De nuevo desde el punto de vista de Nuria se retoma la historia de nuestro viaje...
Relato
Después del beso de buenos días me quedé como alelada acordándome de lo que había visto la noche anterior. No me dejó seguir pensando:
- Tengo hambre. Me apetece algo de marisco y unas peritas, dijo con una sonrisa.
No me dejó ni contestar y se puso manos a la obra; o mejor dicho, boca a la obra.
Se sentó sobre mis rodillas y agarró con fuerza mis tetas al tiempo que se agachaba para empezar a pasar su lengua por la aureola de mis pezones. Chupaba, mordía y pellizcaba mis pezones escuchando mis jadeos. Solo paraba un segundo para levantar la cabeza y mirar como me retorcía de placer. Empezó a bajar lentamente su lengua por mi vientre hasta llegar a mis ingles para seguir bajándola por mis rodillas; una vez allí, paró en seco y comenzó a subir hacia mi coño que estaba deseoso de sentir el contacto de la humedad de su boca. Pasó su lengua muy despacio por mi clítoris que comenzó a hincharse como un globo; separó mis labios e introdujo su lengua por mi sexo. Su lengua entraba y salía con una velocidad increíble, lo que no tardó en hacer que llegara mi primer orgasmo. Yo le pedía que parara, que no podía asimilar tanto placer de una forma tan seguida, (me pasa muchas veces, es como si no me mereciera ese placer que siento sin darle a él nada a cambio), pero Pascual no me escuchaba. Empezó a meterme los dedos y a acariciar mi coño con su perilla. Tuve otro orgasmo más intenso que el anterior. Estaba a punto de llorar de placer cuando paró, y se sentó sobre mi vientre ofreciéndome su polla a punto de caramelo. Sabía lo que tenía que hacer. Acomodé una almohada bajo mi cabeza y empecé a chupar aquel aparato que era como un hermoso plátano gigante. Su polla estaba dura, y sus huevos se ponían cada vez más duros con las caricias que yo les proporcionaba con mis dedos. Cogí una de mis tetas, y con uno de los pezones empecé a acariciarle los huevos sin dejar de chuparle la polla. Sabía que no iba aguantar mucho más, así que paré y le pedí que se tumbara en la cama. Le abrí las piernas y seguí chupando sus huevos, bajé por el perineo hasta llegar a su ano que lubriqué con mi lengua metiéndola y sacándola. Mis manos no dejaban de acariciar su preciosa polla y sus huevos, y mi lengua se paseaba por su ano al compás de mis dedos. Alargué la mano y cogí el consolador que había en la mesita, lo chupé mientras acariciaba su polla y cuando estuvo listo lo metí por su culo sin dejar de chuparle la polla y acariciar sus huevos.
Estalló en un orgasmo llenando mi boca y mi cara de leche caliente. Sin parar de convulsionar yo le limpiaba la polla con la lengua con lametazos largos desde la base hasta el capullo.
- Buen desayuno. Me encanta empezar así las mañanas, dijo.
- Te vi anoche en el baño. Era para demostrarte que soy la mejor, le contesté mientras me dirigía al baño para darme una ducha.
Se quedó mudo mirando como me marchaba hacia el baño. Acababa de salir del jacuzzi cuando entró en el baño. Estaba frente al lavabo y tenía el albornoz puesto con una rendija que dejé a propósito al atármelo para que se viera uno de mis pezones.
- Nunca he dudado que fueras la mejor a la hora de follar conmigo, dijo mientras se colocaba detrás de mí. Es solo que sabes que me gusta hacer ciertas cosas que a ti no parecen gustarte mucho.
Me abrazó por la cintura mientras miraba mis ojos reflejados en el espejo. Subió sus manos y agarró mis pezones con las yemas de los dedos pellizcándolos. Estaba desnudo, y empecé a notar como su polla se iba poniendo dura. Su aliento en mi cuello empezó a ponerme más cachonda de lo que ya estaba. Me zafé de su abrazo, y poniéndome yo ahora detrás de él cogí su polla con mis manos abrazándolo desde atrás. Estábamos frente al espejo, y el vernos reflejados en él aumentó mi excitación hasta casi correrme con aquella visión. Le pedí que se hiciera una paja para mí. Me senté en la tapa del wc y esperé para ver como mi novio se la meneaba con la mano derecha mientras que con la izquierda iba acariciando sus huevos. Cogió la crema corporal y empezó a echármela por las tetas, extendiéndola con unos movimientos circulares que presionaban la zona de los pezones. Cuando estuvieron totalmente lubricadas, coloco entre mis tetas su inmensa polla y apretando mis pechos comenzó a hacerse una cubana. Cuando su polla subía, yo cogía su capullo entre mis dientes. Me miraba y miraba al espejo. Se sentía importante haciendo que una chica, una putita, le chupara la polla. De pronto paró y me llevó hasta el lavabo; puso mi pierna derecha en el lavabo y metió su polla hasta el fondo de mi coño. Las embestidas eran brutales y él no paraba de decirme:
- Tú eres mi puta y solo eso debe contar para ti.
El verme reflejada en el espejo, con el coño tan abierto y esa enorme polla dentro fue lo que provocó que me corriese, y supongo que a él le pasó lo mismo.
Mi coño chorreaba su leche, y cuando la sacó y fue hacia el jacuzzi lo llamé:
- ¡Pascual!, no te dejes las cosas a medias y limpia esto, le dije mientras señalaba mi coño.
Se rió a carcajadas, seguro que fue porque no se esperaba aquella reacción por mi parte; pero como es un chico muy obediente, se agachó y se comió mi coño haciendo que me corriera de nuevo. Cuando termino me preguntó:
- ¿Está ahora satisfecha la señora?
- Mucho, le dije yo. Pero a partir de ahora recuerda que las cosas terminan cuando yo diga.
Nos duchamos y bajamos a desayunar.
Cuando llegamos al comedor Michel y Daniella nos estaban esperando. Desayunamos rápidamente y nos fuimos a visitar el hotel donde debían alojarse los cazadores que iban a llegar en los meses siguientes.
El hotel estaba decorado en estilo rústico, muy apropiado para dar cobijo a los cazadores que iban a pernoctar allí. Las habitaciones eran amplias y muy luminosas, y los espacios comunes estaban decorados con un estilo un poco recargado pero bastante acogedor.
Después de ver las instalaciones pedí al conserje que me dijera donde estaba el baño porque no me aguantaba más. Bajé por unas escaleras y al final del pasillo a la derecha estaba el baño de las mujeres, justo enfrente del de los hombres.
Estaba lavándome las manos cuando apareció Pascual sonriendo. Nos besamos y nos metimos en uno de los urinarios. No podíamos estar mucho tiempo, así que pasé a la acción: le bajé los pantalones y metí su polla en mi boca chupando y mordiendo la punta de su capullo. Apretaba sus huevos con la palma de mis manos sin dejar de succionar. Me puse de pie y él me dio la vuelta bajándome los pantalones hasta las rodillas. Metió su polla en mi coño y después de dos envistes, la sacó y la metió en mi culo. Aquel movimiento inesperado unido a la falta de lubricación hizo que se me escapara un grito de dolor. La sacó rápidamente y mojó la punta de su polla con saliva para metérmela nuevamente. Ahora entró a la perfección. Mientras me enculaba acariciaba mis tetas por encima del sujetador. Me sentía una verdadera furcia, pero aquello me daba todavía más morbo. Nos corrimos al unísono. Me lavé las manos y subí al comedor donde nos esperaban todos sentados en la mesa para comer.
Pasamos la tarde visitando el coto y hablando con ojeadores, realeros y demás trabajadores, y ya de noche regresamos al hotel. Cenamos en la habitación y nos tumbamos en el sofá para ver la tele. Estábamos agotados. Se vé que nos quedamos dormidos. Me desperté cuando noté que Pascual me estaba comiendo el coño, y me quedé de piedra cuando al abrir los ojos descubrí que no era Pascual, si no una de las chicas que yo había visto la noche anterior follando con mi novio. Giré la cabeza y vi como la otra se afanaba con la polla de mi novio en su boca. No podía creérmelo. Pascual me miró y entre jadeos me dijo:
- Te juro que yo no las he llamado. Es un servicio gratuito del hotel. ¿por qué no les dejamos que cumplan con su cometido?
Ni siquiera pude contestarle. Me estaba corriendo con la cabeza de una tía a la que no conocía de nada entre mis piernas. La otra dejó de chuparle la polla a Pascual y se acercó a mí; se agachó y empezó a chuparme los pezones. Hablaban y se reían entre ellas. Pascual se levantó con su polla dura y colocándose detrás de la tetuda que me estaba comiendo el coño le metió la polla hasta dentro. Estaba a punto de correrme otra vez gracias a la prodigiosa lengua de aquella puta y a los embistes que le daba mi novio. La que me estaba comiendo las tetas había cogido el consolador de la mesita y apartando a la otra de mi coño empezó a metérmelo. Aquel trasto entraba y salía muy despacio y cuando consiguió que me corriera nuevamente me dejó allí espatarrada sin saber todavía si era un sueño o era real lo que estaba ocurriendo. Sentaron a Pascual en el sofá y se pusieron las dos a comerle la polla, los huevos, a lamer su culo, a meterle el consolador mientras le restregaban sus tetas por la boca y no dejaban de tocarse la una a la otra. Debía parecerles más divertido jugar con él porque me dejaron allí, de mero espectador mientras aquellas dos zorras se follaban a mi novio delante de mis narices. Yo estaba cada vez más excitada por lo que empecé a acariciar mis tetas y mi coño. Decidí participar en aquella miniorgía y poniéndome de pie, me subí al sofá y me abrí de piernas delante de la boca de Pascual. Comenzó a comerme el coño, y una de las chicas se puso a cabalgar sobre su polla con su coño totalmente abierto. Subía y bajaba a una velocidad de vértigo. La otra decidió que mi culo estaba muy solo y me metió el consolador bien lubricado. Con una polla de plástico en mi culo y la lengua de mi novio sin dejar de trabajar en mi coño me corrí nuevamente en la boca de aquel que se estaba follando a la tetona. Pascual estaba a punto de correrse, por lo que las chicas se pusieron delante de él chupando su polla. Acabó corriéndose en la cara de aquel par de zorras que no dejaban de reír y que me miraban con cara de estar burlándose de mí.
Me levanté y me fui a ducharme. Cuando volví se habían ido y mi querido novio dormía sobre el sofá como un bebé.
No podía creerme lo que acababa de pasar: había follado con dos tías que no había visto en mi vida.
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144247 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 122668 veces
Si te ha gustado Un viaje de negocios II vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Un viaje de negocios II.
NuriayPascual
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
coronelwinston
(5 de May de 2009 a las 20:12) dice:
Siempre hay una primera vez. Muy bueno. Pero cada vez que leo lo del consolador en el ano de Pascual.......me da yu-yu. Un abrazo. katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:01) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:36) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Un viaje de negocios II.
Vota el relato el relato "Un viaje de negocios II" o agrégalo a tus favoritos