yo dejé que mi hijo, y su amigo se aprovecharan de mí. ( CON fotos)

Por lo que en ocasiones, cuando llegaba algo bebida a casa, me sentaba con Rodrigo, y le contaba como había pasado el día, o la noche. Así que por lo que dejé de sentirme incomoda, por llegar algo bebida a casa. Hasta que una noche, cuando llegué me lo encontré acompañado de uno de sus mejores amigos Mauricio, un chico que conozco desde que era un niño. Los dos estaban viendo la TV. Pero al verme llegar, apagaron la tele, y Rodrigo, junto con Mauricio, me buscaron conversación.

Bueno mi idea era irme a duchar, y luego acostarme. Pero cuando Rodrigo, comenzó a pedirme que le contase, como me había ido en la actividad, que había preparado para la empresa. La verdad es que me agradó que Rodrigo se interesase en mi trabajo, por lo que de inmediato comencé a contarles a él, y su amigo, todo lo referente a dicha actividad.

Apenas y había comenzado a contarles como me había ido, cuando mi hijo se levantó fue a la cocina, y regresó con tres tragos para nosotros. Ya llevaba un rato hablando, cuando Rodrigo, me preguntó, si en alguna ocasión me había llegado acostar con algún cliente. La verdad es que no, pero le confesé que después de que Jacinto su papá, falleciera de un ataque al corazón, como al año, cuando me encontraba asistiendo a una convención, representando a la empresa, y todavía no era la jefa de relaciones publicas, salí a bailar con un vendedor de la compañía.

La cosa no es que yo hubiera bebido mucho esa noche, todo lo contrario, apenas y había probado lo que me llegaron a servir, ya que nos la pasamos la mayor parte del tiempo bailando. Pero llevaba casi más de un año, sin tener relaciones sexuales. Por lo que, cuando a medida que fuimos bailando el vendedor, comenzó a besarme, y acariciarme, por todo mi cuerpo, mientras bailábamos. Cuando me invitó a que subiera a su habitación, no lo pensé dos veces, y de inmediato acepté.

En ese instante, yo pensaba despedirme, levantarme, y decirle tanto a mi hijo, como a su amigo. Que me iba a bañar, para acostarme. Pero cuando Rodrigo, como Mauricio, insistieron que les contase, que había sucedido entre el vendedor y yo, esa noche. Aunque me sentí algo avergonzada, quizás por estar un poco ebria, se me soltó la lengua, y mientras Rodrigo volvía a servirme otro trago, por lo que tras tomarme el trago que mi hijo me había servido, continué contandoles lo que el vendedor, y yo hicimos esa noche, en su habitación del hotel.

Como les había dicho, llevaba más de un año, sin tener relaciones, pero apenas entramos a la habitación, continuamos besándonos. Yo me acordé que esa noche cargaba puesto un traje de licra, de color negro, que me quedaba algo corto, y bien ajustado a mi cuerpo. Traje que entre los besos y caricias, ni cuenta me di, cuando él me lo quitó. La cosa es que yo estaba, deseosa de seguir, por lo que en ningún momento, me opuse a que él continuase, besándome por todas partes, y me fuera quitando el resto de mi ropa intima.

Así que ya estando en la cama, sentí su boca sobre mi vulva, haciendo que yo gritase de placer. Pero a medida que fui contándole a mi hijo, y su amigo, lo que aquel vendedor, y yo habíamos hecho dentro de la habitación del hotel. Además de comenzar a sentirme sumamente excitada, por los recuerdos de aquella noche. También comencé a sentir las manos de mi hijo, y de su amigo, que se deslizaban por sobre mis rodillas y muslos.

La cosa es que no pude, o no quise pedirles que se detuvieran, así que a medida que yo seguía contándoles lo sucedido entre el vendedor y yo, de cómo después de haberme hecho disfrutar de un tremendo orgasmos, mamandome el coño. Yo lo dejé que hiciera conmigo lo que le diera la gana. Por lo que cuando sentí que su miembro se fue despizando dentro de mi coño, casi lloró pero de la alegría, y el placer que me estaba proporcionando él en esos momentos.

Ya en esos instantes, tanto Rodrigo, como su amigo, ya me habían me habían quitado la blusa, sin que me diera cuenta de ello. No se enque momento, ni como dispusieron de mi sostén, dejando mis grandes tetas al aire, la que después de estar acariciando, ambos comenzaron a mamarlas y chupárlas, como hacía mucho tiempo nadie lo hacía.

Bueno quizás por lo bebida, que yo em encontraba en esos momentos. Quise decirles a ellos dos, que se detuvieran, pero la realidad es que no lo hice, ya que el solo sentir sus labios en contacto con mi piel, sus bocas chupando mis tetas, todo eso impedía que yo los detuviera. Así que de momento me encuentro con que tanto Rodrigo como Mauricio, ya se habían quitado sus pantalones e interiores. Y encontré frente a mis ojos, aquel par de jóvenes vergas bien paradas, y firmes.

Aunque en mi mente me decía a mí misma, Ángela no sigas, no dejes que te cojan, mira que es tu propio hijo. Pero a medida que más lo pensaba, quizás por lo morbosa de la misma situación, más deseaba que continuasen. Por lo que después de que ellos se quitaron los pantalones, yo agarre sus vergas, y sin dudarlo por un segundo, me las he llevado a la boca, para ponerme a mamarselas.

Pero al mismo tiempo, no podía creer que yo realmente les estuviera haciendo eso, a mi hijo y a su mejor amigo. El placer que sentí al tener sus miembros entre mis manos, y en mi boca, era algo que nunca antes había sentido antes en mi vida. Y cuando mi propio hijo, comenzó a penetrarme, al tiempo que le mamaba la verga a su mejor amigo, creo que me sentí en la gloria.

El sentir y disfrutar de cómo sus carnes chocaban una, y otras vez con las mías, creo que me volvieron loca, pero de placer. Lo que deseaba era que continuasen, sin detenerse. Lo increíble para mi era, que mi propio hijo me estuviera proporcionando tanto placer. Y cuando Mauricio cambió de lugar con él, no lo podía creer, así que mientras Rodrigo miraba como su mejor amigo, me clavaba su verga, y yo me retorcía de placer. Sin vergüenza alguna eché mano de su miembro, y nuevamente me dediqué a mamarselo.

El resto de la noche, tanto mi hijo Rodrigo como su amigo Mauricio, estuvieron haciéndome al mujer más feliz, del mundo entero. Cuando me vine levantando al día siguiente, de inmediato recordé todo lo sucedido, mi hijo como su amigo, no estaban por toda la casa. Yo por mi parte, me encontraba llena de su semen por todos lados. Aparte de un pequeño dolor de cabeza, y de culo, porque como sabrán, también me dieron por el culo, por lo visto. Yo me encontraba sumamente feliz, pero avergonzada.

Después de que me di una buena ducha, volví a la cama. Cuando me levanté ya cerca del medio día, Rodrigo se encontraba en casa. Ni él, ni yo hicimos comentario alguno, de lo sucedido. Pero para esa noche, en la empresa tenía otra actividad, y ya le dije a mi hijo que posiblemente volvería a llegar tarde, y como él ya sabe, que cuando sucede eso, acostumbro a beber un poco. Quizás por eso, desde esa noche siempre me espera despierto, acompañado por algún amigo.