Eran las doce de la mañana y el sol refulgía en lo alto, como un dios imperturbable.
Pese a que el ventanal estaba cerrado a cal y canto, y a que la persiana cubría tres cuartas partes del cristal, sus rayos, como dedos traviesos, se las arreglaron para sortear todos los obstáculos, hasta llegar a la blanca y dulce nuca de Gael.
Relato
Eran las doce de la mañana y el sol refulgía en lo alto, como un dios imperturbable.
Pese a que el ventanal estaba cerrado a cal y canto, y a que la persiana cubría tres cuartas partes del cristal, sus rayos, como dedos traviesos, se las arreglaron para sortear todos los obstáculos, hasta llegar a la blanca y dulce nuca de Gael.
Los celos le consumieron cuando, al rozar la parte trasera de su siempre perfecto cuello, descubrió una sutíl marca morada, hecha, evidentemente, por otro macho.
Ciego de ira, apretó el morado, provocando un escozor, entre picante y dulce, que hizo que Gael despertara, sorbiendo el aire entre los dientes.
Al desperezarse, el hombro de la joven retiró levemente la sábana, que, al no estar remetida por debajo del colchón, acabó deslizándose hasta el suelo.
Entonces, ella se acordó de su amo. De que estaba desnuda porque él le había pedido que durmiese sin nada encima, sintiendo como su propio sudor, le acariciaba, pegajosa y lascivamente, todas sus partes. Inclusso, algunas que ella nunca hubiera creído que fueran potencialmente erógenas.
Completamente encendida, gateó hasta que tuvo al alcance de la mano el tirador del cajón de la mesilla de noche.
Durante el corto trayecto, sus rosadas nalgas bambolearon dos o tres veces. En aquella situación, os lo juro, cualquier hombre, que no fuera eunuco, hubiera deseado atarla al cabecero de la cama y azotarla, hasta que se desmayase de placer.
Del primer cajón, sacó sendos consoladores y una mordaza.
Invirtiendo la forma de uso, se colocó el más pequeño en el coño. Mientras que, después de ensalivar el más grande y metió la gruesa punta en su culo, se giró boca arriba y, entre jadéos, empezó a botar,hasta que lo tuvo todo dentro.
Como mi marido va creando situaciones en las que me convierte en exhibisionista, llegando al grado, no se si planeado o no, llegar a un extremo en que permito que varios de sus amigos me posean, por todas partes de mi cuerpo.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de January de 2014 a las 21:38:59 - Relato porno leído 218635 veces
Os contaré como empecé a masturbarme espiando a mi hermana en la ducha y oliendo los aromas de su sexo gracias a sus braguitas usadas.
Relato erótico enviado por JCPopeye el 11 de February de 2009 a las 00:28:41 - Relato porno leído 117153 veces
Si te ha gustado Conociendo a Gael vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Conociendo a Gael.
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
sardo
(30 de May de 2009 a las 22:04) dice:
Este relato es de Sardo katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:33) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:16) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:14) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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