Su llegada aleja en un comienzo a Nena de mi cama, pero luego son dos mujeres que me visitan regularmente en mi dormitorio Nena lo hace lunes, martes, jueves y viernes dejándole a Valentina los miércoles, sábados, el domingo normalmente viajo a casa de mis padres.
Relato
Valentina
Llega a casa la prima de Nena, Valentina quien se separa de su marido por cornuda.
Altera un poco la casa ya que ella y sus hijos se instalan en una pieza.
Valentina una mujer de bonito cuerpo, de grandes ojos y exuberantes senos y prominente trasero quien tiene 37 años y se separó de Saúl con quien tenían tres hijos de 17, 13, 8 años. Motivo lo encontró saliendo de un motel con otra mujer y luego supo que esta era su amante desde hace un par de años.
Su llegada aleja en un comienzo a Nena de mi cama, pero luego son dos mujeres que me visitan regularmente en mi dormitorio Nena lo hace lunes, martes, jueves y viernes dejándole a Valentina los miércoles, sábados, el domingo normalmente viajo a casa de mis padres.
Este trabajo extra comienza agotarme y mi profesora de diseño, la señora Haydee lo nota y me cita para aclarar que me sucede… le comento que allí en el instituto no lo puedo contar, además ella gritaría llamándome la atención y a mi no me agradaría.
Curiosa me dice entonces te espero en casa mientras reviso estos dibujos y conversamos, además estoy sola por que mi marido bien sabes que trabaja en provincia y viene cada quince días, y podré gritarte como tú dices.
Me acerco a su casa al ingresar la veo que se ha cambiado ropa con un vestidito súper corto y semi transparente tan delgado que la brisa lo agita y comienzo a relatarle mis encuentros con estas damas en mi recamara.
No grita estamos solos en su casa y me dice ¿quieres que te crea estas atrocidades, o me engañas?
No… digo es verdad… me mira deja las cosas sobre la mesa y me dice si quieres que te crea demuéstramelo… apoyada como está en la mesa con su fastuoso cuerpo, a pesar de tener unos 45 años, semi desnuda por esa bata, mi pene estaba que reventaba por ardiente pasión y deseos de copular con ella. Entonces bajo mis ropas y sale este gran miembro que tengo gordo, duro, extendido con su cabezota desformada se muestra al aire y ella abre unos ojazos al verlo y dice este parece un tronco de asno y no al de un joven macho. Sin poder disimular su asombro lo toma entre sus dedos y mi pene vibra complacido al ser manoseado…eres, le dice, un demoledor de vaginas, eres un asombroso y salvaje miembro viril que mas pareces de un animal que de este macho.
Mirándome a los ojos se recuesta en un sofá sacándose los calzones se abre de piernas y me dice, hazlo con cuidado que soy estrecha de entrepiernas, recuerda con cuidado mientras tomándome mi pene lo ubica entre los pliegues de su vulva… trato de clavárselo y ella responde con gemidos y alaridos de dolor, suave dice, despacio, se que voy hacer tuya pero no me destroces con ese campeón que tienes…, tomándole sus senos con mis manos, ahí levanté su pierna que quedaba arriba, lo mas que pude y le pedí a que se diera vuelta, le chupé su vagina y el clítoris, estaba a mil y quería gozar lo máximo, experimentar cosas que no había experimentado con anterioridad, al darse vuelta, me quedó mi pene sobre su boca, lo chupó desde el glande, hasta los testículos, para dejarlo finalmente, luego acomodada en el desván, la penetré por su estrecha vagina como se meneaba y gemía , tratando de meterle mi pene su clítoris no podía más y parecía una rama dura y tiesa tratando de salirse de su vagina, no quería hacerla doler tampoco que gritara con desesperación, pero al penetrarla mi miembro arremetió con todo abriéndola y desgarrándole su vagina el grito que dio creo que se escuchó hasta en la calle…, ella se afirmó de mi espalda clavando cual garras estas en mi espalda al ser penetrada, al primer movimiento en su matriz me muerde el hombro desesperada al sentirse repleta de mi miembro y gozada como nunca había sido gozada, satisfecha comienza a gruñir y murmurar palabras obscenas, me decía si clávame hasta sangrar, si soy tu puta…, destrózame y fecúndame un hijo soy tu mujer, soy tu perra dame duro…
Como la empotraba con todo y con gran placer ella me incentivaba susurrándome obscenidades en mis oídos, continué mis entradas y salidas dentro de sus entrañas con mi tieso y duro pene, cada arremetida mía era un quejido de ella, pero no paraba de decirme sigue hazme tuya… soy tu hembra…, mi marido apenas me satisface…, tú me estas matando y mis orgasmos van a llegar aparatosos y tremendos…, ahí…, ahí vienen ¡ah, oh, ah, ay tuya! Y enterrando su cabeza en mi cuello gimiendo de placer me riega mi pene con los fluidos que acompañan sus orgasmos esto me permite moverme mejor en nuestro apareamiento y copulamos veloz abriéndose ella lo que mas puede para no ser tan duramente penetrada y desgarrarse mas aún su vagina. En esos momentos con un fuerte resoplido inundo su útero con mis ríos de esperma que repletan su matriz con mis leches vaciadas en ella.
Descansamos y ella al levantarse se siente muy adolorida y me incomoda reclamándome que por tenerlo tan grueso, ancho y largo la dejé adolorida y destruida su vagina, ahora encontraré una insignificancia el de mi marido y si antes no me saciaba ahora menos después de haber estado con tu colosal pene, ahora tendrás al igual que las mujeres que me contabas darme una atención a lo menos una vez semanal.
Si supieran mis colegas el impresionante y demoledor miembro que posees te faltarían días en el mes para cada mujer.
Y en verdad lo comento con algunas de sus colegas ahora algunas al cruzarse conmigo me miraban, sonreían y sus ojos se dirigían a mi entrepiernas. La que no ocultaba nada sus intenciones era la profesora de circuitos electrónicos. La profesora Noelia una mujer madura de 37 años, era delgada, pero cada día mejoraba su aspecto vistiéndose juvenil… según los chicos se creía una jovencita, pero yo la entendía quería sentirse atractiva y si los machos eran jóvenes se vestía juvenil. Cuando se cruzaba conmigo su mirada era fija a mis pantalones.