Yo y el celador de mis vecinos

Tengo 23 años de edad y esto me sucedió hace unos meses. Soy una persona fiestera, mi vida se ha visto paralizada por las fiestas, el alcohol y las drogas. Siempre he llamado mucho la atención por mi buen físico y mi buen porte. Soy blanco, mido 1.70, cabello negro, cara fina, con descendencia alemana. Soy pasivo, pero desde que sufri mi segundo desamor, mi vida sexual murió y cada vez me reprimia mas mis sentimientos.

Un domingo por la noche como era costumbre, decidí salir con un amigo a una de las discos gays de la capital. Como mis padres no se encontraban esa noche en casa, yo quise aprovechar en ponérmelas duro con el licor y la coca. Pero, la señora que trabaja en casa, me amenazó con que si salia de casa, ella le pondría llave a todas las puertas para no entrar, ya que estaba bajo la orden que no me permitiera salir.
La noche llega y como todo alcoholico, el mundo nos da igual y agarro calle. Las cosas comienzan a ir mal cuando mi amigo con el que iba a ir, llegando al club, me dice que no podra llegar. Yo, a pesar de conocer muchas personas en el ambiente, esa noche no había nadie conocido y me dio ciertos nervios el encontrarme solo. Yo me quería venir a casa, pero sabía que no iba a poder entrar; quería tomar mucho pero no quería estar solo en el club.
Decidí pasar comprando un montón de cervezas y venir a tomármelas al patio de mi casa, dormir en una terraza que tenemos y así hasta en la mañana, esperar a que me abrieran. ¿Suena descabellado no? Pues así fue.
Al regresar a casa, me establecí en el patio trasero, un lugar que a pesar que tiene una terraza techada, es muy oscuro, y sólo recibe un poco de luz de los vecinos.

Comencé a tomar, inhalar coca y asi esperar que la noche transcuyera.

Ya después de ciertas cervezas y muchos pases, la dopamina se eleva y comienza mi brama. Yo sabía que al otro lado, mis vecinos tenían un vigilante por las noches, sin embargo nunca lo había visto. Recuerdo que yo andaba todavía dinero, como unos $50. En mi tripeo, mi locura, yo comienzo a hacer ruido para llamar la atención del vigilante, pues yo ya estaba decidido a ofrecerle ese dinero para aunque sea pegarle una mamada.

Después de muchos intentos fallidos, recibo la atención del vigilante y yo lo llamo a que se cruzara donde estaba yo. Mi sorpresa fue al verlo, un joven como de sus 30 años, el rostro no lo recuerdo muy bien, pero puedo decir que por lo menos su contextura física estaba riquísima.
Le invité a tomar conmigo, a lo cual el aceptó. Yo quise en el momento ser discreto, pues mi plan era por lo menos hacer que con las cervezas aceptara mi propusesta.

No recuerdo de lo que hablabamos, sino hasta cuando yo le dije que le iba a pagar en efectivo si el me cojía.
No hubo insistencia, el al ver los billetes, aceptó con ese modo de .. "no le vayas a decir a nadie, pero bien que me gustaría cojerte".
Se desabrochó el pantalón y me puso contra un árbol a mamarle el rabo. Estaba un poco mal oliente, pero a decir verdad, era tanta mi brama que me pareció sexy y me excitaba bastante chuparle la polla de campesino que se gastaba.
No lograba verla muy bien pero cada vez que me alumbraba con una linterna que el andaba, veía que era venosa, un poco gruesa, y muy cabezona. No andaba afeitado y los huevos los tenía grande. Me pedía que me metiera todo el tronco en mi boca y que me quedara así por un buen rato. Yo obedecía. Muy duro me golpeaba contra el tronco del árbol. Dios mío, ¡¡estaba entre dos troncos!! Jajaja.
Yo noté sus intenciones que quiso venirse en mi boca pero reaccioné y le pedi que ya era hora de cogerme. Pues no quería que me jugara mal, ya le había dado el dinero.

Me levantó del cabello y me voltió de un solo girón contra el árbol. Me bajó el pantalón con una fuerza indescriptible y solo recuerdo que dijo: "Ahora si sentirás lo que es una verga en tu culo, maricón."
Eché un poco de saliva y contra el arbol, comenzó a penetrarme bruscamente. Al inicio me dolió bastante pero no quería que retirara esa gran verga de mi culo sediento de ella.
Pasó clavándome como por 10min, gemíamos de placer un poco callados, y me pegó como 2 nalgadas. Debo decir que un momento me dio miedo, momentos de reacción, pero ya estaba sucediendo, no me importaba.
El solo decía cosas como: "Pinche puta, aparte de drogadicto, maricón, que bien que te la comes; sigue así que te voy a reventar ese culo".
Yo estaba en mi maximo placer, era una de mis fantasias sexuales que trabajadores o miembros de pandillas me cojieran, aunque ya lo habia realizado, estaba volviendo a suceder con otra persona.

Poco antes de terminar, saco su verga y me arrodillo y me pidió