UNA EXPERIENCIA DIFERENTE
Soy un hombre de 42 años, casado y no muy agraciado, por eso lo que me ocurrió una tarde de este verano, me sorprendió a la vez que excitó.
Me encontraba en casa tomando un café después de comer cuando sonó el timbre y era Juan, un chico de 16 años que vive cerca.
Juan.- Hola, buenas tardes, ¿esta su hijo?
Yo.- No, hoy no llega hasta las 8 de la tarde.
Juan.- Entonces ¿está usted solo?
Yo.- Si, hasta que as llamado tu, estaba solo, y no me llames de usted.
Juan.- ¿Podría hablar contigo un momento?
Yo.- Claro, pasa y siéntate, ¿te apetece beber algo?
Juan.- Un refresco, gracias.
Yo.- Tú dirás
Juan.- Es que me da mucha vergüenza
Yo.- Entiendo, ¿se trata de sexo?
Juan.- Mas o menos, si
Yo.- ¿Qué quieres decir?
Juan.- Prométeme que no te reirás ni le dirás nada a nadie
Yo.- Lo prometo, no diré nada ni me reiré
Juan.- No sé cómo se hacen las pajas
Yo.- ¿Te refieres a masturbarte?
Juan.- Si
Yo.- ¿Lo has intentado?
Juan.- Si, pero no sé cómo hacerlo
Yo.- ¿se te pone dura?
Juan.- Eso sí pero nada mas
Yo.- Entonces puede que no la cojas bien o necesites tiempo, no sé por qué no te corres
Juan.- Lo que hago es quitarme la ropa, me cojo el pene y lo meneo abajo y arriba
Yo.- ¿y no te corres así?
Juan.- No
Yo.- Pues no sé, tendría que ver como lo haces para ver lo que haces mal
Juan.- ¿Qué me haga una paja delante de ti?
Yo.- Si, no te asustes, no tienes nada que no haya visto
Juan.- Vale
Juan se levanta del sofá, se desabrocha el pantalón, se lo quita y a continuación se quita el bóxer, dejando al descubierto un pene de unos 12 cm junto a dos huevos de un buen tamaño semi tapados por una joven mata de pelo negro y rizado.
Yo.- A ver, cógela
Agarra su pene con fuerza
Juan.- Así
Yo.- Demasiado fuerte, ¿no te molesta?
Juan.- La verdad es que un poco si
Yo.- Cógela con suavidad, te noto muy nervioso
Juan.- Si lo estoy, estar así delante de ti me da mucha vergüenza
Yo.- ¿Y si me desnudo yo para que estemos igual?
Juan.- Vale
Me levanto y me bajo el pantalón y el bóxer, dejando mi pene al descubierto, el cual Juan observa con atención.
Yo.- Debes de tener los huevos cargados y bien cargados
Juan.- Supongo que sí, ¿cómo se sabe?
Yo.- Por que se ponen más duros, los tocas y se nota
Juan.- No sé, yo los noto como siempre
Yo.- ¿Me permites?
Juan.- Claro que si
Con mis manos separo sus piernas, estiro la mano y alcanzo sus huevos, los acaricio y juego con ellos como si fueran un par de pelotas de pin pon.
Yo.- Ya lo creo que están cargados, están pidiendo a gritos que los vacíes
Juan.- Y…. ¿puedes ayudarme?
Yo.- Puedo intentarlo si tú quieres
Juan.- Si por favor
Yo.- A ver, túmbate
Juan se tumba boca arriba y abre sus piernas esperando que yo cumpla mi cometido. Estiro nuevamente mi mano y vuelvo a acariciar sus huevos, luego estiro la otra y sujeto su pene erecto a causa de los tocamientos realizados por el mismo, comienzo a meneársela, a lo que Juan esboza una leve sonrisa, no negare que me causa placer tocar y menear el pene de Juan que a cada momento que pasa se pone aun más duro.
Yo.- ¿Te gusta así?
Juan.- Si, por favor, sigue
Yo.- ¿Te la han chupado alguna vez?
Juan.- No, ¿Por qué?
Yo.- Porque da mucho gusto
Juan.- Entonces ¿por qué no me la chupas?
Yo.- ¿Te gustaría?
Juan.- Si
Me acerco a él y me inclino al tiempo que descubro su prepucio rosado, lo beso ligeramente al tiempo que mi lengua lo acaricia, abro mi boca y me introduzco toda su berga y comienzo a chuparla al tiempo que siento su mano tocar mis huevos y sujetar mi polla, meneándola torpemente pero causándome gran placer.
No pasa mucho tiempo cuando noto en sus huevos una especie de espasmos que inmediatamente provocan que su berga llene mi boca de algo viscoso, cálido y semitransparente, ¡su primera corrida….! Comienza a reírse por la satisfacción al tiempo que suelto yo mi leche, que es examinada por Juan con mucha curiosidad.
Juan.- Gracias, ha sido increíble
Yo.- Si que ha estado muy bien
Juan.- Tengo que irme, pero me gustaría repetir otro día
Yo.- Cuando quieras pásate y jugamos.
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140390 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:16) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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