...no tapaba la grande abertura que había en la puerta arriba y abajo, por eso me asomaba con su permiso para verla desprenderse de sus prendas íntimas, y despampanante completamente en cueros se sentaba de perfil en el inodoro...
Relato
Ella era una ninfa morena clara con cabellos café oscuro igual que a los rasgados ojos, tenía una estatura media y sus mamas eran como dos medianas jícaras, con una cintura propia de una cadera de "miss" azteca o una Malinche.
Y por fortuna de los dioses esa deidad tan dulce como la tuna era mi hermana menor aunque ya tenía veinte añitos en su calendario azteca, y esa diosa hecha mujer no se bañaba en el piso del cielo, en el baño que estaba cerca de sus nubes, sino se bañaba entre tres paredes de la planta baja sobre la tierra, la puerta con vidrios opacos pero transparentes según los velaba con una toalla blanca, pero no tapaba las grandes aberturas que había en los travesaños de la puerta arriba y abajo, por eso yo me asomaba con su permiso para verla desprenderse de sus prendas íntimas, y despampanante y completamente en cueros se sentaba de perfil en el blanco inodoro, en el que regaba con sus turbias aguas la taza, e inocentemente se chupaba un dedito como si no rompiera
un plato, luego jugaba un poco con los duritos y colgantes senos, y finalmente con la gracia y sensualidad de la mujer bella, se levantaba del trono para colocarse bajo de la regadera, ella se balaceaba y bailaba y se admiraba su cuerpo acariciándolo, antes de vestirse con la blanca espuma, vestido de espuma que el agua rá´pidamente hacia trizas, pero lo que más me gustaba y hasta me enloquecía, era cuando subía una de sus lindas piernas al retrete y luego la otra para enjabonarlas, resaltando a lo máximo su hermosisímo culo protuberante ¡increible!! Que casi casi saltándome el corazón del pecho, tembloroso y emocionantemente espiaba con su permiso.
Y como nomás salía envuelta con la pura toalla, también con su permiso la espiaba en su cuarto de arriba, por una rendija de la puerta, donde se alisaba el cabello desnuda antes de ponerse la coqueta braga con el erótico corpiño, para salir con sexy vestiditos que cubrían muy poquito de lo mucho que tenía.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100018 veces