Cuando comencé a trabajar como enfermera practica en el Instituto, jamás pensé que algo así fuera a suceder.
Relato
Después de trabajar varios años en una sala de emergencia, pensé que nada en el mundo me podía sorprender. Ya que en infinidad de ocasiones, tuve que atender a chicas y mujeres ociosas, que se habían quedado abotonadas a sus perros, o tíos que buscando sentir algo más se llegaron a introducir, por el culo, algún objeto, el cual después no podían sacar.
Pero cuando vi a la supervisora de enfermeras, explicándome cuales eran mis deberes con el paciente especial, la verdad es que me quedé boquiabierta. Ya que a medida que nos dirigíamos a la habitación de dicho paciente, ella me fue explicando su condición. El tipo había perdido, las dos piernas, y ambos brazos en un accidente laboral, en el que también perdió la vista, y sufrió un serio daño cerebral, el cual le impide comunicarse con el mundo que lo rodea. Y a medida que nos fuimos acercando, yo me fui haciendo una idea de su condición física, pero la verdad es que me quedé corta. Ya que al verlo por primera vez en la cama en que se encontraba, me impresionó. Ya que solo era un torso con una cabeza, sin ojos, y gran parte de su frente aplastada.
Apenas, y tenía puesta una corta toalla, cubriendo sus genitales. Fue cuando la supervisora viéndome de manera rara me dijo. A este hay que bañarlo, completamente, limpiarlo, y lo más importante de todo es ocasionalmente masturbarlo. Cuando la escuché decirme eso, de seguro debí abrir mis ojos de manera desmesurada, ya que la supervisora, sin que yo llegase a decir nada, continuó diciéndome. Eso le resulta a él mucho más placentero, y eficaz. A que si le tuviéramos que estar inyectando a diario.
Acto seguido la supervisora, tomo la pequeña toalla la retiró, y fue cuando vi el miembro del paciente, que quizás debido a la completa amputación de sus piernas, aun en reposo, se le veía grandísimo. De inmediato me di cuenta de que el paciente se tornó, agitado, como si estuviese muy ansioso. Con sonido que salían de su boca, como si fueran gruñidos. Yo no salía de mi asombro cuando vi como con toda su calma, mi supervisora agarró el flácido miembro del paciente, y frente a mí comenzó a manosearlo, para luego dedicarse a masturbarlo.
Yo la verdad que no salía de mi asombro, viendo como el miembro que era sujetado firmemente por mi jefa, en un abrir y cerrar de ojos, se puso erecto, y evidentemente bien duro. Yo estaba boquiabierta viendo como mi jefa, lo masturbaba, mientras que ella me decía. Esto es un tratamiento experimental, la idea es que baje sus niveles de ansiedad, y hasta ahora a lo único que ha respondido de manera positiva es a esto.
Ya yo me veía haciéndole la paja al pobre tipo ese, cuando, de momento sin que yo estuviera preparada para ello, la jefa de enfermeras, luego de sacarse su caja de dientes de la boca, se dedicó a mamar la verga del tipo ese. Yo no podía creer lo que estaba viendo, si de por sí, ya me costaba trabajo el llegar a pensar que debía masturbarlo, cuando vi a la supervisora mama que mama, la verga del paciente, estuve a punto hasta de retirarme de la habitación.
De no ser, porque ella me tomó de la mano, y tras retirar su boca, y volverse a poner su plancha dental, hizo que yo agarrase el duro miembro del tipo ese, y junto conmigo continuó masturbándolo, hasta que al rato finalmente eyaculó soltando un fuerte chorro de su leche, que para variar, también me sorprendió.
Cuando terminamos, ella agarró una pequeña y húmeda toalla, y se dedicó a limpiar el ya flácido miembro del paciente, que al parecer reposaba plácidamente. Luego se dirigió a mí diciéndome, esto no se lo puedes decir a nadie, únicamente a la Doctora Saroyan, que es la que se encuentra a cargo de él. Ella ocasionalmente te preguntará como se porta, y tu le dirás lo que hace, antes, durante, y después de que lo has masturbado. Además en tu caso, no es necesario que se lo mames, eso fue un placer que yo quería proporciónale desde hace algún tiempo. Por lo demás el trato es igual que al resto de los paciente, y ya sabes, mucha discreción, asegúrate siempre de cerrar la puerta por dentro. Ya que una vez a mí se me olvidó hacerlo, uno de los conserjes me agarró. Así que durante un buen tiempo, tuve que dejar que hiciera conmigo lo que le dio la gana.
No me quedó más remedio, tras ser aceptada, que aceptar las condiciones que mi nueva jefa me había impuesto. Era eso, o quedarme desempleada. Por lo que al principio una o dos veces en semana, me encerraba con el pobre paciente, para masturbarlo. Al principio, la verdad es que la idea no me agradaba mucho. Lo cierto es que hasta asco sentía al principio. Pero poco a poco como le fui tomando una mayor confianza, y hasta creo, que él puede entender lo que yo le digo. Y eso se lo hice saber a la Doctora a cargo del paciente. La que me pidió que tratase de asegurarme, de corroborar que eso era cierto.
Con el pasar del tiempo, comencé a ver a mi paciente de manera algo distinta, ya que aunque no era mi intención, en ocasiones me ponía a comparar su erecto y viril miembro con el de algunos de mis maridos de turno. Hasta que un día, en que después de que mi compañero y yo tuvimos un rapidito, yo llegué al instituto con ganas de seguir la marcha. La verdad es que ni tan siquiera había pensado en mi paciente, cuando tras cerrar la puerta, como de costumbre lo saludé como lo hacía todos los días. Pero al retirar la toalla que cubría sus genitales, sin tan siquiera llegar a agarrar su pene, este ya se encontraba bien erecto. Fue cuando la loca idea de colocar mi coño sobre su verga se me ocurrió.
AL principio, me negué ni tan siquiera a pensar en ello, pero al ver como él comenzaba a moverse ansiosamente, me dije a mi misma. Bueno quizás ni note la diferencia. Y tras pensar eso, me quité las pantaletas, y me subí el uniforme hasta mi cintura, para luego treparme sobre la cama en que él se encontraba acostado.
De seguro él se dio cuenta de inmediato de la diferencia, ya que a medida que fui dejando caer mi coño sobre su parada verga, y esta a su vez me fue penetrando, sus movimientos se fueron haciendo más y más lentos. Yo fui sintiendo como su duro miembro me fue penetrando a medida que yo iba flexionando mis rodillas, hasta tener completamente dentro de mi coño toda su caliente y dura verga. Sus comunes gruñidos fueron tornándose, suaves gemidos. Y en su desfigurado rostro, pude apreciar una triunfal sonrisa de satisfacción. A medida que yo seguía moviendo mi cuerpo encima de él.
A partir de ese instante, nuestra relación comenzó a dar cambios insospechados, cada vez que yo podía, y eso prácticamente era a diario, colocaba mi coño sobre su verga. Hasta que un día para mi sorpresa la escuché darme las gracias, de manera bien clara. Yo no podía salir de mi asombro, y así se lo hice saber a la Doctora, quien me pidió que le contase con lujo de detalles todo lo sucedido. Aunque al principio, no pensaba decirle que estaba manteniendo sexo con el paciente, finalmente se lo hice saber, y su respuesta fue decirme. Deseo estar presente la próxima vez que lo hagas.
Y así fue, solo que ese día me desnudé completamente, antes de montarme sobre el paciente, la doctora observó detalladamente sin hacer ningún ruido o comentario, y al yo terminar me dijo al oído. Mañana antes de que lleguen a tener sexo, coloca tu coño sobre su boca. Y tal y como la Doctora me lo indicó así lo hice, mi paciente me ha dado una tremenda mamada de coño. Para luego volver a tener sexo como de costumbre. Fue cuando el paciente, al terminar me dijo, con voz clara. Este es el mejor polvo que he tenido en años, gracias.
Desde ese instante, el paciente comenzó a recibir terapia de rehabilitación, comenzó a expresarse, sin dejar de tener a diario nuestras sesiones de sexo. Hoy por hoy, él ha mejorado muchísimo, aunque continúa recibiendo la terapia, bajo mi ayuda, y supervisión directa.
La doctora es paralizada con una descarga electrica, para luego ser violada...
Relato erótico enviado por chicax el 19 de September de 2004 a las 10:00:00 - Relato porno leído 68197 veces
Si te ha gustado Atendiendo al paciente especial… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Atendiendo al paciente especial….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
felipepan
(22 de March de 2014 a las 05:25) dice:
ME PARECE UN RELATO ESPLENDIDO
ABRAZO dicarlo17
(20 de March de 2014 a las 01:25) dice:
que rico que continuaras..... katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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