La historia que a continuación leerán, me sucedió cuando accedí a tomar unos tragos con tres de mis compañeros de trabajo a los cuales consideraba inofensivos y hasta buenas personas, hasta que abusaron de mi. Aunque no estoy muy segura de esto ultimo...
Relato
No daré mi nombre por razones obvias pero me describiré un poco, no soy alguien fuera de lo común, ni de cuerpo ni de cara aunque si soy muy coqueta, me gusta que los hombres volteen a verme en la calle y que digan piropos aunque sean vulgares, mi piel es trigueña, cabello largo y lacio de color castaño, estatura mediana, por causa de una ligera miopía debo usar lentes la mayor parte de las veces y solo en ocasiones especiales desisto de usarlos aunque ello me provoque visión borrosa y un ligero dolor de cabeza al final. Trabajaba en una pequeña oficina de empaques y los tres chicos con los que tuve la desgracia de compartir una noche de sexo no deseada, eran mis compañeros de trabajo. Daniel trabajaba siempre conmigo en la oficina y éramos muy buenos amigos, o al menos así lo consideraba yo ya que platicábamos mucho y el me contaba de su novia y de su familia, me convertí en su confidente. Oscar y Alberto trabajaban en entregas y casi no compartía con ellos durante el trabajo, pero como éramos los mas jóvenes de la empresa ya que todos andábamos entre los 20 y 23 años, y los demás pasaban de los 35, en ocasiones coincidimos en algún boliche o antro. Aquella noche tuvimos una fiesta en casa de Alberto para celebrar su cumpleaños, asistieron varios compañeros mas pero como eran casados, tuvieron que retirarse temprano, Yo decidí quedarme un rato mas ya que me la estaba pasando súper bien y Daniel con su extraordinario sentido del humor nos mantenía con la sonrisa en la cara todo el tiempo, los cubatas hacían que me sintiera mas desinhibida y fiel a mi naturaleza coqueteaba mas de lo debido, note como los chicos se me pegaban mas de lo normal y usaban cualquier pretexto para abrazarme pero no le di la importancia debida, ese fue mi error ya que ellos tomaron esa respuesta positiva a sus acercamientos como un deseo sexual.
Me encontraba en el baño enfrascada en mis pensamientos, la puerta no tenia seguro pero no le di importancia ya que las anteriores veces que fui al baño no fui molestada pero en esta ocasión cuando terminaba de limpiar mi vagina la puerta se abrió de golpe y aparecieron los tres, yo solo atine a cubrir con mis manos mi zona pélvica, no podía hacer nada mas ya que mi falda estaba alrededor de mi cintura y mis pantis en mis rodillas, mi primer reacción fue de coraje y les ordene que saliera de inmediato, ninguno obedeció y me entro un poco de miedo, sobre todo porque vi en sus ojos la lujuria, cambie mi tono de voz y les pedí que me dejaran sola pero al contrario se acercaron mas, instintivamente mi cuerpo tembló de miedo, Daniel y Oscar me tomaron de los brazos y me levantaron, me llevaron por la fuerza a la sala donde estábamos antes y en el trayecto mis pantis cayeron hasta mis tobillos y después hasta el piso quedándose a medio pasillo, me dejaron caer en el sillón y se sentaron uno a cada lado mío, Alberto levanto mi ropa interior del piso y se la guardo como premio o como recuerdo.
Llorosa les suplique que no me hicieran nada pero ellos se defendieron diciendo que los había estado provocando toda la noche y que ahora me darían lo que buscaba, en vano intente explicarles que era cierto, que yo no quería nada con ellos y que si les coqueteaba era por mi naturaleza pero sin otra intención.
Mis suplicas llegaron a oídos sordos pues antes de que acabara de hablar Oscar empezó a sobar uno de mis pechos y Daniel metió su mano entre mis piernas, apreté las piernas impidiéndole llegar a mi vagina y con la otra mano retiraba una y otra vez la mano de Oscar quien volvía a las andadas apretando mi pecho con un poco de rudeza.
Con lágrimas en mis ojos le pedí a Alberto quien aun se mantenía a distancia que les dijera a sus amigos que me dejaran.
- Por favor Beto, diles que me dejen en paz.
Ilusa de mi, Alberto era quien comandaba todo aquello y como respuesta a mi petición se acerco y jalo de mi falda hacia arriba lo que dejo a la vista mi triangulo de bello pélvico, acaricio mi vagina y yo furiosa apreté aun mas las piernas.
- Ábranla – dijo Alberto a sus compinches.
Y ellos obedecieron tomándome de las rodillas y separándome las piernas, mi desnudez quedo a la vista de todos y vi sus ojos brillar de deseo, la mano de Alberto se paseo por mi raja, y un dedo penetro en ella, hice un intento mas para cerrar las piernas pero eran mas fuertes que yo, desesperada mordí la mano de Oscar que estaba en mi hombro quien dio un alarido y la aparto.
- Malditos – grite, y observe a Oscar sobarse la mano adolorida, no hubo tiempo para mas, una palma abierta sobre mi rostro me hizo arder la mejilla de dolor, temblando de miedo y coraje me levante haciendo acopio de todas mis fuerzas pero de inmediato con un fuerte empellón volví al lugar donde estaba y otra bofetada aun mas fuerte que me reventó el labio, me hizo entender que estaban dispuestos a todo y que por la fuerza podría ser peor.
No supe que hacer, me sentí indefensa y vulnerable, supuse que si los complacía en sus bajos instintos saldría bien librada y me di a llorar abatida, es todo lo que hacemos las estúpidas mujeres, llorar. Cuando estamos delante de un hombre sensible esta es nuestra mejor arma, pues su naturaleza protectora los hace querer protegernos y hacen lo que sea por mitigar nuestro llanto. Pero cuando estamos delante de tres animales ese llanto es señal de victoria para ellos y al saberse vencedores suponen que haremos lo que sea para evitar mas sufrimiento.
Daniel me tomo con delicadeza de la barbilla y me dijo a modo de disculpa, solo queremos disfrutar un rato contigo, pasárnosla bien, eso es todo.
- ¿Disfrutar conmigo o disfrutar de mi? – ese fue el pensamiento que vino a mi mente pero no dije nada, espere en silencio a que iniciaran con su disfrute.
- ¿Por qué no nos bailas linda? – dijo Oscar.
Me quede estupefacta, mi mente anegada de alcohol y un tanto traumada por los sucesos no atino a reaccionar de manera rápida, tras un par de minutos en los que mis compañeros esperaron impacientes, Alberto, siguiendo en su actitud de líder se zafo el cinturón y me amenazo con el, por un segundo lo creí incapaz de usarlo pero algo en su mirada me dijo que no lo pensaría dos veces para azotarme con el si no accedía a su petición. Me levante despacio y baile de manera burda, movía mi cuerpo casi roboticamente pero a los tres les pareció sensual, alargaban la mano y tocaban mi cuerpo y al final Oscar me jalo y quede encima de él, rápidamente su mano se perdió en mi entrepierna y sus dedos se enredaron en mis bellos, luchaba por levantarme pero me retenía con fuerza y además pronto fue apoyado por sus compinches, Daniel, sentándose al lado nuestro me jalo hacia el y me beso, debo admitir que fue un beso tierno y dulce pero que yo no deseaba, el chico me atraía y si me lo hubiese pedido habría tenido sexo con él, pero ahora sus acciones me parecían repugnantes, Alberto, el mayor, aprovecho que los otros dos me tenían dominada y dejo al descubierto mis pechos y los empezó a restregar con su boca.
Yo ya no hacia intentos por detenerlos, estaba convencida de que entre mas rápido acabaran seria mejor, los dedos de Oscar en mi vagina me causaban cierto dolor ya que no había lubricación de mi parte y el se empeñaba en meter y sacar sus dedos de mi interior, la tortura termino, retiro sus dedos y una boca se poso en mi vulva, no podría ser otra que la de Alberto ya que estaba sentada encima de Oscar y Daniel aun seguía besando mi boca. Los labios de Beto empezar a producirme sensaciones agradables, su lengua recorría despacio el contorno de mi rajita y se adentraba un poco pasando apenas por encima de mi clítoris, por unos minutos me resistí al placer que esto me estaba provocando y permanecí impasible, pero al final el deseo pudo mas, el calor en mi vagina se hizo evidente y la lengua de Alberto dentro de mi raja, iba y venia a su antojo, haciendo a mi vagina humedecerse hasta chorrear liquido que Alberto saboreo hasta saciarse. Mis pezones duros fueron presa de la boca de Daniel y con sus labios y su lengua en ellos me hizo perderme, con los ojos cerrados gemía quedamente pues no quería que mis compañeros se enteraran de todo el placer que me estaban provocando, Oscar me quito de encima de el y me deje caer en el sillón abriendo por completo mis piernas para seguir disfrutando la lengua de Alberto, no fue su lengua lo que recibí sino su dura verga que un solo movimiento penetro hasta mi útero.
- Aghhhhh –
Fue el sonido que escapo a mi boca y me puse roja, no solo de lo caliente que estaba sino de la vergüenza que me dio pues este quejido no solo me delato delante de ellos, sino que además los puso al tope y les dio el impulso necesario para descararse por completo conmigo. Oscar acerco sui verga a mi boca, no lo vi venir pues estaba aun con los ojos cerrados y solo me di cuenta cuando la sentí querer abrirse paso entre mis labios. Nunca he sido amante de chupar penes y solo cuando estoy con alguien a quien deseo de verdad lo hago, así que Oscar fue rechazado varias veces pero no ceso en su intento y pasaba su caliente cabeza por mis labios cerrados. Las embestidas de Alberto en mi interior me estaban llevando al paraíso y los dedos de Daniel cerrándose sobre mis pezones multiplicaban las sensaciones y mis ayees de placer llenaron la habitación al llegarme el orgasmo, Oscar aprovecho mi boca abierta para lograr su propósito, su verga caliente y viscosa llego hasta mi garganta produciéndome arcadas. Presa del placer la tome y la chupe golosa, nunca una verga me había gustado tanto, ese sabor amargo al principio se volvió agradable y la saboreé a detalle, la verga de Alberto en mi interior se hincho y aumento la velocidad, cerré mis piernas atrás de su espalda para acercarlo mas a mi cuerpo y cuando sentí su leche ardiendo llenar mi vagina, me volví a correr.
Pensé que era todo lo que podía dar pues las ocasiones anteriores que había tenido sexo me era mas que suficiente un par de orgasmos para estar completamente satisfecha, pero ahora era diferente, mi cuerpo pedía mas, Alberto salio de mi interior y se dejo caer en el sillón frente a nosotros exhausto, Daniel, tierno como era, empezó a limpiar mi vagina que desbordaba de los fluidos de ambos con la clara intención de penetrarme, supuse yo, pero no le di tiempo de acabar con su faena, me levante completamente arrecha y lo tumbe en el sillón, fui directo a su entrepierna, desabotone su vaquero y apareció ante mi la verga mas hermosa del mundo, blanca, delgada, limpia y depilada, con la cabeza roja y brillosa. La admire absorta y me la metí completa en la boca, me sorprendí de mi misma pues antes solo les chupaba la cabeza a mis novios y nunca me metía mas de la mitad, pero la verga de Daniel me la metí hasta el tope, hasta sentir sus bolas chocar con mi barbilla. Oscar detrás de mi aprovecho la posición y me penetro de un solo golpe, apenas me di cuenta de esta acción pues su tamaño distaba mucho de la que había salido de ahí unos minutos antes, no es que fuera diminuta pero si era la mas pequeña de las tres. Yo seguía en lo mío, quería, necesitaba la descarga de Daniel en mi boca y me centre en eso, con mis uñas acariciaba sus bolas y su vientre hasta que lo sentí querer apartarme, no se lo permití y por el contrario metí todo su pene en mi boca hasta que lo sentí explotar y me comí todo para después limpiarle el glande a detalle.
Oscar se movía dentro de mi produciéndome un delicioso cosquilleo y al cabo de un par de minutos me lleno de leche nuevamente.
Los deje en la sala y me fui al baño, me limpie y aun sentía delicioso al pasar el papel en mi vagina. Cuando se me paso la calentura me sentí terriblemente mal, no podía reclamar nada porque aun y cuando no era mi deseo al final lo disfrute mas que ellos.
Cuando volví a la sala los encontré todavía desnudos y relajados, considere el momento oportuno para irme sin que se opusieran y no me equivoque, llegue a la puerta y cuando iba a salir algo dentro de mi me lo impidió, regrese y me eche sobre Daniel, lo vi mas hermoso que nunca y lo bese, lo bese como loca, su verga se erecto y me deje caer sobre ella, los otros dos se acercaron queriendo obtener una parte del pastel pero yo me concentre en Daniel, lo cabalgue, lo disfrute hasta sentirlo dentro mío, después me puse a gatas en la alfombra y deje que Oscar y Alberto me penetraran hasta descargarse en mi vagina, aun tuve otros tres orgasmos esa noche y al amanecer Daniel me llevo a mi casa donde dormí hasta entrada la tarde. No volví a mi trabajo por vergüenza pero me hice novia de Daniel y cada vez que estoy con el, recuerdo la primera vez que estuvimos juntos y tengo orgasmos sublimes.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247241 veces
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extreme
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Comentarios enviados para este relato
Neofilder
(2 de November de 2009 a las 17:52) dice:
Una historia que sucede con gran frecuencia y es que muchas mujeres se niegan a dejar salir el demonio que llevan dentro pues no saben que el final podran disfrutar de una mejor sexualidad y tendran mas placer del que conocen. Una excitante y morbosa historia que votaria con 5 puntos si pudiera votar. coronelwinston
(2 de November de 2009 a las 00:27) dice:
Excitante relato y orgía descomunal. Lo que empieza siendo un No consentido termina siendo una orgía llena de deseo, lo cual me hace pensar que no me equivoco cuando digo que todo es ponerse. Como dice el refrán, comer y follar, todo es empezar. Un saludo Extreme. katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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