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Y pensé que Nelson era un tonto…

Relato enviado por : Narrador el 02/01/2011. Lecturas: 13817

etiquetas relato Y pensé que Nelson era un tonto…   Gay .
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Resumen
Mi nombre es Rolando, y quiero contarles como finalmente de un ocasional bisexual, pase a ser todo un chico alegre. En medio de la oscuridad, me encontraba recostado sobre una paca de heno, dentro de la caballeriza que forma parte de la hacienda de mi tío, totalmente desnudito, esperando ansioso con mis nalgas separadas por mis propias manos, que Nelson el peón me diera por el culo.



Relato


Pero antes de que eso sucediera, recordé inmediatamente, como llegué a estar en tal situación. Me encontraba pasando el fin de semana largo en la finca de mis tíos, y salí a caminar por los alrededores, cuando me topé con Nelson uno de los peones, que se dirigía a buscar unos racimos de plátanos, verduras y frutas. De lo aburrido que me encontraba decidí acompañarlo, para distraerme un rato.


Ya él había cortado algunos racimos de plátanos, cuando me imagino que le dieron ganas de orinar, y tras cortar una de las matas dejó el machete clavado en la tierra, sacó su miembro y frente a mí, separando ligeramente sus piernas, con toda su calma, se dispuso a orinar. Hasta esos momentos aunque ocasionalmente me había llamado la atención, alguno que otro hombre. Pocas veces había llegado a tener relaciones sexuales con ellos, en pocas ocasiones había dejado que me penetrasen. Pero no sé que me sucedió, que apenas vi el miembro de Nelson entre sus dedos, quedé completamente impresionado.


En principio me dije a mi mismo, que eso tan solo se debió a lo inesperado del suceso, pero a medida que continuamos caminando, como cosa rara en mí, no dejé de pensar en el miembro de Nelson. Lo peor de todo era que hasta me lo imaginé trepado sobre mí, clavándome su llamativo miembro entre mis nalgas.


Llegué al punto de pensar en regresarme a la casa, para ver si esas ideas se me quitaban, pero en definitiva no lo hice, es más me puse a buscarle mayor conversación, aunque realmente Nelson, se puede decir que no se destaca por eso precisamente. En mi mente me puse a maquinar que podría hacer, para que Nelson hiciera lo que yo deseaba intensamente, y encima de ello, no se lo contase a más nadie.


Le pregunté si tenía novia, y su respuesta fue un rotundo no, indiscretamente también le pregunté si había salido recientemente con alguna mujer, y también me respondió que no, pero abundó diciéndome, es que no sé qué decirles. Lleno de curiosidad le seguí preguntando cómo le hacía para descargarse, y al parecer no me entendió, pero cuando le dije, que si se hacía la paja ocasionalmente, algo avergonzado me respondió que sí, que casi a diario.


Continuamos caminando y alejándonos de la casa cuando atravesamos un pequeño riachuelo, en el que se forma una gran poza lo suficientemente grande, como para dar unas cuantas brazadas nadando. Y le pregunté si alguna vez se había bañado en ese lugar, respondiéndome que si, sobre todo en días como ese en los que hace mucho calor.


Sin demorarme mucho, le propuse que nos bañásemos, a lo que en un principio Nelson dijo que no, por tener que recoger lo que le habían ordenado mis tíos llevar a la casa de ellos. Pero me comentó que después de que limpiara los establos, le diera de comer a los animales, y fuera al pueblo por la compra que mi tía había hecho. De seguro cuando terminase con todas sus labores del día, por el fuerte calor, ya tenía pensado ir a la poza a bañarse cuando oscureciera.


Yo no seguí insistiendo, y me regresé a la casa pero sin dejar de pensar en todo el camino en la verga de Nelson. El resto del día no hice otra cosa, que soñar despierto en como haría para que Nelson me clavase su verga.


Pero cuando comenzó a oscurecer, mi tío y su esposa, me propusieron que si yo quería acompañarlos al pueblo a visitar unas amistades. En otros momentos de seguro les hubiera dicho que si, pero la llamativa figura de la verga de Nelson no se me quitaba de mente. Por lo que apenas mis tíos partieron, yo salí en dirección a la poza. Cuando llegué me encontré solo, así que me quité la poca ropa que tenía puesta, y completamente desnudito, me metí en la refrescante agua de la poza.


Ya casi había comenzado a oscurecer, y hasta pensé que Nelson ya no vendría, cuando apareció de repente. El solo verlo me hizo sentir tremendamente feliz, no hizo falta que lo invitase a que se metiera a la refrescante agua. Ya que Nelson a penas llegó, a la luz de la luna comenzó a desnudarse completamente, y cuando finalmente terminó, se metió al agua. La mayor parte del tiempo estuve haciéndole veladas insinuaciones, hasta con toda la intención en varias ocasiones, prácticamente de manera aparentemente accidental, le restregué mis nalgas contra su cuerpo, le estuve dando la espalda, pero él ni tan siquiera se daba por enterado, al punto que pensé que Nelson era medio retardado. Pero de momento se me ocurrió hacerle un pequeño teatro. Que consistía en hacer como si me hubiera resbalado en la orilla, y golpeado la espalda al caer sentado de culo.

Aproveché que en cierto momento él no me estaba viendo, cuando di un grito de supuesto dolor, quedándome sentado en la orilla de la poza. Nelson de inmediato me preguntó que me había pasado, mientras que yo tratando de mostrar que sufría un gran dolor, le explique que me había resbalado y caído de culo por lo que me había lastimado la rabadilla. Nelson en su afán por ayudarme, preguntó que podía hacer, a lo que de inmediato mientras yo recostándome en la orilla de la poza, quejándome de dolor, le dije que quizás si me daba un masaje o un sobo en la espalda, el dolor se me quitaría.


Nada más pasaron unos cuantos segundos, cuando Nelson se ofreció a darme los sobos o masajes, solo que me dijo que no sabía como se hacía eso. Yo hablando de manera bien lastimosa, le fui indicando que hacer supuestamente, así que le pedí que se colocase tras de mí, por lo que separé mis piernas, al tiempo que él se colocó entre ellas, arrodillándose. Después le dije que pasara sus manos por mi espalda, desde lo más arriba en mis hombros, hasta lo más abajo, de ser posible hasta mis muslos, pasando sobre mis nalgas. Y casi de inmediato comenzó a pasar sus manos por donde le había indicado. Y así poco a poco sentí como lentamente a medida que él me continuaba masajeando, su cuerpo se iba pegando al mío. No fue hasta la cuarta o quinta vez que llevó sus manos hasta mis hombros, que comencé a sentir su ya no tan adormilado miembro rozando mis abiertas nalgas.


Yo me quedé en silencio, sintiendo el roce de su duro y caliente miembro que recorría a todo lo largo la raja entre mis nalgas. Yo estaba súper emocionado, cada vez que su glande rozaba mi esfínter, yo disimuladamente levantaba ligeramente mis nalgas, hasta que él se detuvo justo cuando su miembro quedó sobre mi palpitante esfínter. Hasta el momento que en lugar de continuar masajeando mi espalda con sus manos, me imagino que agarró su verga con una de sus manos, mientras que con la otra trató de separar mis nalgas un poco. Mucho más temprano antes de salir de la casa de mis tíos esa tarde, entre al baño y embarré todo mi esfínter con mucha vaselina. Sin decirme nada Nelson continuo presionando su caliente glande contra mí culo. Por lo que cuando yo mismo separé mis nalgas con ambas manos, él retiró su mano. Lo siguiente que sentí fue como a pesar de lo cerrado de mi hueco, por el mucho tiempo que no había tenido sexo anal, nada más bastó una ligera presión de sus caderas, para que parte de su verga se abriera paso dentro de mi culo.


Sentí como me fue penetrando centímetro a centímetro, pero de momento escuché una gruesa voz que dijo. Así te quería tener. Asustado al no reconocer tan gruesa voz, pensando que se trataba de otra persona, voltee a ver y nada más me encontré con el sonriente rostro de Nelson, que justo en ese instante terminó de meterme toda su verga dentro de mi culo.

Nelson me tomó por las caderas, y sin soltarme comenzó a meter y sacar casi por completo toda su verga de mi culo. El susto que me dio fue grande, pero el placer que sentí a medida que él continuaba clavándome de esa manera su buen pedazo de carne, no tenía igual. Si bien es cierto que siempre me dolió algo, no es menos cierto que para mí fue un placentero dolor, el sentir no tan solo toda su verga dentro de mí, sino que sus brazos me sujetasen con fuerza, que su cuerpo, y hasta que sus testículos también chocasen con los míos.


Por un largo rato sentí como divinamente como Nelson me daba de una salvaje manera por el culo, hasta que finalmente al momento de venirse aceleró sus movimientos, mientras que yo movía mi culo como hacía tiempo que no lo hacía. Nelson se detuvo de golpe, sus brazos me apretaron con más fuerza, y les puedo jurar que sentí lo caliente de su leche llenando mi culo por dentro.


Después de eso Nelson sacó su verga de mi cuerpo, y se quedó tendido a mi lado, preguntándome en tono de juego. Por lo visto ya se quitó el dolor. Yo sonriendo mientras expulsaba lo que de manera tan gratificante había dejado dentro de mí, le respondí que si, cuando él directamente me dijo que me pusiera a mamar su verga. Yo apenas terminé de lavar mis nalgas dentro de la poza, me dediqué a lavar con un poco de agua de la misma poza, toda su verga y testículos, y apenas terminé de limpiársela, sin demora alguna la introduje dentro de mi boca, para dedicarme a chupársela de manera insistente. Por unos instantes su miembro permaneció mustio y sin vida, dentro de mi boca, pero después de que se lo comencé a chupar con bastante insistencia, su verga comenzó a tonificarse nuevamente. Mientras más se lo chupaba más duro y sabroso se le fue poniendo, al punto que desee, nuevamente tenerlo dentro de mí.


Por lo que sacándomela de la boca, le pregunté que si le gustaría volverme a dar por el culo, a lo que agarrándome por los tobillos, separó mis piernas, y de manera bien brusca, me volvió a clavar toda su verga dentro de mis nalgas. Pero manteniéndome recostado sobre la orilla, boca arriba. Yo disfruté por primera vez el ver como una buena verga entraba y salía por completo de mi culo.


Hasta que de momento Nelson me dijo, prefiero que me las sigas mamando, y así mismo sin que se la volviera a lavar, sacó su verga de mi culo y me la enterró dentro de mi boca. Mientras que yo continué chupa que chupa todo su miembro, Nelson me tomó por el pelo, con ambas manos, y sujetando mi cabeza con fuerza, hizo que en repetidas ocasiones su verga me llegase por completo hasta mi garganta. Así que al momento en que Nelson se vino de por segunda vez, derramó toda su leche dentro de mi garganta y boca, y no dejé de chupársela hasta que él mismo me ordenó detenerme.


Durante el resto del fin de semana Nelson diariamente continuó dándome por el culo, ya fuera en la cuadra de caballos, o hasta en la habitación que ocupaba, ya que mis tíos no se encontraban en casa durante esos momentos. El domingo en la noche, me fui a la cuadra, y a oscuras esperé a Nelson todo desnudo. Recostado sobre uno de los fardos de heno, pero cuando la persona que se presentó fue mi propio tío, me quedé en shock, no sabía qué explicación darle, de porque me encontraba así todo desnudo con mis nalgas al aire, y recostado sobre el heno. Yo comencé a balbucear algo a manera de explicación, cuando mi tío tan solo me hizo señas que me callase, al tiempo que se comenzó a bajar los pantalones. Lo que me sorprendió más todavía. Sin más ni más se colocó tras de mí, agarró su verga y la dirigió directamente al centro de mis nalgas. Fue cuando comencé a sentir que todo su miembro comenzó a penetrarme, que por decir algo diré, que volví en mí.


Mi propio tío me estaba dando por el culo sabrosamente, por lo que yo comencé a mover mis nalgas, de lado a lado. Sintiendo como su verga entraba y salí de mi cuerpo. Mi tío pegó su cuerpo al mío, y comenzó a mordisquearme las orejas, diciéndome entre lamidas y mordiscos suaves que me hacían erizar toda mi piel de placer. Así que Rolandito, te gusta comer vergas por tu culito, a lo que yo le respondí que si, mientras que él continuaba clavándome una y otra vez toda su buena verga, yo movía mi culo de lado a lado. Mientras él me comenzó a preguntar desde cuando yo era maricón, y de inmediato decirme, siempre supe que había algo raro en ti, por la manera en que me mirabas, cosa que realmente ni yo mismo me había dado cuenta. Al levantar la mirada me encontré con la verga de Nelson a pocos centímetros de mi cara, sin demora alguna me dediqué a mamársela, y no me detuve hasta que llenó toda mi boca con su semen, a medida que mi tío divinamente me continuaba clavando su verga, por el culo, hasta que se vino.


Después me enteré que mi tío y Nelson eran amantes, pero desde luego sin que mi tía lo supiera. Yo sigo visitando la hacienda de mis tíos, mi tía ignora del todo lo que mi tío, Nelson y yo hacemos.





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Comentarios enviados para este relato
locolocon (22 de February de 2011 a las 22:57) dice: estubo muy exitante tu relato me gustaria tener un tio y un peon para mi solito

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:25) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

yamaretsu (17 de January de 2011 a las 02:37) dice: Que buen relato, ojalá sigas contando más de los tres...

Joshest (13 de February de 2011 a las 07:17) dice: Muy cachondo tu relato. Me gustó que no incluyeras medidas de los penes ya que casi siempre las exageran. Gracias por compartir tu anécdota.


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