Soy el hermano menor; mis tres hermanas, de tano dominarme y ser en todo superiores a mí y fastidiarme casi de continuo día y noche, consiguiern que un día mis deseos de entregarme por completo a ellas...se diera!
Relato
Tenía yo 15 años, cuando mis hermanas mayores, de 16 una, 17 la otra, y 18 la mayor, comenzaron a apretar su dominio y modo casi constante de vivir fastidiándome, y yo comencé un desesperado período de continuas rabietas y mil desesperaciones que iban día a día creciendo al ellas tambiñen ir acentuando sus dosis de dominación avasallante sobre mí, y aquello era como una creciente ola donde las tres cochinas gozaban a más no poder en una sádica felicidad de así tenerme.
Las tres...hermosísimas muchachas de cuerpos esculturalmente espléndidos, y yo...un chico muy saludable, sí, pero delgadito y al lado de ellas...débil. Cualquier intento mío por querer violentarme, ellas enseguida me lo aplacaban amenazándome con darme palizas que yo sabía que con total facilidad podrían propinármelas, ya que la fuerza bruta que ellas poseían era verdaderamente asombrosa.
Sí: las tres, me tenían completamente controlado, y se divertían torturándome de mil maneras.
Fuí creciendo, y mi desarrollo erótico llegó a esos estados donde en la adolescencia comienzan a hervirle a uno en la sangre, y los huevos y el chorizo parecen entrarle ebulliciones adentro.
Mis tres hermanas...eran unas verdaderas esculturas despampanantes, y mis ojos...comenzaron a clavarse en ellas. Vivían torturándome es cierto, pero rápidamente...esa torturas...ay!..¿cómo decirlo..? eh...esas torturas...eh...este...¡que comenzaron a gustarme..!: ¡éso! Instantáneamente ellas advirtieron en mí esos cambios,y riéndose entre las tres al así verme, comenzaron las muy cerdas...a acentuar aún más, todavía más, sus maneras de fastidiarme y volverme loco.
Antes, cuando esas cosas me hacían, yo lloraba. Ahora, lloraba y reía. Ellas...reían más todavía!
Fue una tarde cuando yo estaba por cumplir mis 15 años, cuando nuestros padres salen de viaje avisándonos que deberíamos quedarnos solos por varios días, diciéndome muy especialmente que yo..."debía obedecer todo lo que mis hermanas me indicasen". Las muy cerdas, mirándome desde un lugar donde ellos -ose nuestros padres- no las veían, me miraban con las más burlonas de las morisquetas detenidas en sus hermosísimas caras así mirándome. Sentí, lo confieso, como si un río loco de hormiguitas comenzaran a recorrerme el cuerpo enterito...y allá, bien adentro de mis huevos, la leche comenzara a hacerme gorgoritos, y mi chorizo vibró como si le hubiesen arrimado un cable eléctrico pelado. Y pensé:
-"Es sólo que nuestros padres salgan...y estas cochinas ya, ya mismo, pueden agarrarme si lo desean, que yo voy a ser el hermano más felíz del planeta!"
Mil y cientocincuentamil vueltas daban nuestros padres y no se iban, y yo, desesperado por el deseo de quedar por fin solo a merced de mis hermanas que también estaban esperando ese momento para capturarme, exploté en una especie de rabieta, y comencé a echarlos a gritos y pataleos que los hizo reír en la partida. El auto arrancó su veloz marcha en la partida, y yo miraba extasiado como se perdían a lo lejos.
Mis hermanas estaban las tres con sus caras rojas como un tomate riéndose con las más cochinas de las risitas, pues...sabían que el momento de capturarme para hacerme por fin esclavo sexual de las tres, había llegado. Yo..fingiendo angustia y desesperación, las miraba chillando como nenito mañero, sabiendo que "mi hora fatal", había llegado.
Se me vinieron encima captrurándome y ahí mismo comenzaron a desnudarme hasta dejarme completamente desnudo, y poseído yo en la más bestial de las eróticas calenturas, gemía y hasta bramaba con mi chorizo empalmado de yanescandalosa manera que fué apenas verlo mis hermanas, y las tres irrumpieron entre sus continuas risitas al ir desnudándome, en exclamaciones de verdadero asombro ante tan exagerado tamaño de mi falo ya de por sí así en estado normal, inmenso. Y ahora...máááás!
-"AAAAAAAAAAHHHH!!!" "AAAAAAAAAAAAAAAHHHH!" "AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH"!!! Eran las exclamaciones de mis hermanas; y ya...comenzaron a manosearme entero haciéndome las más despampanantes cosquillas eróticas y a hacerme el juguete de ellas en un hacer y hacer que me enloquecía y arrancaba de mí todo tipo de gemidos y guturalismos, gritos de alocado placer, y exclamaciones donde se harto evidenciaba el éxtasis de mi placer total.
-"Degenerado!!!sos un degenerado que estabas deseando que te agarráramos así hace tiempo, degenerado!!!"-me decían-.Yo gemía y suspiraba entregado completamente a ellas, y ellas eran na tormenta loca azotando mi cuerpo con toda clase de toqueteos y besos y mil caricias y manoseándome enterito, mientras se iban las tres desnudando frenéticamente y al verlas yo ir quedando desnudas, me parecían todavía más grandes y exuberantes y comencé como a enloquecer de excitación y les comencé a lamer los pies desesperadamente deseoso de eso hacer, y las tres reían y reían viéndome completamente poseído en ese deseo de sumisión completa a ellas.
Éramos cuatro cuerpos juveniles entregados al más ardiente deseo, donde yo era el objeto de ellas y estaba ya entregado por completo y para siempre, como el más caliente esclavo al cual podrían ellas exprimir a su antojo. Ellas...también me deseaban; y si así me habían estado haciendo durante tanto tiempo, fue porque las tres sabían que algun día más temprano que tarde, caería yo como ahora, acababa de caer.
Les lamí y chupé los pies a las tres hasta que les limpié toda la sudorosa transpiración que por gusto habían las tres juntado para éso hacerme, para continuar lamiéndoles el cuerpo entero sin dejar parte sin lamerles.Ver sus culos en mi boca...mi lengua lamiendo sus culos...mamandome ellas la pija haciéndome estallar en orgasmos que arrancaban de mis adentros gemidos y gritos y de mi chorizo ríos de leche, así, de esa manera, comenzábamos inaugurando nuestra alocada y desenfrenada pasión incestuosa que desbocada comenzaba a correr por nuestras vidas.
Mi calentura erótica era portentosamente despampanante, y mis tres hermanas reían de placer viéndome así encendido como fogata inmensa regalado sin control a ellas.
Reían y hacían con mi cuerpo lo que querían,t encima mío las tres eran un torbellino de follarme y mamarme, hacerme lamerles el coño y el culo y las tetas y axilas, y enloquecerme a cosquilas y pajas y disfrutarme de una y cientonoventamil maneras distintas.
Yo, completamente poseído yá por ellas, era de ellas su huguete, y felíz de serlo era.
-"¡ESCLAVO!!!"-me gritaban riéndose, en mi misma cara, y yo...reía.
Era recién aquéllo, el comienzo; el inicio de la más desesnfrenada y loca incestuosa relación en la cual tres hermosísimas y esculturales muchachas, en su propia casa tenían ahora a su propio hermano calentón y regalado, como juguete para sus lujuriosas diversiones.
Completamente desnudo, ardiendo como un volcán y con una de ellas así acaballada sobre mis hombros paseando por toda la inmensa casa mientras las otras bailaban brazos en alto para luego ir tomando su turno en la monta, así, proseguíamos aquel comienzo donde el deseo y la pasión, recién comenzaba el desahogo en nosotros. Pero siempre así: yo...objeto felíz de mis hermanas hermosas.
¡Tantas rabietas,histerias y pataléos aniñados ante sus torturantes maneras de fastidiarme, y...y...
¡Y ACABÉ ESCLAVO DE LAS TRES..!