Valentina amiga de Dolores vecina de mamá

Ella, Valentina es una joven madre soltera de 25 años, vive con su abuela por que su madre la hecho de casa cuando quedó embarazada de su patrón, el cual ayudo a esta madre con los gastos de la maternidad, pero ahora brilla por su ausencia y ella debe trabajar en una pizzería en horarios de turnos que la complican por su niño ahora de un año. Le complican sus horarios de mañana por no tender al bebé y su abuela es muy vieja para estos menesteres por lo que se lo lleva a Dolores, los otros turnos los lleva sin grandes problemas.

En una de sus idas a casa de Dolores la conozco y Dolores me ayuda a conquistarla como son mis deseos que le hago saber a esta, tanto va a casa de la vecina que termino conquistándola con mis atenciones.

Me dice en nuestra primera salida que tu eres un poderoso ingeniero que trabajas afuera del país y que ganas el dinero a manos llenas. No aumentemos las cosas le digo, gano buen dinero pero nada mas.

Ayúdame entonces me dice, necesito un préstamo de dinero para instalar mi propia pizzería y emparedados, la casa mi abuela dice que la podemos transformar y en la cochera la haríamos un pequeño restaurante con una cocina industrial que ella tiene cuando tenía fabrica de empanadas mi abuelo…, la miro y le digo cual sería la garantía…, yo me dice pídeme lo que quieras, te lo doy y cada vez que nos veamos soy tu garantía…

De cuanto dinero hablas le digo… Para empezar me dice sería un millón y si puedes dos millones estaría salvada por que andaría mi negocio…, al principio me va costar tener clientes, pero luego yo sé que los conquistaré y cuento con la ayuda de la abuela para empanadas y algunos emparedados…

Convénceme le digo, y ella me lleva a conocer su cochera y futuro negocio, me muestra lo concurrida de gente su esquina y la variedad de gente que circula… entusiasmada me mira, aprovecho para coger entre mis brazos y la llevo a un rincón donde hay un diván, no se opone, quieres la garantía por adelantado me dice… si le contesto te deseo y quiero ayudarte, pero convence para colaborar…

Como me convenció… saco su falda, sus calzones y me despojó de mis pantalones y calzoncillos, luego me dice va la primera garantía me demoraré, pero juro que te pagaré todo lo que te deba… se recuesta sobre el diván comienzo a besar sus desnudas piernas, no son grandes piernas, si son hermosas, sus muslos atraen mi lengua y se incrusta esta en su rendija escondida entre estos sabrosos perniles, comienza a quejarse y a mecerse, el diván se queja ante sus movimientos, abro su blusa y aprisiono sus senos, los acaricio, beso su cuello mientras trato de ensamblarme con ella incrustando mi pene en su vagina, esta húmeda no se opone a ser penetrada…

Un pene enorme comenzó a penetrarme cuenta Valentina, era larga, gruesa y a pesar de ello se podía apreciar que era empotrada por un miembro muy duro, me masturbo al sentirme penetrada, busca mi orificio vaginal y me clava aquel inmenso pene, me tenia bien sujeta por mi pelo mientras me embestía una y otra vez. Cambio sus manos a mi cintura y continuo penetrándome, me tumbó sobre el diván y con su mano libre comenzó a magrearme los pechos con fuerza. Como me quejaba con esa salchicha de carne y músculo entre mis piernas. Sujetándome con fuerza por mis senos comenzó a acelerarse más y más deprisa hasta que toda su pene entró en mi interior, estaba con la piernas tan abiertas que pensaba que me iba a partir para que la penetración no me dañara, pero ahora eso no importaba estaba gozando como nunca. Me sentía en la misma gloria satisfecha a la perfección en mi goce y agrado.
Volví a gemir con fuerza, él se volvió a inclinar hasta llegar con su boca a mis pechos y empezó a morderlos con fuerza, especialmente mis pezones aumentando aún más mi placer.
Siguió dándome con todas sus fuerzas, mi cuerpo se retorcía de placer, notaba como mi orgasmo llegaba en toda su intensidad entonces él resoplando decelero el ritmo introduciendo lentamente ese enorme masa que golpeaba en mi matriz, poco a poco, hasta que de sus testículos vaciaron dentro de mí chorros de esperma caliente, haciéndome gritar de pasión y de felicidad al ser tan gratamente penetrada, me había convertido en su mujer, su apasionada hembra.
Logré el préstamo sin límite de tiempo para devolverlo, pero también logré un exigente semental que durante esa semana que estuvo en el país, me desgarraba mi pobre vagina mañana y tarde, sus duros apareamientos, esas cópulas desenfrenadas lograban agradables perturbaciones en mi cuerpo, el cual estaba siempre invocándome que deseaba ser penetrada por mi semental y nuevo amo mas veces, estaba convertida en su puta viciosa, lo deseaba. Cuando abandona el país mis pasiones hacia él fueron de excitados recuerdos… tendría que esperar a que volviera…