Cuando era adolescente, en ocasiones tan solo por flojera, no iba a la escuela, y para que nadie se diera cuenta en casa, había preparado en el closet, un escondite. En el que me metía, para seguir durmiendo. Pero un día…
Relato
En que, como ya les dije, por flojera no quise ir a la escuela. Cuando me encontraba ya en mi quinto sueño, una serie de raros ruidos me despertaron. Al principio pensé que se trataba de alguien con un ataque de asma, como los que le daban a uno de mis compañeros de clase. Pero en casa nadie sufría de esa condición. Así que de la manera más discreta que pude, salí de mi escondite, procurando en todo momento hacer el menor ruido posible.
El entrecortado ruido, compuesto por fuertes jadeos, y profundos gemidos, provenía de la habitación de mis padres. Ya estaba por darme vuelta, porque eso de estar viendo a los viejos teniendo sexo, como que no era de mi completo agrado. Fue cuando me recordé que mi papá, había dicho que el día de hoy iría a visitar a mi abuela, fuera de la ciudad. Por lo que maliciosamente, volví a dirigirme a su habitación arrastrándome por el piso. A medida que me acercaba a la puerta entreabierta del cuarto de mis padres, el ruido se iba haciendo más y más fuerte, sin mucho esfuerzo de mi parte, pude reconocer el timbre de voz de mi mamá, que entre sus gemidos le decía a la otra persona, dame más duro papito.
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, no me quedaba la menor duda de que era la voz de mi mamá. Por lo que sigilosamente seguí arrastrándome, hasta la entreabierta puerta de su habitación. Procurando en todo momento no ser visto, comencé a irme levantando lentamente. Fue cuando en el reflejo del espejo de su peinadora, la pude ver, completamente desnuda, cabalgando sobre un tipo de piel negra, al que al principio no reconocí de inmediato. Lo que si podía ver desde donde yo estaba era que ella le daba la espalda al espejo, por lo que difícilmente me podría ver. Su amante se encontraba recostado boca arriba sobre la cama de mi papá y de ella, mientras que mi mamá, no dejaba de cabalgar sobre la verga de aquel tipo, enterrándosela sin consideración alguna por su culo.
Yo estaba boquiabierto, viendo por medio del espejo, como a mi mamá ese negro le daba por el culo, y de momento fue tal mi excitación, que ni me acuerdo como fue que saqué mi verga y comencé a pajearme salvajemente, mientras que ellos dos continuaba teniendo sexo. Creo que en un dos por tres me vine, y ante la posibilidad de que me pudieran descubrir, apenas me vine entre mis propios dedos, salí de la misma manera que entré en la habitación. Pero desde la puerta entreabierta, podía seguir observándolos.
Después de un buen rato, en que seguramente el tipo ese se debió venir dentro de culo de mi mamá, ella diligentemente se levantó de la cama, dirigiéndose al baño al otro lado de su habitación. Cuando regresó, lo hizo con una pequeña toalla que me pareció que estaba mojada, y con la que luego, limpió la verga de aquel tipo. Para después y para mi mayor sorpresa, dedicarse a mamarla. Yo no podía creer lo que había visto, y ni lo que seguía viendo. Como mi madre, sujetando la verga de aquel tipo con sus manos, se la metía en su boca, y la chupaba de manera repetida una y otra vez. Hasta que aquella cosa, se volvió a poner bien dura. Y no bien habían pasado unos cuantos segundos que mi mamá se la volvió a enterrar por completo dentro de su peludo coño.
La manera en que mi madre chillaba y el montón de cosas que le seguía diciendo a aquel tipo, no dejaban duda alguna, que no era la primera vez que se acostaban juntos, en la cama de mi viejo. Yo cuando los vi que finalmente se quedaron quietos, de la misma manera arrastrándome por el pasillo, regresé a mi escondite. Del que no salí hasta que me aseguré que podía hacerlo.
Ya durante la tarde, al bajar al patio, me encontré de frente con Don Regulo, el viejo jardinero que trabajaba en nuestro patio. De inmediato lo reconocí, como el tipo que estaba acostándose, con mi mamá. Don Regulo siguió con su labor, y cuando regresó mi padre, le pagó por el trabajo realizado, mientras que yo mentalmente le decía. Le estas pagando por acostarse con mamá. Cosa que desde luego mi viejo ignoraba. Yo la verdad es que estuve a punto, de contarle todo a mi viejo. Pero me contuve, pensando bueno quizás es que mi papá ya no puede, o mi mamá se quiso dar un gusto. Pero como al mes de que aquello sucedió, nuevamente me encontraba en mi escondite, cuando sentí que alguien tocaba la puerta de casa. Y por curiosidad, y sin dejar que alguien me pudiera ver, arrastrándome llegué hasta las escaleras.
La sorpresa que me llevé fue grande, ya que mi mamá abrió la puerta de casa, únicamente vestida, con una pequeña y translucida bata de dormir, sin más nada puesto. Pero lo que más me sorprendió fue ver al Sr. Alcalde de nuestro pueblo, que tras pasar la puerta, la abrazó y le dio un soberano beso a mi vieja. Yo me quedé nuevamente boquiabierto, y de no ser porque soy bien ágil, seguramente me hubieran descubierto. Mi mamá acompaño al Alcalde hasta su dormitorio, y como la cosa más normal del mundo, mientras ella le ayudaba a quitarse la ropa, los fui escuchando hablar. No podía creer que mi madre dijera las cosas que estaba diciendo, que si quieres darme por el culo, o prefieres que te lo mame, ahora o después. Yo desde la primera vez, como closet y su habitación están juntos, abrí un pequeño orificio entre las viejas paredes de madera, por el que pude seguir viendo casi como si estuviera en primera fila, lo que mi madre y el Alcalde hacían. Se besaron, acariciaron, y cuando les llegó el momento vi con toda claridad como él le enterraba toda su verga por el coño a mi madre, quien no dejaba de chillar, y gemir, demostrando lo placentero que todo eso le resultaba.
Lo peor de todo para mí fue el irme dando cuenta de que aparte de Don Regulo el jardinero, y el Alcalde de nuestro pueblo, también había otros tipos del pueblo, incluso hasta el Director de la escuela donde yo estudiaba, más o menos de la misma edad. De algo que yo no me había dado cuenta, hasta que posteriormente lo vi, es que después de volverse a vestir, los amantes de mi mamá le daban cierta cantidad de dinero.
Yo estaba que no me aguantaba las ganas de contarle a mi papá lo que había descubierto, cuando. Un día que realmente no tenía clases, después de que mi papá salió a no sé hacer que cosa. Mi mamá me llamó a su habitación, para mi sorpresa, estaba únicamente con una de esas batas transparentes puestas, que usaba cuando recibía aquellas visitas. Yo la verdad es que me sentí algo avergonzado. Pero ella sin hacerme mucho caso me pidió que tomase asiento en su cama. Y a medida que me fue diciendo, que ella como mujer desde hace mucho tiempo tiene un sinfín de necesidades que mi padre, debido a su edad y condición física, no puede cubrir. Y a medida que me fue hablando, tomó asiento a mi lado, y al tiempo que me hablaba, lentamente me fue desabotonando la camisa, me soltó la correa de mi pantalón, y hasta me los quitó sin que yo ofreciera la menor resistencia.
Bueno esa mañana mi madre, tras quitarme toda la ropa, lo primero que me hizo fue a ponerme a mamar sus grandes tetas. Lo que a medida que fui haciendo, ella agarró una de mis manos y la colocó sobre su peludo coño, diciéndome. es la primera vez que agarras uno, a lo que yo moviendo afirmativamente mi cabeza sin dejar de mamar sus sabrosas tetas le respondí que sí. Eso se sentí no tan solo bien húmedo sino que también bien caliente. Y en menos de lo que uno puede pestañar, ya me encontraba yo enterrando mi verga dentro del coño de mi propia madre.
Como se podrán imaginar, eso de contarle todo lo sucedido a mi padre, lo olvidé por completo.
me tocaba el culo y me morreaba, mientras yo miraba a mi novio, estaba rodeada por tres hombres manoseándome, pellizcándome, seis manos y tres bocas me buscaban ansiosos...mientras ponía cara de cachonda, aun mas de lo que estaba, mientras miraba a mi novio, abriendo mi boquita y jadeando
Relato erótico enviado por culona69 el 20 de September de 2012 a las 00:19:31 - Relato porno leído 156122 veces
Hola me llamo lupita y como lo dice el titulo soy una madura cachonda y muy puta, me encanta el sexo, me gusta que me traten como a una verdadera puta, me encnta que me la metan por el culo y me coman todo mi trasero.
Relato erótico enviado por madura cachonda el 11 de September de 2013 a las 01:05:30 - Relato porno leído 154100 veces
Desde hace más de seis meses, que Antón mi marido, se encuentra preso, y la verdad es que con tres cadenas perpetuas en sus costillas, la única manera de que yo lo vea es, o a través de las rejas, los días de visita, o que él se llegue a fugar, lo cual es un poco menos que imposible. Por lo que comencé a arreglarme para salir a buscar trabajo, en algún restaurante de comida rápida. Fue cuando mi primo, mi hermano, y Darío el hermano de Antón, pasaron a visitarme a casa…
Relato erótico enviado por Narrador el 05 de February de 2015 a las 00:20:40 - Relato porno leído 70436 veces
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