Las mujeres… Sean de 10 o 50 años, solo quieren un palo caliente para meterlo en su agujero. Ya sé… No todo es así, en todas. Pero si nosotros andamos con ganas de meter nuestro palo en algún agujero, ¿Por qué ellas no? Conocí una teen muy dura para tener sexo. Está bien, si no quiere coger, es su derecho, no tiene obligación.
Relato
Las mujeres… Sean de 10 o 50 años, solo quieren un palo caliente para meterlo en su agujero. Ya sé… No todo es así, en todas. Pero si nosotros andamos con ganas de meter nuestro palo en algún agujero, ¿Por qué ellas no? Conocí una teen muy dura para tener sexo. Está bien, si no quiere coger, es su derecho, no tiene obligación.
Tenía un lindo cuerpo, buenas tetas redondas, duras, bien paradas. Un culo parado esperando pija. Trigueña, linda y simpática cara, de pelo largo hasta los hombros, rubio oscuro. Una linda hembra.
La conocí cuando vino por una serie de fotos para una fiesta. Fue algo de entendernos enseguida, la invité a salir y aceptó. Pero con condiciones: nada de sexo! No le interesaba, ni quería meterse en líos ¡? Tenía ganas de mandarla al carajo, pero… La curiosidad pudo más, quería conocerla, no había obligación de ir a coger, sería una salida “social” Acepté y le dije que quería que hagamos, por preguntarle algo. – Bueno, no sé… Vamos a comer algo al mediodía y luego al cine. – Esta bien. Nos encontramos y fuimos a comer a una parrilla. Palabra va, palabra viene, un vaso de vino, luego otro. Se fue soltando. - ¿tenés novio o tuviste? – se lo dije de golpe. Se puso seria y las manos a temblarle. – No sé porque me preguntas eso… - Simple curiosidad. Sos joven y bonita, muchos te habrán ido detrás. – Bueno, eso no importa… - En un cierto sentido si, ¿para qué salimos? Me gustas, sos agradable y es natural que quiera conocerte. Seria, se quedó callada y luego con un hilo de vos dijo: - Si tuve un novio, pero todo terminó. ¿Y vos? - Amigas, un intento de formar una pareja, nada importante. Nos quedamos en silencio, terminamos de comer y nos fuimos al cine, cuando yo en realidad quería ir a un telo y reventarla a pijasos, pero no tiene obligación de ir. En fin, no sé qué carajo hago acá, o mejor sigo, o termino acá. Después de todo no tiene obligación de ir a la cama. Lo que pasa es que soy un calentón, que solo piensa en coger cuando una mina me gusta, como esta, pero no siempre tengo que terminar en la cama.
En el cine, no recuerdo qué película, sentados juntos, la oscuridad… Nuestras piernas se rozaron y me dio la impresión que ella largó un suspiro. Ufa! Ni pensé que hacía, me di vuelta y le busqué la boca en un beso. Se resistió, pero le había puesto mi brazo en los hombros para traerla hacia mí y así la seguí besando. En un momento dejó de resistirse y me devolvió el beso. Separados un momento, antes de otro beso, susurró: - No… ¿Por qué? - Porque sí. Le di un nuevo beso y ya comencé a acariciarla. Todo su cuerpo temblaba, llevaba pollera y fue fácil empezar a meter mano en sus piernas, hasta su conchita. Casi no había gente, solo parejas como nosotros, y estábamos alejados de todo. Mis manos la fueron acariciando, hasta que llegué a su conchita. Allí cerró fuerte las piernas y me susurró: - No, por favor… Sufrí mucho… No quiero sufrir más, fue muy malo todo. – No te voy a hacer daño, abrite, quiero acariciarte, vamos. Ella puso su cara, su cabeza sobre mi hombro y me dijo: No me hagas daño… Aflojó las piernas y allí pude llegar hasta su conchita, la cual estaba húmeda. Le corrí la bombacha y le empecé a tocar suave. Ella se agarraba a mí, gemía suave, temblaba toda. Empecé a abrirle los labios de la concha y meter los dedos con suavidad por si era virgen, pero no, poco a poco le fui metiendo un dedo. Comencé a masturbarla, suave, pero continuado, hasta que sentí que acabó. Un sonido ronco, un gemido ahogado al apretar su cabeza en mi hombro y con los dedos clavados en mí. La dejé acabar y así saqué mis dedos de su concha. Se separó de mi
- ¿Cómo llegamos a esto? – Me dijo – No quería nada con ningún hombre. – ¿Se puede saber que pasó contigo? - No se… No puedo, me da vergüenza.
- ¿querés que salgamos a tomar un café y charlamos? - Bueno.
Allí fuimos y en un bar discreto nos sentamos. Ella temblaba.
– Quise salir con vos porque ya no sabía qué hacer. Quería superar lo que me pasó en mi noviazgo… No sé que me pasó contigo, cuando me invitaste no pude reusarme, pese a la vergüenza, el miedo y la bronca.
– A mi me gustaste, quise salir con vos como, si se podía, amigos íntimos o simplemente como amigos nada más, me gustan las historias, compartir cosas, yo también tengo un rollo que ni te cuento. ¿Pero que pasó en concreto? Y allí me contó y se los cuento en una segunda parte
El me acariciaba mi vagina muy placenteramente y ahí fue cuando comencé a disfrutar y sentir placer. Me estaba excitando ser tocada de esa forma tan morbosa y decidí abrir mis piernitas para darle paso completo, al instante sentí clarito como me metió las dos manos bajo mi falda tocándome con más libertad.
Relato erótico enviado por Anonymous el 31 de August de 2009 a las 00:02:20 - Relato porno leído 208235 veces
la tia culona no tubo mas remedio que pegarse a mí y practicamente me hizo sentir su culo, estaba apoyada en mi, el bus estaba repletísimo y yo estaba ya sintiendo el culo de esa tia en mi verga, su espalda estaba completamente pegada a mi pecho asi que tenía la oportunidad perfecta
Relato erótico enviado por lucas fernandez el 16 de February de 2010 a las 23:47:20 - Relato porno leído 169088 veces
Sin saber que era ella, penetré a la amiga de mi hija por sus dos agujeros mientras mi mujer se probaba ropa en el probador de al lado.
Relato erótico enviado por Recaredo Rey el 11 de January de 2013 a las 00:00:02 - Relato porno leído 130211 veces
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guilgar
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