Y después se preguntan ¿por qué hay tantas lesbianas?… ( CON fotos)

Desde que Andrés y yo comenzamos a ser novios, rápidamente me demostró, tras darme una fuerte cachetada, quien era el que mandaba. Yo tonta e ilusa, no lo dejé, ni lo denuncié, pensando estúpidamente que él iba a cambiar su manera de ser, cosa que no hizo nunca.

Lamentablemente yo estaba ciega, sorda, y muda, ya que no quería ver la mala persona que él era, no escuchaba a mis amistades, y familia que me advertían de su falta de control, y me negaba a contarle a esas mismas personas, lo mal que yo la pasaba con mi marido.

La primera vez que me mandó al hospital, fue por no tener la comida caliente. La segunda vez fue porque se antojó de que yo según él estaba coqueteando con un tipo de la calle. Y la tercera, que llegó borracho a casa, acompañado de varios de sus amigos, prácticamente me arrancó la ropa ante todos ellos. Y no contento con dejarme desnuda, preguntándoles si yo no tenía un lindo cuerpo, cuando traté de irme a nuestra habitación. Andrés me tomo por el pelo, y tirándome sobre nuestra cama, me violó frente a sus amigotes, los que no dejaban de reírse, y de decir estupideces.

No conforme con todo eso, cuando traté de escaparme, me dio un golpe tan fuerte en mi cara, que aparte de que perdí el sentido, me rompió varios dientes. Pero al volver a recuperar el sentido, mientras yo había estado tendida en la cama completamente desnuda, dejó que varios de sus amigotes abusaran de mi, y no conforme con eso, al despertarme, me obligaron a que me pusiera a que mamara la verga de varios de todos los presente, mientras me continuaban violando y sodomizando, en contra de mi voluntad.

Por suerte, al todos ellos irse de la casa, Andrés se quedó dormido, y yo como pude llamé a mi amiga, Inés. Que de inmediato me recogió en su auto, y tal como yo me encontraba me llevó al hospital, sin dejar de decirme en todo momento, que lo denunciara, que yo no le debía nada al desgraciado ese. Bueno de no haber sido por ella, seguramente, no me hubiera atrevido hacer nada. Pero en esa ocasión llegué hasta las últimas consecuencias. Por lo que hoy gracias a Dios y a mi mejor amiga, estoy felizmente divorciada de Andrés, y él se encuentra tras las rejas, por lo menos durante los próximos años.

Raquel se ha portado conmigo, como nunca nadie lo había hecho. Desde que llegué a su casa, fue sumamente condescendiente conmigo, cuando le dije que no quería relacionarme con nadie, me dio mi espacio, no me presionó, pero siempre, siempre tuvo una sonrisa en sus labios, y palabras de aliento hacia mí. Me convenció de que podía volver a la universidad, ya que por la presión que Andrés me había puesto, me obligó a que dejase de estudiar.

En fin Raquel, como ya dije se ha portado conmigo, como nadie nunca lo había hecho. Yo si me daba cuenta de su manera de mirarme, de hablarme, y de hasta complacerme en todo lo que yo le pedía. Por lo que poco a poco se fue ganado mi corazón, y cuando ya algo más repuesta, una de sus amigas, nos invitó a salir con unos chicos, no me dijo nada, mutuamente nos acompañamos, hasta que uno de los tipos que nos acompañaban, trató de besarme a la fuerza. Yo caía en pánico, pero justo en ese instante, Raquel intervino. Jamás pensé que una chica tan joven y menudita como ella golpeara tan fuerte. Ya que aquel tipo cayó de culo, y lo mejor fue que no se levantó, o por lo menos no mientras nosotras dos nos marchamos.

Esa noche le di las gracias, y le explique cómo me había sentido, y que gracias a ella no me volvió a pasar nada. Raquel me escuchó, y cuando terminé de hablar me dio un suave beso, y se retiró a su dormitorio. Fue cuando me di cuenta de que había comenzado a sentir por ella mucho más que agradecimiento. Por lo que para el siguiente día, cuando regresó de su trabajo, y yo de la universidad, le preparé una sorpresa. Ya que después de bañarnos y ponernos cómodas, le dije que no deseaba salir, que en lugar de eso deseaba celebrar con ella, el tiempo que ya llevaba divorciada. Por lo que abrí una botella de cava.

De manera inocente comenzamos a beber, y a jugar entre nosotras dos, a mí se me ocurrió, agarrar un frasco de nata, y con eso me inventé un juego, sé que no es nada original, pero tanto Raquel como yo comenzamos a divertirnos de lo lindo. Poco a poco, seguimos acercando nuestros cuerpos, y cuando me vie a dar cuenta, tanto Raquel como yo ya nos estábamos besando, de manera ardiente, y sensual. Mutuamente nuestros dedos, fueron explorando nuestros cuerpos, y al sentir sus labios sobre mi clítoris, jamás pensé que el que mi mejor amiga me besara el coño, me hiciera sentir tanto placer.

Así las dos continuamos, besándonos, acariciándonos mutuamente. Durante el resto de la noche. Raquel hizo que yo no disfrutase de un orgasmo, sino de un sinnúmero de ellos, como nunca antes los había disfrutado. Ella no tan solo beso, acarició, y lamió todo mi coño, sino que yo también se lo hice al de ella.

Y desde esa misma noche las dos dormimos juntas, y mutuamente nos complacemos, nos amamos, y nos respetamos.