De esto hace ya bastantes años . Tenía 32 , viajaba sola a por mi hija en París y todo ello me ha dejado profunda huella.
Relato
Mi marido me llevó a Hendaya para tomar el tren nocturno a París.
No había cogido cama sino en el propio departamento , no creí conveniente y ahora no sé que decir . Si fue mejor o peor. Valorarlo.
En los primeros compases del trayecto había bullicio y fui al bar a tomar algo.
No estaba muy concurrido y tomé un refresco.
Había gente variopinta y un hombre trajeado se fijó en mi y me miraba constantemente.
Me puse nerviosa y lo superé pensando que estaba tonta .
En Francia su idioma es una barrera para mi y apenas balbuceo algo.
Volví a mi departamento y tomé asiento.
No había nadie salvo mi maleta y otro bulto.
El tren ya había tomado velocidad después de haber parado unas cuantas veces.
La puerta se abrió y entró el hombre del bar. Saludó cortésmente en francés y correspondí.
Tendría unos 40 o cerca de ellos .
Su presencia me excitó un poco . No obstante me tranquilicé . Su sonrisa me agradaba.
El tren , la noche , el ruido . Todo eran sensaciones .
El sueño iba entrando y su mirada sobre mi me agradaba a veces sí y otras no.
Estábamos junto a la ventana frente a frente sentados.
Mi disposición era dormir pronto pero su cautivadora mirada me entretuvo.
La luz tenue la apagué para dormir . Por la ventana entraban reflejos lejanos y él seguía allí.
Noté que sus ojos miraban mis piernas y las acariciaba con su mirada.
Mi falda no era ni corta ni larga, llevaba mis medias negras y mi falda del mismo color.
Quería tomar postura correcta y él me ofreció descansar mis piernas en su asiento.
De hecho las tomó y las apoyó junto a él.
Me despojó de los zapatos y sonrió.
Tomó mis tobillos y los masajeó . Aquello me turbaba y me perturbaba.
Estaba empezando a tener sensaciones de placer con un extraño y a mi mente acudían pensmaientos morbosos.
El hombre seguía con los masajes y yo cerré los ojos .
Su continuo masaje me relajaba y noté que mis piernas estaban entreabiertas .
De reojo le miré y ví que su mirada estaba en mi entrepierna.
Noté sus manos ascendiendo por mis piernas y las sensaciones mejoraron .
No abrí los ojos y me dejé llevar .
Imperturbable , el ascenso de sus manos estaba llegando a mis muslos y los acariciaba.
Creí volar y me entregué . Me fuí hacia él y lo besé en la boca.
Nos fundimos en un largo beso .
Se sentó a mi lado y cogiendo una manta nos tapamos los dos con la misma.
Sus manos empezaron a hurgar entre mis pìernas y mi vulva ya estaba mojada.
No había retorno . Pensé que lo que se empieza , se termina.
Por fin había llegado a mi prenda más íntima y manoseaba buscando entrar.
No había palabras , solo suspiros y deseos .
Retiró mi braga como si fuese una cortina y sus hábiles dedos entraron .
Y de forma fácil . Aquello estaba encharcado.
Se arrodilló frente a mi y me despojó las bragas. Yo dejaba hacer.
Metió su cabeza entre mis piernas y se puso a chupar.
Me estremecí y tuve un orgasmo .
Chupaba con fruición y parecía que sorbía . Mi falda se mojaba .
Le eché mano a su bragueta . Aquello debía ser mío. La bajé y con la mano y luego la boca le dejé exhausto.
Tuvo la precaución de no mancharme. Se limpió y nos fundimos en un largo beso.
La noche seguía y nos dormimos de la mano bajo la manta.