Borrón y cuenta nueva…. ( CON fotos)

Ya que de momento comencé a darme cuenta de que alguna de mis invitadas, actuaban de manera bien liberal, ya que ante la menor provocación, par de ellas se comenzaron a quitar sus blusas. Y lo más extraño de todo era que, que al igual que ellas, alguno de los chicos, también actuaban de manera rara, o por lo menos eso me pareció a mí, cuando noté que sin vergüenza alguna, varios de ellos también se fueron quitando la ropa.

Así que algo confundida y asustada, se lo comenté a Tomás, que junto con su hermano, estaban sirviendo las bebidas. Mi esposo me dijo que eso eran ideas mías, y que si ellos querían quitarse a ropa, seguramente era porque tenían calor. Al tiempo que Tomás me decía eso, mi cuñado Esteban me entregó un trago, bueno yo como que procuré no ser una aguafiestas, por lo que tras seguir bebiendo, me dediqué a tender a mis invitados.

Pero al poco rato, comencé a sentirme algo rara, y noté que hacía un calor insoportable, por lo que fui donde mi esposo, y cuando se lo comenté, justo a mi lado estaba una de mis mejores amigas, prácticamente desnuda, con todas sus paradas tetas por fuera, y actuando como si estuviera bien borracha. Yo en ese momento al principio pensé en llevármela a nuestro dormitorio, y tratar de calmarla un poco. Pero no sé que me pasó que casi de inmediato dejé de ver la conducta de mi amiga, como algo raro o extravagante.

Es más yo misma, debido al fuerte calor que sentía, comencé a ir quitándome la camisilla que cargaba puesta, sin el menor ápice de vergüenza. Además cuando Tomás me vio, y se quedó sonriendo, entendí que podía seguir divirtiéndome. Por lo que cuando otra de mis amigas, mostrándome su peludo coño me invitó a que la besara, no lo pensé dos veces, y casi de inmediato, tras abrazarnos, mutuamente nos comenzamos a besar, frente a todos los presentes.

En ciertos momentos me detenía a pensar en que era lo que yo estaba haciendo, pero la verdad es que de la misma manera que llegaban esas preguntas a mi cabeza, desaparecían. Por lo que yo continuaba ya fuera besándome o acariciándome, con cualquiera de los presentes, hasta que en cierto momento, sentí que alguien me había agarrado descaradamente por mi coño. Tuve la idea de mandarlo a buen sitio, pero a medida que fui sintiendo ese sabroso agarrón, lo que hice fue recostarme sobre alguno de los muebles de mi sala, y dejar que aquella persona continuase proporcionándome tanto placer.

Al poco rato aparte de que alguien se dedicó a mamar mi coño, yo me encontraba tan envuelta, que apenas vi una verga cercana a mi boca, también me puse a mamar. Hasta que al poco rato, ya no era una lengua lo que penetraba mi vulva, sino toda una verga, que a medida que entraba y salía de mi coño, yo sin detenerme, movía mis caderas, restregándola contra aquella persona que me penetraba una y otra vez, mientras que mi esposo sin dejar de sonreír me observaba.

Ya había disfrutado de más de un tremendo orgasmo, cuando me dio por ponerme a pensar nuevamente, mientras alguien comenzó a darme por el culo. Fue cuando me di cuenta de que de seguro, mi cuñado le había puesto algo a todas las bebidas, ya que al dar un vistazo a mi alrededor, Tomás mi esposo, se estaba clavando a una de mis mejores amigas, sin miramiento alguno. Y el desgraciado de mi cuñado, ya todo desnudo, se dejaba mamar su verga, por no sé quién.

Lo cierto es que ni idea tengo de con cuantos hombres, y mujeres me acosté esa noche. Lo que si se es que al día siguiente al despertarme, completamente desnuda de la cintura para abajo, en medio de la sala, todo era un desastre, alguien se había vomitado, y una gran cantidad de ropa intima se encontraba tirada por todos lados. Eso sin contar el sin numero de vasos, bebidas y cigarrillos que habían tirado por todas partes. Casi como si yo fuera una zombi, de lo mareada que aun me encontraba me dirigí a mi dormitorio, donde encontré a mi esposo, dormido, pero acompañado de una de mis mejores amigas, y su marido. Los tres estaban completamente desnudos, y por lo que pude apreciar, mi amiga fue el jamón del sándwich.

Aunque ella se despertó justo cuando yo entraba al baño, y al verme comenzó a decirme, bien asustada y nerviosa. No es lo que te imaginas. Aunque yo la verdad poco me importaba lo que ellos tres hubieran estado haciendo en mi cama. Ya que yo de seguro, hice mucho más, y con más personas. Después de ducharme, al salir del baño, ya mi amiga y su esposo se habían marchado, Tomás estaba con sus manos en la cabeza, preguntándose a sí mismo, que es lo que él había hecho. Lo cierto es que, después de confesarnos, todas las barbaridades que hicimos, nos perdonamos mutuamente. Por lo que mi esposo, y yo decidimos dar borrón, y cuenta nueva. Ahora espero con ansiedad hacer otra fiesta en casa….