Las dudas de Eva en aceptar el trabajo fueron disipadas.
Relato
Al día siguiente de la bienvenida, vino a la oficina Eva para coordinar que día podía empezar, pero la vi un poco dudosa de su decisión; por lo cual, le dije que tomara asiento y conversáramos de lo que le impedía aceptar nuestra oferta de trabajo.
Empezó diciendo que tenía tenor que su esposo al cuál ama y quiere se enterase de lo que pase en la oficina y de los otros requerimientos especiales. Le dije que no se preocupara porque al ser muy unidos todos evitaríamos las envidias que existen en otros centros de trabajo y que conllevan a perjudicar con chismes malintencionados a los seres queridos. Parte del éxito del negocio es porque somos un pequeño pero compenetrado grupo de mente abierta que permite un alto rendimiento por no tener que preocuparnos del aspecto económico y de los chismes de oficina.
Finalmente, le propuse que tomara vacaciones por un mes en su otro trabajo y que viniera acá por dicho periodo y que al final ella decida si le conviene o si no se adapta a los requerimientos especiales y que nadie la obligaría hacer nada de lo que ella no quisiera.
Eva se fue tranquila y dijo que regresaría el lunes para empezar con su periodo de prueba para ella misma.
Al cabo de una semana, todo el equipo estaba completo y centrado en sus labores de impulsar la compañía en sus diferentes negocios que teníamos en ejecución.
Fuimos anunciados que dos de nuestros principales clientes estarían de visita en nuestra ciudad y entre otros asuntos les gustaría conocer nuestras oficinas y firmar algunos acuerdos adicionales.
Habíamos logrado concretar cinco grandes embarques en menos de un mes y ese hecho merecía nuestra primera celebración interna. Nos fuimos a comer todos los miembros de la oficina a un restaurant de moda y luego a un bar a tomar unos drinks. Todos estaban contentos y Eva se había adaptado al grupo rápidamente a pesar que a veces observaba como Juanjo o yo acariciábamos a Janet, Marqueta o Carol en la oficina por encima y a veces por debajo de las faldas metiendo mano o dando palmaditas de aliento en las nalgas a nuestras chicas. Cada vez que podíamos manoseamos a nuestras chicas para mantenerlas calientes y liberar un poco de tensión laboral en un ambiente informal pero sin llegar a la falta de respeto ni rebajar la dignidad humana. Por su parte Eva, empezaba a vestir cada vez más sugerente como queriendo participar de los rituos diarios de metida de manos y caricias corporales.
Dos días antes de la reunión con los clientes visitantes, llame a Eva para pedirle que ella se encargue de hacer la agenda y todos los detalles necesarios para que estén a gusto en su corta estadía con nosotros y le pedí que se quedara ese día un rato más para hacer las coordinaciones del dinero que necesitaría.
Ese día Eva estaba vestida con una falda de color roja arriba de la rodilla con una blusa blanca con bobos de manga corta que dejaba entrever que llevaba sostén blanco y Botas negras. Cuando entro a mi oficina después que todos se fueron le ofrecía algo de tomar y me dijo, que no desea nada y se sentó en la silla enfrente de mi escritorio luego de ver los planes para nuestros clientes le pregunte que le parecía el ambiente de la oficina y cuál era su comentario final al respecto. Manifestó que se había sentido a gusto y que desea continuar con nosotros a pesar de no estar preparada para lo que debía venir, debido a que no sabía cómo se daban las cosas. La animé que dejara de lado las preocupaciones y sobretodo los prejuicios. Le volví a orecer un vaso de Whisky y aceptó tomándose de un solo trago lo que me llamó la atención y le serví otro inmediatamente. Me puse parado detrás de ellas y extendí mis brazos hacia su cuello para hacerle un pequeño masaje alrededor de cuello y de su cabeza y frotando ligeramente su sien y pude notar cómo se iba relajando con el paso de cada masaje. Cerró sus ojos y yo proseguía con el masaje, pero esta vez a la altura de sus hombros y acercando mi cara para oler su cuello sin dejar de hacer el masaje a los hombros, cuando ella sintió mi respiración sobre su cuello se sobresalto un poco debido a la sensación electrizante que causaba el roce de mi nariz sobre su piel. Ella seguía con los ojos cerrados y aproveché para desabrochar un par de botones de su blusa que me permitiera bajar ligeramente su blusa y dejar sus hombros al descubierto y empezar a besarlos subiendo por su cuello hasta logar chupar suavemente sus orejas, completamente entregada a mis caricias me arrodille esta vez por delante de ella y agarré sus cadera con ambas manos y las sobaba lentamente para sentir los lentos movimientos que ella empezaba a hacer. Separe sus piernas estando de rodillas y subí su falda hasta encontrar su bikini blanco de seda y seguir tocando sus muslos por la parte interior causándoles sentimientos de placer y empezó a jugar con mis dedo por encima de su calzón tocándole su vagina hasta sentir que estaba completamente mojada. Hice a un lado su prenda y palpe por primera vez esa linda cuevita de poco vello rubio y logre introducir mi dedo y juguetear con mi dedo medio dentro de su vagina húmeda.
No resistí la tentación de besar su cueva y pasar mi lengua por alrededor de su clítoris y pude sentir un ligero chorro de bajaba de su Chuchita, panocha, vagina.
Me paré, me quite el pantalón y la hice que se parara y luego la alcé por completo para que se sentara en el aire en mi grueso y erecto pene. Me cabalgaba en el aire con sus manos rodeando mi cuello y gimiendo con desesperación. Ensartada camine hasta el sofá y la tendí boca arriba poniendo sus piernas a mi hombro para que tenga una penetración más profunda y sienta en todo su esplendor mi pene con un mete y saca a velocidad luz, donde ella me decía que no parase porque se venía y yo también chorreando todo mi semen en su vientre. Me dijo que mi miembro era más grueso que el de su marido y que había gozado mucho. A pesar que mi pene era de tamaño ligeramente arriba del promedio 7 inches pero grueso, le dije que Juanjo era agraciado y que hacia gritar a las mujeres, lo que ocasionó una risa nerviosa. Nos vestimos y nos fuimos cada quien para su casa.
El Sr. Araneda es un importante empresario, 50 años, casado, adinerado y muy califa.
Kendra tiene 19 años y es su primer día de prostituta en un lujoso club.
¿Qué pasará cuando Kendra encuentre que su primer cliente es este exigente hombre? El cual sin duda buscará la manera de tenerla de esclava solo para él.
Relato erótico enviado por casadocaliente7 el 25 de July de 2014 a las 00:01:11 - Relato porno leído 360846 veces
Hola, soy Yuli, tengo 26 años, viuda con un hijo de 8 años. Mido 1.68 y peso 60 kgs. Tengo un trasero excelente y firme, piernas torneadas,
reconozco que tengo un busto pequeño pero también muy firme…..
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 23:16:12 - Relato porno leído 61836 veces
mi jefe me hizo agacharme y me tomo de las caderas y me penetro....
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de March de 2007 a las 00:18:52 - Relato porno leído 41894 veces
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moniquezelly
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Comentarios enviados para este relato
adrimile
(20 de April de 2013 a las 19:26) dice:
Que rico me muero por conocer lo que viene katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:45) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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