Nuria pudo contar hasta 17 cuerpos en acción y tal despropósito de despliegue sexual la excitó sobremanera, se erizaron sus pezones y se volvió a humedecer su coño. Recorrió la estancia con la mirada, deteniéndose en conocidos y desconocidos, en los cuerpos hermosos y en escenas más desagradables: le sorprendió no encontrarme allí.
Su mirada se dirigió entonces a la izquierda, junto a la cama varias botellas de champagne abiertas se enfriaban en sus cubiteras; Nuria decidió tomar una y servirse en una de las copas que, invertidas, se ordenaban junto a las botellas y de las que, allí y allá, los invitados parecían estar disfrutando ya. Un solo trago dejó liquidado el asunto de la primera copa y Nuria se sirvió una segunda, mientras las burbujas comenzaban a hacer su efecto erizándole la piel.
Mientras bebía su segunda copa, ahora con pausa y sensualidad, fijó su atención en lo más inmediato que era la cama junto a la que estaba. A apenas medio metro de su cara el culo, de piel ligeramente dorada, de uno de los rumanos que antes le había prestado sus servicios, bombeaba, con aspecto pétreo y brillante de sudor, la boca de Denisse.
Como si de un acto reflejo e inofensivo se tratase extendió su mano hacia los proporcionados glúteos y comenzó a acariciar la suave piel del chico, con yemas y uñas, al ritmo de las ligeras envestidas que acompañaban la felación.
De repente notó una lengua y unos labios en su cuello, y sin dejar lo que estaba haciendo cerró los ojos y se dejó hacer. ¿Que más daba ya? Una mano fuerte comenzó a explorar al mismo tiempo bajó el corset alcanzando su endurecido pezón derecho y arrancándole los primeros gemidos, al instante notó una segunda mano, ésta más delicada, que exploraba su entrepierna y sus glúteos elevando la exigua falda. En el hombro derecho notaba también el pelo de una barba y ella con los ojos cerrados seguía disfrutando de su voluntaria elección de mantener en el anonimato a sus “admiradores” mientras con la mano disfrutaba de las durezas del rumano.
Yo no perdía comba de la que para mi era la escena principal y ya había vuelto a acariciarme mi extenuada polla mientras el barbudo jovenzuelo se masturbaba a escasos milímetros del trasero de Nuria, que complacientemente le exponía, levantándole al falda, la encuerada golfa rumana. Pero el efecto de atracción que la escena me provocaba, parecía algo generalizado y desde su irrupción en escena, Nuria, parecía centrar la atención de los presentes por lo que, sorprendentemente, el desagradable personaje del centro de la habitación apartó violentamente a sus dos muchachitas y se dirigió pollota en ristre hacia mi novia y sin mediar palabra la besó en la boca, a lo que ella reaccionó con cierta pasión supongo que por no haber abierto aun los ojos; yo en aquel momento solo pude pensar en el sabor del aliento de aquel tipo. Una mano fuerte y regordota atacó su pecho izquierdo, mientras el adonis de la cama (supongo que apercibido por las caricias en sus glúteos) optaba por que su polla saliese de la calida boca de Denisse parra girarse y darle alojamiento entre los dedos de Nuria. Nuria, al sentir tan excelente instrumento, comenzó a agitarlo con gusto mientras con los ojos cerrados seguía comiéndose la boca con aquel tipo y dejándose magrear a diestra y siniestra. La dómina se agachó acercándose a sus nalgas para abrirlas bien ante la polla del barbudo jovenzuelo, apartó el minúsculo hilo dental y escupió sobre el rojizo agujero del culo, para después pasar a masajearlo restregando bien el salibajo. El chico de la barba abandonó la teta de Nuria y llevó sus dos manos a la cintura para sujetar la minifalda arriba. La zorra encuerada, untó bien de saliva la pollota del joven e hizo a Nuria abrir los ojos penetrándola con dos dedos. Nuria sufrió un movimiento de rechazo al encontrar a escasos milímetros de su cara la del desagradable cincuentón, pero éste le pasó una mano por la nuca y apretando al otra en su pecho la achuchó con fuerza contra su cuerpo y volvió a meterle la lengua en la boca sin encontrar, la verdad, demasiada resistencia. Nuria pasó la mano de la copa por la espalda del calvo, mientras seguía pajeando al rumano y en ese preciso instante, el joven de su espalda la enculó con la ayuda de la dómina. Nuria aulló y se estremeció al punto se sacar su lengua de la boca del calvo y de soltar el enorme pollón del musculoso rumano. La dómina sabía hacer su trabajo y mientras el chico de la barba culeaba, ella tomó a Nuria por el pelo y la barbilla y la obligo a tomar una posición ligeramente inclinada en la que el calvo podía magrearle las tetas, ya fuera del corset, y la polla del rumano quedaba a pocos centímetros de su boca. La escena comenzaba a cobrar importancia pues Denisse y el segundo adonis, al cien por cien de su empalme, habían abandonado la cama para colocarse junto al grupo de Nuria. Mi novia, a punto de perder el equilibrio por las embestidas se agachó un poco más y apoyó sus brazos en la cama, a lo que el rumano de arriba respondió poniéndose de rodillas y metiendo su enorme aparato en la boca de Nuria. El segundo rumano se puso de pié junto a su compañero y Denisse se apoyó en la cama para comenzar con Nuria una competición por las pollas de los musculosos chicos. La chica del corset acompañaba las envestidas del chico barbudo con sonoros azotes en las nalgas de Nuria, al tiempo que esta tragaba con ansia las pollas de los dos jóvenes intercambiando fugaces y húmedos besos con Denisse. El chico de la barba lanzó de repente un gruñido y del culo de Nuria surgió un torrente blanco; se retiró con la polla flácida y sin solución de continuidad el calvo cincuentón la enculó con su negra polla mientras en sus labios se leían perfectamente insultos en rumano: puta, zorra española. . .
Entre las idas y venidas de Nuria uno de los musculosos rumanos regó como se merecían su cara y la de Denisse, al tiempo que la mujer que Pierre estaba follando hacía retumbar la habitación con su orgasmo, sin perder comba de la escena. El francés, totalmente erecto, dejó a la cuarentona extasiada sobre la cama y se dirigió hacia el centro de la acción, mientras yo observaba por el rabillo del ojo como el joven voyeur de mi izquierda descabalgaba su polla de látex, con la real bien tiesa, sin perder de vista las caricias que yo le estaba proporcionando a la mía perfectamente erguida ya fuera del batín. Pierre comenzó a besar en la boca a la encuerada dómina mientras yo, aun no se por qué, hacía una explícita señal a mi vecino.
El joven, sin recomponer su ropa se acercó hasta mi sin mediar palabra y se arrodilló delante de mi. Ensalivó con su lengua mi capullo e inició una sugerente mamada con unos labios tan carnosos como los de cualquier mujer. El chico sabía hacer aquello y si bien Nuria es la reina de la mamada, aquella tenía un encanto especial. Mientras mi nueva “puta” hacía con nota su trabajo yo observaba el desarrollo de la escena, donde mientras Nuria era enculada y tragaba polla, Pierre enculaba a su vez , en la misma postura a la dómina que le comía el coño a Denisse, relajada ahora en la cama, una vez que Nuria le había lamido la leche de la cara. Nuevos actores acudían a escena pues el enorme escandinavo se había levantado, recogiendo a las desatendidas rubitas, para dirigirse los tres hacia el punto caliente. El viejo rumano explotaba en el culo de Nuria al tiempo que el anciano del lado opuesto de la habitación hacia lo propio en el coño de la gorda. La lengua de una de las rubias se aplico en limpiar y aliviar el culo de Nuria mientras su amiga era enculada por el rubio en la misma postura en que la domina y mi novia. El segundo musculitos se corrió y Nuria tragó una buena ración de leche. Mi novia imitó en la postura a su amiga francesa y mientras las dos se comían la boca sus respectivas prostitutas les comían el coño. La cuarentona de la cama sintió envidia por los aullidos de Nuria y se colocó con su coño bien expuesto a disposición de la enculada rubita.
Mi “putita”, mientras tanto, se masturbaba y aceleraba el ritmo de sus mamadas, por lo que mi respiración y mis latidos se aceleraron en proporción isn perder de vista a Nuria, a quien al joven rubita parecía estar provocando el mismo efecto que a mi ese jovenzuelo. Como si de una corriente empática se tratase, Denisse pareció dejarse llevar por las mismas contracciones que Nuria y Pierre también aceleró el ritmo de bombeo: yo fui el primero en estallar llenando de leche la boca del chico, al tiempo que el también se corría por efecto de su paja. Segundos después Pierre llenaba el culo de la zorra encuerada de leche, al tiempo que ésta arrancaba un orgasmo a Denisse, que a su vez se fundía en un beso con Nuria en el mismo instante en que ésta se dejaba arrastrar por su correspondiente orgasmo.
Sin mediar palabra con el, y una vez que hubo lamido todos los restos de mi semen, deje al chico allí de rodillas y cerrando mi batín me dirigí a la salida. Conforme avanzaba por el pasillo podía ver como la orgía de la habitación llegaba a su desenlace. El rechoncho calvo que había tenido a mis pies durante todo ese rato, ya se había corrido en la mascara de cuero de la dómina y limpiándose su arrugado miembro se dirigía a la puerta también, al tiempo que el joven alvino descargaba su leche dentro del gozoso negrito.
Pasé junto al puesto que debía ocupar la madurita, a la que encontré masturbándose al entrar, pero ya se había ido y pude observar como la extraña pareja de la gorda y el anciano salían por la puerta tras el gordo calvo con sus ropas bajo el brazo.
Alcancé al gordo que se masturbaba en el pasillo justo a tiempo de ver como su leche manchaba su mano, y al tiempo en que la chica de la máscara acudía a la cama para morrearse con la cuarentona del vestido azul y permitir a esta que limpiase el semen del gordo, con la lengua, del cuero de la máscara. Cuando acabé el pasillo acristalado y alcancé al puerta, Nuria se levantaba recomponiendo su ropa y acompañaba a Denisse y Pierre en un prolongado beso a tres: cualquier sensación de celos me había abandonado, por el contrario esbocé una sonrisa y salí al exterior. Cerca de la puerta estaba el enorme negro que en un correcto francés me invitó a un vestuario donde encontré todas mis prendas.
Salí vestido de nuevo, y otra vez guiado por el negro me dirigía la taquilla a coger mi cartera, a tiempo de ver salir de uno de los vestidores al gordo de la cabeza rapada y de otro a Pierre:
- Ah! Amigo, ¿donde te habías metido?
- Digamos. . . que he estado entretenido ¿y vosotros?- seguí en francés.
- Muy bien, francamente bien, Nuria y Denisse ya salen , vamos mientras a recoger las cosas de las taquillas.
Reunidos los cuatro pudimos comprobar que eran las seis de la madrugada pasadas, así que dimos un disgusto a nuestras tarjetas de crédito y, por un pasillo lateral, pues la sala estaba ya cerrada, llegamos hasta la entrada donde observamos que las luces de la calle ya estaban apagadas y que nuestro leal chofer nos esperaba a pesar de lo frío de la noche.
Llegamos al hotel cansados, adormecidos, casi sin hablar, nos despedimos en el pasillo con unos fugaces besos en la mejilla y cada pareja se retiró a su habitación. Me desnudé y me arrojé agotado a la cama, recreándome en la visión de Nuria desnudándose: como dejaba caer primero su minifalda hasta el suelo, se aflojaba después el corset para quitárselo. Como se sentaba y se liberaba con sensualidad de sus botas, después del liguero y, recreándose especialmente, de las medias. Se echó en la cama sin quitarse el minúsculo tanga, me abrazó y me besó con ternura.
- ¿Que has estado haciendo desde que te dejé en la habitación?
- ¿Hacer?- Nuria perdió el tono cándido y tierno de los minutos anteriores y le imprimió a su voz un timbre pícaro y sensual- No he hecho nada que a ti no te hubiese gustado que hiciese.
Me limité a sonreír y esa noche le hice el amor con una ternura que prácticamente no habíamos tenido en todo el viaje, arrancando de su coño un orgasmo con mi lengua, y fundiéndonos los dos en otro al tiempo que me corría dentro de ella tras un buen rato de bombeo, besos y caricias.
Al día siguiente trasladamos nuestro ligero equipaje al complejo Drácula, nos instalamos en el hotel del castillo en habitaciones barrócamente decoradas, con abundancia de maderas labradas, terciopelos, bronces y motivos demoniácos y sexuales. El personal del hotel era casi íntegramente femenino y lucía uniformes similares a los de las camareras de “la mazmorra” con la excepción de que las faldas no tenían la exagerada abertura lateral y la tela de las camisas no era tan explícitamente transparente, complementándolas también con un ceñido corset negro. Por lo demás, maquillaje vampiresco, aunque más teatral y menos sensual que en “la mazmorra”, y los inevitables taconazos con media que he llegado a pensar que forman parte del traje folclórico rumano.
Comimos en un restaurante, donde todas las comidas tenían sangrientos y demoníacos nombres, y pasamos el día visitando los museos y la casa de los horrores del complejo. Al caer la noche nos retiramos a nuestras habitaciones para cambiarnos para la cena-espectáculo. Me vestí un juvenil traje pardo con camisa negra de fuera y volví a uno de mis ejercicios favoritos: recrearme en la visión de Nuria vistiéndose. Estaba preciosa, el traje parecía hecho a medida de la ocasión, negro, palabra de honor rígido como un corset que hacía innecesario el sostén para lucir su impresionante escote, largo hasta el tobillo, descubriendo unos zapatos de increíblemente fino y vertiginoso tacón que cubrían solo sus dedos y que se cerraban en una hebilla plateada algo más arriba del tobillo; al lado derecho una raja que se abría más y más al acercarse a los pies y que descubría, casi por completo, su hermosa pierna, enfundada en una media negra de la que solo quedaba oculta la blonda que hacía de conexión con su inevitable liguero.
Me tomó del brazo y nos dirigimos al salón del espectáculo. Cuando llegamos la mayor parte de las mesas de los tres niveles del teatro estaban ocupadas por turistas, pero como clientes del hotel teníamos reservada una mesa de cuatro en el ángulo superior del graderío en una de las zonas más oscuras, partiendo del hecho de que en un espectáculo de “terror” la oscuridad se considera un privilegio.
El jefe de sala era un hermoso ejemplar de Rumano, de pelo liso y suelto, con ojos azules y que a sus aproximadamente 30 años me superaba en talla y en anchura de hombros, haciendo evidente, bajo su camisa de traje regional, un pecho poderoso y un estómago planos totalmente depilados, y bajo su ajustado pantalón un bulto insultante. Nos invitó a seguirlo hasta la mesa y no me sorprendió ver como Nuria se humedecía los labios sin perder de vista sus duras y bien proporcionadas nalgas; me sorprendió sentir como mi polla daba un respingo en el tanga ante la visión de las nalgas de un hombre descaradamente ajustadas en aquel pantalón. Nos sentamos y comenzamos a charlar mientras en la pista central la orquesta comenzaba una alegre musiquilla y cuatro jóvenes con trajes regionales, dos chicas y dos chicos, comenzaron un ajetreado vaivén de saltos y giros. Una hermosa joven de apenas 18 años, rubia de ojos azules y pelo recogido, nos sirvió un aperitivo y unas copas de vino mientras esperábamos a nuestros amigos, no presté atención a la marca del vino al observar como se balanceaban sin sostén dos tetas desproporcionadas con el delgado, casi frágil, cuerpecillo de la camarera. Pierre y Denisse aun se hicieron esperar 5 minutos más, pero como siempre mereció la pena. Pierre con un ajustado jersey que le permitía exhibir su corpulencia, y un ajustado pantalón vaquero a través del que lucia aquel bulto permanente de la entrepierna. Denisse espectacular, mostrando el ombligo con una minúscula camisa de gasa negra superescotada, cuya transparencia hacía evidente la ausencia de sujetador, y un pantalón tan ajustado que permitía observar con detalle su entrepierna, aparentemente libre de ropa interior, y que desaparecía dentro de unas botas negras de cuero cubiertas de hebillas hasta la rodilla y con un fino y mareante tacón que buscaba compensar su escasa estatura.
Durante la cena, además del abundante licor y de la excelente comida disfrutamos de un entretenido espectáculo, de música, ilusionismo, ligeros sustos con apariciones inesperadas de vampiros y vampiresas entre el público y algo de erotismo con unas vampiresas ligeras de ropa y abundantes en transparencias , bailando de forma provocativa con fornidos campesinos y mezclándose insinuantes con el público masculino y a veces incluso con el femenino ( una se sentó en el regazo de Nuria y con un rápido lametón en el cuello le erizó el pelo y los pezones). El espectáculo acabó y una música ligera sustituyó el estruendo, las copas sustituyeron a la cena y mientras algunas parejas se atrevían en la pista y la conversación sustituyó al espectáculo.
- La verdad es que han sido unos días divertidos, es una pena que acaben ya. . . -suspiró Denisse en su cantarín francés.
- Si, lo hemos pasado bien ¿tendremos fin de fiesta?- quise meter el dedo en la yaga.
- Estaría bien. . . -el francés se sonrió- no me gustaría irme de Rumanía sin disfrutar de Nuria.
Nuria miró interrogante al francés, peor ayudada por el alcohol, tomo una postura insinuante, cruzó con exhuberancia sus piernas hasta dejarme ver con claridad la blonda de la media y el extremo del liguero, y me miró interrogante.
- ¿Es que no la has disfrutado bastante?
- Jajaja- el francés resultó arrogante y escandaloso. . . como siempre- pero me refiero a tenerla para mi solo, disfrutando de ella al completo sin intromisiones de ti, Denisse o cualquier otro.
Por mi mente pasó la escena de la noche del baile de disfraces y mi polla dio un respingo.
- Bueno. . . yo no soy su dueño, eso es algo que tendrá que decidir ella; creo que estos días ha comprobado que tengo una visión muy liberal de las relaciones sexuales.
- Bien ¿Nuria?
Mi chica pasó su lengua sensualmente por sus labios ligeramente maquillados de carmín rojo permanente, me miró, observó a Denisse que tenía su mirada de zorrita borracha perdida en el infinito, observó a Pierre que al miraba arrogante, y devolvió su mirada a mis ojos, cargada de provocación y sensualidad.
- Sería un buen fin de fiesta- sentenció Nuria dando un largo trago a su copa.
- ¡Perfecto!- el francés soltó una carcajada y brindó.
- ¿Puedo pedir yo algo para mi fin de fiesta?- mi pregunta los pilló algo descolocados.
- ¿A Denisse?- preguntó Pierre recuperando su tono de superioridad.
- No. . . - mi respuesta hizo reaccionar a la francesa que se giró para esperar a verque era lo que pedía- ¡mirar¡.
- Pero Pierre, quiere disfrutarme a solas. . . -Nuria puso su tono más malévolo.
- Quiere disfrutarte sin ingerencias, pero no ha dicho nada de a solas.
- ¡Cierto!- el francés celebró mi ocurrencia.
- Perfecto entonces, pero Denisse aun tiene que elegir su regalo.
- Ummm. . . -la chica dudó- creo que también miraré, pero cuando acabéis quiero que me folles para que lo vean ellos.
- Por supuesto cariño- nada parecía inmutar a Pierre.
Acabamos la cena y decidimos no demorar más el fin de fiesta, por lo que nos dirigimos a nuestras habitaciones cada uno cogido de la mano de su pareja. Nuestras habitaciones eran contiguas, así que cuando llegamos a las puertas dudamos un segundo sobre el camino a tomar; de nuevo fue Pierre quien tomó la iniciativa: soltó a Denisse, tomó a Nuria por la cintura, la miró profundamente a los ojos y se fundió con ella en un beso largo y húmedo, ella acariciaba su espalda y él su cintura; mientras Denisse y yo mirábamos embobados como sus bocas se abrían y sus lenguas jugueteaban. Después de unos segundos intensos, el francés la volvió a tomar de la cintura y la empujó a través de la puerta de su habitación que a continuación dejó entreabierta tras de sí. Tomé a Denisse de la mano y empujé la puerta. Nos quedamos justo en la entrada, tras cerrar la puerta, en la oscura habitación mientras Nuria se sentaba en la inmensa cama de salomónico dosel, esperando a que Pierre encendiese las palmatorias y candelabros sintéticos, donde pequeñas y oscilantes bombillas imitaban las llamas y daban una insinuante penumbra al entorno de la cama, dejándonos a los espectadores en completa oscuridad. Pierre se acercó a Nuria por la espalda, le acarició los hombros y le besó el cuello, ella respondió cerrando los ojos. Mientras Pierre se apartaba unos segundos para tomar un benjamín de champagne del minibar y servir dos copas, Denisse y yo tomamos dos sillas de brazos, de madera, y nos pusimos frente a la cama, a los tres metros que la pared permitía, para observar el espectáculo. Una de las copas la tomó Nuria, comenzando a beber a cortos y sensuales sorbos, y la otra la utilizó el francés para acariciar la espalda de mi chica, erizando todos los poros de su piel. La mano de Nuria buscó automáticamente el paquete de Pierre, mientras la lengua del francés recorría metódicamente, el cuello, las orejas, y la nuca de la criatura que yo adoro, haciéndole entreabrir los labios de placer. La mano izquierda de Pierre, atacó entonces el pecho izquierdo de Nuria, exploró bajo el “palabra de honor” y amasó el enorme seno, deteniéndose a acariciar el enhiesto pezón con las yemas de sus dedos, hasta mostrarlo sobre la tela del vestido. La lengua del francés llegó a la boca de Nuria y esta la atacó con ansia, con lujuria, con pasión en un beso húmedo, sucio, posesivo. . . Con cierta brusquedad, Pierre giró a Nuria dejándola sentada, abierta de piernas y haciéndola verter el último contenido de la copa en su escote, siguió con su labor colocado ahora, de pie, entre sus piernas. El beso continuaba apasionado, eterno, y la mano de Pierre acariciaba con maestría la teta de Nuria, arrancándole gemidos con esa práctica que tanto excita a mi chica. Nuria desabrochó sin contemplaciones el vaquero de Pierre y bajó los calzoncillos, saltándole a la cara el enorme pollón a media erección. ¡Que sangre fría, la mía ya estaba para estallar, levantando tienda de campaña en mi pantalón, mientras yo la sobaba por encima!. Nuria se liberó del beso y comenzó a mamar polla como solo ella sabe hacerlo, acariciando con sus uñas los huevos de Pierre, que comenzó a gemir, lamiendo el tronco venoso, que crecía y se endurecía por segundos, y mordisqueando el rosado capullo, arrancando gemidos de éxtasis al ritmo de sus dientes. Los pantalones cayeron hasta los tobillos y el francés tomó a mi chica del pelo comenzando a bombear su garganta con su polla ya en plena forma, al ritmo de su duras nalgas, al tiempo, de reojo, pude observar en al penumbra como Denisse mordisqueaba su labio y pasaba sus dedos sobre al gasa de la camisa que sus duros pezones parecían ir a atravesar.
- Si. . . si. . . así. . . - Pierre follaba cada vez con más intensidad la boca de mi novia, que se ayudaba clavando con fuerza sus uñas en las pétreas nalgas del francés.
Yo no pude contenerme más y saqué mi polla para pajearme pero, con un alarde de reflejos, Denisse apartó mi mano y se apoderó con la suya de mi tronco comenzando a zumbarlo con delicadeza y decisión. Pierre tiró hacia atrás del pelo de Nuria, para dejarla respirar, dejándola boquiabierta y mirándola a los ojos, para con una inusitada precisión escupirle y alojar el salibajo en la garganta de mi chica. Nuria cerró los ojos y gimió como respuesta. Pierre empujó a Nuria contra la cama dejándola tumbada boca arriba, y provocando que su pecho derecho también abandonase el vestido.
- Amor. . . se que te gusta mi rabo- el francés se liberó de toda su ropa mientras hablaba- al final solo eres una puta, como Denisse, ansiosa de que una polla de verdad te taladre y te haga gozar. . . llevas queriendo mi rabo desde la noche de los disfraces, necesitas un macho de verdad, al final Pascual solo es un cabrón y un maricón.
- Vamos. . . ¡Fóllame!- Nuria hizo ademán de incorporarse con una mano mientras con al otra buscaba el enorme aparato del francés.
- ¡Calla zorra!- de un terrible bofetón, Pierre, devolvió a Nuria a la cama- quiero oírte suplicar, quiero oír como me pides que te follé con esta polla, quiero saber cuanto la deseas.
Denisse, por su parte, ya había metido su mano izquierda bajo su pantalón y la movía frenéticamente.
- Por favor. . . fóllame. . . te lo suplico
De poco sirvió su súplica a Nuria pues el francés la arrastro con violencia del pelo, más adentro en al cama, para poder acomodarse de rodillas entre sus piernas, y acercando más su cara a al de Nuria le dijo:
- ¿Eso es todo lo que deseas mi rabo, puta?- a la mano en el pelo la acompaño otra en el cuello.
- No. . . quiero que me folles. . . lo necesito. . . fóllame. . . deseo tu rabo. . . por favor. . . nadie me ha follado como tú- con la respiración entrecortada Nuria no podía ni hablar.
- ¿Nadie? ¡puta!
- No. . . nadie. . . fóllame. . . eres mejor que Pascual. . . tu cuerpo. . . tu polla. . . como te mueves.
- ¿Mejor que Pascual?- El francés aligeró algo la presión de sus manos y acercó sus labios a los de Nuria, después soltó la mano del pelo y la dirigió a la entrepierna para certificar que mi novia había decidido no usar nada en la entrepierna esa noche para no desentonar con la ausencia de sostén; lo que sí que comprobó era como chorreaban jugos por su muslo.
- Si. . . joder. . . fóllame ya, métemela. . . eres cien veces mejor que ese cabronazo. . . vamos fóllame, le encanta verme bien follada por cualquier otro a ese maricón- mientras hablaba, Nuria, subió sus pies a la cama dejando las piernas encogidas y exponiendo aun más su coño y su culo al francés.
Pierre volvió a morrear a Nuria, soltó la mano del cuello para apoyarse bien y comenzó con la otra a pajear a mi novia que lo abrazó con las piernas por la cintura ansiosa de rabo. El francés no se hizo esperar más y taladró a Nuria hasta los huevos, haciendo que mi chica se retorciera de placer ante aquella primera brutal envestida, al punto de clavarle las uñas en su musculosa espalda
- Siiiiiiii!!!!!!. . . -es todo lo que Nuria atinó a gritar antes de que Pierre volviese a llenarle la boca de lengua.
El francés la embestía con brutalidad, tensando su inmenso y musculoso cuerpo, y ahogando con su lengua los gemidos de placer de Nuria. Era evidente: con unas pocas embestidas había arrancado un orgasmo brutal a mi chica. No me pude contener y llene de leche la mano de Denisse que seguía masturbándose, mientras se lamía ahora la leche de sus manos, dejando mi polla limpia con sus dedos. Pierre se liberó del abrazo de las piernas de Nuria, se puso de rodillas, la tomó por los muslos y comenzó una follada dura y extremadamente rápida.
- Si. . . más. . . folla. . . folla. . . sigue. . . dame más. . . duro. . . fóllame. . así. . . así. . ¡¡¡¡¡me coooooooorrooooooooo!!!!!
Nuria no paraba de encadenar orgasmos, estaba como loca, en éxtasis.
Sin dejarla respirar, le dio la vuelta, desabrochó la cremallera del vestido y se lo quitó con velocidad y maestría, la puso de rodillas en al cama contra el barroco cabecero, se escupió en los dedos, se los metió por el culo arrancándole un buen gemido, y a continuación la enculó sin piedad, con más dureza aun de la que había empleado en la follada, arrancando gritos incontenibles de placer y haciendo golpear sus tetas y su cara (forzada por una mano en la nuca) contra la labrada madera. Le arrancó el tercer orgasmo del culo.
- ¡¡¡¡Diooooosssss!!!!, ¡¡¡¡siiiiiii!!!!, ¡¡¡¡¡que maravilla!!!!!. . . ¡¡uffff!!- Nuria pareció desvanecerse por el placer- . . . necesito descansar. . . por Dios. . .
El tercer orgasmo de Nuria y su evidente “derrota”, fueron el pistoletazo final de Pierre que aceleró aun mas sus embestidas en el culo de Nuria, volviendo a arrancar gritos ahogados y acabando con una brutal y acompasada corrida, a la que se unió Denisse gracias a su mano y Nuria con un cuarto y extenuante orgasmo. Cuando Pierre sacó su polla del culo de mi novia, esta quedó agotada, casi inconsciente en al cama. El francés por su parte quedó al lado sonriente y satisfecho. Su sonrisa, se convirtió en una mueca malévola cuando Denisse se levanto y avanzando decidida dijo:
- Ahora me toca a mí.
La francesita se liberó de la camisa y se arrodillo sobre la cama, metiéndose diligente el fláccido miembro del francés en la boca. Con una buena técnica buco-lingual y una buena dosis de caricias en la pelvis y los huevos, el aparato de Pierre comenzó a reaccionar de nuevo y a crecer en busca de sus desmesuradas medidas. Nuria se giró ronroneante como un gato para observar la escena mientras se pasaba la punta de sus uñas sobre sus, aun duros, pezones. Cuando Pierre y Denisse encontraron que la boa había vuelto a una situación óptima, nuestro amigo se sentó en el borde de la cama y la chica bajó al suelo, bajándose el pantalón a medio muslo y sin dilación, metiéndose aquello dentro de su cuerpo al sentarse sobre su hombre de espaldas a su cara.
- Vamos fóllame. . . que esa zorra vea como se folla- Denisse apoyó sus manos sobre los muslos de Pierre y comenzó a subir y bajar a lo largo de su enorme polla invitándolo a que la acompañase en esa cadencia.
- Ummm. . . muy bien cariño. . . así se mueve mi puta, eres increíble, vamos gánate tu leche y demuestra a Nuria quien es la más zorra- El francés comenzó un ligero acompañamiento empujando con sus caderas y ayudando con sus manos en la cintura de la chica a que subiese y bajase a lo largo de su miembro.
Nuria mientras tanto había perdido visión, pues ambos le daban la espalda, y algo más recuperada se levantó y se dirigió un poco tambaleante aun y sin perder comba de la escena, hasta la silla que había estado ocupando la francesa. Se sentó a mi lado, le acaricié la cara y nos besamos con ternura
- Te quiero- le dije con una sonrisa.
- Y yo a ti cariño- respondió con la mirada llena de sinceridad.
La francesa, por su lado, incrementaba el ritmo ayudándose de un espectacular movimiento de cadera y cintura, que arrancaba resoplidos de placer a Pierre.
- Vamos . . . vamos fóllame. . . asiiiiii
- ¡Joder! Como te mueves pedazo de puta, vas a hacer que me corra.
- Vamos . . . vamos. . . ¡¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!- la francesa explotó en un orgasmo al tiempo que hacia que su macho le llenase el coño de leche.
Aquella noche Nuria y yo dormimos abrazados de un tirón y por la mañana me despertaron sus labios en mi polla, succionando con delicadaza una miembro que había amanecido dispuesto para el servicio. Me ayudo a correrme metiendo un dedo por mi culo y se tragó sin rechistar hasta la última gota de mi leche, para darme después mi beso de buenos días aun con sabor a lefa.
Regresamos a nuestro hotel “base” para comer y nos despedirnos de los franceses con un beso en la comisura de los labios y promesas de mantenernos en contacto y hacernos visitas mutuas; aunque para mi era evidente que si algún día viajábamos a Francia para visitar a Pierre, no sería la dulce Denisse la mujer que encontraríamos en su casa. Empleamos el resto del día en hacer el equipaje y liquidar los asuntos pendientes. Cenamos en el hotel y de regreso a nuestra habitación nos cruzamos en la puerta del restaurante al joven camarero Rumano, al que Nuria dio sus pequeños espectáculos los primeros días, haciendo la labor de despedir con cortesía a los clientes. Nuria se detuvo junto a él.
- Cariño. . . dile al chico, que nos suba champagne y tres copas. . . no me gustaría dejarme nada pendiente esta noche.
Hice la traducción pertinente, con énfasis en que la botella la subiese él, pues las intenciones de Nuria eran evidentes, y salimos para nuestra habitación seguidos de la mirada del chico, hipnotizado por el trasero de Nuria enfundado en la misma minifalda gracias a la que días antes había podido ver su culo en nuestra habitación.
Nuria me pidió que me desnudase al entrar, y yo le hice caso mientras que ella, sin dar mucha importancia a sus actos, se deshizo de la minifalda y la escotada camisa blanca que lucía, quedándose íntegramente en lencería de encaje negro, tanga, wonder, liguero y medias, con su botas de charol con tacón. Se dirigió a su neceser y cogió unas esposas, con las que me unió a una de las columnas del dosel sin que yo opusiese mucha resistencia. Se sentó frente a la puerta, con las piernas cruzadas y de espaldas a mi tamborileando con sus uñas en el brazo de la silla. Instantes después tocaron a la puerta.
- Servicio de habitaciones- dijo una voz juvenil en Rumano.
- Entre- contestó Nuria en francés.
El joven camarero entró y quedó mudo ante la visión que Nuria le ofrecía (yo también ponía algo de mi parte, desnudo y esposado de rodillas a la cama).
- Tráigalo aquí por favor- Nuria hablaba un francés bastante autoritario.
El chico llevó cubitera, copas y champagne hasta la mesita que había junto a al silla de Nuria, la verdad que con un paso ciertamente vacilante.
- Sírvanos tres copas.
El camarero obedeció y llenó tres copas, de las que Nuria tomó una.
- Coja una, es para usted.
- Señora. . . yo. . . -el camarero intentaba balbucear una disculpa en un torpe francés.
- ¡Vamos, obedece!- el exhorto sonó un tanto fuera de lugar pero surtió efecto.
El chico tomó una copa y bebió un buen sorbo. El rumano parecía paralizado, pero Nuria, sabía como desinhibirlo: dejó la copa, extendió su mano y no encontró resistencia cuando bajó la bragueta al camarero. Cuando tiró del austero calzoncillo blanco surgió una polla de buen tamaño a pesar de su media erección. Bastaron un par de caricias de unos dedos expertos para que el vergajo se pusiese a tono, y demostró que Nuria tenía un buen ojo, pues a pesar de que el chico era algo enclenque, estaba bastante bien dotado. Mi novia continuó con la paja y el rumano tuvo que dejar la copa en la mesa porque las fuerzas le faltaban entre suspiros de placer. La situación se puso mas complicada para el rumano cuando Nuria introdujo íntegramente su polla en la boca y comenzó a chupar con énfasis, por un momento pensé que el chico se caería al suelo. La cara descompuesta del joven mostraba que no tardaría mucho en llenar de leche la boca de Nuria, así que ésta aminoró el ritmo de la succión, hasta abandonarla y sustituirla por un masaje en los huevos con una mano mientras con al otra ayudaba al chico a liberarse de la parte superior del uniforme. Una vez el rumano estuvo con el torso desnudo, mostrando su escasez de pelo y de masa muscular, Nuria se levantó y se dirigió hacia mi trayendo el champagne y al rumano detrás como un perro. Con una seña me indico que me pusiese de pie, que separase las piernas y que pusiese el culo ligeramente en pompa. Derramó abundante champagne desde mi “curcusilla” dejando que corriese por el interior de mis glúteos, para a continuación arrodillarse y comenzara lamerlo, ante los asombrados ojos y la enhiesta polla del rumano. Me separó los carrillos y comenzó a pasar su lengua desde mis huevos hasta mi ano, haciendo que mi polla se pusiese prácticamente al 100% de su capacidad, con una mano me masturbaba, con otra hacía lo propio con el rumano y al tiempo me metía la lengua en el culo ensalivándomelo y lubricándomelo a placer. Cuando considero que la situación estaba a su gusto se levantó y ordenó, al rumano:
- Fóllalo
- ¿Como?. . señora. . . yo no soy homosexual. . . -el rumano no estaba entusiasmado con la idea, y era evidente.
Nuria se dirigió con un sugerente contoneo hacia mi cartera y sacó cien euros
- ¡Fóllatelo!
El rumano dudó un segundo y vencidos los prejuicios se colocó tras de mi, pasó sus dedos por mi culo para comprobar que estaba dilatado y lubricado y comenzó a metérmela con bastante prudencia. Nuria se puso de rodillas entre mi polla y la columna y comenzó a mamar. Las primeras embestidas fueron un poco torpes, pero pronto nos sincronizamos los tres y yo comencé a gemir de gusto como una perra.
- Así, así. . . jodeeer. . . que gusto. . . me voy a correr.
Aquellas últimas fueron las palabras mágicas para Nuria que dejó la mamada salió de debajo de mí, soltó las esposas, hizo al rumano que me desensartara y nos pidió:
- Quiero vuestra leche sobre mi- dijo mientras se tumbaba en la cama.
Ambos nos subimos a la cama y de rodillas uno a cada lado con nuestras pollas listas para explotar, disfrutamos de una paja a dos manos. El primero en correrme fui yo, que arroje mi leche en su cuello, sobre su escote, manchado el sostén y sobre su barriga. El rumano se corrió apenas un segundo después de que mi última lechada saliese y lanzó una gran cantidad de esperma a su cara, sobre sus ojos, en el pelo, en los labios (que ella se relamió instintivamente) y en el cuello. Con autoridad, Nuria, extendió su mano hasta los cien euros, se los dio al chico y le ordenó que se marchase. El rumano obedeció sin rechistar y aun no había acabado de recomponer su ropa cuando Nuria ya había dispuesto como quería que acabase aquello.
- Límpiame.
La lamí obediente disfrutando el sabor de mi leche mezclada con la del rumano y cuando consideró que estaba impoluta empujó mi cabeza hacia abajo.
- Ya sabes lo que tienes que hacer. . . cariño.
Aparté el diminuto tanga y comencé a lamer sus labios vaginales al tiempo que aplicaba mi dedo gordo en su clítoris; Nuria gemía de gusto. A mi espalda oí al rumano salir. Nuria alcanzó el champagne y comenzó a vaciárselo desde el ombligo para que yo lo lamiese al pasar por su coño, metiendo y sacando mi lengua como si de una pequeña polla se tratase, pellizcando con suavidad y mordisqueando su clítoris, hasta que se corrió con exhuberancia en mi cara.
Nos duchamos, pedimos sábanas limpias y dormimos como bebés.
Al día siguiente tocó madrugar para coger el vuelo y una vez a bordo, con la señal luminosa de cinturones apagada, me dejé caer hacia atrás para dar una pequeña cabezada mientras Rumanía se perdía en el horizonte. Me despertó Nuria que volvía del baño con un ligero beso en los labios. . . beso al que noté un extraño sabor.
- ¿Cariño?
- Pedazo de polla que tenía el negro de Bussines class. . jajaja
Pero esta ya es otra historia.
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144232 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 122622 veces
Si te ha gustado Un viaje de Negocios. Final que es principio. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Un viaje de Negocios. Final que es principio..
NuriayPascual
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Neofilder
(8 de May de 2009 a las 01:24) dice:
en realidad soy un poco reacio a los escritos que exageran de las palabras y expresiones coitales, me parece estar viendo una pelicula porno barata. Pero este relato en si me dejo un agradable sabor de boca, creo que reconsiderare mi postura en ese aspecto coronelwinston
(7 de May de 2009 a las 23:01) dice:
Magistral chicos. No puedo decir más. Es una pena que la gran mayoría de lectores no hayan podido degustar vuestra historia. Es un compendio de sexo adornado con un vocabulario rico y descriptivo. Sólo un pero, con tanto folleteo y tanta gente participando en la orgía, hubo un momento en que perdí la escena. Pero sé que es mi problema, me excité demasiado. Un abrazo. katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:45) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF NuriayPascual
(10 de July de 2009 a las 15:38) dice:
Gracias neofilder, tu comenatrio es un honor ya que eres uno de los autores más reconocidos de la página.
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