Aquella noche de verano nos iba a visitar nuestro amigo del alma a quien ella profesa verdadera veneración , pero no tanta por favor . Se fue extenuado y yo cabizbajo
Relato
La cita fue al atardecer , la mesa bien adornada con sus buenas copas y todo sabroso y bien regado.
Mientras llegaba el crepúsculo ellos dos bajaron al jardín mientras preparaba un aperitivo.
Los encontré con sus manos entrelazadas y con miradas insinuantes y labios de comerse mutuamente.
Se aguantaron pero se veía que no podían más . La última vez quedó algo pendiente sin resolver y el amigo estaba dispuesto a cobrar la pieza entera .
Y no le importaban los testigos.
Los entregados se dedicaban mohines de deseo y sus manos se buscaban donde el pelo está más rizado.
No desdeñaban la boca y degustaban sus lenguas con sumo placer.
Mi presencia no les molestaba , era como si no estuviera . Ellos , a lo suyo.
Hablamos poco porque no tenían ninguna necesidad salvo la propia.
Y cuando la luna brillaba en lo alto , en la propia hierba se entregaron al placer.
No había ninguna otra luz pero les bastaba . Las hermosas tetas de ella bamboleaban y eran chupadas con ahinco.
Ella no perdía comba y hacía por tragar largo rato aquel artefacto descomunal.
Se empujaban hasta que ella se estremecía y perdía el sentido.
Sus ojos no miraban , estaba siendo transportada al nirvana .
Solo gemía de vez en cuando y cuando le daba empellones con su polla le amarraba aún más su culo.
Largo rato mientras yo de vez en cuando los miraba y también a la vecina que veía la tele.
Un estertor me hizo volver la cabeza , era él que había explotado y ella cuidaba que no cayera nada y lo devolvía a su boca .
Me pidieron pañuuelos de papel y se limpiaron .
Su coño estaba empapado y me dieron ganas pero me contuve.
Mientras el otro se encaminaba a la ducha del jardín con el rabo tieso todavía y proclamando sus bondades masculinas.
Ella me consoló un poco y me palpó el paquete para ver si realmente lo había pasado bien o deseaba quejarme de algo.
Recogí mis atributos en la cartuchera los envainé.
Saqué unos combinados mientras ellos se entregaban de nuevo a lo propio.
La noche fue larga , lenta . Mi siesta en medio de la noche hizo que me perdiera algún rato de pasión.
Y lentamente sus cuerpos entraron en letargo y se taparon .
El nuevo día llegó y la luz los despertó y les animó.
Antes de despedirse se amarraron de nuevo y se frotaron a base de bien.
Una y otra vez se chuparon todo , se metieron multitud de veces aquel aparato y sofocaron su pasión.
La despedida fue lánguida , sus cuerpos no podían más.
Nos fuimos a la cama y al despertar ella me obsequió con un 69 de película.
Nuestras miradas desinhibidas se cruzaban sin interrogarse y con picardía y sin necesidad de hablar los dos nos dimos placer .
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131201 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:37) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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