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Como Me Folle A Un Perro (III)

Relato enviado por : chosenone34 el 05/06/2023. Lecturas: 7552

etiquetas relato Como Me Folle A Un Perro (III)   Zoofilia .
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Resumen
La última aventura junto a Thor, mi primer amor.

¿Continuará?



Relato
Han pasado más de dos décadas desde que Thor entrase a mi vida.

Esta historia sucedió en pandemia, antes de que Thor se separase de mi.

Era Octubre de 2020, plena pandemia, y mi vida dio un giro de 180 grados durante este tiempo. Thor se había convertido en mi vida. Cuidaba de él, le daba amor, tenía en mente todas sus necesidades. Sí, inclusive me hice cargo su vida sexual. Era su perra, servicial y entregada.

Por aquella época yo trabajaba a distancia, por lo que , como todos, permanecía mucho tiempo en casa encerrada. Salía a hacer la compra y pasear con Thor. Las calles estaban vacías, y los parques, una vez llenos de vida, permanecían en silencio todo el tiempo. Pero eso era bueno para mi.

Sacaba a Thor todos los días 3 veces, 6 A.M, 18 P.M y 23 P.M. Solíamos hacer siempre la misma ruta y terminar en el mismo parque. Un lugar bastante alejado de mi barrio, donde nadie caminaba ya. Se trataba de una plaza al limite del termino de mi ciudad, donde esta se encontraba con un camino de tierra que subía por la montaña que protegía esta misma.

Hacía ya varios meses que, dada su avanzada edad, mi rutina con Thor había disminuido de forma muy notable, por lo que yo me sentía bastante necesitada. Últimamente, pese a que seguíamos haciendo el amor en sesiones largas, no podíamos hacerlo más de una o dos veces por semana, como mucho.

Ese día, cuando salimos para el primer paseo, notaba a Thor un poco más animado que de costumbre; caminaba más rápido y casi me arrastraba a su paso, por lo que creí que hoy era un buen día para llevarlo a la montaña. Nos dirigimos al camino de tierra, protegido por unas simples vallas, y cruzamos hacia lo salvaje.

Estuvimos caminando cerca de veinticinco minutos montaña arriba. Lo que antes eran cielos abiertos se había convertido a medida que avanzábamos en una cúpula de copas de árbol y ramas alargadas. Llegamos hasta una zona un tanto tapada por los arboles, pero no demasiado. Desviándose un poco del camino, había un pequeño estanque de unos quince o veinte metros cuadrados, y el agua parecía estar bien, si lo comparamos a otros estanques dentro de una ciudad cuyo nivel de contaminación es bastante alto.

Como había sudado en la subida, y viendo que parecía estar protegida de posibles sorpresas, decidí tomar un pequeño baño como recompensa por el esfuerzo.

Me senté en una roca que había a la orilla y empecé a desvestirme. Cuando me quité mis pantalones y la ropa interior, observé con cuidado mis piernas. Pese a que me conservaba, pues le dedicaba mucho tiempo a mi cuidado persona, la edad se iba haciendo cada vez más presente en mi piel.

Un poco cansada, seguí desvistiéndome hasta estar completamente desnuda. Thor, de mientras, daba pequeñas vueltas por los alrededores, parecía inspeccionar la zona.

Sintiéndome un poco triste de que mi actividad con él había sido reducida de forma tan drástica con el paso del tiempo, baje mi espalda hasta terminar tumbada encima de la roca con mis piernas apoyadas en ellas un poco abiertas. Poco a poco mis ojos se cerraron.

Creía que había pasado un rato cuando algo me alteró. Sentí un cosquilleo entre mis piernas. Una sensación familiar y rica. Apoyé mis brazos en la roca y me alcé un poco para poder qué ocurría. Mi querido había acudido y con la dulzura que siempre me demostraba empezó a lamer mi coño.

- Thor... ¿aquí? - Le susurré mientras una sensación electrizante recorría mi cuerpo.

Viendo que no tenía intención de parar, decidí acariciarle la cabeza y reclinarme de nuevo en la roca. Abrí mis piernas lo máximo que pude y con ambas manos me separé los labios vaginales. En ese momento esa áspera lengua entró en mi.

- Joder... - Dije hablando un poco más alto. - No pares, querido, dame todo.

Thor paró un momento para olisquear mi coño. El roce de su hocico con mi piel hizo que me pusiera aun más cachonda y empezase a acariciarme el clítoris mientras metía dos dedos dentro. Él, siendo el macho que es, supo inmediatamente lo que debía hacer y volvió a lamer mi vagina, que cada vez estaba más húmeda gracias a su lengua y mis fluidos.

Estuvimos así varios minutos hasta que no pude más. Un montón de fluidos salieron disparados desde mis adentros, terminando en el hocico de mi amante. Con suavidad agarré su collar y lo atajé hasta que su cabeza quedó encima de la mía.

Abrí mi boca todo lo que me fue posible y saqué mi lengua, lamiendo su hocico. De forma instantánea él respondió metiendo su lengua en boca y jugando con ella. Aquél beso de dos amantes que se deseaban y necesitaban terminó de derretirme. Jugamos con nuestras lenguas durante bastante tiempo. Su sabor era adictivo.

Cuando separé nuestras cabezas, le di un último beso en el hocico y empecé a acariciar su cuerpo por la parte exterior e interior con ambas manos, al mismo tiempo. Para mi sorpresa, mi mano izquierda, que estaba acariciando su pelaje de la barriga, bajó bastante y rozó algo. Era algo grande y cálido. Sonriente, dirigí a ello mis ojos y lo que vi me puso aún más contenta. Su enorme miembro, venoso y rojo, había despertado.

- Así que papi está de humor hoy... - Dije acariciándole el pene mientras me acercaba a su oreja para susurrarle. - Sé gentil, mi amor.

De forma inmediata mi cuerpo entró en "modo sumiso". Me di la vuelta, apoyándome sobre mis rodillas, y bajé mi cuerpo hasta que mi pecho y cabeza tocaron la roca. Con mis manos me di unas nalgadas para llamar su atención y posteriormente abrir mi coño lo suficiente para lo que estaba por venir.

Thor entendió al instante lo que tenía que hacer. Me sorprendió la agilidad con la que se subió encima de mi y apoyó la cabeza en mi hombro derecho. "Amor, tranquilo, no me escaparé" le dije mientras giraba un poco la cabeza para besar sutilmente su hocico.

Empezó a empujar cada vez más rápido y brusco, pero sin llegar a clavar su miembro en mi agujero. Pensé en echarle una mano y, pasando mi brazo entre mis piernas intenté agarrar su miembro.

Dicho movimiento hizo que mi cuerpo bajase aún más, lo que provocó que Thor encontrase su paso por un agujero. Pero no el que yo creí que buscaba. Mi boca dejo salir un pequeño grito mezclado con un gemido. Su pene había entrado en mi apretado ano.

Con una velocidad de espasmo empezó a mover su cuerpo, provocando que mi culo se abriera y su enorme miembro penetrase aún más profundo. Poco fue el tiempo que tardó en llegar a lo más profundo de mi culo, mis músculos parecían recordar la forma de su miembro, pese al tiempo que había pasado desde la última vez que me follo por ahí.

Esta vez no se sintió como si de un empalamiento se tratase. Mi cuerpo se acostumbró rápido y el placer sustituyó al dolor, mientras embestía cada vez más y más rápido. Podía sentir como su miembro fregaba contra las paredes de mi ano, provocando unos gemidos que, si no hubiéramos estados tan alejados de la ciudad, hubieran atraído a más de un curioso.

De repente sentí algo que me hizo recordar aquella primera vez. El nudo, grueso como un puño intentaba abrirse paso dentro de mi, provocándome un dolor casi inhumano. A los pocos segundos se escucho un sonido hueco. Thor y yo estábamos completamente unidos por fin. Su nudo se notaba ardiente como el sol, y su pene llegaba hasta lo más profundo de mi.

Él ralentizó sus embestidas hasta quedarse completamente inmóvil. Su lengua colgaba fuera y yo intentaba lamerla con la mía mientras sentía esa presión en mi ano. Al paso de los minutos dejó de doler, solo sentía el calor de su miembro escupiendo toda su leche en mi culo. Mi cerebro hacía rato que ya se había dado al placer y solo podía gemir el nombre de mi macho, pues era tal el placer que sentía que no era capaz de articular palabra alguna.

Cuando por fin terminó de echar toda su leche en mi culo, empezó a querer soltarse, pero seguíamos unidos por el nudo. Así él tiraba, provocándome gemidos de placer y dolor a la par. Pasada lo que yo calculé como una media hora, su miembro salió de golpe de mi ano.

Mi agitada respiración se tranquilizó un poco, y mi cuerpo me obedecía lo suficiente como para poder darme la vuelta. Observé aquél poderoso y grueso miembro. Reflejando amor y adoración en mi mirada, me acerque a cuatro patas a él, que se había alejado un poco. Le besé el hocico nuevamente y di la vuelta hasta colocarme detrás de el. Su miembro colgaba brillante y grueso. Su cola parecía estar levantada completamente.

Tras pensarlo un segundo, me senté en el suelo y agarré con suavidad aquél trozo de carne gigante que era su miembro, empezando a masturbarlo con lentitud. Mi lengua, por otro lado, húmeda de babas de Thor y mías empezó a moverse lentamente, de arriba hacía abajo en su ano.

Durante unos minutos estuve así, hasta que él mismo se dio la vuelta. Sorprendida me pare esperando a ver que hacía. Sin previo aviso, saltó encima de mi, tirándome contra la roca, y avanzó hasta que su miembro quedó encima de mi cara.

- Entonces, esto querías... - Susurré antes de dar un par de lamidas a su polla.

Empezando con mi lengua, la pase por cada rincón de su polla. Cuando sentí que ya estaba lo suficientemente húmeda, decidí soltar toda mi lujuria acumulada. Me deslicé entre sus patas hasta sentarme justo detrás de él. Con una mano agarré su miembro mientras con la otra acariciaba sus huevos.

Sin perder más tiempo, metí su polla lo más profundo que pude. Notaba la punta tocando mi campanilla, y me entraron unas pequeñas arcadas, que pude controlar fácilmente. Estuve unos segundos más, quizás un minuto entero, con su polla en mi garganta, hasta que deslicé fuera la mitad y empecé a darle la mamada más ansiosa que jamás le había dado.

Estuve mamando largo y tendido, notando como su miembro se hacía pequeño nuevamente y entraba en su funda. Usé mi lengua para llegar a todas las pequeñas venas, y limpie todo lo mejor que pude.

Al terminar, nos quedamos tumbados un poco, con su cabeza en mi pecho, mirándome.

Tras recuperar el aliento, entré en el estanque y tomé un baño rápido, limpiando el semen que goteaba de mi culo.

Volvimos a casa y el resto del día transcurrió con normalidad. Incluso las siguientes semanas fueron más tranquilas. No hubo intento por parte de Thor de volver a repetir lo que pasó en aquél estanque.

Al pasar los meses Thor falleció. Estuve mucho tiempo intentando superar este dolor, pero no había forma.

Fue entonces cuando varios años después, el 6 de enero de este año, mi familia decidió darme una sorpresa. Ellos sabían que, después de dos años de duelo, empecé a plantearme adoptar otro perro. Ya no concebía mi vida sin un acompañante.

Ellos habían decidido que uno de los hijos que había tenido el bóxer de un familiar, llamado Loki, lo adoptase yo. Mi felicidad volvió a mi en el momento en que me dejaron al pequeño Odín en mi regazo y nuestros ojos se encontraron. Sabía que él iba a llenar ese hueco en mi corazón.

Pero eso es otra historia... ¿para ser contada?

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hola amigos lectores de este espacio virtual mi historia trata de una vez que tube una aventura casi pecaminosa para mi, con mi perro este espacio me parece un lugar ideal y recomfortante para desaogarme o simplenemte contarlo imvito a que ustedes tambien hagan lo mismo lo comprobaran.
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