Skarlet, Abril y Amanda son tres chicas que se conocen en la secundaria y comparten su gusto por la dominacion, asi que deciden crear un clan de Amas, sin imaginar las sorpresas que les esperan a futuro...
Relato
Hola a todos, mi nombre es Skarlet. Para comenzar esta historia, debo remontarme a hace 6 años atrás, cuando yo tenía 18 años, cuando iba al liceo (escuela secundaria para los que no están familiarizados con la palabra de mi país, Venezuela), en el último año de curso. Ese año mi familia y yo nos mudamos a Caracas, por lo que cambie a ese instituto, cuyo nombre no es relevante, en el cual conocí a dos lindas chicas: Amanda y Abril, de misma edad. Congeniamos desde el primer día en que nos conocimos, y nos hicimos unas amigas muy unidas. Éramos 3 de las chicas "más bellas" del salón, según nuestros mismos compañeros, y algunos profesores. Por aquel entonces yo tenía el cabello negro y corto, llegándome por encima de los hombros. Mis senos eran bonitos, aun en formación, y los tenia bien grandecitos, para ese entonces eran, y aun son, mi gran orgullo. Tenía una linda cintura, si bien no perfecta, bastante delgada y curva, y mu culo era chiquito, pero bien salidito y firme, y mis piernas, eran algo delgadas para mi gusto, pero no dejaban de ser lindas. Mi rostro siempre me han dicho que es bello, y siempre me he encargado de cuidarlo bastante con cosméticos, etc. No solo mi rostro, sino el resto de mi cuerpo.
Amanda, por su lado era considerada la que tenía el mejor rostro de las tres, y la verdad, tenían razón, era una chica bastante preciosa. Sus senos eran pequeños, pero no por eso dejaban de resaltar o de ser apetecibles. Su culo era también pequeño, pero con una redondez muy bonita también. Era la más delgada de las tres, además de ser la única rubia ojos verdes.
Abril en cambio, toda su vida fue piel canela. Una morena muy linda de rostro, con unos senos bellos, aunque rozando lo normal. Su culo era el menos notable de los tres, aunque tenía una cintura perfecta. Su rostro era bastante bello también, con unos ojos negros como la noche, pero no por eso dejaban de ser grandes y muy preciosos. Su cabello era negro, como el mío, pero ella lo llevaba liso. Por aquel entonces lo llevaba justo por debajo de sus orejas.
Como a mitad de curso, en las vacaciones de carnavales, optamos las tres por irnos solas a la playa. Alquilamos una casa, y allí permanecimos toda la semana. Yo soy una chica adicta al porno desde que tenía 15 años. Y toda la vida he sido una chica de libido bastante alta, pero no por eso era una puta, siempre he tenido mis dedos para consolarme en momentos extremos. Pero, como buena adicta a la pornografía que era por aquel entonces (y que sigo siendo), la noche del sábado de esos carnavales me puse a ver en mi habitación, equipada con un televisor y con canales de cable, un canal de pornografía, el cual estaba liberado. Para mi sorpresa, pasaban una película con un tema que toda la vida me dio curiosidad y morbo: la dominación, y el sado. En la primera escena que vi, mostraban a una mujer hermosa, con un rostro que dejaba denotar una actitud bastante altiva y dominante, vestida con un bello vestido de látex negro, dominando a un hombre, totalmente desnudo, el cual, estaba de rodillas, besándole los zapatos a su ama. Ella tenía una fusta, y le castigaba el culo a su esclavo, con suaves golpecitos, mientras el lamia todo el zapato de su ama. Quede viendo la escena con mucho morbo y excitación. En ese momento entraron Amanda y Abril, se quedaron perplejas por lo que veía, y antes de que diera cualquier excusa, se sentó cada una a un lado mío, a ver la película. Cuando terminó, nos pusimos a comentarla, y nos confesamos nuestras ganas de ser como esas chicas que pasaron en esa peli, dueñas de esclavos fieles y dispuestos a entregar todo a su ama. Esa misma noche, después de darle bastantes vueltas al asunto, decidimos que al día siguiente iríamos a la playa a "cazar" a unos cuantos esclavos. Teníamos mucho a nuestro favor: éramos tres jovencitas muy sensuales, y muchos hombres volteaban a vernos por allá donde pasáramos. La manera de "empujarlos" a ese tipo de sumisión, sería una tarea de improvisación, pero no imposible de hacer.
Como acordamos, al día siguiente fuimos a la playa, nos pusimos los bikinis mas sexys que teníamos, por supuesto, dejaban ver bastante de nuestra carnita, seguro que más de uno caería en nuestras manos. Y así sucedió: ese día logramos atrapar a 3 hombres, de 20, 23 y 25 años. Mostraron ser muy complacientes en un principio, punto por el cual los elegimos. Los llevamos a la casa alquilada, cada una se metió en una habitación con uno, pero la cosa no paso mas allá de hacerles una buena paja.
Pasaron los meses, y, como era de esperarse, cada día se iban volviendo más complacientes, buscando llegar cada vez mas lejos en cuanto a sexo se refiere, dado que nosotras nos hacíamos las difíciles, y cuando estábamos en la cama, pues no nos esmerábamos para nada, salvo las veces que se "comportaban bien". Asi fue hasta que un determinado día, los teníamos totalmente postrados a nuestros pies, y cada vez aceptando sus condiciones de esclavos, dispuestos a todo con tal de ver a sus amas satisfechas. Siempre tuvieron esa vena sumisa, y nosotras la buscamos y la explotamos…
Pasaron los días, y con ellos, la cantidad de esclavos fue creciendo cada vez más. Nos graduamos de bachilleres, y a pesar de distanciarnos bastante, nunca perdimos el contacto, ya que nosotras nos considerábamos como un clan de amas. Los años siguieron pasando, y, al tener las tres 22 años, ya éramos dueñas, cada una de tres casas, y de algunos locales comerciales. Vivíamos cada una sola, en una casa, independizadas totalmente de nuestras familias. Yo por mi lado vivía con 2 esclavos, a quienes tenia haciendo todas las tareas del hogar, vestidos de sirvientas. Todo el tiempo se la pasaban humillados ante mí, yo solía ser una ama muy cruel, tanto en humillaciones, como en castigos dolorosos. Había veces que mis esclavos no tenían erecciones por meses, dados los castigos que yo les aplicaba. Los obligaba a tener sexo entre ellos mismos, solo para quebrar el orgullo machista. Quería que se sintieran mujeres, que se comportaran como mujeres, incluso les ordenaba hablar como mujeres. Pero eso era con esos dos que tenia de sirvientas en mi casa. Había otros a los que les daba distinto trato, aunque no menos cruel y doloroso. Por supuesto, por mi libido alta, tenía esclavos para tirar, pero siempre los tenía dominados, esposados, atados, humillados al momento de cogerme. Esa era yo, Amanda y Abril les daban tratos distintos a sus esclavos, aunque no menos humillantes y crueles.
Un buen día, decidimos hacer una pequeña reunión entre nosotras tres. El lugar fue en mi casa. Cada una llevaría un lote de esclavos, para divertirnos castigándolos, etc. Ese día Amanda llevo 4 esclavos, uno de ellos era un catire bellísimo, alto, con un cuerpo bien bello, y además muy bien dotado. Durante toda la reunión, no logre quitarle los ojos de encima al esclavo. Decidí pedírselo a Amanda como préstamo, deseaba fallármelo rico, dándome ella una negativa, diciéndome que era su esclavo favorito, que no lo prestaba a nadie por nada del mundo, etc. Yo le insistí bastante, pero ella siempre me dijo que no, hasta un momento en e que me dijo que pensaría en prestármelo, si yo le besaba los pies. Yo no se ustedes, pero para mí, no existe humillación más fuerte que besarle los pies a alguien, por eso yo siempre disfrutaba de hacer que mis esclavos besaran mis pies, me hacía sentir poderosa, y sentía que los humillaba sobremanera de esa forma. Ahora Amanda me pedía esto, y, después de meditar y darme cuenta de que realmente estaba obsesionada por ese esclavo, me puse de rodillas, y le bese los pies. Ella sabía lo que significaba para mí. Y bueno, con tal de que pensara sobre el préstamo pues, lo hice, le bese los pies, aunque no lo crean, durante dos horas. Amanda al final me negó el préstamo.
Pasaron dos años desde ese día. Luego de presenciar eso, mis esclavos dejaron de sentir el gran respeto por mí, me empezaron a ver en cierta forma, débil. Fue tanto que vendí todas mis propiedades para no dejar rastro y me mude al junquito. Aun en caracas, pero zona de difícil acceso. Luego bote a casi todos mis esclavos. Continúe mi caza de esclavos, y llegue a tener unos cuantos, aunque poco les podía quitar a estos. Un día, decidí caminar por el Jarillo, un lindo pueblo que es punto turístico de mi país, y que quedaba a un par de horas de la urbanización en la que vivía. Decidí llevar a pasear a uno de mis esclavos, mi favorito, llamado Adonis. Era un negro alto, con una gran musculatura, y muy bien dotado (le media 22 cm, sin exageraciones). Me senté en la banca de una plaza a descansar, y por humillarlo, le ordene a mi esclavo colocarse de rodillas, al lado de la banca, con la cabeza casi metida entre las piernas. Iba vestido con pantalones de cuero bien pegados, y una franelita blanca que dejaba su abdomen al descubierto. Debo decir que su pinta era bastante ridícula. Aun así, era mucho mejor que el catire de Amanda, era más alto, más musculoso y mejor dotado. Debo decir que para ese entonces estaba muy molesta por ese tema, por culpa de Amanda perdí a mis esclavos y tuve que comenzar de nuevo. La odiaba.
Cuál es la casualidad que por esa misma plaza pasaba la muy perra de Amanda. Después de ese día en el que ella me humillo, perdí todo tipo de contacto con ella. Aun seguía hablando y reuniéndome con Abril, pero no con ella. Abril por su parte si le hablaba, etc. Pero comprendía mi odio hacia Amanda, y bueno, en parte entendía mi punto de vista, pero ella es mejor persona que yo al parecer, porque le siguió dirigiendo la palabra, aunque se distanciaron muchísimo. Aun así, yo le pedí a Abril que ni me la nombrara, no quería saber nada de ella. Nos vimos y ella con una sonrisa se dirigió a mí.
-¡¡Skarlet!! Que sorpresa, ¿como estas mi amor?
-Hola Amanda, bien ¿y tú? –le conteste, en tono bastante hipócrita.
-Bien vale, bien…cuéntame, ¿que haces por aquí?
-nada chica, paseando a mi esclavo, el negro que ves allí de rodillas
-¡Huy! Pero mira nada más que buenote esta. Lástima que yo haya botado a todos mis esclavos.
-¿En serio? ¿Y eso?
-Es que desde ese día, en el que te hice la mala jugada, se pusieron un poco rebeldes. Pensaron que yo también era tan débil como tú. Vendí todo y me dedique a llevar una vida normal, fuera de la dominación. Aunque lo cierto es que extraño esa época, extraño tener a mis esclavos trabajando para mí. Por cierto, se que lo que te hice hace dos años estuvo muy mal, se que ha pasado tiempo, espero me perdones.
Esto último me lo dijo con un tono no muy convincente. Pero aun así, todo lo que me dijo hizo que se me ocurriera una gran idea: vengarme de Amanda, esclavizándola. Nunca he tenido esclavas mujeres, más que todo porque soy una chica heterosexual. Pero este era un gusto que deseaba darme.
-¿Verdad que esta rico este esclavo? Se llama Adonis… -le dije.
-Si vale esta rico, como me gustaría castigarlo y cogérmelo rico.
-Si quieres, puedo prestártelo.
-¿En serio Skarlet? No será mala idea, para recordar mis tiempos de ama, y bueno, ver si me animo a volver a cazar esclavos.
-¡¡Jijiji claro!! Y por lo de la otra vez no te preocupes, he estado deseando volver a verte, eres una de mis mejores amigas, y el que esta amistad se acabe por eso, es una tontería. Debo admitir que me molesto mucho, pero tus disculpas me cayeron bien, y de verdad no vale la pena que nos molestemos. Te lo cederé, pero con una condición: bésame los pies.
Amanda se me quedo viendo pensativa. Yo por mi parte quería saber como se veria esa boquita pegada a mis pies en un futuro muy próximo. Todos mis esclavo los obtuve ganándomelos, convirtiéndolos poco a poco, llevándolos a la sumisión. Con Amanda iba a probar algo totalmente nuevo, y un método mucho más rápido por supuesto: la fuerza bruta.
-Esta bien, lo hare –dijo Amanda, después de pensarlo largo rato. Se puso de rodillas, y comenzó a besar mis pies y mis sandalias de taco alto. Poco me falto para que me diera un infarto del placer que sentí al ver semejante acto.
Luego de unos minutos, le dije –Ok Amandita, llévatelo, mañana me lo devuelves. Dame un minuto rapidito para decirle a mi esclavo como son las cosas ahora.
-Claro, tomate el tiempo que quieras amigui.
Aparte a mi esclavo un poco, para dale las ordenes según mi plan de manera que Amanda no escuchara. Le dije que se iría con la puta de Amanda en ese momento, y que yo la quería para el día siguiente besándome los pies. Le ordene ser fuerte, y no mostrarle miedo. Que no importaba si ella se resistía, ya que él era bastante musculoso, y que la puta de Amanda no lo podría detener. Le dije que los quería a las 5 de la tarde en mi casa, y que él podría hacer lo que le diera la gana con Amanda hasta esa hora, como premio…
Al dia siguiente mis planes fueron todo un hecho: exactamente a las 5 de la tarde, mientras yo hacia mi rutina de ejercicios para mantener la figura, tocaron la puerta. Al abrir, me encontré con una preciosa escena: mi esclavo sosteniendo una cadena en una mano, la cual estaba abrochada a un collar de perra rojo puesto en el cuello de una Amanda totalmente desnuda, ubicada a 4 patas al lado de mi esclavo, maquillada como autentica golfa, con una mirada de perrita asustadita. También llevaba un gag ball, una de esas mordazas con bolita roja. Les ordene pasar a la sala de mi casa. Le dije a Adonis que se sentara en un mueble, se merecía un rato de descanso después de traerme a Amanda, totalmente humillada. Tome la cadena del collar, y, tirando de ella, provoque que se acercara, agachándome yo un poco para quedar muy cerca de su rostro y decirle -¿Qué pasa perra, porque tan asustada? Adonis te hizo mucho daño? No te preocupes puta, conmigo será peor…esto te pasa por humillarme…ah, por si no lo haz notado, sigo molesta por aquel día…
Al ver la cara tan dramática que puso, con una mezcla de confusión y terror, no pude evitar reírme. Tome un consolador que tenía a la mano en ese momento, y de un solo golpe, se lo metí en el culo, el cual estaba un poco abierto, y enrojecido. Se nota que Adonis aprovecho la situación en su casa bastante bien. Amanda lanzo un grito ahogado por el bozal. Le ordene que fuera a cuatro patas, tal cual estaba, hacia el sofá donde descansaba Adonis, y que le mamara el güebo y le diera las gracias por haber abusado de ella y haberla esclavizado. Yo, mientras tanto, me metí en mi habitación para preparar un delicioso baño de agua caliente y darme un rico dedo, que, a pesar de yo no ser bisexual, el ver y tener a Amanda bajo mi poder, en esa situación, me excitaba sobremanera. Comencé a quitarme la ropa con cierta sensualidad, primero me quite la camiseta, dejando al descubierto el par de pechos que tanto me han ayudado a conseguir esclavos. Se veían hermosos, Abrillantados por el sudor. Luego me quite el mono deportivo, dejando a la vista de nadie mi precioso culo virgen, el cual con el paso de los años, mejoro bastante. Ahora era más carnosito, y lo mejor era que seguía siendo bastante firme y duro. No pude evitar pasarme un dedo por mi clítoris, como para calmar un poco mis ansias de placer.
Fue en eso que de repente siento que alguien me toma por los hombros y me tumba en la cama. Fue nada más y anda menos que Adonis. Rápidamente me cubrí las tetas con mis brazos, molesta por semejante intrusión, pero sin tiempo de reaccionar ante el nuevo movimiento de adonis quien se abalanzo sobre mi cuerpo, logrando neutralizarme con pasmosa facilidad aplicándome una de esas llaves de lucha libre. Con el traía el mismo bozal que llevaba Amanda, y me lo puso, para luego con mis sabanas atar mis manos y mis pies a las esquinas de la cama, dejándome totalmente indefensa y a su merced. Me veía con mirada sádica y satisfecha. Su actitud se notaba imponente y amenazante, no pude evitar ponerme nerviosa con toda la situación.
-Perra, te quitare el bozal, te prometo que si gritas, te ira muy pero muy mal. –me dijo, al tiempo que se acercaba a mí y me quitaba el bozal. Obedecí, no dije nada. Estaba calladita y asustadita. Temerosa de que era lo que se venía. Ahí estaba yo, con mis piernas abiertas mostrando los carnositos labios de mi conejita, con mis tetas firmes y bien paradas a su entera disposición, totalmente indefensa. No entendía nada, me preguntaba qué era lo que sucedía, pero la única respuesta que se me pasaba por lamente era "estoy a su merced". No podía creer que yo, la más exitosa del clan de amas, estuviera dominada en ese momento por un simple esclavo. Pasados unos minutos en silencio, luego de que la sorpresa se me pasara, me arriesgue:
-¿Qué está pasando aquí? ¡¡Adonis suéltame ahora mismo es una orden!! –dije entre nervios.
PAF! Me dio una buena cachetada. –silencio puta, ahora aquí mando yo. De ahora en adelante no serás más que una miserable esclava, al igual que la putita de Amanda. Jajaja sabes que es lo mejor? Que Abril nos vio a Amanda y a mí cuando veníamos para acá, dijo que haría algo y vendría a eso de las 6 a ver qué era lo que ocurría, lo que significa que debe estar en camino. Desde hace tiempo que llevaba planeando esto. Me deje someter, solo para estudiarte más. Me deje hacer todo lo que te pasaba por la cabeza, solo para afianzar el efecto sorpresa del cual ahora eres víctima. Creíste que me tenias como un fiel perrito, pero lo cierto era que estaba esperando el momento oportuno para esto, y que mejor que este, cuando me mandas a casa de la linda e indefensa ovejita de Amanda, a domarla por fuerza bruta. Presta atención guarra, yo no soy como tú. No te pienso empujar poco a poco a la sumisión, de ahora en adelante no me negaras nada, solo existirá mi placer, mi deseo y mi voluntad. Tú y las otras dos golfas no serán más que una extensión de mi cuerpo para hacer lo que mi mente desee. Desde este mismo momento, la pasaras terriblemente mal si no sigues mis órdenes al pie de la letra. Desde hace tiempo que les tengo hambre a ti y a Abril. Tenia curiosidad por saber quién era Amanda, pensé que nunca la conocería, pero la vida me ha sonreído, ¡y que sonrisa! Me la serviste en bandeja de plata…bueno, ahora a esperar a Abril, mientras tanto, tu, zorra, te quedaras aquí calladita y tranquilita, que en un momento vendré a darte tu merecido…- me dijo colocándome de nuevo el bozal. Apago la luz de la habitación y salió cerrando la puerta.
Debo decir que, a pesar de lo nerviosa que estaba, el estar en esta nueva situación me hizo excitarme un poco. Estaba confundida, nunca me imagine que fuera a reaccionar así a una situación parecida a esta. A pesar de la excitación no deseaba ser esclava de Adonis. Pero dada su fuerza y su gran tamaño, no me quedaba otra que resignarme. Mi última esperanza era Abril. En eso sonó el timbre de la casa…
-Buenas señorita Abril. Mi ama esta esperándola en su habitación, pase adelante. –oí decir a Adonis.
-Gracias adonis, eres un buen perrito…-le contesto Abril. En eso se abrió la puerta, y la expresión de Abril de verme atada, amordazada y desnuda, fue de sorpresa, se quedo con los ojos como platos y paralizada. En eso se oyó la voz de Adonis, mi amo (era mejor comenzar a llamarlo así desde ese momento) detrás de Abril.
-De rodillas cerda. –Abril se volteo y le dijo: -¿pero que es todo esto? ¿Que está pasando aquí? Yo no voy a obedecer órdenes de un miserable esclavo como tú.
-¿ah no? –le contesto Adonis a Abril, tomándola por el cabello, y deteniendo la cachetada que Abril en ese momento le lanzo. Apretó fuertemente su mano, a juzgar por el grito que pego Abril y su expresión de dolor.
-tu pretendes oponer resistencia al igual que Amanda…si así lo deseas pues por mí no hay problemas, putas peleonas, putas mandonas, putas gritonas, pero estoy seguro de que putas al final son. Mira la cuquita de la perra Skarlet –le dijo mientras hacía que ella dirigiera su mirada a mi cuquita encharcadita, producto de la excitación del momento. –ella es una autentica golfa, mira como la tiene Abrillantadita de jugos. Se nota que le gusta estar en esa posición. Tu deberías acostumbrarte también, porque de lo contrario cerda, la pasaras muy pero que muy mal…
-¡¡¡jamaaaaaaaaas!!! –grito Abril, provocando la ira de Adonis. Su expresión de dolor se acentuó aun mas cuando este le pego 4 fuertes cachetadas y termino de neutralizarla con otra llave de lucha libre, la cual se veía mucho más dolorosa que la que me aplico.
-¡¡¡¡¡¡PUTA RESIGNATE, QUIERO OIR DE TU BOCA QUE DIGAS QUE ESTAS A MIS PIES, QUE HARAS LO QUE SE TE ORDENE, QUE JAMAS ACTUARAS EN CONTRA DE MIS ORENES Y DE MIS DESEOS, QUE ERES MI FIUEL MASCOTA DILO!!!!!! - Le dijo Adonis, con un fuerte tono de voz, amenazante, imponente.
-¡¡¡AAAAHHHHH!!! ¡¡¡¡ESTOY A SUS PIES AMO!!!! ¡¡¡¡HARE LO QUE ME ORDENE AAAYYYYYY ME DUELE…JAMAS ACTUARE EN CONTRA DE SUS DESEOS, SERE SU MASCOTA FIEEEL!!!!
Dicho esto, Adonis la dejo tranquila, tirada en el piso. Le puso un pie cerca de su rostro. –bésamelo cerda, humíllate ante tu amo. –le dijo. Abril obedeció. El clan de amas ahora estaba esclavizado por un esclavo.
-muy bien…hora de gozar con mis tres perras…primero que nada, nada de esclavos. Quiero que llamen a todos los maricones que tenían esclavizados, y les den la libertad total. Rompan sus relaciones.
Ordenado esto, me soltó, para luego llevarnos a Abril y a mí a la sala, donde una sumisa y muy asustada Amanda nos esperaba a cuatro patas. Mi amo se sentó en el sofá. Y nos ordeno colocarnos de rodillas ante él, con las manos en la cabeza, y arqueándonos ligeramente hacia atrás, para que las tetas resaltaran bastante, en especial las mías, que eran las más grandes. Me dio el teléfono para llamar a todos mis sumisos. Mientras tanto, ordeno que Amanda y Abril le besara cada una un pie. Luego, Abril fue la siguiente en hacer las llamadas, mientras a mi me toco humillarme sobremanera besándole los pies. Cuanta humillación sentí en ese momento. Todo fue inmensamente degradante. Pero para mi sorpresa, mi cuquita estaba hecha un mar de jugos, y debo admitir que esa sensación de sumisión me estaba comenzando a excitar cada vez más. Estaba descubriendo mi faceta sumisa.
Después de las llamadas, nuestro amo saco sus 22 centímetros de carne dura de su pantalón. Tenía líquido pre seminal saliéndole del glande. Se notaba el olor en el aire de esa morcillóna polla. Nos ordeno mamársela, ubicándome a mí en sus bolas sudadas, a Amanda en su tronco y a Abril en toda la punta. El olor de sus bolas sudadas era un tanto asqueroso para mí, pero la humillación que estaba sintiendo por eso en lugar de molestarme lo que hizo fue excitarme cada vez mas. Y al parecer a las otras dos también les gusto la sensación y el sabor del güebo de nuestro nuevo amo, porque al poco tiempo, se veían muy esmeradas en darle placer. O era por gusto o era por miedo, eso no lo sé, pero de lo que si estaba convencida era de que yo si lo estaba haciendo por gusto. No me lo podía creer, viniendo de mí. las otras dos babeaban el güebo de nuestro amo, Amanda subía y bajaba por todo el tronco de carne jugueteando con su lengua, mientras Abril pegaba ricos y sonoros chupetes a toda la punta, separándose solo para escupirla, y ver como toda su saliva bajaba por su extensión, juntándose con la de Amanda y terminando en mi boca y en mi cara, porque con mucha frecuencia, me pegaba toda a sus bolas, las cuales ahora me sabían a gloria. El rostro de nuestro amo denotaba bastante placer. Lo cierto era que a nosotras tres nos estaba gustando la nueva situación en la que nos encontrábamos, porque bien es cierto que pudimos morderle la polla fuertemente y dejarlo fuera de combate, y huir de allí. Pero no lo hicimos, le dimos el gusto. Nuestro amo tomo a Abril del cabello, y separándola solo un poco de su glande, le acabo en la cara, con muchísima abundancia y con tanta fuerza, que la leche salpicaba en su boca, y nos caía a Amanda y a mí, y un poco más en su güebo. Una vez termino de eyacular, instintivamente las tres nos pusimos a limpiárselo, con mucha diligencia.
Luego nos ordeno colocarnos a cuatro patas con las caras pegadas al piso. Una vez nos tuvo en esa posición, fue a mi habitación y regreso de nuevo a la sala, con una fusta en su mano. –Muy bien basuras, jugaremos un juego. No quiero oír ningún tipo de ruido mientras hago una llamada muy importante. Con ningún tipo me refiero a NINGUN TIPO DE RUIDO. Pobres de ustedes si las cosas no salen como lo deseo. –sus palabras me atemorizaron, a pesar de que era una tarea sencilla de cumplir, ya que solo debíamos permanecer calladas.
-¿Alo, con el señor Juan?...De parte de Adonis…Ok señorita, gracias, espero…hola Juan qué tal? Jajaja si vale, tiempo sin contactarnos…es que he estado muy ocupado en este ultimo año…jajaja ¿Qué comes que adivinas? Precisamente eso era lo que necesitaba…si, si se puede, para hoy mismo…jajaja claro…si, son de lo mejor… -hablaba mi amo por teléfono…estuvo entretenido en su conversación, pero no logramos adivinar que se traía entre manos. El era mi esclavo 24/7, y no le permitía hablar con nadie en el año y medio que llevaba a mis pies. Esto se ponía raro…en ese momento paso un helicóptero sobre la casa, al parecer volando bajo, hizo que se estremecieran las ventanas. Si, aunque no lo crean, este detalle que les cuento es muy importante, porque mi amo en ese momento colgó el teléfono, y descargo 40 azotes en cada uno de nuestros culos.
-Aaaaaayyyy ¿¿¿porque nos castigas??? –chillo Abril.
-Perra, les dije que no deseaba oír ningún ruido, y ese helicóptero hizo demasiado. Acostúmbrense a ser castigadas por cosas que escapan de sus manos…Te acabas de ganar 40 azotes por hablar, 40 por dirigirte a mi sin mi permiso y 40 más por haberlo hecho sin el respeto que me debes, furcia de cuarta.
La pobre Abril fue azotada 120 veces más. No quise voltear a ver, no quise quitar mi vista del piso. Capaz y por eso me ganaba yo también una buena tanda de azotes, y con los 40 recién recibidos el culo me quedo ardiendo, no me imagino como lo sentiría la pobre de Abril, a quien oí sollozar. Una vez terminado el castigo, sentí como mi amo se ubico ante mí, para de repente tomarme por el pelo y jalarme un poco hacia arriba, levantando mi cabeza, y reubicarla en sus zapatos. –Limpia mis zapatos con tu lengua cerda. –más humillante no pudo ser la situación. Pero ahora en lugar de sentirme molesta, me sentía mucho más excitada. Mi cuquita estaba hecha un mar de jugos. Comencé mi tarea, con bastante dedicación. Sentía como mi amo paseaba la fusta por mi cuerpo lentamente, haciéndome algo de cosquillas, para luego, en determinados momentos sorpresas, fustearme con fuerza. En un momento dado, carraspeo un par de veces, y escupió en su zapato, mientras yo estaba ubicada en el empeine. El escupitajo cayo justo donde estaba pasando la lengua. Me dio asco, pero no quería molestarlo, por lo que también lo lamí todo. Mi amo soltó una carcajada al ver esto.
Luego de un rato, con Abril ya calmada en cuanto a sollozos y yo agarrándole cada vez más el gusto a mi nueva condición de esclava, nos ordeno colocarnos de pie, orden que acatamos al instante, poniéndonos firmes ante él, con la mirada fijada al piso. Nos llevo a las tres a mi habitación, donde, aprovechando una lámpara de techo y unos aros metálicos que hice instalar para castigar a mis esclavos, esposo a Amanda y a Abril, de manera que sus brazos quedaran extendidos, y sus piernas abiertas, siendo Abril esposada de los aros del piso y del techo, y Amanda de la lámpara y las patas de la cama. Fueron ubicadas la una frente a la otra, yo observaba todo a cuatro patas, encadenada por el collar de perra que antes tenia Amanda, y que mi amo me coloco, a la peinadora. Una vez teniendo a Amanda y a Abril inmóviles, con sus cuerpos en X, procedió a escribirles con lápiz labial por sus cuerpos las palabras "perra" "Cerda" Esclava" "puta" "ramera" "Gusana". Les metió un vibrador a cada una en todos sus agujeros (que les puedo decir, mi colección de juguetes sexuales era amplia, muy amplia) y los puso al máximo. Luego me desencadeno de la peinadora y me obligo a seguirlo a cuatro patas hasta la cocina, donde también tenía más aros instalados en el techo y en el piso, en los cuales fui colocada al igual que mis colegas esclavas, con el cuerpo formando una X, poniendo un espejo delante de mí, y escribiendo las mismas palabras en mi cuerpo, además de rellenar mis huecos con consoladores. Acto seguido, mi amo se fue de la cocina.
No paraba de verme con mucho morbo. Recordaba cómo era mi situación cuando era ama. Una mujer cruel con sus esclavos, altanera. Ahora prácticamente no era nada más que una autentica basura desecha, sin orgullos, sin ego. Después de tanto darle vueltas a la cabeza, no me quedo otra más que aceptar que todo esto me estaba gustando, mucho más que ser ama. No me quedo más que aceptar que mi escla…..perdón, mi amo, logro conseguir mi vena sumisa, y explotarla. No me quedo más que resignarme a ser su mascota, a ser su esclava. Al pensar en esto, no pude evitar un orgasmo. Mi coñito estaba chorreando jugos. Comencé a oír gritos y gemidos que venían desde mi habitación. Sin duda Abril y Amanda estaban siendo usadas brutalmente por el amo.
Estuve en esa posición durante una hora más o menos. Durante todo ese tiempo, oía gritos de dolor de las chicas, que luego se convirtieron en gritos de placer, y gemidos. Sin duda alguna, ellas también estaban siendo convertidas con muchísimo éxito. Lo que a nosotras nos llevaba bastante tiempo hacer, mi amo lo había hecho en nosotras tres al mismo tiempo en cuestión de pocas horas. O éramos sumisas de naturaleza y dominábamos esclavos como compensación psicológica o no sé qué otra explicación darle. Durante todo ese tiempo, mi amo entraba a la cocina, tomaba agua, y volvía a la habitación, sin prestarme la mas mínima atención. Eso me inquietaba, y creo que él lo sabía. Hubo un momento en el cual, en una de sus visitas a la cocina, me dio un fustazo en toda la espalda, haciendo que las tiras de la fusta rodearan mi torso y se estrellaran contra mis senos. La sorpresa y el dolor fueron grandes, además del ardor que tardo varios minutos en desaparecer.
Luego de esa hora, mi amo fue a la cocina y me coloco un tubo de plástico en la boca, con dos aros en las puntas, me hizo morderlo. Ajusto las puntas de una cadena en los aros, y me quito mis ataduras, para ponerme en cuatro. También me quito los consoladores. –Hora de gozarte, yegua. –me dijo, sentándose sobre mi y tomando la cadena del tubo de mi boca, como si fueran riendas. Cuando dijo lo de yegua, no pudo ser más literal…-Ya me divertí con tus amiguitas…ahora es tu turno, ¡hea cerda! ¡¡Cabalga toda la sala, dale vueltas hasta que me harte!! –obedecí su orden.
El era bastante pesado para mi, por lo que a la octava vuelta, comencé a flaquear cada vez mas. El no me permitía bajar el ritmo, por lo que me espueleaba con la fusta, y dándome lepes en la parte de atrás de mi cabeza. Me dirigía como a un callo con las riendas. Varias veces se divirtió haciéndome ir contra la pared para estrellarme de frente, se reía a carcajadas cuando ocurría. Yo en cambio, estaba bastante excitada, totalmente resignada y vencida a sus pies. Ya en mi mente no quedaba duda alguna de que haría absolutamente todo lo que mi amo me ordenara. Ya era su esclava oficial.
Perdí la cuenta de las vueltas, ya que mi mente en ese momento estaba enfocada en una lucha entre concentrarme para poder seguir siendo literalmente cabalgada y deseando ser brutalmente usada sexualmente por mi amo. Fue entonces después de largo rato, que me ordeno detenerme y me coloco de pie, con las manos en mi nuca. Me puse en esa posición de manera tal que mis pechos se vieran ofrecidos. Mi amo dio un par de vueltas a mí alrededor. En una de esas me tomo del las manos y el cabello, y sentí como algo se abría paso entre mis nalgas. No había duda de que era su enorme pene. "Uuuuf por fin" pensé deseaba de verdad esto. Ya no quería saber nada de mi época de ama. Ahora deseaba ser toda una esclava, ser usada, violada, ultrajada. Así de pie como estaba, con mi cabeza echada hacia atrás, sostenida por las fuertes manos de mi amo, fui tremendamente enculada. Sentir cada vena, cada imperfección de delicioso güebo entrar y salir de mi agujerito anal, el cual lo abrazaba totalmente y con hambre, me hacia gritar de la calentura.
-Ahhh cerda, tienes un culo estrechito y delicioso ahh affff sii que divino culo tienes puta…
-Aahhh siiii que ricooooo aaaafff aghh por favor, deme más duro amo, deme más duro, se lo suplico, aaaaaaaaahhhh siii deme su lechita, quiero lechita.
-¿Quieres lecha perra? Aaff, bien puta, te daré la leche que quieres…
Me enculo por largo rato en esa misma posición. Luego me tiro al piso, y me ordeno lamerle los zapatos, mientras se masturbaba frenéticamente. Una vez más me esmere en pulir sus zapatos con mi lengua. En ocasiones levantaba un poco los pies para que yo lamiera las suelas, cosa que yo hacía con esmero y devoción. Luego me tomo por el pelo, y llevándome casi a rastras, fuimos al baño de mi habitación, donde para mi sorpresa, la tina estaba llena, con Amanda y Abril dentro, atadas. El agua se veía un poco amarillenta. Mi amo me coloco de rodillas a su lado, y luego con su polla totalmente erecta, comenzó a orinar en la bañera, intercalando puntería entre Abril y Amanda, quedando ellas bañadas en su orina. Acto seguido, me tomo del pelo, y diciéndome –espero tengas sed cerda, tus amiguitas y yo hemos preparado esta bebida para ti. –me introdujo de golpe la cabeza en la bañera. Sentí como las piernas de Abril y Amanda me atrapaban la cabeza bajo el agua, impidiéndome emerger, mientras sentí como mi cuquita era invadida de un solo golpe por la polla de mi amo. No sé cuánto tiempo estuve dentro del agua, solo que se en el momento en que me desespere por falta de iré, mi amo de un tirón de cabello, me saco del agua, sin dejar de penetrarme brutalmente, sintiendo como de mi cabeza escurría toda el agua con la mezcla de orina de mi amo y mis colegas. Ahora que estaba afuera, recuperando el aliento a duras penas, mi amo ordena a las otras dos que me muerda cada una un pezón, con fuerza, y que jalaran los senos así mordidos, cosa que ellas hicieron al instante, mordiéndome y haciéndome gritar del dolor, incluso sentí como mis ojos botaban lagrimas. Ellas comenzaron a jalar con los dientes mis tetas, mientras mi amo me atraía hacia su cuerpo con sus manos en la base de dichas gemelas. Sentía que de verdad mis pezones serian arrancados. Gritaba de la desesperación, del susto, de la falta de aire y sobre todo, de la excitación. Mi amo no paraba de meterme su grueso güebo en mi cuquita también estrecha, y de darme de vez en cuando unas buenas cachetadas.
Eran demasiadas sensaciones juntas. Mi mente se puso en blanco, o bueno, casi, solo pensaba en obedecer a mi amo, y en desear más y más el trato al que estaba siendo sometida. En un momento dado, mi amo me soltó, provocando que me fuera hacia delante jalada por mis tetas, haciéndome caer en la bañera nuevamente. Estando yo inclinada sobre el agua, mi amo tomo a las otras dos por la cabeza, y las coloco sobre mi culo. Les ordeno abrir la boca, y me metió su güebo en el culo. Lo saco, y lo metió en la boca de Amanda. Luego lo saco, y me lo metió en el culo nuevamente, una sola embestida, y lo volvió a sacar para metérselo en la boca a Abril, y repetir la operación, una embestida, y de nuevo a mi culo, un embestida y de nuevo a la boca de Amanda. Nos tuvo así un tiempo, has que empujándolas por sus rostros, las metió de nuevo a la bañera, para encularme una vez más por lago rato hasta que, empujándome con su pie, me metió totalmente en el agua. Las tres estábamos de rodillas en la tina frente a él, yo en el medio de Amanda y de Abril, mientras él estaba afuera, pajeandose. En eso se acerco al borde de la bañera, y tomo a las otras dos por los pelos, y ubico a cada una en un testículo. Ellas empezaron a masajeárselos con la lengua, cada quien la bola que le correspondía. Yo estaba de rodillas, viendo su enorme polla mientras él la pajeaba, deseando que llegara el momento de su corrida, la cual no se hizo esperar. De la punta de su güebo, salió disparada bastante lechita blanquita y espesita. El primer chorro fue duro, tanto que me llego a las tetas, las cuales estaban con las marcas de los dientes de las otras dos zorras en mis pezones. Ya el resto de la corrida de mi amo fue a parar al la mezcla de agua y orina. Se veían los grumos de semen claramente.
-¿Querías leche, puerca? Ahí la tienes, métela toda en tu boca, y me la enseñas. –obedecí la orden. Amanda y Abril aun seguían consintiendo sus bolas. Yo agache la cabeza y me dispuse a absorber cada rastro de semen que aun no se había disuelto en la mezcla. Una vez toda la leche estuvo en mi boca, la abrí, mostrándosela. Me ordeno tragarla, cosa que hice al instante, y debo admitir que fue el líquido más delicioso que me había tragado en mi vida. Luego me ordeno quitar el tapón de la tina, para que se vaciara. Desato a las otras dos, y tomo el cepillo con el que se limpian las pocetas, de esos que tiene las cerdas firmes y duras y abrió la regadera, nos aseo pasando el cepillo por todos nuestros cuerpos, en momentos deteniéndose unos minutos en nuestras conchas para darnos con fuerza. Nos dijo que si queríamos tener un orgasmo, sería solo en los momentos que el detuviera el cepillo en esa zona. Un poco doloroso, si, pro que orgasmos tan brutales tuvimos las tres.
Ya como a la hora después de esa deliciosa escena, estaba mi amo sentando en un sillón viendo televisión. Pero no era un sillón cualquiera, era Amanda que estaba a 4 patas. Detrás de Amanda, estaba Abril, sirviendo de respaldo, y en su mano derecha tenía una pizza, mientras que la izquierda aguantaba una bandeja con una botella de vino y una copa, alcanzándole a nuestro amo lo que el deseara. Yo estaba a cuatro patas también, sirviéndole de reposa pies. Ya todas bien aseadas, aun excitadas, y totalmente esclavizadas por nuestro amo. Increíble el tiempo record en el que fuimos, digamos, "adoctrinadas" para ser esclavas sin límites. Ya no quedaban vestigios de orgullo, ni de superioridad, ni de altanería ni de ego, en nosotras. Solo éramos simples pedazos de carne para el placer de nuestro amo, y de quien el quisiera. Éramos unas animales. Éramos sus mascotas. En eso tocaron el timbre de mi casa. Mi amo se levanto, y fue personalmente a abrir la puerta.
-¡Juan! ¡Amigo! ¡Qué rápido viniste!
-Jajajaj hola Adonis, ¿como estas?
-Todo excelente. ¿Cómo no estarlo? Sabes que me encanta quebrar los egos de las perras, y ahorita acabo de hacerlo con tres hijas de mil putas, y en tiempo record. Es la primera vez que me lleva unas pocas horas ponerlas en sus sitios...jajaja mi sequito cada vez aumenta más…
-Jajaja si, ya veo. Aunque te pasaste un año estudiándolas. En comparación con las otras esclavas que conseguiste por la misma vía de dejarte dominar y luego revelarte, dejándolas totalmente desconcertadas y "desarmadas"
-Si bueno, pero aun así, sabes cómo es el momento del ataque, es bastante peligroso, aunque decisivo para fase del adoctrinamiento. Estas fueron fáciles, aunque no por eso la calidad de sus huecos es baja. Creo que son las mejores rameras que me he cojido en mucho tiempo, además de las más dóciles.
-Jajaja que bueno. Oye, debo irme, tengo un par de casos que atender en la fiscalía con mucha urgencia. ¿Por qué no te pasas el domingo que viene por mi casa? Haremos una buena parrilla.
-Con gusto Juan, el próximo domingo estaré por allá. Vamos a que las putas firmen los papeles.
Mi amo entro a la sala, donde nos encontrábamos las tres perras, con otro hombre, un poco mayor, pero bien conservado. Iba vestido con traje. Nos entregaron unos papeles donde traspasábamos absolutamente todas nuestras propiedades a nuestro amo Adonis. Todo lo que cosechamos con nuestros esclavos. Nosotras, ya totalmente convencidas de lo que éramos, firmamos sin oponer resistencia alguna. También, en una hoja a parte, escribimos los números de cuentas bancarias con las contraseñas, por orden también de nuestro amo. Definitivamente nos quedaríamos sin nada.
-Perfecto...eres el mejor abogado del país, sin duda…
-Jajajaja sin halagos amigo Adonis…la semana que vine serás legalmente el dueño de todo…será fácil por los contactos que tengo…
-Muchísimas gracias…es hora de la paga…dime, ¿que deseas de este botín? ¿Alguna de las zorras o alguna propiedad?
-Mmmmm –El abogado se quedo pensativo, mirándonos a las tres esclavas, que aun seguíamos en la misma posición en la que estábamos, es decir, como muebles para nuestro amo. –Esta, la tetona –dijo señalándome a mí. –dame solo a esta puta, ese par de gomas se ven ricas, me divertiré torturándola. Solo con decirte que apenas lleguemos a mi casa, ella se encargara de limpiarla por completo, pero con su lengua.
-Jajaja excelente elección, y ahora que dices lo de la limpieza, estas golfas harán lo mismo, con muchas de mis propiedades…Perra Skarlet, ven aquí.
Me dirigí a cuatro patas hacia mi amo, totalmente desnuda. Mi amo Adonis me coloco el collar de perra con cadena, dándole esta a mi nuevo amo Juan, quien dándole un tirón a la cadena, me lleva a fura de la casa, a cuatro patas, desnuda, a la vista de todo aquel vecino que estuviera viendo o pasando por allí en ese momento. Fui llevada hasta la camioneta, donde me metieron en una jaula pequeña en la parte trasera de la camioneta, en la cual cabía en posición fetal, sin poder moverme. Fui cubierta con una manta, impidiéndome todo tipo de visión. Sentí como cerraron la puerta y al poco tiempo sentí como nos poníamos en marcha hacia mi nuevo destino, hacia mi nueva vida…
comentarios a lolix202@hotmail.com, espero les haya gustado el relato.
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88075 veces
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Comentarios enviados para este relato
indefinido
(25 de January de 2013 a las 06:01) dice:
Exelente relato , me encantaria ser cornudo de putas asi , faciles para berdadferosamos katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:20) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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