Clase de educación sexual III

El instituto estaba prácticamente en silencio, las únicas voces que se escuchaban eran las de nuestro grupo, que charlaba animadamente tras lo que había pasado. Paula regresó al rato, cuando abrió la puerta estaba ya completamente limpia, no tenía ni gota de semen en su cuerpo.

- Ya estoy de vuelta chicos, ¿os gustaría hacer una visita al grupo de las chicas?- dijo sonriendo.
- ¡¡Sí!!- contestamos todos a coro.
- Pues poneros en fila y vamos.

Paula cogió su bolso y salió la primera. El resto la seguimos, como si un desfile se tratase, a la clase donde estaban nuestras compañeras. Cuando llegamos pude apreciar que la distribución de la clase era similar a la nuestra, los pupitres contra la pared y colchonetas en el centro. Todas nuestras compañeras estaban desnudas y a nosotros se nos empezaron a poner duras otra vez. Paula fue junto a su compañero y le dio un morreo delante de todos, mientras le cogía la polla y lo masturbaba lentamente.

Nuestro tutor estaba también en pelotas, entre todas las chicas, parece que él también se lo había pasado bien. Paula separó sus labios de Mario y vio a David.

- Vaya, parece que has tenido un poco de ayuda- dijo, mientras le seguía sosteniendo la polla.
- Sí, desvirgó a las chicas.
- ¿Entonces tú no desvirgaste a nadie?
- Sí, a una chica, luego David se unió y le hicimos una doble penetración.

Paula se acercó a David, se agachó y le hizo una pequeña mamada. Cuando se levantó le plantó un beso en la boca.

- Bueno, ¿qué tal si ahora follamos todos juntos? – dijo Paula.

Todos lo estábamos deseando, así que sin responder nos acercamos a las chicas y las empezamos a tocar.

- Esperad, será bueno llevar un orden- nos cortó Paula- las chicas deberían poner a tono a los chicos, les he dado un poco de caña antes. A ver chicos, poneos todos en fila, uno al lado del otro, y vosotras arrodillaros e ídselas chupando, avanzando un pene a cada rato.

Nuestras compañeras obedecieron y empezaron a trabajar; no les llevó demasiado tiempo hasta que ya estábamos preparados para volver a follar. Mientras tanto Paula estaba de rodillas entre David y Mario, alternando sus pollas en su boca.

Habían pasado ya unos diez minutos, las chicas se la habían chupado ya a todos los compañeros y habían rotado en varias ocasiones, ya estábamos todos listos cuando vi que Mario se dirigía a su bolsa y, con cara de preocupación le decía a Paula…

- Tenemos un pequeño problema…
- ¿Qué pasa?- dijo Paula, quitándose la polla de David de la boca.
- Se nos han acabado los preservativos.
- Vaya faena, bueno, no te preocupes, he traído un montón de píldoras.

Paula se levantó y se dirigió a la clase, en su mano aún tenía el pene del tutor.

- Se nos han terminado los preservativos, pero no os preocupéis, en mi bolso tengo un montón de píldoras. Si queréis podéis tener relaciones, las chicas acordaros al terminar de cogerlas y tomarlas. Por cierto, ahora si lo deseáis, y si las chicas están de acuerdo, los chicos podéis eyacular dentro.

En ese momento me estaba haciendo una mamada una chica llamada Tania, que al parecer era a la que habían escogido de voluntaria. Yo no podía aguantar más, así que le cogí la mano y la llevé a las colchonetas para empezar a tener relaciones. Se tumbó boca arriba, yo me puse entre sus piernas y se la empecé a meter poco a poco, ella gemía. El resto de la clase hizo lo mismo y se empezaron a tumbar a nuestro lado para empezar a follar.

Mario se acercó y puso su polla cerca de la cara de Tania, la cual la cogió y se la empezó a chupar, mientras yo la seguía penetrando, aquella imagen me excitó aún más.

- ¿Qué tal? ¿Te gusta cómo le he enseñado a follar? – me dijo Mario.
- Sí.
- Si quieres puedes darle también por el culito, antes probamos y parece que también le gusta.

Mario se levantó y se fue junto a su compañera, que estaba sentada sobre el pene del tutor, se puso detrás y se la introdujo en el ano, haciéndole una doble penetración. El resto de la clase follaba a nuestro alrededor, a veces cambiaban de pareja, a mí no me apetecía demasiado así que se lo dije.

- ¿Quieres cambiar de pareja o te apetece seguir conmigo?
- Me gusta hacerlo contigo- me dijo, acercándose y dándome un beso- ¿me das un rato por el culito?
- Vale.

Tania se puso a cuatro patas, me situé detrás y se la empecé a meter. Ella no paraba de gemir y eso me excitaba aún más, por lo que aumenté el ritmo de las embestidas. Una chica, que se llamaba Patricia, se acercó y me empezó a besar.

- ¿Qué tal folla este, Tania?
- De maravilla.
- ¿Quieres que lubrique un poco?
- Bueno.

Me dejé de mover y la empecé a sacar, Patricia me sujetó la polla, le dio un par de lametazos y luego se dirigió al culo de su amiga, donde empezó a meterle la lengua, a escupir y esparcir la saliva por su ano.

- Ahora sí que debería entrar bien- dijo sonriendo

Volví a meter mi pene en su culo y la seguí follando mientras Patricia se masturbaba a nuestro lado con un consolador, el cual iba intercalando entre su vagina y su boca. Cerca de nosotros continuaban con la doble penetración de Paula, la cual gemía intensamente y no paraba de gritar que más rápido. Los chicos obedecieron y terminaron corriéndose a la vez, David descargando en su vagina y Mario dentro de su culo.

Mario quitó el pene del culo de su compañera, la cual se levantó y se quedó tumbada boca arriba, introduciendo los dedos dentro de la vagina y el culo, quitando algo de semen y llevándoselo a la boca. Patricia dejó el consolador y se acercó a ella, empezando a lamer su coño y besándola después, compartiendo así los fluidos de los chicos. Al ver la imagen de las dos chicas besándose e intercambiando el semen me excité aún más, ya estaba a punto de eyacular.

- Tania, creo que me voy a correr.
- Espera…

Tania se separó de mí, se tumbó boca arriba y se abrió de piernas.

- Córrete dentro de mí.

Obedeciendo, cogí mi polla, la acerqué a su vagina y la penetré de golpe. Me la follé durante un par de minutos más y cuando estaba a punto se la metí hasta el fondo, llenándola de semen.
- Ha sido fantástico – le dije.
- Quédate un ratito más dentro de mí.

Y así nos quedamos, mientras el resto de la clase seguía follando yo me quedé encima suya, con la polla ya flácida dentro su vagina llena de esperma, besándonos sin parar.

Pasó una media hora y ya todos habían terminado, la mayoría de las chicas habían dejado que eyaculasen dentro de ellas y a algunas el semen les salía y le corría por las piernas. Paula y Mario dieron la clase por concluida.

- Bueno clase, espero que os haya gustado – dijo Paula, todos asentimos
- Ahora vamos a ir a los vestuarios a ducharnos – dijo David - visto lo visto creo que no importa si nos duchamos todos juntos.

Salimos de la clase y nos dirigimos a la planta baja, íbamos todos desnudos, aunque no importaba ya que no había nadie. Tania no me soltaba la mano, me quería solo para ella. Entramos en el vestuario y nos empezamos a duchar, algunos se volvieron a excitar y volvieron a follar bajo el agua.

Empecé a enjabonar a Tania y se me empezó a poner dura de nuevo, me la cogió y la empezó a mover mientras me miraba, me preguntó si quería hacerlo otra vez con ella. Le dije que sí, de forma que nos unimos al grupo que follaba en la ducha; esta vez tardé menos en correrme, e igual que antes y a petición de ella, volví a eyacular dentro. Terminamos de ducharnos, nos vestimos y nos despedimos todos.

En las semanas siguientes y, aunque Paula y Mario ya no estaban, la clase quedaba y hacíamos orgías, en las que a veces también venía nuestro tutor. Tania y yo nos hicimos novios, también asistíamos a las fiestas de la clase y, aunque casi siempre follábamos juntos, a veces dejábamos que alguien se nos uniese, en ocasiones algún chico para que ella volviese a disfrutar de una doble penetración y otras veces una chica (sobre todo Patricia, la amiga de Tania) la cual mi novia masturbaba y compartía mi semen.

Pasaron un par de años, Tania y yo seguíamos siendo novios e íbamos a casarnos, pero aun así seguíamos disfrutando del sexo en grupo, al igual que actualmente. Como ya no había clase con la que hacer orgías decidimos probar en un club de intercambio, al cual nos aficionamos y asistimos mínimo una vez al mes. Patricia vive con nosotros, le gusta follar con mi novia y conmigo, y la verdad es que a nosotros nos gusta ella, Tania me tiene contado que cuando estoy fuera varios días su amiga se la folla y que le encanta. Somos un trío feliz.