Vacaciones originales

Bueno, uno siempre quiere ganar, pero para que eso ocurra alguien tiene perder, no? y esta vez me tocó a mi…

Hace seis años que vivo en pareja con Natalia, una mina de fierro, muy buena amante y de mente abierta.
Llegaba el verano y habíamos decidido tomar quince días de descanso en la playa a orillas del mar, con tiempo habíamos reservado un departamentito en primer piso sobre la arena, chuiquito pero acogedor, no era el primer año que lo hacíamos, así que conocíamos el lugar como la palma de la mano. Salíamos, bajábamos la escalera y pisábamos la arena, a la tardecita nos sentábamos en el balcón y veíamos el atardecer, y por las noches dormíamos sintiendo que el ruido del mar y la leve brisa marina nos acariciaba los oídos, era todo muy romántico para una pareja como nosotros…

Natalia es de estatura mediana, tez morena, menudita, cabello oscuro ondulado hasta los hombros, tiene a favor unas gomas impresionantes! Ella se avergüenza, todos le miran las tetas… es cómico, cuando va a comprarse mallas no consigue la parte de arriba, debe asegurarse de conseguir algo que las mantenga en su lugar y no se escapen.
Debo ser sincero, su cola es su punto débil, chiquita. Chata, no vale la pena comentar mas al respecto.

Bueno, todo estaba encaminado, mi mente estaba desenchufándose, cinco días ante vino Natalia con un plateo, había estado hablando con su amiga del alma, Marisa, hacía mas de dos años que no la veía, pero ellas siempre estaban en contacto, habían estudiado juntas y eran esas amigas inseparables, de esas que donde va una va la otra, cómplices de solterías… recuerdo cuando las conocí, estaban las dos disfrutando una tarde de primavera bajo el tibio sol en el club del barrio, ella era lo contrario de mi señora, no tenía una cara bonita, no tenía tetas, le preguntaba a Natalia como era yo me imaginaba que ni pezones debía tener de tan chata que era, pero eso si, tenía un culo impresionante! Realmente es el culo mas hermoso que vi en mi vida! Es algo que no se puede describir con palabras… son cosas de la naturaleza, a unas les da por acá y a otras por allá…
Confieso que yo me acerqué a ellas por ese culo y traté de levantarla, pero bueno, sus negativas y el interés que mostraba Natalia, sin querer terminé quedándome con ella, cambié culo por tetas, cosas del destino….

Volviendo al tema, me puso al tanto de que su amiga y su marido estaban tratando de colarse con nosotros…. Le habían dado unos días de licencia en el trabajo que no esperaban y como ya estaban sobre la fecha, buscaban no quedarse colgados…
Su marido? Ah, si, ella se había casado con Juan y nos conocíamos muy bien, el loco es pintón, rubio, alto de ojos celestes, eso si, ya tiene una incipiente calvicie. A mi no me caía muy bien, pero era por mi forma de ser, soy muy parco, cerrado, me cuesta abrirme y expresar mis emociones, prefiero ser solitario, el por el contrario era esos tipos muy sociables, que conoce y habla con todo el mundo, y está siempre charlando, en fin, dos formas de ser totalmente contrapuestas y difícil de compatibilizar, al menos para mi…

En principio no estuve muy de acuerdo, perderíamos privacidad y como ya expliqué prefería la soledad, pero bueno, pensando en que ellos correrían con el 50% de los gastos (detalle importante en estos días) terminé aceptando. No le comenté a Natalia, pero me imaginaba el culo de su amiga desnudo bajo el sol y se me hacía agua la boca, eso inclinó la balanza…

El viaje fue ameno, Marisa tenía el cuerpo tal como lo recordaba Juan hablaba tal como lo recordaba…, dado que el departamento en cuestión tenía un dormitorio con cama matrimonial y dos camitas simples en el comedor, sorteamos, la primera semana el dormitorio sería para ellos y la segunda para nosotros…

Voy a pasar por alto los detalles, solo voy a detenerme en el momento que fuimos a la playa, mientras los hombres acomodábamos las cosas, ellas se prepararon para tomar sol, mi mujer como siempre acodándose esas tetazas y yo esperando que Marisa se saque esos pantalones anchos de playa que había llevado, disimuladamente, ó no tanto… no le sacaba los ojos de encima, y no me defraudó, se bajó los pantalones y casi me muero, que pedazo de culo!!! Encima tenía una less verde fluo, de esas que atrás solo son dos tiritas para sujetarlas, no entendía como Juan no decía nada! Aclaro que en mi país las mujeres usan mallas cerradas y las jóvenes colaless, pero esto era muy audaz, nadie las usa, el solo sonreía exhibiendo el trofeo que tenía.
Al otro día comprobé que tenía otro juego, pero en amarillo fluo, era mortal… cuando se levantaba y caminaba hacia el mar se levantaban murmullos en los alrededores, siempra había una vieja leyendo y cuando esta bestia se movía la miraba por arriba de los anteojitos y meneaba la cabeza, me causaba mucha gracia….

Vamos al grano, durante la primera semana de convivencia en la casa, nosotros estábamos en las camitas separadas, pero ellos usaron la cama matrimonial sin discreción, escuchábamos ruidos, risitas y hasta gemidos, el morbo que me agarraba no me dejaba dormir… Ellos tenían una postura mucho mas liberal que nosotros, tomaban el hecho de compartir el techo como si fuéramos una gran familia, parecían olvidarse que éramos dos parejas amigas, hubo incidentes que no nos parecían ‘tan normales’, a ver, una tarde Juan se duchó y salió con un slip celeste ajustadísimo que le marcaba tremendo paquete y se quedó charlando con nosotros como si nada, noté que Natalia lo miraba con deseo observando su pecho peludo, ó una madrugada, que fui en pijama hasta la cocina a tomar agua y me la encuentro a Marisa tomando un vaso de leche con un pequeño culotte calado rojo y una remerita de gasa transparente que dejaban notar sus dos pequeños timbres… ella siguió como si nada. La verdad es que con mi señora comentábamos a diario la situación, y día a día nos iba aumentando nuestra excitación.

La segunda semana cambiamos de habitaciones y pensamos que las pequeñas camitas los detendría, pero no fue así, seguían haciendo quilombo.
El Jueves volvimos de la playa, se bañó Natalia, luego Marisa y cuando desocupé el baño me mandé yo, en un costado había dejado tirada su tanga amarilla, no pude evitarlo, mi verga se endureció, tomé ese trapito minúsculo y lo olí profundamente, su concha había estado ahí todo el día, estaba mojada, había dejado su flujo impregnado en la tela, su olor era exquisito, me masturbé al tiempo que pasaba esa tanguita por mi cara, por mi nariz, por mi boca, me enloquecía de solo pensar, tuve un gran orgasmo… la acomodé donde estaba y me refresqué con agua fría para tranquilizarme…
Por la noche fuimos a la cama, Natalia se puso una remerita y un pantaloncito que usaba para dormir, tomó su novela y arrancó con la lectura, yo la imité, me puse mi pijama, tomé el diario y la acompañé. Los ruidos y risita contiguas nos ponían nerviosos y no nos dejaban concentrar en la lectura, y en eso pasó lo que tenía que pasar….
Se asomó Marisa a la puerta, con solo una bombachita negra casi imperceptible babydoll transparente al tono y preguntó:
- Me manda Juan, estamos incómodos, podemos venir un rato con ustedes?
Me quedé petrificado ante su figura y su pedido, pensé en su culo, como podía negarme, que me importaba que el otro se coja a mi señora…. mi señora!!! que pensaría? era su amiga… Natalia se acercó a mi oído y me susurró, si no te importa a mi me interesa…. contesté en automático, casi inconscientemente
- Si… si, Juan! Juan vení…
Cuando Juan llegó, ellas, las viejas amigas se estaban comiendo la boca mientras Nati se desnudaba, yo la imité y me desnudé, Juan me ganó solo bajo tenía un boxer, y dejó al descubierto un importante miembro, no por lo largo, tenía una pija regordeta y cabezona…

Fui directo al grano, estaba apurado por las dudas fueran a arrepentirse,, Juan también, agarró mi esposa para divertirse, no podíamos separarlas estaban unidas como sopapas… tomé a Marisa y la acomodé a la fuerza en cuatro patas, fui bruto, le arranqué la tanga… y si!!! al fin!!! Me quedé atónito, mirando… sus caderas eran perfectas, su cintura eran perfecta, sus piernas eran perfectas, su culo era perfecto, bronceado, con las dos líneas blancas de la malla bien marcada… metí mi pulgar en su concha y jugué ahí, caliente, mojada, con mis dedos restante acaricié su pubis depilado, suave como algodón…
Entonces la tomé de la cintura y la cogí, toda hasta el fondo, se arqueó para recibirla toda, estaba en el paraíso!!! llevé las manos a sus nalgas, las separé u miré su anillo marrón, se abría ante mis ojos, mas me calentaba….
- Te gusta? balbuceó Luis perdido en las tetas de Natalia
- Ja! y por casa? Cuando tuviste unas tetas así?
A esto, se habían acomodado y mientras la cogía Marisa le chupaba la pija a su marido.

Mi esposa, luego de un rato, se coló debajo del cuerpo de su amiga que seguia en cuatro patas hasta colocarse en posición 69, levantó sus piernas y Marisa la trabó hábilmente con sus brazos, como dos gata se comían la concha, se lamían los clítoris, que habilidad! Sospeché que no era la primera vez que lo hacían…
Juan entonces se cogió a Nati, las dos gemían, creo que se acabaron varias veces, nunca fui muy ducho para detectar los orgasmos femeninos….
Me encantaba la situación, ambas chupándose la intimidad mientras eran cogidas, alternaba entre la concha de la culona y la boca de mi amada, un rato cada una, cogía y me la chupaba, Juan del otro lado hacía lo mismo…
Los barones cambiamos de lugar, ahora me cogía a mi esposa que estaba abajo y se la hacía chupar a la otra, la verdad que me desilusionó, era torpe, en realidad Notaba mucho la diferencia con Natalia, ella si que sabía chupar pija, en eso no le ganaba nadie, te exprimía hasta la última gota en minutos…
Seguimos cambiando posiciones y probando cosas, era todo muy raro, muy perverso, los aromas se entremezclaban, sus conchas, nuestras vergas, no podía dejar de disfrutar ese culo, pero sus tetitas daban pena, parecía un varoncito…, no voy a entrar en detalle para no aburrirlos, vamos a pasar directamente al epílogo.

Estaba acostado boca arriba, no me faltaba mucho para acabar, Marisa me chupaba torpemente el miembro, y mi derecha Juan se la cogía a Nati, ella estaba en cuatro patas con su cabeza sobre la mía, gemía mas de lo habitual y respiraba muy agitada, no entendía por qué, trataba de contener su excitación besándome profundamente, me metía la lengua bien adentro, me calentaba mas y mas, el le dijo
- Te gusta? Nena, voy a acabar, te llenaré de esperma
- pará. pará, cambiemos de posición, quiero que me acabes mientras le chupo la verga a mi amor
Esas palabras me recalentaron, me imaginaba la pija esa llenándole la concha ami mujer… que depravado era….

Nati se acomodó sobre mi cuerpo para lamerme junto a Marisa, ambas al miembro tiempo, su culito quedó cerca de mi cara, que lindo! Pensé justo sobre mi cara… pero cuando se terminó de acomodar para recibirlo y pude enfocar la vista, casi me muero!!! hijo de puta! le estás haciendo el orto!!! con razón gemías tanto!!! Tenía el esfinter totalmente dilatado
A todo esto Juan ya se había acomodado sobre ambos y le metía otra vez la pija en el culo, a centímetros de mis ojos, era cortita pero que gruesa!!! Se la metía hasta el fondo… quise protestar pero el peso de ambos me impedía salirme… Juan gritó una y otra vez, le estaba llenando el culo de leche, Nati gemí y se metía mi pija hasta el fondo de la garganta… lo vi todito, como disfrutó el momento, cuando terminó salió y se puso de costado, el culo de mi esposa lucía terrible… encima no pudo contener todo el esperma, una buena parte chorreó hacia fuera, por sus labios y terminó en mi pecho, la puta madre!!!
Estaba enojado…
- Marisa, Marisa, vení, quiero dártela por la cola…
- No, no, disculpame… no te enojes pero mi cola es solo para mi marido…

Casi me muero, no me iba a dar el culo? pero si su marido acababa de llenárselo a la mia? puta madre, me desconcentré, me enojé, y me fui del tema, cuando me quise acordar mi pija estaba muerta… que bronca…
Juan me dijo:
- No te preocupes, mañana es la última noche y lo hacemos a tu manera, a veces se gana, A VECES SE PIERDE….

Se retiraron, Natalia satisfecha se durmió como un angelito y yo me quedé masticando bronca….me quedaba la esperanza de la revancha

Ultimo día, otra vez en la playa luciendo ese orto impecables, con esa less zarpadísima, por la noche me preparé, pero… me salieron con que se había indispuesto, puro verso, se hicieron los tontos, encima mi esposa se puso de a favor de ellos…

Volvimos, todo el viaje estuve intratable, nunca tendría ese culo, nunca mas vacaciones compartidas…