Aquel joven, supuestamente inexperto, la estaba llevando a un intenso orgasmo. Su pene martilleaba dentro de ella, una y otra vez. Su boca la besaba, a veces con pasión. Otras con ternura.
Relato
Como conocí a Vilma, a través de Carolina…, esta señora toda una dama yo le calculaba unos 40 años, pero ella me corrigió diciéndome tengo 42 años…, con un cuerpo muy bien mantenido sus caderas de maravillas acompañados de un soberbio trasero, sus muslos de acariciarlos, sus piernas bien redondeadas y deseadas por los machos, figura de ilustración y sus senos se notaban bien formados y duros…, era la esposa del socio del marido del esposo de Carolina, el engreído Abel.
Vilma un día me encuentra en el centro comercial escapando de una batahola con la policía por un descontento estudiantil con lasa autoridades, ven me dice tira tu mochila en mi vehículo y súbete, lo hice apurado para escapar de ser mojado y detenido por los polis, partimos y me dice…, así que dándosela de grande en escándalos con los policiales, bien, bien dice.
Yo observaba esas maravillosas piernas que al conducir meneaba deliciosamente y cada vez la falda se subía mas arriba de su rodilla camino a su cintura…, me reprocha que le admire las piernas, diciéndome no seas curioso, acaso ¿te gustan?, me sonríe y dice tócalas y verás que son firmes y bien trabajadas… no lo dudo son hermosas contesto, estirando mi mano y las toco, comenzando a sóbraselas, primero sus rodillas, luego sus muslos y a continuación su entrepiernas…, que haces me critica… deja que voy a chocar.
Detente en el parque y así no chocamos le digo, me mira y dice no quieres que me detenga aquí al medio de la calle así nadie nos vería riéndose, debo cuidar mi imagen de señora muchachito ¿Cómo me dijiste que te llamabas?..., Leo le respondo…, mira mi leoncito si sigues acariciándome mis piernas me vas a excitar y además ahora me tocas mi vagina con el calzón y todo, eres arriesgado podría llamar a la policía o tirarte en medio de la calle, pero haré algo mejor, dice… en eso desvía el vehículo hacia un motel al paso, entramos… me pregunta ¿tienes dinero para pagar la cabaña?... de donde le contesto estoy sin dinero…, me mira mueve la cabeza diciéndome además debo cancelarte tus satisfacciones y deleites, me pasa un dinero y me dice cancela y pobre de ti si lo haces mal, hablas o me dejas caliente…
Cancelo sorprendido y sin saber como actuar cuando me doy vuelta ella está sin falda con sus adorables piernas al descubierto y un diminuto calzón tapando su entrepiernas…, mi pobre pene pego un brinco de agrado al verla y casi me caigo al suelo, igual me arrodillo entre sus piernas…, saco esas diminutas bragas y mi boca con mi lengua se insertan en su vulva…, llevó sus manos a los senos. Los agarró y acarició. Besaba sus labios, la frente, las mejillas, el cuello de esta mujer. Ella ronroneaba como una gatita de lo a gusto que se sentía entre los brazos de su Leoncito… este Leo la desnudaba y se desnudaba
Ella la recibió abriendo las piernas. Y gimió cuando él empezó a acariciarla. Le metió dos dedos en su vagina y le frotó el clítoris con el pulgar. Vilma se empezó a contorsionar de placer sobre la cama. Aquellos dedos la estaban llevando a la cumbre del placer. Miraba la cara de súplica de su violador. Miraba los preciosos ojos del muchacho. Sus barreras se desmoronaban.
Los ojos de Leo se iluminaron. Bajó sus labios y la besó. Vilma abrió las piernas, dispuesta a recibirlo. Él se puso en medio de ellas, se cogió la polla y la acercó a la vagina. Las pasó arriba y abajo, haciendo gemir otra vez a su hembra.
Empezó a penetrarla, lentamente, con intensidad su pene resbalaba por las paredes de la vagina arrancándole gemidos de placer a los dos. Poco a poco, aumentó el ritmo. Sus bocas no se separaban ni un instante.
Aquel joven, supuestamente inexperto, la estaba llevando a un intenso orgasmo. Su pene martilleaba dentro de ella, una y otra vez. Su boca la besaba, a veces con pasión. Otras con ternura.
El placer de estar apareándose a la mujer blanco de todas sus fantasías en esos momentos, era lo más grande que le había pasado en su vida.
Vilma sentía que sus músculos empezaron a tensarse. Su orgasmo empezaba lentamente a ceder a los requerimientos del macho, dejó de luchar y se entrego con alma y deseos al mini macho que la estaba confortando… saciando y la llevaba a la cúspide del placer…. como gritaba y gemía entregada a este Leo, su Leo, su leoncito.
Terminada la sesión del coito en donde ambos contrincante quedaron satisfecho del otro, se abrazaban y acariciaban besándose…
Vilma sabía que con su entrega enardecida había conquistado un amante, pero cuanto podría confiar en la juventud de su amante para que no hablara y guardara el secreto de sus apareamientos…
Vilma le dice que confiara en él tal como confía su amiga Carolina él no debería fallarle. Su Leoncito promete nunca fallar por que es un caballero. Vilma pensaba mas de diez años deseando un macho potente y no el mediocre macho que tenía en casa, ahora lo tiene a cuidarlo y a cuidarse.
Leo estaba feliz tenía a una preñada y había encontrado una segunda para satisfacerse en sus estímulos carnales.
Y el no perdió ni un segundo de el momento, me dijo con mucha morbosidad ¡Ahora puta súbete la falda y retráncate en la pared! Yo con rabia fui subiendo lentamente la falda de mi vestido hasta mi cintura, el se alejo unos metros deleitándose con mis piernas, yo vi clarito como su verga creció dentro su pantalón, tomo una cama fotográfica sacándome varias fotos en esa pose tan humillante para mí.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de September de 2009 a las 23:52:41 - Relato porno leído 160822 veces
Lucia es una mujer casada, pero aun joven de unos 34 años senos grandes y un culo generoso además que tenia un rostro muy bello, pero lucia aunque tenia esposo y tres hijos que le hacia parecer una dama, a ella le encantaba follar a menores entre 13...
Relato erótico enviado por sexolito el 10 de April de 2005 a las 00:02:30 - Relato porno leído 156464 veces