Continúo con la degradación, emputecimiento y dominacion sobre Liz, ahora mediante un castigo haciendola abusar por completo de todo su cuerpo y sodomisar todos sus agujeros.
Relato
Llegado el viernes ahí estaba Liz, muy puntual para la cita, yo de forma intencional me conecté 15 minutos después, admito que llegue a considerar la opción de que Liz ya no estuviera, que se hubiera arrepentido, pero no era así, estaba ahí, muerta de miedo y con los nervios a flor de piel, debió haber pensado que sería yo quien no llegaría, o tal vez solo estaba asustada por el castigo que recibiría, pero estaba ahí, con su misma ropa tan sensual de la semana anterior, mismos artefactos, y misma actitud, tenía del mismo modo todo preparado ella con la misma minifalda tipo escolar que cubría poco menos de la mitad de sus hermosas piernas y la misma blusa tipo top que dejaba ver su bien torneada cintura y su reluciente escote, detrás de ella, a su izquierda nuevamente se veían sus juguetitos, los mismos y en el mismo orden que la vez pasada: tres plugs anales de distintos tamaños, el mismo consolador o dildo que como bien decimos es del tipo “grande” y que la semana pasada tuvo clavado hasta el fondo de su coño para tratar de evitar que se le escapara, una rastrillo con púas, una bola bucal, una fusta y un collar con correa, aditamentos que en esta ocasión usaríamos mucho más que la anterior, y ella nerviosa, asustada, pero de pie frente a la cámara con las manos en la espalda y sus dientes apretados, casi temblando.
- Veo que no te has arrepentido aún y que tuviste el valor de venir nuevamente cerdita, tal vez no tengas idea de lo que te espera, pero por tu bien, ojalá vengas preparada para cualquier cosa, sin preguntas ni objeciones.
- Sí señor.
- Bien perrita, debes saber que el castigo que te impondré el día de hoy será solo el inicio del castigo que seguirás ejecutando y cumpliendo durante estos días hasta nuestra próxima video-llamada, y que según te comportes te indicare el día en que está tendrá lugar.
Ahora, lo primero que harás perrita, será agacharte para comenzar a usar tus juguetitos y jugar con ellos, primero tomarás y chuparas el menor de los plugs para metértelo en ano, al tiempo que chupas el segundo para hacer el cambio y chuparas o lamerás el más grande si no te cabe en la boca, para luego metértelo completo en ese culito de zorra que tienes, esto lo harás de un solo golpe, no quiero vacilaciones ni dudas al hacerlo, por eso te recomiendo lo ensalives bien, lo que harás inmediatamente después será colocarte esa bola bucal como bozal para la perrita que eres, luego, te darás vuelta dándome la espalda para ver cómo se te ve ese gran plug metido en tu culo, te agacharas hasta tocar el piso con tus manos para verlo mejor y luego te pondrás a cuatro patas perrita, en esa posición tomarás el consolador y lo meterás también de golpe en tu vagina, espero esta vez no lo dejes salir de ahí hasta que yo te lo haya indicado, de lo contrario te podrás olvidar de todo esto en el momento en que lo hagas, así como una perrita o como un yegua tomaras la fusta, y te darás cinco azotes en el trasero, recuerda que no cuentan si no puedo escucharlos lo suficiente, cuando hayas terminado cambiaras la fusta por el rastrillo con púas, te pondrás de pie, te colocarás la venda en los ojos y pasaras las púas por todo tu cuerpo, de la cabeza a los pies, de ello te daré la información precisa a su momento por aquello de que seas demasiado tonta como para recordarlo, así que ya sabes perrita, no me hagas perder mi tiempo y empieza de una vez.
En efecto no perdió tiempo, apenas había terminado de dar la orden, se agachó y recogió el menor de los plugs y sin problema lo metió hasta el fondo de su boca para ensalivarlo y clavárselo de un solo empujón en el ano, con el plug ensartado en su trasero se agacho a recoger el segundo, que con mayor dificultad, pero también se metió completo en la boca, se sacó el pequeño del culo para meterse este mediano, soltando un quejido mezclado con un pequeño gemido de placer, luego y un poco más lenta se agacho per el tercer y último plug, el mayor de los tres, este por más que lo intentó no se lo pudo meter en la boca, por lo que lo lamió, y lo babeo lo más que pudo, ya que sabía que este no entraría con la misma facilidad que los dos anteriores, por lo que hizo su mayor esfuerzo por ensalivarlo completo, y ya una vez todo ensalivado se sacó el plug medio del culo y se introdujo éste de golpe, tampoco fue sencillo, ya que se vio como hacia fuerza tanto en la mano como en su rostro al apretar los dientes y dejar salir un par de lágrimas por el precio que estaba pagando por meterlo completo, si retroceder, sin bombear, pero principalmente sin dudar en hacerlo, al sentirlo entrar de lleno no pudo evitar dejar escapar un grito, como un aullido de placer y dolor, ahora estaba empalada, tenía su ano lleno y se notaba en cada una de sus expresiones, apenas habíamos comenzado y ya estaba sudando por el esfuerzo realizado hasta el momento, era apenas el comienzo y ya estaba llorando por el dolor y se sentía nerviosa expectante del resto del castigo y por no poder ocultar el placer que esto le producía, luego de esto tomó la bola bucal y se la colocó a manera de bozal dejándola bien apretada a su nuca, cosa que ocultaría un poco a mi vista sus expresiones faciales, sin embargo le causaría un poco de incomodidad y le haría esforzarse mas en sus tareas haciendo que sus expresiones faciales se vean reflejadas en sus ojos, en el resbalar de sus lágrimas y en cada mueca de su nariz y del resto de su cara.
En seguida se dio media vuelta y se inclinó hacia en frente lo más que pudo, hasta que sus manos tocaban el piso, se quedó ahí por casi un minuto mostrándome su trasero lleno por ese plug, su trasero que se abría de una forma descomunal para poder albergar a ese plug, más aún en esa posición tan incómoda, y en la cual no le puse margen ni restricción de tiempo y que solo pudo aguantar cerca de un minuto así para luego seguir con la indicación y ponerse a cuatro patas, en posición de perrita, al hacerlo si la interrumpí un poco.
- Gatea un par de pasos hacia adelante perrita, que, así como estas no puedo ver tu sucio trasero de cerda.
Liz al instante ejecutó mi orden haciéndose un par de pasos adelante gateando como una verdadera perrita con ese enorme plug insertado en su trasero y la bola bucal ocupando su hocico, como me habría encantado estar ahí para ponerle una correa de perra y sacarla a pasear así mientras con otra correa darle azotes en el trasero, pero ya habría tempo para todo eso, por lo pronto debía disfrutar el espectáculo, ya que Liz había tomado ya el consolador en su mano derecha y sin mayor miramiento solo lo apunto a su coño y de un solo empujón lo metió casi por completo, luego sin tomar mayor impulso desde ese punto solo lo empujo un poco más para penetrarse por completo por ese gran consolador, tampoco fue tan difícil, pues ya tenía su coño algo mojado por el morbo del castigo que estaba ejecutando, ahora si se veía todo desde este punto, y Liz debía sentirse completamente llena, con juguetes de buen tamaño ocupando todos sus agujeros, siendo de esta forma poseída por completo por mi física y mentalmente, y aun a la distancia, y para seguir con el ejercicio de este control y sin necesidad de recordarle, estiró ahora su brazo derecho para tomar la fusta, se veía el esfuerzo reflejado y no solo por la distancia, si no por cerrar las piernas, ya que ambos juguetes estaban librando dentro de Liz su propio juego, un juego de dominación y territorio entre ellos, queriendo empujar para expulsar el uno al otro y quedarse como dueños de los terrenos ocupados, cosa que a Liz no le convendría en lo absoluto, pues significará otro castigo cunado aun ni siquiera ha completado el actual, se alcanzaban a escuchar gemidos, jadeos y gritos ahogados por la bola bucal pero se oían, lo cual era prueba evidente del esfuerzo realizado, de esta manera, ya con la fusta en su mano comenzó a darse golpes cortitos en el trasero que no producían ningún sonido, luego trato de agarrarla con un poco más de espacio y tampoco tuvo éxito en su misión, lo único que se seguía escuchando eran los jadeos de Liz, intentaba de una y otra forma sin conseguir nada, se sentía desesperada y los jadeos se habían convertido ya en una serie de gritos ahogados por lo que consideré oportuno intervenir para aumentar dicha presión.
- No escucho nada perrita, me estás haciendo perder el tiempo, ¿cumplirás con tu tarea o te despides de todo esto?
Solo escuché gemidos y gritos ahogados, no podía ver si estaba llorando o suplicado solo podía ver como su cuerpo entero aspiraba y expiraba ni siquiera intentaba seguirse flagelando, pero esto solo fue por unos instantes, pasados algunos segundos aprecié como Liz se inclinó aún más hasta tocar con su cara y pechos el frio suelo, mostrando una vista espectacular de su trasero y del plug en él, las piernas entre abiertas pero lo suficientemente cerradas para no dejar salir el consolador, la mano izquierda extendida al frente y la derecha hacia arriba bajándola con una intensidad y velocidad dignas de admirar y plashmm, se escuchó el primer fustazo y un nuevo gemido, levanto la mano nuevamente para tomar vuelo para el segundo y dejo ver como se había quedado una línea roja que atravesaba su trasero y parte del plug, y plashmm, otro fustazo, y uno y otro más, y a cada fustazo un gemido, cinco, seis y gritos ahogados, siete y ocho, y los gritos y jadeos se oían más fuertes cada vez, tal vez por el esfuerzo se le estaba aflojando también la bola, plashmm, plashmm, nueve y diez, su trasero se veía todo rayado, atravesado de lado a lado por líneas que surcaban todo su trasero, su respiración agitada, Liz se notaba exhausta, y al despegar la cara y pechos del suelo vi un pequeño charco ahí, el sudor era evidente, pero podía apostar que estaba también mezclado con una gran cantidad de saliva y hasta lágrimas derramadas por Liz en el proceso, pero eso no era todo, no eran los únicos fluidos que Liz derramaba en el proceso, y consiente o no, pero también sus piernas estaban chorreando y ese líquido que resbalaba por sus piernas no podía ser sudor.
Luego de un muy pequeño descanso, no más de diez segundos, pues Liz sabía ya a la perfección que no me gustaba esperar, dejó la fusta, tomó el rastrillo con púas y lentamente se fue incorporando, y se veía que lo hacía lentamente poniendo atención especial y extremo cuidado en no dejar escapar el consolador que nuevamente amenazaba con querer dejarla, pero a la vez hacía sus movimientos lentos para tratar de recuperar algo del aire que había perdido en el ejercicio anterior y poder estar lista para lo que seguía, así con el restrillo en la mano, se colocó la venda en los ojos y aunque ya sabía lo que venía, se quedó parada frente a la cámara tomando aire tratándose de recuperar y esperando la nueva y más detallada orden.
La dejé de este modo por un par de minutos, expectante, asustada, nerviosa, pero dejando también que recuperara un poco de energía y aire para lo que venía, ¿Si he mencionado lo bondadoso que soy? Pasados los dos minutos le di de inmediato la instrucción.
- No te quedes ahí perrita, que ya sabes lo que hay que hacer, te dije que te pasaras ese rastrillo por todo el cuerpo, ya veo que eres tonta, y las instrucciones hay que dártelas como a los niños chiquitos, o como a los animales, pues bien zorra, la instrucción será que te des media vuelta, y primero agachada hasta tocar el suelo con una de tus manos, con la otra mano te pasaras las púas por el tobillo, las encajaras y subirás así hasta la pantorrilla, la subirás por tu pierna hasta llegar a tu trasero, luego cambiaras de mano y de pie, al haber alcanzado tu trasero nuevamente pasaras las púas ahora horizontalmente por todo tu trasero, te enderezarás y las pasaras por tu espalda hasta llegar a tu cuello, luego sin dejar de enterrar las púas en la nuca darás media vuelta, y recorrerás tu cuello con las púas de la nuca a la parte frontal, de ahí iras bajando hasta uno de tus pechos, el cual sostendrás y apretarás con una mano mientras pasas las púas por ahí haciendo mayor presión en los pezones, repetirás el proceso en el otro pecho y luego bajarás las púas por tu abdomen y por una de tus piernas hasta la rodilla, la regresaras por la misma pierna para pasar a la otra, repetirás el proceso y luego por tu vagina, alrededor de ella, por el borde del consolador y luego las enterrarás en tu clítoris y la moverás ahí como si estuvieras raspando un billete de lotería, si es necesario te ayudarás con la otra mano para hacerlo.
Liz ya no se pertenecía para ese momento, exhausta y excitadísima como estaba comenzó a marcarse y rasgarse todo el cuerpo con las púas que tenía en su mano, siguiendo las instrucciones se dio media vuelta y toco el suelo con su mano izquierda, el rastrillo lo tenía en su mano derecha así que agachada como estaba mostrándome su trasero en todo su esplendor marcado por los fustazos anteriores y con el plug llenándoselo, y el consolador que seguía amenazando con salirse de su coño comenzó a arañarse su tobillo y pantorrilla derecha, empezó sin mucha fuerza en el tobillo pero conforme subía iba subiendo también la intensidad, subió por su pierna llegando hasta su trasero, se veían los surcos que iba dejando con las púas, vaya explicaciones que tendría que darle después a su marido, pero ese ya era problema suyo, ahí por iniciativa propia subió y bajó un par de veces, no le había dado esa indicación pero tampoco me opuse a disfrutar del espectáculo, tal vez a la muy tonta ya se le había olvidado lo que debía hacer, tal vez tenía comezón en el trasero fruto del ardor que aún podría tener por los fustazos anteriores o tal vez se estaba excitando tanto al hacerlo, con la sensación que el dolor mismo le producía que quería seguir dándose ese placer, solo fueron un par de veces extras, luego tomó el rastrillo con su mano izquierda y comenzó a arañar su pie con esté, su tobillo izquierdo, su pantorrilla, en la cual se veía que lo había enterrado más que en el anterior, por un momento pensé que incluso sangraría, así con esa intensidad subió hasta su pierna y posteriormente el trasero, en su glúteo izquierdo también repitió las dos vueltas anteriores de sube y baja para luego pasar a hacerlo horizontalmente, lo hizo una, y otra, y otra vez, le imprimía mucha fuerza e intensidad, dejo su trasero como un pizarrón rayoneado con surcos al rojo vivo, incluso me pareció ver gotitas de sangre en él y al instante se me revelo la respuesta a la pregunta que me estaba planteando anteriormente, vaya que estaba excitadísima al hacerlo, pues empinada como aún permanecía con su trasero rayoneado casi ensangrentado se dejaban ver resbalando por sus piernas fluido vaginal, la muy cerda se estaba corriendo prácticamente mientras se infringía el dolor que las púas le producían, apretaba también las piernas y las meneaba para hacer presión entre ellas y no dejar salir el consolador en su discreta pero ya muy evidente corrida.
Como pudo, temblando, cansada, excitada, chorreada se enderezó y siguió subiendo el rastrillo con púas ahora por su espalada hasta llegar a su nuca, bien sabía que no me gustaba perder el tiempo esperando, así mismo se dio media vuelta, apenas y podía mover los pies con las piernas tan apretadas, pareciera que estuviera atada de piernas, rodillas y tobillos, pues no podía separarlas ya ni un instante, además de que le temblaban como si fuera a desfallecer en cualquier momento, pero no lo hizo, seguía aguantando como toda una guerrera, se pasó las púas de la nuca a su cuello, y lo fue bajando poco a poco hasta el borde de su pecho derecho, pude apreciar en ese momento el esfuerzo que estaba haciendo, ahora viéndola de frente, vi como mordía la bola que tapaba su boca, se hacía lucir más el sudor por todo su cuerpo, el fluido que resbalaba por sus piernas, la baba que recorría sus pechos y hasta su abdomen y las lágrimas mezcladas con el sudor que dejaban entre ver la ya muy mojada venda que tenía en los ojos, sin esperar demasiado tratando de recordar se tomó el pecho con la mano izquierda mientras con la derecha lo recorría por todo su contorno, su perímetro y su centro, su pezón, apretó fuertemente su pecho y paso surcando a lo largo la púa, luego de arriba a abajo, se veía casi como su rayado trasero, pero en el pecho al estar de frente podía hacer más presión, la cual era evidente por la forma en que estaba marcando, por la forma en que apretaba los dientes con la bola en su boca por la forma en que sudaba sin parar, chillaba, se alcanzaban a escuchar también sus gemidos ahogados de placer y de dolor, y subió las púas hasta su cuello y bajó nuevamente, ahora con una línea rápida, como si quisiera llegar rápidamente a su pecho para seguir infringiéndose esa sensación mezcla de dolor y raro placer, o como si quisiera que esta tortura terminara pronto, y en el pecho derecho repitió la operación sosteniéndolo ahora con su mano derecha y pasándole las púas con la izquierda, lo hacía rápidamente pero muy profunda, con bastante fuerza, ahora que ya sabía a lo que iba y lo que estaba haciendo rayaba su pecho de izquierda a derecha, de arriba abajo, siempre pasando por su pezón, siempre apretando ahí, incluso una gotita de sangre salió de ahí y aun así siguió unos instantes más, a tal punto parecía vencida por el cansancio, por el dolor, por la excitación misma que no aguantaba más tiempo sin poder correrse a plenitud, con ese consolador dentro de ella llenándola al punto de to permitirle estallar a chorros en una corrida descomunal, y bajo rasgando su abdomen, pasó las púas por su ingle, su pelvis y su pierna derecha, se contrajo nuevamente, apretó aún más las piernas, las rodillas, pero sus tobillos estaban separados, temblaba y sudaba, no podía más, y se llevó una mano a la entrepierna, se metió a fondo nuevamente el consolador que ya iba resbalando de entre sus piernas, nuevamente se estaba corriendo la muy cerda, sus piernas chorreaban aún más, de una manera casi abundante, ahogo nuevamente un grito y volteo hacia arriba, parecía que se iba a desplomar en cualquier momento, pero no lo hizo, sacó fuerzas de flaqueza y volvió a bajar las púas por la cara interna de su pierna, aun con la mano izquierda haciendo presión en el consolador hacia sus adentros, bajó las púas por su espinilla derecha, y luego emprendió el camino de regreso pasándola arañando nuevamente su espinilla, su pierna derecha, su pubis y luego bajar por su pierna izquierda, doblaba las rodillas, estaba a punto de caer, sudaba, lloraba, se chorreaba, sangraba, parecía que tronaría la bola en su boca de tanta presión que hacía con sus dientes, a sus pies ya tenía un pequeño charco producto de su sudor pero principalmente de sus discretas y frustradas corridas, se inclinó hacia adelante como si fuese a caer, bajo su ya muy débil mano con las púas por su espinilla hasta su tobillo, se volvió a dar un empujón con el consolador, arqueó un poco su cuerpo, volvió a ahogar un gemido, trataba de respirar normalmente pero su respiración se escuchaba ya muy agitada, entrecortada, le faltaba el aire y su pequeña nariz no era suficiente para extraerlo a este punto, sin embargo parecía haber tomado un pequeño impulso con un nuevo empujón del consolador y subió nuevamente con las púas, las pasó arañando débilmente su espinilla, trató de clavarlas un poco más al pasar por su pierna, y llegó a su pubis nuevamente, no había quitado todavía su otra mano de su coño insertándose nuevamente el consolador cada vez que quería escapar, sosteniéndolo y reteniéndolo ahí dentro, e incluso aprovechando para masturbarse discretamente en lo corto mientras cumplía su con su instrucción, así mismo llegó con su mano y las púas a su clítoris, las pasó primero de izquierda a derecha, luego formó una “X” en él, luego con la mano que sostenía el consolador se apretó el clítoris como a manera de pellizco para que sobresaliera aún más, en ese momento con la otra mano pasó las púas desesperadamente por todo su clítoris una y otra vez, como rascándose nuevamente, parecía poseída hasta que no pudo más, se escuchó un grito ahogado y cayó al suelo, pero esta vez sin dejar salir el consolador, ya que no lo había soltado, y como cuando empezó a sostenerlo con su mano no le prohibí nada, debió pensar que lo tenía permitido.
Liz en ese momento parecía una muñequita de trapo, con sus rodillas en el suelo, sus nalgas descansando en sus tobillos, su nariz y su pecho tratando de jalar la mayor cantidad de aire posible, la palma de su mano izquierda en el suelo y su mano derecha aun clavándose el consolador, todo esto en su pequeño charco de fluidos producidos por ella misma.
- Levántate cerda, aun no te he dado la indicación de que puedes descansar.
Liz como pudo, lentamente y ya sin fuerzas, tambaleante, como ida o como un despojo de sí misma se levantó, sus piernas temblaban, su cabeza gacha, toda ella chorreaba aun, parte por el sudor, parte por su anterior corrida que no había dejado escapar completamente debido al consolador que tenía enterrado dentro de sí, pero con su mano aun haciendo presión para que el consolador tampoco escapara de dentro de ella por temor al próximo castigo, o quizá simplemente porque le gustaba demasiado sentirlo dentro, y así tambaleante como estaba se quedó quieta esperando la próxima instrucción.
- Quítate esa mano de ahí sucia cerda golosa, debes ser capaz de aguantar ese consolador sin necesidad de ayudarte con tu mano, quiero que pongas tus manos abiertas, como haciendo una cruz, con las palmas hacia arriba, y que me muestres así que estas dispuesta ofrecer tu sumisión hacia mí.
Podría parecer una petición increíble después de lo que acababa de hacer, y de que por su condición actual era algo muy difícil de cumplir, pero con todo y eso se mostró sumisa y obediente, como pudo separó su mano derecha de su entrepierna y apretó las piernas lo más que pudo ya que la lubricación abundante en su vagina, el líquido de su corrida anterior que no había dejado salir y que hacia aun presión hacia afuera de con ella le imposibilitaban seguir sosteniendo el consolador en su coño, apretaba las piernas, temblaba, se meneaba, pero con cada una de las peripecias que hacia logo mantener aun el consolador dentro, y así, temblando y a punto de caer mostro su sumisión hacia mi extendiendo sus brazos con las palmas hacia arriba esperando mi nueva instrucción.
- Muy bien perrita, puedo ver lo torpe que eres, pero reconozco tu esfuerzo y tu entrega, y por eso me basta por ahora, sin embargo no puedo pasar desapercibido que por tu torpeza no cumpliste con las instrucciones al pie de la letra, por lo que también cumplirás con un pequeño castigo para que tu afrenta no quede impune ya sabes lo bondadoso que soy, así que puedes asumir que este pequeño castigo no te requerirá mayor esfuerzo y que si eres lista, que ya me has demostrado que no, hasta podrías tomarlo como parte de tu premio, así que como un buen animal, como la perrita que eres puedes mover la colita ya que te has ganado un pequeño permio, así que primero como buena perrita agradecida te darás media vuelta y moverás la colita, luego voltearás nuevamente y recibirás tu premio, pero antes tu pequeño castigo, así que con tu mano izquierda tomarás tu pecho derecho, lo apretarás, te enterrarás las uñas y luego pellizcarás tu pezón, lo retorcerás y sin soltarlo pasaras a tu premio, con la mano derecha tomarás el consolador que tienes dentro, y empujarás las veces que sean necesarias para que sientas satisfacción por tu tarea realizada, esto sin dejarlo salir completamente, lo harás hasta que te de la indicación de parar, en ese momento extenderás tus manos nuevamente esperando mi nueva orden, así que ya lo sabes perrita, no pierdas tiempo, empieza ya.
Liz no perdió más tiempo, tampoco tenía tiempo que perder, ya no podía más, o al menos así parecía, temblando aun como estaba, como pudo se dio media vuelta y movió su trasero, encorvó un poco las piernas, o se le encorvaron no lo sé, y meneó su colita a un lado y al otro, las manos por poco y caían, no se podían mantener a los costados así que no tardó mucho en darse media vuelta otra vez y rápidamente llevar su mano izquierda a su pecho y apretarlo, sus fuerzas ya no eran muchas por lo que tampoco se vio muy fuerte el apretón, como pudo se enterró las uñas y volvió a encorvar las piernas, ya ni siquiera emitía sonidos, no podía, solo dejaba salir más baba por entre su boca y la bola que tenía dentro, trató de enderezarse luego para pasar a su pezón, lo pellizcó, lo retorció y agacho su cabeza encorvándose como si fuera a caer, tomo aire por la nariz para pasar a lo que sigue y con su mano derecha tomó el consolador, lo metió lo más que pudo ya que estaba a punto de salir, lo hizo retroceder un poco y luego lo volvió a meter, a cada arremetida hizo que se diera un sobre salto, empezó muy lentamente también pero luego no sé de dónde y empezó a bombear más rápido con cada empujón, se puso recta primero, luego separó sus piernas y levanto la cabeza, estaba bombeando muy rápido, como si el mismo placer que se estaba dando le proporcionara una mayor energía, se vía también que con su mano izquierda tenía las uñas completamente enterradas en su seno y aun así con su pulgar e índice pellizcaba su pezón, encorvo nuevamente sus piernas y un gemido, sollozo o grito alcanzo a salir de la bola en su boca, todo su cuerpo se retorcía, temblaba eufóricamente como desesperada, babeaba a mas no poder, escurría a chorros de sudor y escurría más aún entre sus piernas, el consolador tenía ya bastante presión como para salir disparado en cuanto quitara sus manos de la presión que Liz a su vez le ejercía o al menos al dejar de hacerle fuerza hacia dentro, y en ese momento le di la instrucción de que parara, como pudo estiró los brazos, casi apenas los apartó de su vagina y su pecho, ya no podía levantarlos y por poco cae al suelo, salió disparado el consolador con un chorro de su liquido interno producido por su corrida, estaba teniendo un orgasmo brutal, se corría a chorros con las piernas abiertas y las rodillas encorvadas, como si fuera a cagar ahí mismo, y así como si fuera a cagar salió disparado también el plug anal, lleno de mierda producto de todo el festín que se había llevado ahí dentro, Liz no pudo más y finalmente se desplomó, calló de rodillas al suelo y posteriormente también apoyo las palmas de sus manos, casi por si misma se había puesto a cuatro patas, pero estaba echa un despojo de sí misma, y esto aún no terminaba..
- Ibas bien perrita, pero no te he dado la instrucción de sentarte a descansar, aunque veo que como buena perrita reconoces tu posición, ahora, así como estas a cuatro patas quiero verte dando un paseo, quiero ver cómo te mueves a cuatro patas perrita y posteriormente quiero ver que limpies un poco todo este desastre que has dejado, recuerda que eres una perra, no una cerda, ya llegará el momento de cambiarte de categoría, pero todo a su tiempo, por ahora quiero que te quites la bola de la boca, y así como la perrita que eres, des media vuelta y luego unos cinco pasos hacia el muro trasero, luego media vuelta y cuatro pasos hacia el frente, luego llevarás la cara al ras del suelo para que con tu sucia lengua limpies algo del porquerillero que has dejado, y hazlo rápido, que ya has tardado mucho y tengo cosas más importantes que hacer.
Dicho lo anterior, Liz, aun temblando como estaba, trató de componer su postura y reincorporarse, se puso a cuatro patas se quitó la bola bucal, la tiró a un lado, y se dio media vuelta, dio los cinco pasos que se le había indicado, los dio algo lentos, pues aún no se recuperaba ni podía volver a sí misma, sus piernas aun chorreaban liquido de la corrida que acababa de tener, y su ano aún estaba abierto producto del tiemplo en el que tuvo ese gran plug anal dentro, parecía o que su ano aún no se recuperaba, o que seguía abierto esperando llegara algo más a ocupar es hueco que el plug había dejado, Liz dio media vuelta y cuatro pasos más, agacho su cabeza abrió la boca y sacó la lengua, probó sus jugos, lamía y avanzaba de a poco, estaba muy cansada, si pero además era mucho lo que había que lamer y Liz ni siquiera podía ver que era lo que tenía delante de ella, solo lamía y lamía, al menos podía mojar un poco sus labios que se le veían muy secos al igual que su boca, también había humedecido ya bastante la venda de sus ojos, y toda su cara estaba ya embarrada de sus propios jugos, pero Liz seguía lamiendo, luego hizo una cara de repulsión y asco, había probado un poco de su propia mierda, de la mima que había expulsado junto con el plug, pero ni así desistió, y ni falta hizo tampoco que le ordenara seguir, lamió y lamió hasta que su cara y su lengua se tomaron con el plug lleno de mierda, y a juzgar por su cara el olor lo había delatado, Liz levantó un poco su cara, exhausta, asustada, ida, asqueada, como esperando una indicación, o le permiso para detenerse, pero no fue así, le indiqué limpiar su desastre, recorrer y limpiar el plug con su lengua, tardó un poco en hacerlo, en mentalizarse para lo que estaba a punto de hacer, el plug no estaba completamente lleno de mierda pero si tenía lugares manchados, así que no le sería una tarea fácil, Liz tomó el plug entre sus manos para sostenerlo sin dejar de estar a cuatro patas empezó a lamerlo, comenzó por una parte “limpia”, pero siguió hasta toparse con un lado manchado de su mierda, y con todo el asco que pudiera producirle, lo lamió, luego se detuvo llena de asco, Liz ya tenía un poco de mierda embarrada en su cara, en la venda, y el olor en ella y delante de ella, en verdad se hacía tarde, así que sin decir una palabra más mientras seguía dudando me desconecté, al fin ya había logrado mi objetivo, la sumisión total de Liz a distancia, hasta el punto de hacerla que probara su propia mierda, Liz ahora estaba por completo a la orden de su misterioso Amo, Yo.