Un viaje de negocios 7

El golpeteo de la puerta me despertó bastante temprano y muy adormilado, Nuria no estaba a mi lado por lo que dudé un segundo, pero un segundo llamado a la puerta me despabiló y oí ruido en el baño indicándome que Nuria disfrutaba del jacuzzi. Tanteé el suelo y encontré el pantalón de mi disfraz, me lo puse y sin abrochar, mostrando mi vistosa erección mañanera a través del ajustado tejido me fui a abrir la puerta.
- Hola señor!- en la puerta me encontré a una tetuda pirata rumana, con aun un botón mas desbrochado de los que lucía la noche anterior, junto a una vampiresa con el pelo algo alborotado y evidentes signos de borrachera.
- Hola! ¡que hacéis aquí?- conteste sorprendido en mi peculiar rumano.
- La fiesta ya ha terminado y los chicos que conocimos nos aburrían en la cama, así que Nico y yo decidimos, pasar a preguntarle si quería disfrutar un poco más de su regalo- Mihaela, tambaleándose sobre sus tacones se acercó para decirme esto casi al oído mientras pasaba su mano sobre mi pecho.
- De acuerdo pasad- me aparté de la puerta y las dos chicas entraron un tanto tambaleantes- ¿queréis desayunar?
- Quiero comerme algo bueno...-Mihaela se pasaba la lengua por los labios mientras hablaba.
- De acuerdo...un momento.
Me dirigí al baño y entreabrí la puerta, Nuria parecía relajada entre la espuma del jacuzzi.
- Cariño, están aquí nuestras amigas de la otra noche, te importa que se queden a desayunar con nosotros?
- No me importa en absoluto...pedid y empezad, yo tardaré un rato- Nuria ni se molestó en abrir los ojos para responder, como si la llegada de las chicas no la hubiese sorprendido en absoluto.
Volví al dormitorio, donde las dos chicas ya estaban sentadas en el borde de la cama cuchicheando entre risitas, descolgué el teléfono y pedí el desayuno en recepción:
- Si... 403.. dos cafés con leche, tostadas, aceite y... ¿que queréis chicas?
Mihaela saltó como un resorte, se arrodilló juntó a mi y sacó con facilidad mi polla semierecta del pantalón desabrochado.
- Bien...creo que será suficiente- fue todo lo que me dio tiempo de decir antes de colgar y de que la rumana engullera con ansia mi polla.
Casi como si de la correa de un perro se tratase, Mihaela tiró de mi polla hasta llevarme a la cama, yo me dejé caer y mientras ella seguía succionando con un ansia sorprendente, Nico se ocupó de liberarme del pantalón antes de comenzar a lamer mis huevos y mi perineo. La mamada comenzó a subir de intensidad al tiempo que mi polla llenaba sus venas de sangre y crecía a su máximo. Los gemidos comenzaron a brotarme y cerré los ojos dejándome arrastrar en una nube de placer.
Nuevos toques en la puerta me sacaron de mi éxtasis y me salvaron de la corrida inminente aunque las chicas seguían lamiendo como si nada hubiese ocurrido, pero cuando abrí los ojos pude ver a Nuria con su diminuto batín de seda y sus sandalias de baño con cuña dirigirse hacia la puerta.
La camarera del día anterior entró con el carrito del desayuno, su cará fue un poema al mirar a la cama. Se giró apra salir y ya en la puerta pude oir como preguntaba a Nuria en un aceptable español:
- ¿Por qué la señora no juega?.
- Porque a al señora no le gusta jugar cuando la partida está empezada.- contestó Nuria con cierto tono cínico en la voz.
Aquella respuesta fue el detonante de una corrida que, al tiempo que la camarera salía de la habitación, llenó de leche las caras de las putas al ritmo de mis rugidos.
Descansé unos segundos y cuando las chicas pasaron al baño, me levanté de la cama y me puse a desayunar con Nuria. Sin dirigirme la palabra Nuria tomó su movil y marcó:
- Hola Pierre soy Nuria...- en su correcto francés- ..siii....¿os apetece comer hoy?..bien..de acuerdo, en vuestro hotel entonces...Un beso.
Pasamos el resto de la mañana arreglándonos (decidí afeitar el coño de Nuria para que estuviese impecable para nuestros amigos), jodiendo (regalé a Nuria una de esas comidas de coño que tanto se que le gusta) y haciendo un poco de turismo.
A las tres regresamos al hotel y nos cambiamos, Nuria se puso espectacular con una pequeña y ajustada minifalda negra con la que mostraba unas vertiginosas botas negras de tacón y unas sexis medias del mismo color; también negra era la hiperajustada camiseta de escandaloso escote que dejaba a todas luces claro que no llevaba sostén, pues sus tetazas oscilaban en libertad mostrando dos pezones de agresiva dureza y llegando a transparentar sus oscuras aureolas a través del escasamente tupido tejido.
A las cuatro estábamos frente al hotel de los franceses:
- Cariño...
- Dime.
- ¿Sabes?..he olvidado la ropa interior en el baño.
- ¡Que casualidad! Nunca sales sin ropa interior y hoy que vamos de visita se te olvida- no pude reprimir una risilla.
En el vestíbulo nos esperaban los franceses, con cierto aire de aburrimiento, pero en cuanto nos vieron entrar cambiaron sus caras y se abalanzaron sobre nosotros para saludarnos con efusivos besos en las mejillas. En medio de un tono bastante ameno pero algo hipócrita ( era como si nadie supiese lo que habían hecho los otros la noche anterior) pasamos al comedor y nos sentamos por parejas, con lo que Nuria quedó frente a Pierre que no quitaba ojo de su canalillo y yo frente a Denisse. La comida fue transcurriendo muy amena con bastante vino y agradable conversación (que yo particularmente tenía dificultades para seguir por mis problemas de idioma), hasta que en mi entrepierna noté el contacto del pie de Denisse. La francesa estaba acusando el alcohol y se había liberado descaradamente del sexi zapatito de tacón de aguja metálica y ahora masajeaba mi polla que reaccionaba deprisa. Llegaron las copas y aumentó la borrachera de la rubita que seguía haciendo su juego al tiempo que desabotonaba otro botón de la vaporosa camisa que lucía, mientras Nuria, muy simpática, invitaba al francés para que nos acompañasen al día siguiente en nuestra excursión a Transilvania, a lo que Pierre aceptó complaciente. Era evidente que Denisse no estaba muy en condiciones de seguir en un comedor por lo que Pierre nos invitó a tomar la “penúltima” en el minibar de su suite. Aceptamos gustosos, el francés cargó la comida a su cuenta y tomamos el ascensor. En el momento en que las puertas se cerraron la mano de Denisse fue descaradamente a la entrepierna de su marido y lo holgado de su pantalón mostró un movimiento que me hizo sospechar que no usaba calzoncillos; mientras su mujer lo sobaba, Nuria y el se desnudaban con la mirada.
Entramos en la suite y mientras Pierre se dirigía al minibar, Nuria , también algo achispada, pasó al baño. Denisse se dejó caer sobre la enorme cama abierta de piernas y con los pies en el suelo, por lo que su falda, en principio hasta la rodilla, subió a más de medio muslo y mostró la blonda de sus medias y una mancha oscura que parecía ser un tanga. Pierre, servía un licor con hielo en cuatro vasos, cuando cambió su habitual tono cordial por uno más seco:
- Tu puta folla bien ¿que tal lo hace la mía?- por un segundo dudé que contestar, pero Denisse se me adelantó levantándose de la cama sin alcanzar a recomponer su falda.
- Cabrón...- más que una queja fue un balbuceo.
- ¿Que pasa zorrita?- Pierre sujetó del pelo de la nuca a Denisse mientras apuraba un vaso de un trago- ¿es que no estas deseando volver a tragarte su polla?...y tu Pascual ¿no quieres que te la coma esta putita?...vamos zorra ¡haz una demostración!
De un empujón el francés mando a la chica a mi lado y esta como hipnotizada se lanzo a besarme en la boca. Encontró con facilidad mi lengua y mi polla reaccionó deprisa, note su mano desabrochándome el vaquero y me dejé hacer cayendo sobre el sofá. Me descalzó y me quitó el jersey lamiendo mis tetillas, después me arrancó el vaquero y los calzoncillos encontrándose con mi polla ante su cara. Se lanzó a chupar con vicio mientras su hombre le levantaba la falda hasta la cintura dejando ver el hilo dental negro entre sus nalgas. Pierre apartó el mínimo obstáculo, escupió en la palma de su mano y pasó el salivajo por su coño; Denisse gimió y añadió un poco de presión con sus dientes a mi polla. Pierre desabrochó su bragueta y surgió una enorme polla que a pesar de todo aun no estaba al 100% de su erección. El francés se pajeó un par de veces y la polla más descomunal que había visto (al menos 22 o 23 cm por unos 4 de diámetro) estuvo lista. Sin más miramientos Pierre ensartó a Denisse que comenzó a gemir entre succión y succión sobre mi polla. En ese momento pude ver a Nuria, había salido del baño y en su mirada y sus pezones se podía ver que estaba a punto de provocar un charco:
- Vamos cariño, acércate y juega un poco con nosotros, se te nota en la mirada que estas deseando- acompañé mi invitación con un significativo gesto de mi mano.
Nuria se acercó y yo metí la mano bajo la diminuta falda, alcancé el coño completamente rasurado y rebosante de flujos y comencé a acariciarlo y a penetrarlo con un par de dedos al tiempo que ella me seguía con el vaivén de su cuerpo y sus gemidos. Tiré de ella hacia mi y se colocó sobre mi cara, mirando como la francesa se tragaba mi polla, mientras yo exploraba su coño chorreante con mi lengua. Las embestidas de Pierre arreciaban y yo las acompañaba con mi lengua en el coño de Nuria y mis manos pellizcando los pezones de Denisse que, con la camisa desabrochada y sin soten, rozaban sobre mis piernas. La francesa era una buena mamadora capaz de tragarse mi tronco por completo y acariciar dulcemente mis huevos a un tiempo. La rubita dejo su hacienda para desensartarse del pollón de su amante y sentarse sobre mi polla dispuesta a cabalgarme. Comenzó un sube y baja lento, al tiempo que llevaba sus manos hasta el escote de Nuria y liberaba sus tetas para acariciar sus pezones. Pierre observaba y se pajeaba, hasta que decidió tomar un papel más activo y tumbando ligeramente hacia delante a Denisse se colocó también sobre el sofá y la penetró por el culo sin miramientos. La rubia aulló de dolor, aunque su culo pareció acoger bien aquella enormidad, era evidente que la recibía a menudo.
Nuria se apartó a observar desde un sillón mientras Pierre arreciaba en sus embestidas y Denisse en sus gemidos, mientras yo intentaba seguir el ritmo hasta que los tres explotamos en un orgasmo y una corrida conjuntas que hicieron rebosar semen a Denisse por todos sus agujeros.
Pierre se fue al baño y Denisse y yo tomamos aliento sentados en silenció en el sofá, pero la tregua fue pequeña, pues la francesa se dirigió a Nuria y la despatarró colocando sus piernas sobre los brazos del sillón:
- No me gusta que te sientas sola...- dijo la rubita en dulce francés.
Denisse comenzó a comerse el lampiño coño de Nuria y aquello fue suficiente para volver a ponerme a tono, por lo que me dediqué durante unos segundos a las tetas de mi novia y después le coloque mi aparato en su boca, a lo que contestó complaciente tragándosela entera y acariciando con sus uñas mis huevos y mi culo:
- Vamos cariño, no defraudes a nuestra amiga que está deseando sentir tu polla en su culito.
- Tu mandas- respondí con una sonrisa.
Me arrodillé tras Denisse y se la metí en su culo dilatado y rebosante de lefa con una sola embestida, le arranque un gemido de dolor, pero pronto comenzó un balanceo para empalarse adecuadamente al tiempo que follaba a mi novia con su lengua. Nuria estalló en un orgasmo y segundos más tarde, ante la mirada satisfecha de Pierre, yo me corría arrancando un nuevo orgasmo del culo de la putita francesa.
Recompuesta la ropa, nos despedimos con besos en las mejillas y nos emplazamos para el día siguiente a primera hora partir hacia Transilvania. De camino el cansancio se hizo notar, ya era de noche y hacía frío, Nuria y yo nos apretamos uno contra otro y de vuelta al hotel el jacuzzi nos devolvió la energía para un último polvo de buenas noches.

Aun no había salido el sol cuando ya estábamos con un pequeño equipaje de mano preparados en el cómodo monovolumen (piloto, copiloto y cuatro asientos de pasajeros enfrentados) que el hotel había puesto a nuestra disposición con chofer. Nos dirigimos a recoger a los franceses, me encargué de que Nuria estuviese espectacular con sus botas negras de tacón de aguja, y su falda gris superentubada hasta la rodilla, dejando ver solo unos centímetros de unas sexis medias con costura atrás que sujetaba un liguero que podía adivinarse perfectamente bajo la tensa tela de la falda , todo ello combinado con una especie de chaquetilla, totalmente ajustada a su cuerpo y a sus brazos pero dejando libre un inmenso escote desde los hombros hasta el borde mismo del wonder bra, de la misma tela de la falda que acababa donde esta empezaba (justo en el ombligo) marcando la separación con un ancho cinturón de cuero negro. El conjuntito lo acababan unos guantes del mismo tejido y un abrigo ¾ ceñido a la cintura y con un amplio escote de solapa enmarcado en abundante pelo de conejo. Yo por mi parte había optado por unas camperas, unos vaqueros ajustados sin ropa interior, un jersey ceñido y una torera de cuero. Recogimos a los franceses que no nos decepcionaron, ella totalmente de cuero negro, guantes, botas con 12 cm de aguja, pantalones extremadamente ajustados, chaquetilla de cremallera ceñida como una segunda piel y anorack ¾ con capucha muy entallado. El pantalón desmontable muy ajustado, marcando su evidente paquete, jersey de cremallera con un ajustado sueter de cuello alto debajo, botas de montaña y guantes de cuero. Subieron sus equipajes de mano, se sentaron en sus asientos en las mismas posiciones en las que habíamos estado comiendo el día anterior y partimos a pasar dos días de aventura en el Drácula park.


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Nuria y Pascual