria bramaba como un animal.
Estaba a punto de correrme con la escena, mi enfado parecía haberse esfumado y cerrando los ojos por momentos podía sentir a Nuria gritándome esas cosas y pensaba que la boca de la putita francesa, que ni siquiera se había quitado en el antifaz, era realmente el culo de mi novia.
En el dormitorio los dos amantes explotaron en un orgasmo al unísono:
- ¡Tomaaaa...zorraaaa!- Pierre se corrió llenando con su leche el culo de mi novia.
- Siiiii...-Nuria se tumbó bocabajo, bajo el cuerpo del francés incapaz de sostenerse sobre sus extremidades en pleno orgasmo.
Yo exploté, coordinado con ellos, dentro de la boquita de aquella putita y pude disfrutar, mientras Denisse limpiaba obediente mi nabo, de como Nuria se giraba y, con el culo chorreando lefa muslo abajo, lamía el enorme pene del francés hasta dejarlo impecable.
- Me voy, esos dos nos echaran de menos- Pierre besó con sensualidad, largamente, la boca de Nuria que se dejó llevar mientras el francés saboreaba los restos de su propio semen- ¿bajas?
- No, estoy agotada, creo que me quedaré aquí, dile a pascual que me he subido a dormir.
El francés comenzó a vestirse y yo me acerque al oído de su amante para indicarle que regresase con sigilo al salón para esperarlo. Denisse obedeció, me besó en la boca con ternura, saboree la sal de mi leche, y después volvió al salón azul a esperar a su hombre. Cuando batman estuvo listo para salir con su disfraz recompuesto, volvió a besar apasionadamente a Nuria, que no se había movido de su postura en la cama. Esperé cinco minutos y salí con mi disfraz impecable al pasillo. Aporreé la puerta.
- ¿Quien?
- Yo
- Voy
Oí taconeo y unos segundos después se abrió la puerta.
- Hola cariño, me subí porque me encontraba mal- Nuria abrochaba el mas bajo de los botones de su batita de enfermera, como si sintiese pudor de su desnudez.
Había recompuesto tan deprisa el disfraz que se había olvidado de quitarse el antifaz y de abotonar el botón superior por lo que el charol se abombaba y dejaba ver en su totalidad la teta izquierda. Cerré la puerta con violencia la giré con brusquedad para mirarla a los ojos y vi su miedo. Metí mi mano en su entrepierna y le arranqué un gemidito comprobando que no le había dado tiempo a ponerse el diminuto tanga blanco que había elegido para el disfraz, la aproxime con un rígido movimiento hasta mi cuerpo y pasé mi lengua por sus labios, al tiempo que mi dedo corazón exploraba la entrada de su culo embadurnándose de semen.
- Esto no es mío...-dije con una sonrisa retirando mi mano y mostrando el dedo reluciente a Nuria.
- Cariño...
- Chitsss...-puse el dedo mojado en semen en su boca y Nuria comenzó a chupar- calla y ve a la cama, zorrita.
Nuria se dirigió a la cama recuperando la seguridad en si misma al tiempo que contoneaba sus caderas ante mis ojos. Al llegar a la cama se sentó en el borde cruzando sensual y segura de si misma las piernas. Me puse frente a ella y la miré a los ojos, leí borrachera y provocación. Desabroché con parsimonia mi casaca mostrándole mi torso desnudo.
- ¿Como folla?
- ¿Quien?
- ¡El francés!- descargué un latigazo con mi fusta que le dejo una línea roja en la cara y la hizo caer estirada en la cama con un gemido.
- No se...-la seguridad la abandonaba y comenzaba a balbucear.
- ¿No sabes?- me subí a ahorcajadas sobre ella en la cama y la tomé con rudeza del mentón- ¿como folla puta?
- Cariño...yo...
Tiré con la izquierda de la bata haciendo saltar los dos botones que había abotonado y la expuse en toda su desnudez sin soltarla del mentón.
- Calla puta...yo te enseñaré a dar gusto a tu hombre.
Me abalancé sobre su pezón y comencé a lamerlo arrancándole gemidos, mientras con la fusta obligaba a que mantuviese el cuello estirado. Bajé mi lengua por su estómago, lamí el escaso pelo de su pelvis y aplique mis labios en su clítoris arrancándole agudos gemidos de placer.
- ¿Te ha comido el coño zorra?- retiré un instante mis labios de su clítoris, para inmediatamente comenzar a follarla con mi lengua.
- Cariño...nooo..
Me incorporé y la tomé con violencia de la bata, a penas pudo mantener el equilibrio en sus taconazos cuando la empujé y apoyé con fuerza su cara contra la columna del dosel.
- Una puta es lo que eres...una zorra tragapollas...la más golfa que he conocido- me desabroché el cinturón del uniforme mientras hablaba-¿has disfrutado verdad?
- Cariño...yo...no...-sus palabras las ahogó un grito de dolor cuando descargué el primer golpe del cinturón en sus nalgas.
- ¡Contesta puta!- arremangué la bata y descargué un segundo golpe ahora directamente sobre los carrillos de su culo- ¿te has corrido?
- Siiii- el tercer latigazo arrancó la esperada respuesta en mitad de un aullido de placer y dolor.
- ¿Cuantas veces zorra?- escupí en el anular y el corazón y los pasé por su perineo sintiendo los fluidos aun calientes de Pierre.
- Treees-su tono y su gemidos pasaron del miedo al vicio-siiii...
- ¿Que habéis hecho pedazo de puta?- penetré su culo dilatado con mis dedos sintiendo el espeso y abundante semen del francés.
- En el ascensor....-mis dedos entraban y salían con violencia de su culo mientras mi otra mano mantenía su cara contra el poste, sujetando la fusta y el cinturón- me comió la boca y las tetas...y yo noté ya su enorme polla...
- ¿Te gustó, zorra?- creía que mi polla iba a romper el uniforme.
- Ummm...siiiii...-mis dedos y el recuerdo la hacían gemir- tiene una lengua prodigiosa y una polla enorme...
Tiré de la bata hasta arrebatársela por completo y dejarla exclusivamente con liguero, medias, zapatos...y antifaz. Su tono, de nuevo arrogante y lujurioso, me sacaba de mis casillas pero me excitaba hasta limites desconocidos. Me separé de ella y llegué hasta la maleta de donde tomé las esposas, cuando me giré estaba apoyada en la columna masturbándose con su mano derecha. Me dirigí a ella, la arrodillé de espaldas a la columna y pasando las manos por detrás la esposé.
- ¿Que hicisteis después golfa?- pregunté mientras sacaba la polla de mi pantalón.
- Al llegar aquí me tumbó en la cama y me comió el coño hasta que me corrí- su tono conservaba la lujuria y al arrogancia a pesar de la postura.
- ¡Puta!- descargué un golpe con mi fusta sobre el pezón de su teta derecha que le arrancó un gemido de sincero dolor-demuéstrame como sabes tragarte un rabo de verdad, seguro que el suyo también te lo comiste ¿eh puta?
- Ummm...siii.- se abalanzó a chupar en la incómoda posición dejándolo solo para responder mis preguntas, ahora en un tono más humilde con el calor del latigazo latiente en su pezón.
- ¿Y después puta?
- Me folló...en la cama...hasta hacer que me corriese- Nuria no dejaba de chupar casi hasta atragantarse.
- ¿Te gusta su polla verdad puta?
- Siii...es enorme...- su tonó volvió hacia la lujuria- ...y sabe hacerme gozar.
La tomé del cuello hasta dejarla sin respiración y le hice levantarse, le besé la boca con pasión y cuando más entregada estaba con sus labios abiertos y su lengua anhelante le escupí en el interior, la cogí de los glúteos y me rodeó la cintura con sus piernas mientras apoyaba su espalda en la columna a la que estaba esposada, la ensarté con violencia y comencé a bombear arrancándole gemidos de placer.
- ¿Que más te hizo puta?- la miraba profundamente a los ojos, que detrás del antifaz me observaban con miedo y lujuria.
- Me folló el culo hasta correrse dentro de mi....y hacer que me corriese.
- ¿Te gustó verdad?-mi bombeó incremento el ritmo y la violencia.
- ¡Siiiiiiiii!- gritó en un aullido casi incomprensible al tiempo que se corriera en el orgasmo más copioso que le recuerdo.
Saqué mi polla, la bajé al suelo, quité las esposas y la empujé sobre la cama. Tomé el consolador de la mesita y la hice ponerse a cuatro patas. El consolador entró en su lubricadísimo coño sin problema y mi polla en su dilatado culo a la primera embestida y comencé a bombear con polla y consolador a un tiempo.
- ¿Has disfrutado con él verdad zorra?
- Siiiii-Nuria no contenía sus aullidos de placer agarrando la sábana con fuerza con sus uñas.
- ¿Te folla mejor que yo puta?-la fusta dejó una alargada marca roja en su espalda que la hizo gritar de sucio placer.
- Noooo...tu eres el mejor....el que mejor follaaaa-mis embestidas ahogaban sus palabras.
- ¿Con quien vas a follar zorra?
- Solo contig...¡ah!- su respuesta le costó el más duro de los golpes de la tarde.
- ¿Con quien puta?-otro fuerte latigazo dio argumentos a mi pregunta.
- Con quien tu digas...- sus jadeos anunciaban un orgasmo.
- ¿Con quien tu digas que?- otro latigazo: jadeos más intensos, mayor ritmo de bombeo con polla y consolador.
- Con quien tu digas ...¡Amo!-modulé mi ritmo para no precipitar el orgasmo.
- ¿Tienes su teléfono golfa?
- Sii...si
- Mañana lo llamarás, y los invitarás a acompañarnos en nuestro viaje a Transilvanía-aceleré el ritmo- nuestra visita al parque Drácula será inolvidable.
- Siiiiiiiiiii- Nuria se corrió y yo al tiempo llenando su culo de leche.
Nos desacoplamos, nos besamos húmedamente, nos desnudamos y nos dimos una ducha, al volver a la cama, caímos rendidos, la abracé por la espalda y le susurré:
- Te quiero.
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144335 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 122896 veces
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NuriayPascual
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Comentarios enviados para este relato
coronelwinston
(6 de May de 2009 a las 18:56) dice:
Muy bien, continúo con mi lectura y cada vez tengo más clara una cosa. Pero os lo diré al final. Saludos. katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:56) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:31) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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