Una prostituta me entregó como mujercita II

El "marido" de todas las chicas que trabajaban en el cabaret-prostíbulo, me cogió como todo un macho. Me hizo sentir que no solo era una nena, sino que era de él y que podía ser de cualquiera. Silvana lo había llamado para que me diera duro. Quería prepararme para mi dueño, que me había comprado por diez días.

Cuando Silvana volvió a la habitación se sacó la bata quedando totalmente desnuda. Yo estaba en la cama también desnuda como me dejó el hombre de la casa. Nos bañamos juntas. Nos toqueteamos al enjabonarnos.

Me metió un dedo enjabonado en mi agujerito y me hizo arder. Aia, ay...le dije. Bien nena, te tenés que lavar bien ahí. Siempre. Y que gritito tan mariquita que pegaste. Te está saliendo la mujercita por todos lados.

Le quise lavar su concha, pero no quiso. Más tarde me lavo bien. El tipo de recién me hizo doler

.-¿La tenía muy grande? Pregunté.

-Ahh..te intrigan las pijas...vas a ser una buena puta. Pero no me dolió por lo grande sino por lo bruto que era el tipo.

Cuando salimos del baño, me prestó una bata y me dijo que buscaríamos la ropa que usaría esa noche en el local.

Trajo varios corsettes para probarme y nos decidimos por uno negro con pequeñas lentejuelas brillantes negras también. Tenía liguero cuyas tiras quedaron colgando.

Me miré al espejo y me empecé a poner cachonda.

Luego trajo un juego de bombacha y sostén con encajes. Como era un hilo dental, el pene se asomaba. Entonces revolvió y encontró una especie de suspensor elastizado, muy pequeño. Me hizo sacar la bombacha y me lo puso. Luego acomodó mis genitales adentro y me volví a poner la bombacha. Ahora estaba bien. Me trajo las medias transparentes negras con puño de encaje y me las acomodó bien tirantes enganchadas al liguero. Estás quedando preciosa, me dijo, ese corsette, te hace una cinturita de mujer y resalta tu culito. Luego trajo un minivestido de gasa, transparente, ajustado al cuerpo arriba, con breteles y cierre atrás. Desde la cintura era acampanado y me llegaba a la altura del puño de las medias.

Ahora al mirarme en el espejo, me puse a mil, porque lo que vi fue una verdadera puta y eso que estaba sin maquillar . El vestido dejaba ver toda mi ropa interior.

Nos quedamos de nuevo en bata hasta la noche. Pero me dijo que no me sacara los tacos para que me acostumbre más.

A la hora de prepararnos, me hizo hacer una lavativa, y me puso mucho lubricante dentro de mi "conchita". Luego me llevó para que Mirian me maquille, solo en bata. Me arregló las cejas, Me puso pestañas postizas, y las dejó bien curvas, luego las enmascaró. Me delineó los ojos prolongando una línea hacia afuera, dándoles un aspecto de rasgados me puso sombra y comenzó con la base en la frente y en la cara. Luego el rubor. Me puso una peluca platinada, que me llegaba a los hombros y me peinó con la frente despejada, ajustando el pelo con pequeños brochecitos. No me reconocía, pero estaba divina. Me vestí con la ropa elegida. Estaba muy putona. Me gustaba todo aquello.

Antes de abrir, me dijeron que ahí no iba ningún hombre a buscar travas. Yo me quedaría en la barra y ayudaría a servir las copas. Si alguno me tocaba, debía sonreír. Pero también si alguno se calentaba conmigo, ellas o el mozo, les advertirían de mi condición. Por las dudas yo también debía decirles que era travesti. No queremos líos aquí y menos que intervenga la policía. Y si te piden para un pase, entrás a la habitación y ya sabés lo que tiene hacer una puta.

A media noche el local se empezó a llenar. Había un espectáculo en el que algunas cantaban con tangas diminutas y sostenes que dejaban ver todas las tetas. Hasta un striptease completo.

Empecé a trabajar llevando pedidos a las mesas y me metían mano por todos lados. Uno me atrajo y me sentó en su falda tocándome las tetas. El mozo se acercó y le ofreció una chica de compañía. Él dijo:-¿Porqué no esta? -Porque esta está para servir las mesas y prepara tragos. Bueno mándame otra y suelto ésta. Me agarró por la cintura para que no me levante y me besó el cuello. Mientras acomodaba su bulto en mi culo y me tocaba las piernas. Qué lindo que se sentía eso. Estaba muy caliente. Enseguida vino una chica y me dijo:- Levantate putita, que ese macho es para mí. Cuando me levanté el tipo me pasó su mano por las nalgas. Llevé dos veces más tragos para ese hombre que franeleaba a la chica, pero que no me quitaba los ojos de encima cuando me acercaba y tampoco me sacaba las manos del culo cuando dejaba las copas. Unos minutos después, vino a la barra la chica que estaba con el tipo y me dijo que él estaba caliente conmigo, que quería un "pase". Ya le dije que eras trava, pero lo mismo te quiere en su mesa. Quiere asegurarse de que es cierto. Fui a la mesa, con el corazón latiendo a mil. Un hombre me había elegido a mí sobre una chica de verdad. Me sentó de nuevo en sus piernas, me empezó a tocar las tetas, se empezó a acomodar el bulto en mi rajita. Me empezó a acariciar las piernas, cada vez más arriba, mientras yo gemía y me retorcía, hasta que puso su mano al medio de mis dos piernas. Apretó hasta que sintió mi bulto. -Era cierto- dijo- y siguió manoseándome y besando mis orejas , mi cuello, me sentó ahora de costado y me empezó a acariciar las nalgas, buscó mi boca y me besó. -Quiero cogerte nena, me dijo- Nunca lo hice con una nena como vos, pero me recalentás. Tendrás que guiarme en la cama. Llamó al mozo y le pidió el pase conmigo. El mozo le dijo que yo era travesti, pero él dijo:- Lo mismo la quiero coger. ¿ Qué hay?

Nos dieron la llave, entramos y me abrazó en el medio de una habitación llena de espejos. Hasta en el techo. Metió su mano debajo de la fina tela de mi vestido y apretó mis nalgas. Me besó el cuello. Yo le empecé a tocar su bulto que estaba muy duro. Me sentó en la cama y se sacó el pantalón. se bajó el bóxer y apareció ante mí una majestuosa pija bien parada, venosa, no muy larga, pero gruesa. No necesitó decir nada, se la empecé a mamar mientras él me acariciaba la cabeza. Pero me la saqué de la boca y lo invité a subirnos a la cama. Quiero chupártela de rodillas. Me gusta sentirme tu esclava, por favor.

-¡Qué divina que sos! Eso es una buena putita.

Se subió y ya de rodillas seguí chupando mirándolo a los ojos. Se agachó y me desprendió el vestido, bajando los breteles. Luego me sacó el sostén. Se quedó desnudo. Yo mamaba como poseída.

Despacio nena que me vas a hacer acabar. dijo. Pero yo seguí con mi trofeo en la boca ayudándome con las manos. Me acordé de pronto que debía ponerle el condón. Se lo puse con la boca como habían enseñado y se la chupé un ratito más. Fue ahí cuando no pudo aguantar y acabó .Ahh..decía ahhh...que putita tan mamona que sos. Se sentó a descansar unos minutos y luego se fue a lavar.

Cuando volvió, yo me había quitado el vestido y me había desprendido las tiras del liguero. Se acostó al lado de mis pies y besándomelos fue subiendo por mis pantorrillas, hasta mis muslos.- Aia...ahhhh....así me gusta...besame mucho....- Gemía yo sin parar y me retorcía en la cama, mirándome en los espejos.me bajó las medias y me besó en los muslos, siguió hasta alrededor del pupo, la panza, las tetas, las orejas. Yo empecé a sentir su pija parada de nuevo sobre mis piernas, sobre mi vientre....-Ahhh...ayyy....así...haceme tuya...soy tu puta...tu perrita...tu nena. Soy tu juguete....cógeme...

Me puso boca abajo, se colocó el condón. Le di lubricante. Me sacó la bombacha, me untó lubricante en el agujerito y empezó a pasar su pija por toda la raja, hasta que la colocó en la entrada de mi ano. Empujo, mientras me besaba los hombros, las orejas, empujó más.-Ayy...decía yo. Él dejó de empujar. Yo le dije:- Seguí empujando...no importa que me duela, la quiero adentro...cógeme...

Y la metió. Empezó a bombear, mientras yo gemía. él me decía al oído, sos preciosa, sos muy putita, sos una perra en celo...y me besaba el cuello, me puso de costado y descubrió mi pija. Eso es una pija femenina, me dijo y buscando mi boca me besó mientras no paraba de darme cada vez más duro. Me puso boca arriba con mis piernas flexionadas y bien abiertas, me la volvió a poner hasta el fondo mientras me besaba. Escuché su respiración agitada, se arqueó como queriendo perforarme y empezó a acabar.

Ahhhhh....ayyyy...su última estocada me hizo acabar a mí. Qué linda cogida que me pegó este hombre. Nos quedamos abrazados hasta que ya fláccida su pija salió sola de mi cueva. Se acostó ahora a mi lado y me acarició besándome. Me preguntó si había disfrutado. Le dije que me había hecho gozar como nunca. Me sorprendió diciéndome que nunca una mujer biológica le había dado tanto placer como yo. Me apretó en sus brazos y me volvió a besar. Yo quería seguir, pero tocaron la puerta indicando que el turno había terminado. Nos vestimos y me dijo que volvería a buscarme pronto...