Tenía pensado ir a un club pero al final... pasaron otras cosas.
Relato
Hola a todos me presento, mi nombre es Marina, voy a la facultad y esto que les cuento paso hace más de un año.
Todo comienza un sábado, había tenido una pequeña discusión con mi Mama y me habían prohibido salir ese día. Era pleno verano, y yo por ese tiempo siempre salía a bailar. Pasada ya la noche, ellos ya se fueron a dormir, y como siempre, cuando tenía prohibida la salida, me escapaba para salir por ahí. Me había puesto un top blanco con tiras, una minifalda y una tanga color negra y sin nada arriba. Soy una chica media flaca, dirán que el no tener pechos grandes, o quizá una buena cola no ayuda, pero nunca fue un problema y pude tener buenas experiencias. Al vivir en un edificio, solo mi mamá y mi papá eran quienes tenían llave, y a veces no conseguía la forma de quitarles una ya que ellos siempre las escondían en su cuarto, pero eso dejo de ser un problema gracias a un conocido mío que es cerrajero y me hizo una llave extra (Historia para otro día). Tome mi cartera y mis zapatos en mano para no hacer ruido, abrí la puerta, baje por las escaleras, fui por la puerta de emergencia que estaba atrás que da a un callejón y de ahí salí a la calle.
Tenía pensado ir a un club donde iban a estar unos conocidos, y para eso tenía que ir hasta un parque a unas cuadras de mi casa donde debía tomar mi colectivo, pero ya a estas horas no pasaban tan de seguido, así que me senté en la parada a esperar. Para hacer tiempo, tomé mi teléfono y empecé a sacarme algunas fotos para subirlas a mis redes. Pasaban los minutos, y aun no venía nada, no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado desde que llegué, así que, al no ver a nadie cerca, pensé hacer algo atrevido. Me subí un poco el top y empecé a tomarme algunas fotos, era divertido. Aun sin ver gente alrededor, decidí llevarlo un poco más lejos, entonces me quite la tanga y cuando estaba por empezar, oigo a lo lejos a un tipo algo ebrio que se acerca a donde me encontraba.
Se veía algo viejo y descuidado, tenía una botella casi vacía en la mano y por como venía se lo veía algo agresivo. No quería problemas, así que tome mi bolso y camine metiéndome al parque.
- ¡Ey, a donde te vas puta, volve para acá! -Gritaba el hombre rompiendo la botella en el suelo.
Estaba algo nerviosa, el colectivo aun no llegaba y no sabía para donde ir, sentí algo de miedo, cuando logro ver que llegan dos policías, uno se va para detener al hombre, mientras que el otro viene hasta donde yo estaba.
- ¿Estas bien? -Pregunto el policía.
- Si, estoy bien, muchas gracias. -Le conteste.
Nos fuimos a sentar en uno de los bancos del parque, pregunto por mi nombre, mi edad, dirección y cual era mi motivo de andar a estas horas. Yo trate de responderle lo mejor posible, como para que no haya algún problema, luego me explico que el colectivo había cambiado su ruta por un accidente y que iba a estar así por unas horas. También decía qué tuve suerte de que ellos anduvieran por el lugar. Normalmente ellos nunca salen tanto por estas horas, más por el mínimo movimiento que siempre había, pero que debido al incidente debían patrullar por el lugar. Me explico también lo sucedido con el hombre de hace rato, ellos lo conocían y que, a pesar de su apariencia, no era capaz de hacerle daño a otros. Al ver su modo de tratarme le sonrió un poco.
- ¿Paso algo? -Me pregunto al verme reír.
- No, disculpe no es nada. -Respondí- ¿Cómo se llama usted? -Le pregunte.
- ¿Yo? Ramiro. -Contesto.
Se veía como un hombre tranquilo, de unos treinta y pico, alto y con un buen físico. Pasado el rato llega su compañero hacia donde estamos nosotros, pero guardando una distancia que en un principio no me pareció para nada sospechosa. Sigo hablando con Ramiro y me pregunta si sabía de otra forma de llegar hacia donde iba, a lo que dije que no, que me iba a ver con una amiga, y este era el método más sencillo, así que no.
- ¿Tenes quien venga por vos? Podríamos llamar a tu casa -Dijo el otro policía.
- ¡No! -Exclame dejándolos algo sorprendidos.
- ¿Paso algo malo? -Pregunto Ramiro.
- En realidad no. -les contesté- Sucede que es muy de noche y la verdad no quisiera asustarlos, más si los llama la policía. -Les dije.
- Bueno, pero acá sola tampoco te podés quedar -Dijo Ramiro.
- No importa, si ustedes dijeron que el colectivo pasa a unas cuadras, voy hasta ahí y lo espero -Conteste.
- Es muy peligroso -Dijo el otro policía- mira, hacemos esto, venís un rato con nosotros y en lo posible te buscamos un taxi, así podés irte. -Agrego.
No me pareció mala la idea, entonces caminamos los tres, hasta una pequeña base que tenían ellos en el medio del parque, al lado de los baños públicos. Era pequeño, pero para dos personas parecía bastar. El otro policía me da un asiento y me ofrece un vaso con agua, habla con Ramiro y le dice que vaya afuera ver si podía dar con algún taxi, quedándome sola con él. Su nombre nunca le pregunte, pero le decían Pepe, era un poco más viejo que Ramiro, tenía un aire de ser más vivo que su compañero y respecto a lo físico, tenía un poco de panza, pero también andaba bien. Toma asiento en frente mío, me mira nuevamente y reconocí ese tipo de mirada, era la misma que me ponían los típicos viejos verdes que me cruzaba en los boliches.
- Fue bueno que te hayamos encontrado -Me dice- por lo general Juan -nombre del tipo ebrio- es un tipo bueno y más con chicas bonitas como vos, pero bueno, cuando se le da por la borrachera, se le suben un poco los ánimos y te lleva algo de tiempo calmarlo. -Agrego.
- Si, gracias. -Conteste- ¿Y hace cuánto ustedes trabajan juntos? -Le pregunto como para cambiar el tema.
- Y yo a Ramiro lo conozco desde hace años, solemos hablar de varias cosas como deportes, política... mujeres. -Me dice bajando de a poco la vista hacia mis piernas.
Tenía el presentimiento de que algo tramaba y me levanto de mi asiento.
- Voy a salir un rato a fuera. -Le digo para cerrar la conversación.
- Ok, pero antes ¿Te puedo preguntar algo más? - Me dice.
- Si, está bien. -Le contesto mientras me siento otra vez.
Entonces me cuenta que, mientras acompañaba al ebrio, este le conto que vio algo interesante hace unas pocas horas en la parada del colectivo, le dijo que había visto a una mujer semi desnuda en el medio de la parada. Al principio decidió no créele, por la borrachera que tenía quien lo haría, pero este le mostro algo que lo dejo en la duda. Entonces mete la mano en su bolsillo sacando lo que obviamente era mi tanga.
- La verdad seguí sin creerle -Dijo con algo de picardía- pero cuando te vi, hasta la descripción que me dio ese viejo coincidía bastante con vos -Agrego.
No sabía cómo reaccionar, podía haberle dicho que eso no era mío, pero por lo visto él ya sabía de esto desde el momento que me vio hablando con su compañero.
- No sé porque lo hiciste -Me dice- pero desnudarse en la vía pública es algo serio, además de que el incidente por el que acabaste de pasar, no es algo para pasar por alto. Tal vez si deberíamos de llamar a tu casa después de todo, aunque… podríamos olvidarnos de todo esto, si llegáramos a un acuerdo. No sé si soy del todo claro -Me decía mientras miraba nuevamente mis piernas.
No voy a mentir, toda esta situación me hizo preocupar un poco, no quería que llamaran a mi casa y que supieran que no solo no estaba en mi cuarto, si no que estaba en una situación casi parecida a la de prostituirme. Obvio que no era así, pero presentía que ellos así lo verían. Yo supe bien a donde iba con todo esto, así que decidí entrar en su juego.
- ¿Y, que es lo que tendría que hacer? -Le pregunto “haciéndome” la inocente.
Lo veo que lentamente se levanta de su asiento, comienza a desabrocharse el pantalón y agarrando mi cabeza, mete su miembro dentro de mi boca. Sentía como le crecía de apoco hasta ponerse de un buen tamaño y eso empezó a calentarme. Con una mano me tenía del pelo, mientras que con la otra empezó a manosearme de a poco mis pechos por encima del top, bajándola de apoco hasta meterla por adentro de la falda. Estuvimos así un buen rato y comenzaba a excitarme más, cuando de repente entra Ramiro por la puerta.
- Viniste pronto -Dice Pepe- supongo que no encontraste ningún taxi por ahí afuera. -Agrega mientras intenta subirse el pantalón.
La cara de desconcierto que tenía Ramiro estaba que se iba agarrar a los golpes con él.
- ¡Pero estas loco! ¿Qué estás haciendo? -Le gritó.
- Tranquilo, acá nadie obligo nada a nadie. -Le responde- Si no, pregúntale vos si miento. -Agrego.
Ramiro me mira y me pregunta si lo que dice es verdad. Podía haber dicho la verdad y decirle que fue puro chantaje, pero en toda esa vuelta, seguro terminaría con mis padres sabiendo de todo esto. Además, la calentura ya me invadía demasiado y no quería perderme la gran oportunidad de tener a dos tipos conmigo, más porque era la primera vez que me sucedía. Así que me acerco a él y confirmando lo que dijo su compañero con mi mano bajo hasta tocar su miembro por fuera de su pantalón, me encaja un beso bien profundo y cierra la puerta. Se empiezan a desabrochar sus pantalones y empiezo a mamarle las vergas a ambos.
En una pequeña mesita que ellos tenían apoyan mis manos sobre ella, y mientras le sigo mamando la verga a Ramiro, Pepe me baja la falda quedándole toda mi raja mojada para su placer y el mío. La manera en la que llevaba su lengua, desde mis muslos hasta mis nalgas hacía que me estremeciera y largara de apoco mis jugos sobre él. Pasa su verga por sobre los labios de mi vagina, y tomándome de la cadera me la ensarta de un solo golpe hasta el fondo, haciéndome que pusiera un poco los pies de punta. Ramiro saca su miembro de mi boca haciendo que quiera gemir como una loca en celo por las cogidas de Pepe, pero me tapan la boca con mis pantys. En eso veo que Ramiro saca su teléfono y se pone a grabar el cómo me tenía su compañero, me saca los pantys de mi boca y me pone otra vez su miembro para que se lo coma.
Se cambian de posición, pero Ramiro se sienta en un banco esperando a que lo monte, yo me saco el top y me siento sobre él. De la nada empezó a cogerme de una manera salvaje, yo estaba toda mojada y como una loca, en eso siento como de apoco Pepe va queriendo dilatar de apoco mi culito. La verdad no me preocupaba, yo sexo anal ya había tenido antes con otros, pero nunca había tenido sexo con dos tipos al mismo tiempo. Entonces empieza a meterte su miembro lentamente hasta llegar al fondo.
Al notar que no hubo mucha resistencia empiezan los dos con diferente ritmo a cogerme como locos.
- Como se ve que ya venías cogiendo desde hace rato -Decía Ramiro.
- Si, pero nunca con dos al mismo tiempo -Les dije mientras gemía.
- Entonces te vamos a dar una buena cogida como para que no te olvides lo que es putita -Dijo Pepe.
Entonces me giran, ahora Ramiro me tiene por el culo y Pepe, con sus manos fuertes sobre mi cadera, me arremete con unas cogidas por adelante mientras me chupa y muerde el hombro y el cuello. Yo no podía más del placer les pedía más duro y más rápido para que ellos acabaran, entonces aumentan más el ritmo, chorreaban todos mis jugos sobre sus piernas lubricando mejor sus miembros para las cogidas. El primero en acabar fue Pepe, quien se sale dentro mío acabando sobre mi vientre. Estaba deshecha, sentada en una verga todavía dentro de mi culo sentía que no podía más e intento levantarme.
- ¿A dónde vas? -Dijo Ramiro- Tal vez el ya termino, pero yo no. -Agrego.
Me tomo de la cadera bajándome de nuevo a su verga, eso hizo que elevara un quejido y empezó el solo a romperme el culo a su ritmo. Me estruja uno de mis pechos mientras con la otra mano masajea toda mi raja, masturbándome haciendo que me viniera una vez más. Ahora Pepe era quien tenía la cámara grabando cómo me tenía Ramiro enfocando sus embestidas en mí. Ya apunto de venirse, me abraza bien fuerte, dejando que todo salga dentro de mi culo. Cuando saca su miembro de ahí, sentía unos chorros bien calientes saliendo de mí, cayendo al suelo o recorriendo por mis piernas.
Se empiezan a vestir y me dicen que un cajón hay unos trapos limpios por si quería ir al baño a limpiarme. Mire que no hubiera nadie cerca y salí desnuda con mi ropa en mano hasta el baño, donde me limpie y me termine de arreglar. Al volver con ellos, nos pusimos a hablar un poco y les dije si no me pasaban lo que habían grabado. Luego de eso les dije que iba regresar a mi casa, les pedí sus números y me despedí de ellos dejándole a Pepe mi panty como un recuerdo. Ya estando de regreso, entro en el callejón que tenía la escalera, me sentía exhausta, cuando de pronto alguien me toma por detrás y me tapa la boca. Entre en pánico, entonces me gira y ahí lo veo, era Juan, el viejo ebrio que se me quiso acercar en la parada mucho antes.
- No creas que me iba a olvidar de vos putita -Dijo- se bien lo que estuviste haciendo con esos polis porque te vi salir desnuda para los baños -Agrego.
Entonces baja su pantalón con una mano y con la otra hace fuerza para que baje a comérsela. Yo sin muchas ganas accedí a hacerlo. Me tuvo así unos minutos, me sube poniéndome de cara a la pared y me levanta la falda.
- Se ve que te gusta andar de puta que ni la bombacha llevas puesta -Dijo cayéndole la baba de su boca.
Tomó su miembro semi erecto y empieza a cogerme con un ritmo algo torpe que dé a ratos se le salía. No habían pasado 5 minutos y esto ya era un chiste, no sabía si estaba enojada por la situación en sí, o porque sentía que el hombre era un completo inútil. Entonces decidí ponerle fin a mi manera, aprovechándome de que él no tenía la fuerza como para quedarse estable, lo puse contra la pared y empecé a mamarle la verga de un modo que lo hice acabar bastante rápido. No me gustaba mucho el olor que traía y me puse a escupir lo poco que él había acabado dentro de mi boca, mientras tanto, él saco de sus bolsillos unos billetes tirándolos cerca mío.
Tras esto, el solo cae rendido, quedando dormido en ese callejón. No tenía pensado tomar su dinero, pero luego de mirar los billetes y ver que eran un par de billetes rotos que no llegaban ni a $100, me puso molesta.
- Ayude a que te vengas, porque de calentarme no estuviste ni cerca, ¡y me das esto! -Decía enojada mientras lo veía al viejo, dormido, y con una sonrisa que me daban ganas de patearle las bolas.
Tome su billetera, y aunque pareciera mucho, me termine llevando más de $2000 que luego gaste en cosas para mí. Subí las escaleras, entre a mi casa sin hacer algún ruido, fui al baño para limpiarme lo que me hizo ese viejo, me puse solo una remera tipo camisón y me dormí. Me desperté antes del mediodía, fui a bañarme para eliminar cualquier ultimo rastro de esa noche, y en mi cuarto, me puse a ver esas fotos y videos que esos polis me habían tomado.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131243 veces
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Luigii02
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:11) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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