Vouyer número cuatro

Como relaté en textos anteriores, rento habitaciones ( sólo a muchachos y que estén guapos ) porque como me gusta observarlos y calentarme bien rico con ellos, algunos me han cogido.

Esta vez le renté una habitación a un muchacho wero muy lindo de unos 23 años, tenía sus ojos verdes, era un verde esmeralda muy hermoso, su nariz afilada, pero lo que me hizo rentarle inmediatamente, fue ese hermoso par de piernas y el paquetote que se le notaba.

Pasaron los días y por la ventanita del baño no podía casi nunca observarlo,. ya que él se levantaba muy temprano y se bañaba, así que un día, me escondí bajo la cama, y esperé ahí más o menos a la hora que llegaba, ahí estuve apenas unos minutos y cerré la puerta principal con los dos pasadores para que pensará que yo no estaba.

A los pocos minutos entró a su cuarto y yo veía todo claramente desde abajo de la colcha, entonces entró al baño y con la puerta abierta, sacó una bolsa y de la bolsa de plástico un pantalón el cual comenzó a mediarse, al quitarse el pantalón que traía puesto ¡ mamá mia ¡ o más bien papi mío ¡ no traía calzones, ( misma razón por lo que siempre se le veía un paquetote ) entonces ví sus duras nalgotas y bien peludas igual que las piernas, luego fue por una silla, para tratar de verse en el espejo ...

Se trepó en la silla y se acomodó el bulto ( bultote ) yo seguía bajo la cama y sentía que la verga me explotaba de morbo, después se quitó el pantalón que se medía, y pude ver esa riuca vergota aun flácida era gruesa y grande muy rica, casi rosita. Me encantó estarlo espiando y todas las noche me hacía una paja recordando su rico culote y su vergota.

Luego volvió y yo aproveche para salir de mi escondite, cuando llegó nuevamente no puede evitar bajar la vista a verle el paquete eso me cachondeo mucho ...