Tanto este como cualquier relato mio son fantasias y el sexo se tiene que practicar con consentimiento de todas las partes.
Relato
La tenía perfectamente vigilada. Sabía a que hora llegaba todos los días y de donde venía. Conocía a que hora llegarían sus dos hijos. Tenía la parejita. El de veintitrés años y ella de veintiuno. Venía de trabajar en el hospital. Esta semana trabajaba de mañanas. Eran las tres y veinte de la tarde. Minuto arriba o abajo, siempre entraba a la misma hora, y sus hijos no llegarían hasta rozar las nueve de la noche. Tenía casi cinco horas y media en completa soledad con ella.
Estaba en el armario de su dormitorio. Era un armario lo suficientemente grande para ocultarme de pie. La vi entrar por las rendijas de la puerta . Sabía que se desnudaría y se daría una ducha. La vi sacarse la ropa. Como se quitaba la chaqueta y la blusa, doblándolas y colocándolas encima de una silla. Veo como deja caer su falda al suelo y la coloca encima de la cama. Admiro su desnudez. Es una mujer preciosa. Alrededor de los cuarenta y cinco años, morena,alta y con un pecho de lo mas generoso. Casi tanto como su trasero. Redondo y al parecer muy firme, destaca encima de esas piernas morenas y bien torneadas; el tobillo firme y los muslos prietos. Me sequé el sudor de la cara. Realmente esa mujer me ponía muy caliente. Me encantan las mujeres mas maduras que yo, y esta era la madura mas buena que me había encontrado. Al oír la ducha, esperé a que entrase en ella y salí. La iba a esperar tan pronto saliese del baño para entrar en el dormitorio. Ya tenía todo colocado para la fiesta y esa zorrita no la iba a olvidar tan fácilmente. Iba de negro con una media en la cara para que no me conozca. Oigo como cierra el grifo y abre la mampara. Se está secando el cabello, largo, sedoso y oscuro, y camina hacía aquí. Abre la puerta y entra como una reina, con paso largo y elegante, la espalda recta y los senos apuntando para arriba. Realmente es una belleza, pensé, mientras la miraba fijamente. Se dirigió al tocador y agarrando un cepillo comenzó a peinarse el cabello. Tenía unas ganas de salir y follármela como hacía años que no sentía y solo estaba esperando la oportunidad para sujetarla sin riesgos. No quería precipitarme. No era la primera vez que hacía esto, pero si quería que fuese la vez mas especial. En dos días me marchaba a estudiar al extranjero con una beca Erasmus e iba a ser la última vez en mucho tiempo que tendría esta oportunidad. En eso empezó a caminar hacia el armario en que yo me encontraba y me preparé. Al momento de abrir la puerta me moví rápido y salté hacia adelante sin darle tiempo a gritar. La agarré del cuello y empujé hacia la cama.
No, dejame, ¿quien eres, que quieres de mi?- gritaba al tiempo que se revolvía como una gata. Le hice darse la vuelta y la puse boca abajo y colocándole una mano en la nuca, la sujeté a la cama con fuerza. Tenerla debajo mía, con su culo tan cerca, hacía que mi polla se pusiese muy dura. Con una mano en su nuca agarré una de sus muñecas pero se soltó y me dio tremenda bofetada. Casi consigue soltarse, pero la bofetada hizo que me enfadase y yo le solté otra. Con fuerza le di en la cara y esta se movió para los lados. La sorpresa hizo que se quedase quieta lo suficiente para volver a darle la vuelta y sujetarle las manos a la espalda con unas cinchas de plástico que tenía preparadas. Ya la tenía sujeta, pero no paraba de revolverse y gritar, entonces le tapé la boca con la mano y le dije:
Bueno hermosa; lo podemos hacer de dos maneras, te dejo elegir. La primera, te doy de ostias hasta cansarme y luego te ato y te violo, y por último me corro y me largo. La otra opción es que te portes bien, no te sacudo, te follo, me corro y me largo. La pregunta es ¿ cual prefieres?- le pregunto mientas la agarro.
Cayéndole las lagrimas, murmura algo pero na la entiendo. Le dejé la boca libre para que me dijese cual de las opciones prefería pero en eso se revolvió como una serpiente y a pesar de estar encima de ella casi consigue tirarme de la cama. Me vuelvo a incorporar y volviendo a sujetarle la nuca, me pongo con una rodilla encima de su espalda y al tenerla sujeta, la agarro por su melena y tirando hacia atrás, la fuerzo a abrir la boca. Casi cuando está a punto de gritar, le meto en la boca una pelota sujeta con unas tiras que amarro en su nuca. Ya la tenía con las manos en la espalda y la boca abierta y llena. No podía gritar fuerte y la saliva le caía por la comisura de la boca.
Bien zorra, te tengo atada como un chorizo y me voy a divertir. Que sepas que no me gustaría pegarte pero que lo haré si no te portas bien. Y ahora puedes gritar lo que te de la gana, que nadie te oirá.
No paraba de moverse esperando soltarse. Sabía perfectamente que no lo conseguiría y la dejé revolverse. Cuanto antes se cansara, mas fácil me sería dominarla. Al poco empezó a cansarse y a dejar de moverse con tanta rabia. Tenía la frente perlada de sudor y aspiraba profundamente por la fuerza de sus movimientos. Mientras la miraba como se iba tranquilizando, me fui desnudando hasta que al final me quedé solo con la media. Tenía la polla dura y grande. Mis veinte centímetros me dolían con la excitación y opté por quitarme la media que ocultaba mi rostro. Total, ¿ que podía pasar?. En dos día me largaba para Irlanda por un año mínimo y esta zorra no me conocía de nada. Al quedarse quieta me miró doblando la cabeza hacia atrás y se fijó en mi polla. Me pareció que abría la boca, sino fuese por tener la boca abierta por completo, me dio la impresión de asustarse con mi tamaño. Eso me encantaba. Cuando las tías ponían esa cara, me hacían crecer. Sentirme dominante delante de ellas era algo que no podía remediar. Me excitaba muchísimo tener a las mujeres atadas sin poder defenderse, y esta era de las mejores. Una madura viuda desde hacía casi cinco años y por lo que pude averiguar, sin amantes, por lo menos fijos. Vamos, que hace mucho tiempo que ninguna polla le entra en ese coñito depilado que me estaba diciendo: Venga, fóllame, hazme estremecer, violame y hazme correr.
La agarré por debajo de los sobacos y la acerqué a la cabecera de la cama y me dispuse a atarla como a mi me gusta. Me pareció que me quería decir algo y le saqué la bola de su boca:
-Por favor,- me dice suplicando-. Dejame y no diré nada, no te denunciaré.
-Espero que lo hagas- le respondo-. Me gustaría que lo hicieses. A ver que le dices a la policía- le digo al tiempo que le estoy sujetando los tobillos con unas bridas a las esquinas de la cama. Me gusta las tías que no se pueden defender, que están atadas y que dependen de mi para todo. Hasta para rascarse la nariz. Sin mi no son nada, simplemente un trozo de carne con agujeros donde yo le iba a echar toda mi leche. ¿Que le vas a decir?. Si señor agente. Me violó una persona que no conozco de nada, morena, 1:80 cm. de alto y ojos azules. Me estaba esperando en casa y no forzó la cerradura.
Acabé de sujetarla al cabecero y a los pies de la cama. Ya la tenía como a mi me gustaba. Brazos y piernas abiertos en aspa, boca abajo le volví a colocar la mordaza en su boca para impedir los gritos. Ver como la saliva les caes por no poder cerrar la boca les hace aparecer sucias y con cara de putas. Me encanta recoger sus babas y extenderlas por sus caras y pechos. Agarré una almohada y la coloqué debajo de su estomago para elevar las caderas y así tener a mano cualquiera de los dos agujeros. Con un poco de lubricante se lo extendí por su trasero y comencé a penetrarla con los dedos. Se removía y protestaba pero ya tenía dos dedos dentro de su culo y otros dos en su coño.
Ummmmm... ummmmmmmmm- protestaba mientras empezaba un mete y saca con las manos.
Protesta protesta, que dentro de poco no vas a poder- le decía yo- te voy a dejar el chocho y el culo abiertos para varios meses.
Agarré varios consoladores de los que esta puta tenía escondidos: El primero, un gran vibrador verde, ancho casi como mi polla y algo mas pequeño, rugoso, con arrugas imitando a venas, que hacían que el vibrador no saliese tan fácil del agujero. El segundo, pequeño y con la punta redondeada, ideal para el culo. Seguro que esta zorra se lo había metido mas de una vez por atrás mientras con el otro atacaba su coño. Y con el tercero me llevé una sorpresa. Un dildo de los que utilizan las lesbianas. Unido a una especie de braga hace la función de una polla de verdad. Una de las mujeres se lo coloca con unas cintas a la cintura y puede follar a otro como si fuese un hombre.
Mira que encontré en uno de tus cajones zorra- le digo mientras le enseño los vibradores-. La verdad es que este no me lo esperaba- le señalo mientras le enseño el vibrador con braga- me gustaría verte utilizando este con alguna de tus amiguitas.
Me mira con cara de estupor como si no se creyese que le había registrado la casa. Como si eso fuese lo mas importante de lo que iba a ocurrir. Me acerqué a su espalda y comencé otra vez a extender el lubricante, acariciando su culo y su coño. Agarré el vibrador pequeño y se lo metí entre sus nalgas, hasta el fondo. Entró sin problemas al ser pequeño y estrecho pero al ponerlo en funcionamiento noté con que fuerza vibraba y se lo dejé dentro.
-¿ Te gusta notarlo pequeña zorrita?- le pregunto-. Venga, dime si te gusta- le digo al oído- aunque me da igual. Esto es para disfrutarlo yo no tu, y te puedo asegurar que lo voy a disfrutar.
Todo esto pasaba mientras comencé a rozar su clítoris y su vagina. Me gustas las tías mojadas e indefensas y ya la tenía como a mi me gustan. Colocándome encima me agarro la polla que a estas alturas ya la tenia como un poste.
¿Preparada Anita?- le digo- te la voy a meter y disfrutar un poco de ese coñito que parece muy apretadito. Lo tienes mojado. ¿ No serás tan puta como para disfrutar de la violación?.
Se dio cuenta de que la conocía lo suficiente para saberle el nombre y conocer la casa. Había entrado dos veces con unas llaves de su casa que mi hice en el vestuario del hospital y eso, a las personas que se dan cuenta que han sido vigiladas, las pone muy nerviosas. Dejan de sentirse seguras en su propia casa, ese lugar deja de ser de ellos al darse cuenta que ya lo profané. Ahí comienza el miedo, hasta ese momento siempre creen que se libraran sin ningún problema, pero a partir de ese momento saben que son mías por el tiempo que yo quiera. Al agarrar la polla con la mano me di cuenta de lo gorda que la tenía hoy. Mi polla sabe que es un día especial y que lo vamos a pasar bien. La acerqué a su coño y con un liguero movimiento de caderas le metí el glande.
-UMMMMmmm...
-Gime zorra. Me encanta cuando las putitas como tu van notando como les entra la polla, como las va abriendo por dentro- le digo- y ahora vamos a meter unos centímetros mas.
Sigo empujando y le meto la mitad. Tiene el coño ardiendo. Está mojado y calentito y es una sensación cojonuda. Agarrándola por el cabello le tiro de la cabeza hacia atrás y de un empujón, se la clavo toda.
Nommm... UMMM...- la zorrita no deja de intentar gritar y de mover sus caderas para librarse del trozo de carne que tiene dentro. Pero la tiene bien metida, hasta el fondo, con mis huevos tocándole el clítoris. Empiezo a moverme y realmente, el vibrador que tiene metido por el culo, con sus vibraciones me estaba haciendo gozar mucho. Le doy un par de nalgadas fuertes. Me encantan los culos rojos y a esta zorra se lo iba a dejar como un pimiento. Comencé a moverme con ganas, dentro y fuera, y cada vez que se la metía intentaba que le entrara hasta la matriz. Con unas cuantas nalgadas, en pocos minutos le puse el culo de un rojo intenso,cosa que me vuelve loco y agarrándola por las caderas se la empecé a meter lo mas rápido y fuerte de lo que era capaz. Se revolvía como una gata intentando echarme fuera de su coño pero lo único que consigue de esa manera es darme mas placer. A los pocos minutos ya comencé a sudar del ejercicio pero no lo disminuí ni un ápice. Mi mente solo está en meter y sacar mi aparato de su chocho pero cuando me acerqué al orgasmo empecé a disminuir la frecuencia de las penetraciones. No quería correrme tan pronto, tenía que disfrutar mucho mas, para eso lo había preparado con calma y elegido el día para estar mas tiempo a solas con esta mujer que llevaba casi tres años deseando. Cada vez que la veía me ponía cardíaco. Realmente era una mujer que me ponía mucho y ahora la tenía atada, desnuda, y a mi disposición. No iba a terminar tan pronto, eso seguro.
Se la saqué y apagué el vibrador y me puse delante de ella con mi polla apuntando a su cara y la levanté la cabeza para mirarla a la cara.
Vamos a empezar de verdad la juerga. Te recomendaría que te relajaras ya que te voy a follar quieras a no. Me voy a correr en todos y cada uno de tus agujeros y si no eres complaciente te dejaré atada y esperaré a que llegue tu hija, la asaltaré, ataré y la podré aquí, delante tuya y me la follaré a ella en vez de a ti. Dime si es eso lo que quieres.
Mirándome con cara asustada negó con la cabeza y dejó el cuerpo quieto como dándome permiso para hacer lo que quisiera. Le dejé caer la cabeza y pensé que era una pena tenerla con la boca ocupada, por que me pierdo de poder meterle la polla dentro de esa boca tan sensual. Labios gorditos y jugosos y unos dientes perfectos hacen de esa boca un sitio cojonudo para tener durante horas la polla dentro, pero primero quiero hartarme de sus otros dos agujeros y por eso volví a ponerme entre sus piernas y acariciarle el coño con fuerza, a meter uno de los dedos en ese encharcado chocho que poseía entre sus piernas y acariciarle esa espalda preciosa, sin una peca ni una mancha. Realmente la piel que tenía era preciosa y muy suave. A pesar de sus años es una mujer de bandera. Le saqué el vibrador del culo y agarrando el gordo se lo metí de un solo empellón en su coño. Ahí se arqueó toda y casi rugió como un animal. Me di cuenta de que esa metida la notó fuerte y antes de que se recuperara comencé a meter mi polla por su culo. Es un culo como pocos, vestido lama la atención pero desnudo es mucho mejor. Grande, duro, bien formado, y sobre todo muy estrechito, como el de una virgen, pero con la ventaja de que no era una virgen, si no una mujer de bandera, con un cuerpazo y disponible para mi.
No paraba de revolverse y de gruñir. Comenzaron a caerle unas lágrimas y eso me excitó mas aun, comenzando un duro mete saca de su culo. Me puse completamente encima de ella con mi pecho pegado a su espalda y mis manos sujetándole sus manos, aunque no hiciese falta al estar atada, a mi me encanta esa postura y con las caderas me movía en ese culazo maravilloso. La vibración del dildo me llegaba a la polla haciendo que esta gozara como pocas veces, y metiendo una mano entre la almohada y su coño conseguí sujetar el vibrador y de un solo empujón se lo incrusté hasta el fondo de su chocho.
-AAAMMmm...-protestó al notar los dos aparatos dentro de ella. La verdad es que en ese momento la tenía completamente atravesada por sus dos agujeros y ella se tenía que sentir llena a reventar. Con el vibrador dentro de ella, casi no tenía que moverme para notar un placer enorme y verle la cara congestionada por mi invasión me hacía temblar de placer y en ese momento opté por correrme dentro de su culo, imaginar mi leche escurriéndole por sus muslos me llegó para dejarme ir. Le llene el culo de leche al tiempo que noté como su coño se encharcaba y con la fuerza de sus paredes vaginales conseguía echar fuera el vibrador mientras sus jugos salían como a presión de su chocho mojando la cama y mis piernas.
Joder zorra, como me has puesto- le digo sonriendo- y eso que no querías. Si llegas a querer me violas tu a mi.
Alargué las manos y le solté la cincha que le rodea la nuca soltando la bola que tiene en la boca. Se la saqué
y la dejé encima de una de las mesillas. No decía nada, solo respiraba trabajosamente como si hubiese corrido una maratón. Me acerqué a su cabeza y le acaricié su pelo diciendo:
Me gusta mucho follarte. A lo mejor entro otro día para volver a sorprenderte pero esta vez lo haré cuando estés con tu amiguita.
Eres un cabrón violador. Aunque hayas conseguido que me corriese, eso no quiere decir nada. Me has violado y lo vas a pagar.
Fue las primeras palabras que me dedicó y no parecía muy contenta pero eso ya me lo suponía.
Venga, no te hagas la estrecha. Estoy seguro de que hacía muchos años que no disfrutabas así- le respondo.
No me has echo gozar cabrón.
Pues tu coño dice lo contrario- le respondo.
Ese comentario hace que unas pocas lagrimas le resbalen por las mejillas y agachando la cabeza sabe que tengo razón. Gozó mientras la violaba, lo podía pintar de la forma que quisiera, pero había gozado, ella lo sabía y yo también.
Venga zorra, no te pongas así. Lo has disfrutado y yo me alegro. De verdad que me alegro, me gusta que mis putitas, si pueden, lo pasen bien- le digo con cara de sátiro.
Veo como abre la boca para gritar y antes de que se de cuenta le levanto la cara y le doy un beso metiéndole la lengua hasta la traquea. Estoy unos segundos comiéndole la boca cuando la cabrona intenta agarrarme la lengua con los dientes y mordérmela pero consigo retirarme a tiempo.
Veo que te gusta jugar dura- le digo al tiempo que la miro fijamente-, si me llegas a morder te ibas a arrepentir.
No. Te ibas a arrepentir tu, si te llego a agarrar la lengua.
-No Ana. Quién se arrepentiría serías tu. Si llegas a hacer lo que querías te iba a dar de ostias hasta arrancarte los dientes, y luego sin dientes, me la ibas a comer hasta que te saliesen llagas en la boca. Y cuando acabase contigo, esperaría a tu hija y me la follaría delante tuya. Serías la única culpable o sea, si quieres que esto quede entre nosotros portate bien; a la próxima vas a saber lo que es una violación, perra.
La agarré por las muñecas y la desaté para volverla a sujetar las manos, muñeca contra muñeca,para que no me diese mas problemas de los necesarios. Le desaté también los tobillos y agarrándola le di la vuelta en la cama y la puse boca arriba. Le elevé las piernas hasta conseguir que sus rodillas rozaran su pecho y con una cuerda, en esa posición, até cada tobillo a su muslo correspondiente. La tenía colocada boca arriba, manos atadas, y piernas con las rodillas encogidas y los tobillos sujetos a sus muslos. Con mas cuerda, até una de sus rodillas, y pasé el cabo de la cuerda por debajo de la cama hasta el otro lado y agarrando la esquina la até a su otra rodilla dejando la cuerda lo mas tirante posible. Me levanté para mirar como había quedado. Estaba completamente inmovilizada, con sus manos atadas y las piernas encogidas sobre sus tetas y muy separadas. Se le veía el coño abierto y jugoso, y esa entrada a su culo estrechita y con ganas de polla.
Bien, vamos a por el segundo asalto. Primero te la voy a meter en el chocho y cuando me canse en ese culito tan estrecho. Cuando esté a punto de correrme me sacaré y te la meteré en la boca y en ese momento espero que chupes bien, que no dejes escapar nada si no tendré que castigarte- le digo sonriente.
Haz lo que quieras- me responde- pero hazlo rápido. Quiero que te marches de aquí cuanto antes.
Eso solo depende de ti. Cuanto mejor lo hagas, mas rápido me correré y antes me marcho.
Pues venga – me dice – cuanto antes mejor.
Cuando se la iba a meter me acordé que aun tenía un consolador por probar y fui a buscarlo par dejarlo cerca de mi. Me volví a colocar entre sus piernas y se la metí de golpe y ahí si se quejó.
Joder, bestia, casi me rompes – me dice -.
Venga zorra, que los dos sabemos que te gusta – le respondo.
Ya te gustaría a ti eso. Muévete de una vez y correte. Cuanto antes lo hagas antes te marchas y ahora mismo es lo único que quiero.
Eso será lo único que quieres ahora pero en pocos minutos vas a querer mucho mas.
Que mas quisieras – me dice – pero solo sabes follar una mujer si la tienes atada. No eres hombre ni nada.
Eres una puta cabrona y vas a saber de lo que es capaz esta pollita – le digo-.
Comencé a cabalgarla con fuerza, como si fuese una muñeca. La oía quejarse cuando mi polla entraba en su coño profundamente, e intentó sacarme de encima suyo con las manos. A pesar de tenerlas atadas, quiso empujarme fuera de la cama pero era demasiado débil y solo consiguió darme unos golpes en el pecho que me excitaban aun mas. Seguía montando esa yegua cuando su orgasmo llegó de repente. Creo que ni ella misma contaba con tenerlo por la cara que puso.
Joder, me corro. No, no puedo correrme, pero... DIOSSsss... me voy toda – grita mientras su corrida volvía a empapar las sábanas.
Me quedé mirándola con cara de sorpresa. La verdad es que como puta esta tía no tenía precio.
Coño, que eres bien guarra – le digo -. La verdad, no creí que fueras así. Eres todo un putón. Pero que sepas que me encanta. Si lo llego a saber te hubiese visitado antes.
Mirándole a la cara la veía como se avergonzada y no era para menos. Tenía un tío entre las piernas que no conocía de nada, que la estaba violando ( o eso pensaba yo), y ella se corría patas abajo como una vulgar puta, como una ninfómana salida.
En eso abrió los ojos y me miró. Tenía los ojos húmedos y brillantes. No podía ocultar que le gustaba y creo que eso la estaba excitando mas de lo que ella misma querría admitir.
No me desates cabrón. Pero tampoco dejes de violarme, me gusta – me dice – hacía años que no sentía tan llena.
No te preocupes, si lo hago es para seguir gozando – la puse de pie. Le temblaban las piernas por el
último orgasmo y la tuve que sujetar para que no se cayese-. Venga zorra, ponte de pie que nos vamos para el salón. Pero antes espera, que quiero hacer algo especial.
La senté en el borde de la cama y agarré el vibrador con braga ( en inglés strapon), y dando la vuelta a la tela, dejé el dildo metido dentro. Le coloqué la braga, metiendo el dildo dentro de su coño. Cuando lo tuve bien metido le di al interruptor para empezar a funcionar la vibración y la puse de pie. Le costó andar y al hacerlo caminaba de una forma rara. Con el placer que el vibrador le estaba dando le costaba trabajo caminar con normalidad
Bien, estamos listos. Vamos – le digo, empujándola dirección al salón. Le costaba un poco moverse ya que el ancho de este vibrador era bastante y le daba placer al caminar. Al llegar la dejé de pie con las manos atadas a la espalda y las piernas abiertas. Oía perfectamente el ruido del motor del aparatito, y veía como se retorcía un poco por el placer que este le ocasionaba. Le agarré las bragas por los laterales y tiré fuertemente de ellas hacía arriba incrustando mas el dildo dentro de ella.
Ay. Me haces daño cabrón. No tires tan fuerte.
Me acerqué hasta ponerme enfrente de ella y agarrándole la cara por la barbilla le digo:
No te creas que quien manda aquí eres tu. Sigo mandando yo y no me importa si gozas o no. Quién tiene que gozar soy yo y no tu. ¿ Entiendes puta?. A si que no me digas como tengo que hacerlo. Yo se lo me gusta.
Mirándome a la cara baja la vista y no dice nada mientras apoyo una mano en su entrepierna sobándosela a conciencia. Le estaba haciendo una paja, quería que se corriese otra vez. La verdad es que me encanta ver a una mujer corriéndose. Así continué hasta que empecé a notar como se estremecía, como su cuerpo temblaba y las piernas le fallaban. Con un suspiro se corrió y se dejó ir. El jugo de su coño empezó a salir, a desbordar la braga y que esta se humedeciese totalmente. La tenía a mi merced para poder hacerle lo que me diese la gana sin oponer ningún tipo de resistencia. La agarré de la cabeza y la puse de rodillas para que comenzara a comerme la polla y que descansase. Cuando se repuso un poco la acerqué a la mesa del salón y le saque esa braga y con la misma la incliné sobre la mesa. Con ese culo en pompa se me empezó a levantar otra vez. Esta tía tenía algo que hacía que mi polla estuviese siempre dispuesta para el combate. Até los tobillos a cada lado de la mesa y le volví a liberar las manos pero esta vez no se las até de nuevo, las dejé libres a ver si se resistía un poco. Me gusta algo de movimiento al follar y así a lo mejor se defendía algo.
Zorra. A mi me gusta que te revuelvas. Si eres tan complaciente no disfruto tanto a sea que defiéndete – le digo para ver si se motiva. Parece que me escuchó, ya que al intentar metérsela hasta el fondo, medio se ladeó y con las manos levantó su espalda e hizo que fallara en la penetración. Agarrándola por las caderas volví a intentarlo y se la enchufé de golpe por el culo.
AAAAYYY... Dios como duele. Me quema, por favor sácala.
De eso nada hermosa. Esto es lo que me va. Goza o sufre, lo que tu quieras, que yo lo disfruto todo.
Diciendo esto seguía penetrándola profundamente. A los pocos segundos la polla entraba libremente dentro de ella gracias al lubricante y a que esta zorra, virgen, lo que es virgen, no era. Haría mucho tiempo que ningún tío la taladrase, pero seguía estando en el mercado. Follaba de puta madre y me estaba aprovechando de ella todo lo que podía. Pero quería que se resistiese un poquito mas, tenía que enfadarla mas ya que si esto seguía así, parecía que la que me follaba era ella a mi y no yo a ella.
-¿Sabes que se me está ocurriendo?. Pues voy a dejarte atada hasta que venga tu hija del gimnasio – me mira con cara de asustada-. Se que está allí recuperando la figura después del parto y llegará en una hora y media.
No, a ella no la metas en esto. No tiene nada que ver – me dice gritando.
Pues comportate como una buena zorra. Ya sabes lo que tienes que hacer para que solo me ocupe de ti.
Con todo esto seguía machacándole el culo con fuerza. La verdad es que a mi los culos me vuelven loco. Me encantan ver como mi pollón entra en ese agujero tan estrecho y las mujeres que gozan por ahí dicen que sienten mas placer que por el coño. Aunque a mi eso no me preocupa, yo solo quiero gozar y me da igual lo que ellas sientan. Agarrándola por el pelo le traigo la cabeza hacía mi y le beso la boca al tiempo que seguía machacándola y en ese momento siento como mi leche empieza a subir, como en pocos segundos estoy dispuesto a soltarle toda la lechada en ese agujerito. Pero se la saco y la dejo descansar unos segundos, agarrando de nuevo el vibrador verde y ancho se la meto por el culo y lo dejo funcionando. Ya no se queja; tiene el culo como una entrada de metro y en este momento soy capaz de meterle hasta el puño.
Se me encendió una bombilla con lo del puño. Le dejo el vibrador metido y me dirijo a la parte delantera de la mesa para sujetarle las manos. No quería que me molestase mientras iba a intentar anchearle esa entrada posterior. Al tenerla bien atada le coloqué la bola en la boca para prevenir los gritos y comencé a darle unas cachetadas bien fuertes y rápidas. Me encanta dejarles el culo rojo a las putas y esta era la mayor de todas las que conocí jamás. Ella hacía ruidos con la boca como si quisiese gritar pero casi no salía ningún sonido de su boca, por lo menos sonidos inteligibles. Comencé a echarme lubricante en la mano derecha y le empecé a penetrar con dos dedos. Entraban perfectamente y subí a tres. Con esos metidos dentro comenzó a quejarse, a gemir e intenté un cuarto. Este me costó mas pero empujando con fuerza le metí los cuatro dedos hasta el fondo del culo. Y ahí si grito. Con fuerza, no se entendía lo que decía, pero los lagrimones que le caían no eran de placer precisamente y volvió a excitarme
¿ Que zorra, te gusta lo que te hago?. Te lo digo por que a mi me encanta Te voy a meter toda la mano y si te pones tonta intento meterte las dos.
Ummm, ummmm... - lloraba y se quejaba pero realmente movía el culo como si disfrutase con lo que le hacía. Esta tía era genial. Menudo putón verbenero me había echado en cara.
Seguí empujando y cuando estaba a la altura de los nudillos la saqué otra vez para dejar el culo descansar. Realmente tampoco quería desgarrarla ni romperla por la mitad. Me apliqué otra vez lubricante y volví a la misma posición de antes. Los nudillos a las puertas de entrar en su culo.
-Dime la verdad. ¿ Alguien te metió una mano entera por el culo? - Le pregunto mientras muevo la mano en círculos dentro de su culo para ir ancheando algo la entrada.
Ella movió la cabeza para negarlo y me di cuenta de que en este momento estaba llorando de verdad, le caían las lágrimas por las mejillas y en ese momento decidí meterla toda de golpe y así lo hice. Por suerte tenía la boca ocupada si no se iban a escuchar los gritos en la otra parte de la ciudad. Gritó, berreó, lloró y se movió pero fue incapaz de sacar mi mano de su culo. La sensación era extraña, pero para mi muy placentera el ver como tenia la mano agarrada por su culo a la altura de la muñeca.
Joder puta. Menudo culo te gastas. Se la tragó toda sin problemas
A los pocos minutos comencé a moverla de nuevo con cuidado e intentar sacarla. Con lubricante y con un mete y saca delicado la saqué y me quedé asombrado del tamaño de su agujero. Aproveché y le enterré la polla hasta los huevos y se deslizó con una facilidad pasmosa hasta el fondo. Ni soltó un ay, creo que ni se enteró con lo abierta que estaba, pero yo si. Joder, como me gusta dar por culo a estas tías tan zorronas. Seguí empujando hasta estar a punto de correrme y ahí paré. Me coloqué delante de ella y le puse la punta de la polla sobre su cara que estaba llena de lágrimas y sudor. Me gusta ver como su respiración hace que la espalda sube y baje mientras le acaricio el pelo. Cuando se tranquilizó le desaté las manos y los pies y me la lleve hasta el sofá y la tendí allí para que descansara. Eran las ocho de la tarde pasadas y tenía que pensar en irme.
Venga zorrita que se me hace tarde. Se que lo estas disfrutando pero me tengo que ir, a si que ponte boca arriba y ábrete de piernas.
Lo hizo despacio, como si le doliese todo. Abrió las piernas y me miro con las babas llenándole los pechos y cayéndole por la barbilla; tenía una cara de puta que no podía con ella.
¿ Quieres que me vaya pronto o esperamos a ver si alguien se nos une a la fiesta? - le pregunto.
Venga, correte y vete cabrón. Ya has echo conmigo lo que te dio la gana. Acaba de una vez y lárgate.
Si. Pero sabes una cosa. Me encanta ver a una tía pajeándose y si lo haces estoy seguro de que acabo mucho antes.
Me miró y acercando las manos a su coño comenzó a acariciarse lentamente el clítoris. Realmente parecía que quería excitarme y la verdad es que lo estaba consiguiendo. Ver como una tía se pajea mirándote a los ojos es de las cosas mas calientes. Al poco comenzó a gemir y acercándome a ella, empecé a pajearme yo esperando que se corriese para entrar yo en acción. A los cinco minutos me di cuenta de que ya no había vuelta atrás. Estaba llegando a su orgasmo y justo cuando empezó a correrse se la enchufé de golpe. Irguió la espalda y mientras yo se la metía con todas las fuerzas que me quedaban ella se fue. Comenzó a correrse y a jadear y viéndolo yo también me corrí. Le llené el coño de leche a la vez que sus jugos encharcaban el sofá. Me gustaría ver como va a explicar eso pero realmente a mi no me importa, solo me importa correrme y eso lo estaba haciendo. Uno de mis mejores polvos, si no el mejor. Quedé desfallecido encima de ella mientras intentaba recuperar la respiración y ella jadeaba por el esfuerzo y por el placer que había tenido. Me levanté con esfuerzo y me dirigí a su habitación. Me vestí y al volver al salón donde ella seguía despatarrada me despedí de ella.
Ha sido un polvazo. Te felicito, eres una tía de bandera y de las mas putas que me he llevado a la cara.
Eres un cabrón. Largate de aquí antes de que venga alguien.
Me acerqué a ella y le di un morreo de película con la lengua hasta la garganta y fui correspondido con sorpresa por mi parte.
Nos vemos Anita. A lo mejor no tardo tanto en visitarte como crees.
Sin decirme nada comenzó a recoger lo que estaba tirado antes de que viniera su hija. Al volverme iba a salir del salón y me dice:
Alberto, recoge tu habitación. Entré antes y la tienes como una leonera.
Si mamá. Ahora mismo lo hago – le digo mirándola- pero dime una cosa, ¿ te gustó?.
Sabes que si cariño. Me encanta que me violes pero la próxima vez dame un poco mas fuertes los azotes. No te cortes. Tu padre lo sabía hacer muy bien y tu también lo sabrás – me dice sonriendo.
Me fui a mi habitación con una sonrisa en la boca y a los pocos segundos oigo que mi madre se mete en la ducha y me dirijo al baño. Abro la puerta y allí estaba ella. Dentro del baño con el agua cayéndole encima y con una de sus manos acariciándose le entrepierna.
Joder mamá. ¿Pero no tuviste suficiente? - le digo mientras le acaricio un pecho, duro y erguido de la excitación.
Si bebe. Eres el mejor follando. Me encanta, pero el problema es que luego recuerdo lo que me haces y vuelvo a calentarme – me dice sonriendo.
Si quieres esperamos a que llegue Sara y te lo hacemos entre los dos.
Eso te gustaría, ¿verdad?. Se que casi te corres chupándole esos cántaros que tiene por tetas y ahora encima llenitas de leche – me recuerda - Dejemos que llegue a ver si viene con ganas.
Mama, ella es como tu. Siempre tiene ganas de follar – le digo.
Pero ese polvo es otra historia, si os gustó esta, volveremos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 785691 veces
Si te ha gustado Violación vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Violación.
mario.viajero
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
klaudiacuore
(25 de December de 2011 a las 16:23) dice:
muy buen relato! los detalles hacen que se viva cada instante...Felicitaciones!! katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:54) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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