Vania una viuda deseada por su joven cuñado…, este tierno macho me manosea y penetra mi sexualidad con su lengua, solo gemí “lo que haces es muy bueno, pero déjame…, por favor déjame…, eres mi cuñado y además eres muy joven, un adolescente”, se levanta y me levanta entre sus poderosos brazos abrazándome contra su cuerpo, mis calzones se han deslizan hasta el suelo, me lleva al dormitorio y…
Relato
Tengo 27 años, llevaba casada ocho años, mi marido era una persona muy buena conmigo, pero él me conoció cuando joven y sabia con lo que se casó, por eso me cuidaba y vigilaba, pues sabía que no solo de amor vivo, sino que también vivo de sexo, antes de casarme a los 19 años, tuve creo que seis o siete amantes, uno de ellos mi marido. Me enloquece el sentirme deseada por los hombres y me gusta jugar con sus sentimientos, al casarme mi marido me prometió fidelidad y me pidió a mí lo mismo. Cumplí los ocho años de casada, hoy soy viuda, mi marido dueño de una flota de dos camiones y conductor de uno de ellos ha volcado y muerto dejándome sola con dos niños de seis años Paolo y tres Maritza. La familia de Paolo mi marido no me acepta y solo Julio hermano menor de mi marido de 15 años, se acerca a consolarme y apoyarme.
De la familia de mi difunto esposo el único que me ayuda, pero a qué precio…
Hoy cumpliremos dos años siendo amantes, Julio egresa de su enseñanza media y lo celebraremos con una muy sabrosa y exitosa noche, lo único que he tenido que cuidar en este tiempo, es que no me embarace. Han sido dos exitosos años de fogosa relación.
Él es un buen muchacho, me visita casi a diario, pero siempre cuidando de que nadie se dé cuenta de nuestros encuentros.
Él se separó de mí, terminó de quitarme mi bata, cayendo esta al suelo, quedando inerme expuesta a él, solo con mi tanga puesta, y no muy grande ni que tapara mucho, sus manos fueron a mis pechos, sobándolos, ya habiendo encontrado lo que me enardecía oprimiendo mis pezones, su boca se unió a la mía deslizando su lengua dentro de ella, mientras una de, sus manos llegaba a mi entrepierna, acariciando suavemente la textura de tela, bellos y piel, yo ya gemía pero el haciendo un susurro me dio a entender la necesidad de acallar mis gemidos, estábamos en un lugar expuesto, aunque muy noche, estábamos expuestos a que alguien se diera cuenta, yo acaté su deseo y solo me abandoné a él, me subió a la mesa y me abrió de piernas y haciendo a un lado mi tanga introdujo uno de sus dedos, eso bastó para que yo me mordiera los labios evitando gritar, y solo emitiendo un ligero gemido, su dedo entraba y salía de mi encharcado sexo, mientras mi cabeza la agitaba de un lado a otro apretando mis labios para no gritar de placer, me desplomé de espaldas en la mesa dejándole hacer de mi lo que quisiera, siguió exprimiendo mi mas sensible órgano sexual para extraer mis jugos, mis piernas totalmente abiertas y los pies colgando de la mesa me hacían someterme a el, el me tomó de los dos tobillos y abriendo mas mis piernas se posó entre mis piernas para posar mis tobillos en sus hombros, mientras me miraba y yo a él se desabrochó el pantalón con parsimonia disfrutando verme en indefensión total ante él. Era morboso estar así, casi desnuda con mi tanguita solamente y está a un lado de mi sexo teniéndola totalmente expuesta con las piernas abiertas y los pies al aire apoyados en su hombro, mientras le veía como asomaba su verga de sus ropas, para que el la tomara y empezara a tallármela en mi rajada, pasándola por toda mi rajada, haciendo de nuevo que me ganara una excitación tremenda, cuando entró en mí, de mis labios salió un profundo gemido que fue acallado rápidamente por una de sus manos, y mientras me acallaba con una mano su otra mano estaba en mis pechos, pellizcando mis pezones alternadamente y martillando mi ardiente sexo con su verga, que como pistón entraba y salía de mí que me entregaba plenamente a su lujuria, yo gemía sin restricción ya que su mano me acallaba mis gemidos, cuando llegaban mis orgasmos, mi cuerpo se convulsionó ante el de una manera escandalosa, el siguió dándome duro sin detenerse para que me hiciera venir por segunda vez y finalmente venirse el dentro de mí .Era mi hombre, reemplazaba a su difunto hermano en mis trastornados pensamientos y me ayudaba a mantener mi familia.