Levante su falda con ambas manos, me arrodille ante su pubis, luego ella tomo su falda y libero mis manos.
Retire su diminuta bombachita rosa hacia un costado, y pase mi lengua sobre sus labios verticales.
Relato
Valeria algo sabía a pesar de su corta edad III
Esa tarde cuando esperaba a que regresen Valeria y mi madre desde la clínica. Y mientras Alejandra estaba en mi cuarto usando la computadora. Escuche que en mi dormitorio mi sobrina gemía sonoramente.
Me acerque a la puerta de mi alcoba, y lentamente la abrí. Ale estaba completamente desnuda, y se estaba masturbando con un ritmo infernal.
Su remera, su falda, su trusa y su corpiño, estaban hechos un bollo, tirados junto a la cabecera de mi cama.
Ella se metía en su concha peluda varios dedos, los cuales estaban empapados con sus fluidos vaginales, en la otra mano tenia mi cámara Web, enfocando su lubricada panocha, haciéndose un primer plano muy cercano.
Luego acomodo la cámara en una silla, y procedió a tocar sus senos, con la mano que segundos antes sostenía la cámara. Ella pasaba su lengua por el labio superior y mordía el labio inferior. Arqueaba la espalda. Cada vez respiraba más aceleradamente. Luego llevo su mano a su entrepierna juntando gran cantidad de sus flujos y los llevo a su boca, saboreando sus fluidos. Sus piernas comenzaron a temblar evidenciando un inminente orgasmo. Acabo con unos jadeos muy enérgicos.
Me percate al mirar el monitor que ¡un viejo verde! gordo, calvo, y muy feo. Como de cincuenta años de edad. Se masturbaba mirando como mi sobrinita, acababa con su mano.
La muy turra, le hacia la croqueta al vejete, a través de Internet, y el “abuelito” degenerado se sobaba el ganso con una mano (su pene era normal, pero los testículos colgaban obscenamente hasta llegar casi a sus rodillas) y con la otra mano manipulaba su propia cámara Web, asegurando que mi sobrinita no perdiera detalle de su abundante eyaculación, que cayo en su enorme y peluda barriga.
¡¡Después dicen que los ancianos no se llevan bien con la tecnología!!
Me retire en silencio y deje que ellos sigan con lo suyo.
Estuve el resto de la tarde caliente como una pava, la perversión de Alejandra me calentaba mucho. Pero yo estaba anhelando que regrese mi amada Valeria, para poder descargar mi ardiente leche dentro de mi bella sobrinita.
Me quede esperando en el living, a mi querida Valeria, la cual llego con mi mama a las seis de la tarde.
Ella vino directo a donde yo estaba, me abrazo y me dio un tierno beso en la comisura de mis labios, luego se sentó a mi lado, se acerco a mí, y me susurro al oído, con su sexy voz.
- Estuve toda la tarde pensando en vos tío.
Al decir aquello, apoyo su mano en mi paquete, lo noto tieso y dijo.
- ¡epaaaaa! ¿Y esto es por mí?
- Por supuesto preciosa que es por vos, estuve toda la tarde pensando en la noche que nos espera, pienso hacerte el amor hasta el amanecer.
Le dije yo susurrándole al oído. Mientras apretaba su pequeño pecho con mi mano. Y luego le comía su ardiente y dulce boca, nuestras lenguas jugaron un momento entre ellas.
Tuvimos que separarnos porque mi madre vino hacia el living, y casi nos descubre. Mi corazón se acelero ante el riesgo de ser atrapado, y me produjo una excitación inigualable. Mi mama se sentó a ver la TV y como nosotros ya no podíamos seguir con nuestros arrumacos y Además Ale seguía en mi cuarto, se me ocurrió algo.
- Vale. Voy hasta la plaza, ¿queres venir a caminar un rato conmigo?
- Si tío, vamos.
- ¿mamá me mandas un mensaje a la hora de cenar? Le dije a mi vieja, y luego salimos.
Como respuesta recibí solo un gesto afirmativo con la cabeza, ya que mi madre estaba concentrada en una telenovela.
Llamamos el ascensor. Mientras esperábamos que llegue al décimo piso. Sobaba el trasero de Vale, levantando su faldita y metiendo mi mano dentro de su calzón, con mi dedo índice tocaba su apretado ojete, sin penetrarlo. Ella se sonrojaba, señal inequívoca de su excitación. Me abrazaba por la cintura y se pegaba a mí.
Ya dentro del ascensor mi sobrina Valeria me pregunto a que plaza iríamos a caminar.
A ninguna le dije. Mientras estiraba mi brazo hasta la palanca de emergencia del elevador y la bajaba.
Detuve el ascensor entre los pisos sexto y séptimo, sabia que nadie nos molestaría, ya que la torre donde vivimos con mi familia posee cinco ascensores.
Levante su falda con ambas manos, me arrodille ante su pubis, luego ella tomo su falda y libero mis manos.
Retire su diminuta bombachita rosa hacia un costado, y pase mi lengua sobre sus labios verticales.
Mi lengua Lamía de arriba hacia abajo. Yendo desde su ano hasta su vulva. Para luego rodear el botoncito de su clítoris, cuando ya estaba erecto aquel capullito, procedí a capturarlo entre mi boca. Suavemente lo apretaba con mis labios, haciéndola gemir cada vez que imprimía presión, a su hinchado capullito.
Ella me tomaba de los pelos y empujaba mi rostro contra su conchita, la cual comenzaba a largar un aromático, calido y delicioso néctar, tragaba yo esta jugo embriagador. Cada gota fue bebida por mi con ahínco. Su olor a hembra era embriagador. Era un olor típico de una muy joven mujer.
Con mi nariz comencé a follarla lentamente, a veces la sacaba para llevarla hacia su inflamado clítoris, luego ejercía presión sobre el. Ella deliraba de placer.
Además cuando tornaba a penetrar en su cuevita con mi apéndice nasal, lamía su rosado ano, era su culito muy apretadito y lo tenía limpio como un pimpollo.
El primer orgasmo fue olímpico, Vale pego un pequeño grito de puro placer, levantando su cola del piso y enterrando mi nariz hasta el fondo de su ardiente conchita.
Yo no me detuve, y volví a atacar su almeja con mi lengua. Juntaba todos sus jugos y los saboreaba, su corrida ambrosia de los dioses en mi boca, me volvía loco de placer.
Logre que se corra por segunda vez. Sus piernas flaquearon y yo aproveche aquello para recostarla en el piso de la cabina alfombrada. Sin desvestirnos hicimos el amor. Baje el cierre de mi jean, y la penetre con firmeza. Mientras ella me besaba el cuello, yo la follaba con cadencia.
Entraba mi pene dentro de su lubricado sexo con facilidad, lo quitaba por completo, para luego introducirlo nuevamente dentro de su conejito ardiente, la bombachita rozaba mi glande, y me producía una sensación muy agradable.
Pero el cierre de mi jean me estaba molestando bastante, preferí ignorar aquella molestia. Ya que mi corrida no demoraba en llegar, empuje mi miembro muy adentro de su cuevita. Y descargue toda mi leche dentro de su sexo. Mi sobrinita acabo junto conmigo, con sus ojos cerrados, y una sonrisa de oreja a oreja.
Nos seguimos besando, mientras seguíamos tirados en el piso del ascensor.
Sin dejar de abrasarnos y besarnos. Nos fuimos despojando de las ropas, cuando estuvimos completamente desnudos, ella tomo mi cabeza y la guió hasta su concha, la chupé con calma, recorriendo cada milímetro, incluí luego además de su cuca, también el interior de sus muslos, sentía como ella se estremecía de placer, ante cada lamida que le propinaba.
Tome entonces sus piernas, y las encumbre sobre mis hombros, dejando su culo durito en el aire, ella tenia apoyado en el suelo solo el torso superior.
Le comí su ano, tratando de introducir mi lengua bien al fondo, luego de varios minutos de haber castigado aquel prieto agujerito, lo deje ensalivado en exceso. Ella ante cada roce de mi lengua se conmovía de tal manera que creí que se iba a poner a llorar de placer. Me suplico prácticamente que la penetre.
Acerque mi cabezota grande y roja a la entrada de su ano. Cuando estuvo posicionada en la puerta de su culito. Empuje con mucho cuidado. Veía mi vergota entrar poco a poco, en aquel ojete rosadito. El placer que sentía era enorme, su culo fue tragando golosamente mi glande, mientras lo apretaba con fuerza.
Ella gozaba y pedía casi a gritos que le rompa el culo, que se la meta toda bien adentro. Cuando mi glande esteba dentro de mi sobrinita le hice caso, y de un golpe seco se la metí hasta los huevos.
La calentura que yo tenia me llevo a follarla con pasión animal, mis testículos golpeaban sus blancas nalgas produciendo un ruido muy particular, casi cómico, el cual me excitaba tanto como los gemidos de ella, que eran cada vez mas fuertes. Acabe con una explosión de placer, sentí un cosquilleo que recorrió mi espalda, desde mi nuca hasta mis bolas, expulsé mucho semen muy dentro de su culito, mientras seguí follandola sin parar por varios minutos. Pare solo cuando Vale me dijo “tío voy acabar” y lanzó un suspiro y se relajo, prácticamente desfalleció en mis brazos.
Me retire de su trasero con el pene flácido y muy satisfecho. Estuvimos alrededor de dos horas dentro de aquel ascensor, cogiedo como si no hubiera un mañana. Al acabar quedamos un buen rato abrazados en aquella cabina, besándonos y jurándonos amor eterno.
Sabemos que nuestro amor durara toda la vida. Y que nada ni nadie podrán evitar que nos amemos.
Varios años después a pesar de haber tenidos nuestras parejas “legales” Valeria y yo seguimos follandonos como si fuera la primera vez, por lo menos dos o tres veces por semana. Nos encontramos siempre en Lavalle y Esmeralda. Cenamos en el centro de Capital Federal y luego nos dirigimos a algún hotel, y nos matamos por varias horas sin parar. Ella jura que solo yo logro hacerla delirar de placer. Y yo le creo, ya que solo ella logra hacerme enloquecer, cuando pruebo su sabroso sexo.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309839 veces
Si te ha gustado Valeria algo sabía a pesar de su corta edad III vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Valeria algo sabía a pesar de su corta edad III.
tony-acrata
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
erikatv7
(4 de August de 2009 a las 20:09) dice:
buenisimo, gracias rubilaloquita
(29 de November de 2010 a las 21:29) dice:
estabonito tu relato y me gustaria que me escrubieran amigos y amigas me manden sus relatos ami correo con sus edades y fotos si se puede rubi diagonal esmeralda@live.com.mx todo es junto con la diagonal inmedio nadamas que no ba escrita la diagonal tu sabes no soy adicta al sexo tengo doce anos katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:10) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF coronelwinston
(13 de July de 2009 a las 22:43) dice:
Muy bueno Tony, como los anteriores de la saga. Mucho tiempo sin saber de tí. Te mando un abrazo.
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