Yanina

Tengo un padre que además de tenerme como su ayudante en el negocio de provisiones y verduras me tiene como el salvador de los problemas de sus amigos. Hoy conversa con don Félix quien desea cortar un pequeño árbol dice, mi padre me ofrece como leñador.

Acompaño a casa a don Félix y al entrar nos recibe una hembra madura, pero de bonito cuerpo, al mirarla me retuve mi respiración, cuando entramos esta sobre unas sillas sacudiendo unas lámparas y al empinarse muestra sus delicadas y preciosa piernas, pero que piernas.

El marido nos presenta y ella me dice serás capaz bebé de cortar ese árbol, oiga le digo si tengo músculos y no será mi primer árbol, muéstrame tus músculos dice encuclillándose en la silla y mostrándome hasta su calzón en esa pose, al acercarme a ella agachada me mostraba un profundo y hermoso valle formados por sus voluminosos senos, manosea mi pecho diciéndome si, tienes buenos plexos y lleva su mano hasta mi entrepiernas y sonriéndome me manosea mi paquete sexual.

Bueno le dice al marido no ibas al banco ándate yo me preocupo de este bebé y traete un pollo asado a la vuelta el acompañamiento lo hago yo…, me voy a demorar como dos horas dice el marido al salir… demórate todo lo que quieras le dice ella… luego se dirige a mí diciéndome ayúdame a bajar, al acercarme meto mis manos entre sus piernas y grita que haces…, lo mismo que tú, manoseo esta maravillosa mercadería que esta ardiendo de deseos de ser poseída y saciada por lo excitada que está…, me mira y dice eres un bebé. Probemos le digo si soy un bebé, no serás la primera en comprobarlo.

La bajo de su silla y abrazándola por detrás la acaricio, déjame me dice soy muy madura para ti y no quiero quedarme con los deseos alborotados…, la abrazaba por detrás ubicando mi pene entre sus nalgas sentía la presión de este, comienza a suspirar entre cortada y su respiración se acelera… susurra me gusta que me hagan cariño tras la oreja… cumplo sus deseos gime alborotada con las caricias y no se opone que la empuje hacia el dormitorio, en este la cama aún sin hacer después de haber cobijado a su cuerpo y el de su marido esta desordenada, la acomodo en ella y sacando mis ropas me desnudo al tiempo que desabrocho su bata y ella queda solo en sujetador y calzones este sale rápidamente de sus sitio y cae por sus piernas, luego es el turno de sus sujetador y un par de hermosos senos aparecen con sus pezones duros por la excitación del momento, trata de escapar, pero se lo impido…

Cuando mi pene comienza a ensanchar su vulva esta me apresa contra ella colmándose con mi miembro en su vagina moviéndose en un perfecto ocho sus caderas logrando acoplarse a mis movimientos por mas de quince minutos hasta que comienza a gritar entre suspiros me llega, seré tuya…., me llega y en un prolongado gruñido entrega sus viscosos líquidos al pene que la espolea en su matriz, abrazándome y recibiendo en su matriz chorros de mi espesa leche que la hace contraerse de satisfacción, encanto y ahogo sexual. Descansamos y nuevamente la empotro quería que me recordara como el chico que le sacó su calentura…, eres un chico me dices no tienes ni veinte y me posees como el mas perspicaz de los hombres sementales, lo único que te falta es que poseas mi culo y sería plenamente tuya

Me pregunta cuantos años tienes semental… 19 años le digo…., un bebé, pero como me haces gritar de desesperación cuando tienes tu miembro en mis entrañas en verdad eres aventajado en lo sexual y lo realizas colosal. No eres mi primera hembra le contesto… se nota mi bebé te entrenaron muy bien. ¿Y tu cuantos años tienes?..., voy a cumplir mis cincuenta bebé y te digo con conocimiento de los tres machos que he tenido en mis entrañas eres el mejor.

Descansamos una media hora conversando y acariciándonos y nuevamente la empotro, esta vez sabía que gozaríamos entreverados con otro desesperado acoplamiento… esta mujer no gime gruñe moviendo sus caderas en un delicioso movimiento oscilatorio, no pude contenerme mas y bajé acariciando su vulva con mi lengua y luego la inserte en su vagina en busca del clítoris, como vociferaba esta hembra, dámelo, dámelo que necesito ser poseída me decía, no la hice esperar no se como me monte sobre ella apenas alcance a acomodarme cuando me abraza oprimiéndome contra su pecho con sus brazos como se movía, si no tenía nada mas que afirmarme para no ser desmontado por sus exageradas oscilaciones de sus caderas, gemía, suspiraba, gimoteaba ansiaba ser penetrada y satisfecha por un macho. El trabajo del apareamiento lo realizaba sola, me equilibre hasta que entre suspiros, gemidos y ayees me entrega su cuerpo inundando mi pene con sus fluidos viscosos relajada se suelta entre mis brazos lo que aprovecho para empotrarla con furia y descargar en ella mis semen a borbotones. Ella solo gemía feliz de su unión con este macho.

Anda a cortar el árbol o Félix puede sospechar me dice… Corto el árbol y cuando llega don Félix le digo que volveré mañana por la mañana por que en la tarde hay mucho sol, él me dice ponte de acuerdo con Yanina yo en las mañana salgo a trámites, claro que nos pusimos de acuerdo, toda la semana diariamente iba a colaborar con Yanina tanto en el jardín como entre las sabanas de su cama empotrándola.

Yanina era sediciosa y me permitía cualquier exceso de mis pasiones en ella. Es una mujer embriagada por la pasión y perturbada por el placer. Necesitaba macho y su marido era de muy avanzada edad para satisfacerla completamente.