Una manera distinta de conquistar

Habiéndome, quedado sin vehiculo, por que lo vendí, volví por un largo tiempo a viajar en tren, era en el mismo horario fuera de la hora pico, allí después de casi un mes de viajes. Todos los días me la cruzaba en el mismo. Con una hermosa dama a la que no pude resistir de mirar y pensar en la mas hermosas de las fantasías
se daba la casualidad que ella entraba después, en mi mismo vagón y siempre la observaba, tan bonita y joven. Fantasear con tener algo con ella; sabía que era una tontería porque yo ya tenía a la vista unos cuantos años mas que ella, pensaba por lo menos eso, me preguntaba ella ¿cuántos años podría tener? No podía como dije dejar de mirarla, se trataba de una chica anormal en cuanto estatura 1,65 más o menos, estilizada con un cuerpo que resaltaba sus atributos naturales, un par de gomas, y un trasero estilizado, cintura de avispa,. Unos ojos negros y pelo ensortijado en juego, además también tenía esa sonrisa juvenil y despreocupada. Que cerraba lo que dije anormal, o de otro planeta, no era real, ver algo así creo que no solo yo le echaba el ojo, como ya deje como me fije en ella. y cada día me gustaba más, fijándome bien ella también me observaba empecé a fantasear que no era normal.
Todo cambió una jornada, lo recuerdo muy bien, había huelga de colectivos. Cuando vino el tren estaba a reventar como en hora pico, fuera de lo normal, todos a una desde el andén a empujar para hacernos hueco. Mi mal humor se translucía y parado hacinado, todo distinto a lo de todos los días. Con tan buena suerte, o mala según se vea, que en su estación ella fue a parar pegada a mí. Me cerciore que era ella, y era ella, pegada a mí, su espalda contra mi pecho y su culo contra mí. verga
No pude evitar que mi cuerpo reaccionara, estaba sintiendo todo su cuerpo y aspirando su olor. se tenía que estar dando cuenta, estaba al palo y mi erecta verga estaba pegada a su culo. Tarde un rato en reaccionar, estaba tan extasiado, pero bueno reaccioné e intenté apartarme sus caderas para que no lo notara. Para mi sorpresa cuando después de haberme corrido un poco, ella acercó su culo a mí e incluso se apretó más contra mi pene. Estaba anonadado y con el pedazo a punto de estallar, hacía tiempo que no se me paraba como un hierro lo mas curioso, poco a poco ella empezó a mover su culo, frotándose contra mi bulto, no pude evitar suspirar y que a ella se le escapara un pequeño gemido. Ya medio loco, me lance un poco Mis manos se fueron hacia sus caderas, la oí suspirar, estaba totalmente ruborizada por su excitación.
Pasaron bastantes paradas, pero aunque bajaba gente ella no se despegaba de mí, hasta que de repente se separó de golpe, no se había dado cuenta que era su parada. Justo poco antes de salir, se volvió y me sonrió.
Me quedé, con unas ganas y muy excitado me duro todo el día de pensar, A la noche cuando llegué a casa hice el amor con mi mujer pero en mi cabeza estaba solamente la chica del tren.
Hacía mucho que no tenía un polvo tan salvaje con mi mujer. Pasaron varios días, no la veía subir en nuestro vagón,. Yo estaba deseando volver a verla, me tenía la cabeza completamente dada vuelta, no estaba a mi alcance hasta que me dio una esperanza, cuando me fregó su culo en mi pene Hasta que un día en su parada me llegó su olor, y ya su olor solamente hizo que mi cuerpo medio reaccionara. Levanté la vista y al verla entrar, mi cuerpo termino de reaccionar. Iba impresionante, con una minifalda que dejaban a la vista sus hermosas piernas, estilizadas. Por encima llevaba una camiseta ajustada, que oprimía sus pechos de tal forma que se notaba que no llevaba corpiño, sus pezones negros en punta precian que la traspasaban
Fue directamente a sentarse en frente mío, son una sonrisa la miraba como para buscar una entrada una conversación pero o no se acordaba de mí o hizo como si no me conociera, pero ni pió me dejo helado. Cruzó las piernas, apoyó la carpeta encima de ellas y sacó un libro para leer, por la portada de tapa, una figura en dibujo, muy atrevida, se trataba de un libro erótico. Eso me hizo sonreír pensé es de las que se excitan copn esas cosas por mi experiencia son las mas voraces, en la cana.
Seguí repasándola, de arriba abajo y deleitándome en su belleza, me excitaba como marcaban sus pezones en su camiseta, era increíble pedían salir a gritos. Mi pene reaccionó al instante, cosa que no pude evitar de que se viera, ella noto que mi bulto estaba inflado se notaba como respiraba mucho más aceleradamente y tenía la cara sonrojada por la excitación. Mi vista staba fijada en ella. Cuando ya quedaban algunos pasajeros, sentados distantes, en un instante me sorprendió, la osadía Descruzó las piernas acomodo su cuerpo se reclino un poco en el sitio, acomodo sus piernas las abrió y cerró un par de veces rozándose, así delante de mí con ellas ligeramente abiertas, primero me dejaba ver sus muslos, cada vez más hasta casi podía entre ver su vagina,
! me di cuenta, no llevaba tanga, me estaba dejando ver su monte de Venus. Logro lo que buscaba, hizo que yo tuviera tapar mi excitación, de manera excepcional, pese a que quedaban pocos en el vagón, no podía agarrarme la pija que para mi estaba pidiéndomelo a gritos salir.
De pronto dejo de leer, bajo el libro y sus manos las posó encima de su carpeta. A la par me miraba directamente a los ojos, de tal forma que me sentía devorado con la mirada, en ese momento sentía que estábamos solo los dos. Abrió un poco más las piernas para dejarme observar mejor de su deseada peladita, era que estaba bien afeitada y casi me lanzo sobre ella de no ser donde estábamos, cuando noté que metía una mano por debajo de su carpeta y sutilmente, comenzar con sus dedos a masajear, abriéndola y enseñando toda su raya todo lo rosado y de vez en cuando, se llevaba uno de esos dedos a sus labios para chuparlo incisivamente. Me centré en ella estaba tan exaltado y tan caliente, con esa degenerada, que seguía en esa actitud sobre todo su mirada de hembra y como se mordía el labio a veces para no dejar escapar detalle de su espectáculo con un solo destinatario al que ya no le cabía mas nada para explotar, ya lanzada, descaradamente su mano hacía maravillas en su concha.
De repente levantó la cabeza y vio su parada. Se levantó y salió sin dejar de mirarme como una hembra en celo. Yo estaba excitadísimo, me olvide de todo y como buen macho, como un resorte, tapando mi zona pélvica, salir detrás de ella, casi corriendo para alcanzarla que al girar su cabeza, en el anden, aminoro los pasos, y casi en la escalera mecánica que nos llevaba a la calle, la alcancé y me abalancé sobre ella. La agarré por detrás y la mordí ansiosamente en el cuello.
Se comporto deseosa, me susurro “si al fin muñeco, deseaba este momento” un par de besos, profundos, ansiosos y apasionados. Todo el trayecto de la escalera mecánica lo recorrimos comiéndonos la boca, que, dominante me paro si no hubiéramos hecho el amor allí mismo. Me susurró al oído “veni, vamos” Me agarró de la mano y me fue llevando, con la calentura que me había producido, no la dejaría escapar sin penetrarla.
Abrazados como dos adolescentes fogosos, de no ser por la diferencia de edad pasaba sin ningún reparo aunque me di cuenta de algunas miradas de un par de señoras que se cruzaron en el camino.
Al llegar a un tipo de galeón, abrió un pequeña puertita, me agache para entrar, ella con una sonrisa, cerro la misma, y loo primero que hizo fue meter mano en mi bulto, bajar el cierre y sacarlo, tras decir “hermoso” se arrodillo, y me lo lamió un poco pero solo un poco creo siguiendo el juego de excitación, me llevo de la mano, a un sector donde era un deposito colchones, camas, muebles etc. Me llevó hasta una cama que había en el fondo, con las luces apagadas no se veía bien, Pero me daba igual.
Se sentó en la cama y con las piernas entre abiertas, todavía algo jadeante me dijo.”Vení, que este es tu premio” mientras me sacaba alguna ropa, que quedaban tiradas por el suelo, de un salto, quede de rodillas, en el borde de la cama,
hundí mi cara entre sus piernas, me llegó el olor embriagador de su flujo vaginal. Abrí con dos dedos, sus labios vaginales, Puse mi lengua en su vagina traspirada, empecé a lamerle despacio y poco a poco toda su almeja de arriba abajo, era tan lo que gozaba que llego en un acto reflejo, cerró sus piernas sobre mis hombros, casi me ahogo con su flujo vaginal.
Tuve que abrir sus piernas, con fuerza, pero no sesgue mis paletazos (como describimos por aquí a las lamidas, de concha) fui aumentando el ritmo, cuando ya estaba a punto de acabar, me corto y se coloco, en posición de 69. Se puso con su vagina sobre mi, bajo mi slip liberando mi pene. “A esta la estaba esperando desde tiempo, y ahora va ser mía” así estuvimos un largo rato , con locura se fue corriendo con una pierna a cada lado de mí cuando llegó con su vagina hasta la cabeza de mi pija, la agarró con su mano y se frotó en sus labios vaginales con ella, deleitándose del momento.
Empezó a metérsela, poco a poco saboreando como tan dura como el hierro iba surcando su túnel, mientras iba entrando en toda su vagina, tan lubricada que era muy fácil como se deslizaba para arriba y para abajo Le gustó tanto la sensación que volvió a salirse, giro su cuerpo quedando frente a mi; para entrar despacio, nuevamente y comenzar a cabalgar nuevamente yo me alcé y agarre sus pechos tersos y sus pezones rosados enormes y me los metí en la boca mordisqueándolos mientras ella se seguía moviendo encima mío, cada vez más acelerada, eso hizo que nos viniéramos estrepitosamente de forma inmediata, se estuvo pegando espasmos y contrayéndose durante unos cinco minutos mientras gritaba “Me encanta.... Me encanta”
Acabamos recostados los dos juntos, nos quedamos ella luego de un largo silencio, se sincero con migo no se tu nombre, ni quien sos, te preguntaras por que te provoque y te lleve a que me hicieras gozar y lo hice porque sos igual a mi novio un hombre mayor que por un accidente no esta con nosotros cuando ti vi por primera vez en el tren me estremecí, y imagine mil cosas, para conquistarte, y revivir algún lindo momento de mi vida, y se me ocurrió esta locura, te digo que lo disfrute mucho, luego de decirle mi nombre le comente que había sido la primera vez que engañaba a mi mujer pero lo peor, de todo era que me había encantado.