Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.
Relato
DIARIO A DOS
Capítulo 28 (El baile del deseo)
Agosto, Lunes 10
Avi me había contado con pelos y señales lo de la piscina y el encuentro con Javier y Luis, que a la sazón eran los del sex-shop. Me había explicado lo de la paja fallida y el polvo que había echado con ellos en la cabina número 15. No me había dicho que Javier la había penetrado por detrás. No lo creyó conveniente. Por supuesto yo no hice confesión alguna de mis pecados capitales generados con las dos hermanas orientales. Una tenía 23 años, y la que aguardaba en su casa 29. Ambas sabían lo que querían y al parecer yo se lo podía dar. Si la joven tenía el coño estrecho, su hermana mayor tragaba todo cuanto la dieras. Me sorprendió la actitud de aquellas amarillas. Reconozco que fue la joven japonesa la que inicio todo. Yo simplemente me dejé querer. Su casi perfecto español ayudó a desenredar nuestros deseos.
De vuelta a casa descubrí a Avi desnuda sobre el sofá. Últimamente andaba desnuda demasiado a menudo. Temí que deseara sexo. Yo venía saciado y limpio. Había estado casi siete horas paseándome por Japón. Una vez me duché y me tomé una cerveza fresca nos salimos al porche. Avi desnuda, naturalmente.
-No me gusta que hagas estas cosas tan frívolamente. Dije tratándo de no hablar sobre mí.
-No lo entiendo. Replicó ella.
-Pues es fácil de entender. No puedes ir por la vida follándote a quien te de la gana.
-¿No es lo que querías?
-Si, cierto. Pero con la condición de que yo estuviera presente. Tú vas a tu aire. Desde hace mucho tiempo.
-¿Y que más da?, al final es lo mismo. Sólo se trata de follar. Sólo es sexo. Esas son tus consignas ¿no?.
-Ya. Pero te puede ocurrir algo. Yo no estaré para cortar la situación.
-Yo domino la situación muy bien. No necesito orientadores……
-!Tú!. Tú no dominas nada. Esos dos tipos de la piscina te podían haber dado un golpe, ¡qué se yo! Te podían haber matado si lo hubieran querido, te podían haber desfigurado la cara, te....
-Lo único que podrían haberme hecho es desfigurarme el coño con sus pollas, ¡No te jodes! Exclamó molesta.
-¡Estás loca si no enferma! Se nos ha ido de las manos. Dije. Esto tiene que cesar.
-Tu me has dicho que me de al sexo, que goce, que no me reprima, e incluso he provocado situaciones que te gustaban, he admitido tus pecados, que son unos pocos, y por fin me siento liberada en esto. ¡No me vengas ahora con historias! ¡Ahora la que quiere follar con otros soy yo!
-Yo quiero otras cosas, no quiero una puta en mi casa.
-¡Tú me has hecho puta! ¡Tú y tus putos sueños! Yo vivía muy tranquila.
-¿Yo? Yo lo único que he pretendido siempre ha sido que ambos gocemos del sexo. Pero juntos. No que seas tan promiscua.
-¿Qué te pasa, estás celoso?
-No. No son celos. Es precaución. No quiero que pase nada. Tienes veintiséis años, eres joven, guapa, estas muy bien, llamas la atención y ¡anda mucho loco por ahí suelto!
-Javier y Luis son dos tíos normales.
-Ya, pero mayores que tú y encima eran dos.
-¿Y?
-Que son mayores que tú. Que hay que tener cuidado. Son más...como diría yo...más adultos tal vez. Pueden ir con mala intención. Al ver lo fácil que les resulta que se les entregue una tía estupenda, se pueden equivocar.
-Vale. Ahora me voy a la cama, son las 2 de la mañana. Me dijo aún molesta. No quiero que acabemos discutiendo. Además, no me apetece hablar de este tema.
-¿No estas enfadada? Pregunté extrañado ante la interrupción de la conversación.
-No. Pero me voy a acostar. A dormir. Me dijo poniendo énfasis en “a dormir”.
-Bueno en ese caso me tendré que hacer una paja. Dije con chulería y con ánimos de joderla.
-Tu mismo. Dijo ella despectivamente. Yo ya estoy saciada…..cariño.
Avi se fue a la cama visiblemente molesta. Yo me quedé en el jardín meditando y mirando las estrellas. Me serví un Wisky y me lo bebí de un trago. Luego, otro más me acompañó hasta las 3 de la madrugada y fue el único testigo de la paja que me hice. En ese tiempo traté de ir madurando mi idea. Tenía que frenar a Avi. Aquello no podía continuar así. Pero el primero en frenar debía ser yo. Ella estaba enferma y yo loco de remate.
Lamentablemente se nos habían escapado de las manos muchas cosas. Nuestros sentimientos denotaban fragilidad. Yo era consciente que ella me mentía de vez en cuando. Yo lo hacía siempre. Tampoco podía reprochar nada. Pero ya no me encontraba a gusto en esa situación. Pensé cómo afrontar las cosas sin resultado alguno. Derrotado por los polvos japoneses, el wisky, la paja que me hice y mis pensamientos, me quedé dormido sobre una hamaca. Desnudo.
Desperté a las 4,30 de la madrugada. Me fui a la cama y me tumbé junto al cuerpo de mi puta. Pensé en mi padre. Se acercaba el puto día de su llegada y no quería que nos encontrase disgustados. Cuando dieron las 7 de la mañana me levanté de la cama. No había dormido nada más que una hora y media en el jardín. Pero mereció la pena. Tenía claro lo que quería y cómo conseguirlo. Esperaría a que mi padre siguiese su camino y nos dejase sólos para hacer lo que tenía que hacer.
El jueves pasado, 6 de agosto, fecha que me temo va a marcar un antes y un después, sonó el teléfono muy animosamente. Del otro lado de la línea estaba Tami. Habían vuelto por fín de su segundo viaje en poco tiempo a Tailandia. El primero fue motivado por el sepelio de su abuela, este último para cerrar unos negocios sobre unos telares en los que estaba interesado Juan. Querían vernos lo antes posible. Para descolocarlos lo menos posible, decidimos ir a su casa en vez de ellos acudir al chalet de Arturo Soria. Así lo hicimos al día siguiente. Cenamos y después, con las copas de la noche, ellos nos contaron todo lo relacionado con el viaje. Entre copa y copa y confesión por confesión se diluyó la noche. Nosotros nos marchamos a nuestra casa sin que pasara nada relevante. Avi estuvo flirteando con Juan toda la velada y Tamira lo encajó perfectamente. Ya en el coche, Avi me contó algo.
-¿No te enfadarás conmigo si te digo una cosa? Me preguntó.
-No. Dime ¿qué es? Contesté extrañado.
-Me gustaría follar con Juan. ¿Qué te parece?
-¿Con Juan? ¿Con Juan el de Tami?
-Si.
-¿Y eso? Pregunté asombrado.
-Me apetece. Eso es todo.
-¿Por eso has estado toda la santa noche flirteando con el?
-No. No he flirteado con nadie. Sólo he sido amable.
-Avi, se ha notado mucho. Hasta Tamira se ha dado cuenta. Aunque se que a ella no la molesta. ¡Tamira la libertaria! Exclamé.
-Me cae bien. Eso es todo. Repitió ella.
Guardé unos segundos de silencio mientras giraba hacia la calle Arturo Soria. Avancé lentamente en la oscuridad de la noche mientras asimilaba lo que Avi me había dicho.
-¿Por qué?… ¿Por qué te apetece follar con Juan? ¿Te gusta?
-Me apetece, eso es todo. Dijo resueltamente.
-Con el no podemos hacer un trío. Ten en cuenta….
-Yo no quiero hacer un trío. Me dijo.
-¿No quieres hacer un trío? ¿Tal vez un intercambio? ¿Es eso lo que quieres? Pues tu amiga Tamira no va a pasar por ahí. Yo no debo caerla muy bien. ¡No sé que cojones la he hecho! Ella me cae bien. Hasta diría que genial. Pero me corta. Es una tía tan….
-Quiero follar con Juan a sólas. Los dos.
-No te entiendo. Dije en fuera de juego y por primera vez expectante, aunque ya me daba igual todo.
-Sólos. El y yo. Quiero hacer algo.
-¡Ah, sólos! Y Tami y yo miramos. ¡Cómo nos gusta mirar!
-No. Sólos. Quiero hacerlo con él a sólas. Sin miradas, sin nadie más. Sin que lo veas.
-¿Y se puede saber que quieres hacer que no hayas hecho ya?
-No te lo puedo decir. Esto no. Al menos por ahora.
Me quedé pensativo con aquella nueva vía que se abría ante mí. Aquello no era lo que yo deseaba. Aquello se apartaba de nuestros juegos sexuales. Aquello era querer acostarse con otro y yo no sabía por qué. Quizás estuviese enamorada de Juan. Me armé de valor. Tenía que saber más. Aunque realmente poco me importaban ya los deseos de Avi. Mientras mi doble personalidad se acentuaba en ese instante, la suya se fusionaba en una sóla, sexo.
-Bien.... ¿Y cuándo? Pregunté dispuesto a conceder una vez más. Todas esas cosas probarían mi teoría.
-Lo antes posible. Mañana si puede ser. Me dijo muy segura a la vez que llegaba a las puertas del chalet.
-¿Y cómo lo harás?
-En casa. Tu te irás a algún sitio y el vendrá.
-¿Así de fácil? Parece que lo tienes todo estudiado. Dije fríamente.
-Si. Yo le llamaré y le citaré en casa.
-¿Y si el no quiere venir sólo, y si te pregunta por mi?
-Vendrá. Lo sé. Le llamaré y tú estarás delante, cogerás el otro teléfono y oirás lo que nos digamos.
Avi jugaba fuerte. Debo reconocerlo. Y yo pasaba lamentablemente. Me dije que si había nacido para ese día, que así fuera. La dejaría actuar una vez más. ¿Pero también la iba a dejar romper el matrimonio de Juan y Tamira?. Poco me importaban ya todos.
Llegamos a casa y nos acostamos de inmediato. Ella se durmió enseguida. Ella, yo no. Seguí pensando en lo que proponía Avi. No me gustaba, pero algo en mi interior me gritaba que debía aceptarlo tal y como ella lo quería. Al fin y al cabo ya daba igual, mi decisión estaba tomada. En la mañana siguiente, sábado día 8, faltó tiempo para que Avi se pusiera manos a la obra con lo que la tenía loca. La puta llamada se realizó ante mi estupefacción y con mi complicidad. Sólo faltó una cosa, ver la cara de Avi en el salón mientras quedaba con el. Yo desde la salita, asistía en silencio a esa llamaba con el otro teléfono en la mano.
-¿Juan? Soy Avi.
-Si. Dime...dime... ¿Que hay, qué pasa Avi?
-¿Habéis descansado? Preguntó ella.
-Bueno, pichs....así, así. ¿Quieres que te pase a Tami?
-No. Es contigo con quien quiero hablar. Hizo una pausa supongo que tomando aire. Oye que te llamo para algo especial.
-Dime...dime... ¿De qué se trata? Dijo él.
-Me gustaría verte esta tarde. ¿Puedes?
-Bueno.....se lo diré a Tamira y te llamo...o....
-No. Me gustaría verte a ti sólo.
-¿A mi sólo?
-Si.
-¿Pero...qué quieres...qué pasa....pasa algo?
-No. No pasa nada. Sólo quiero verte en mi casa. Vente a tomar algo. Charlaremos un rato de nuestras cosas y después…. Quiero acostarme contigo.
Aquello era demasiado hasta para mí. Mi cara se desdibujó. Lo noté. Un pitido en mi tímpano derecho me devolvió a la realidad. Avi hablaba como una puta. Sin medir sus palabras. De sopetón. Me imaginé la cara de Juan. Primero yo en Murcia con aquello y ahora Avi invitándole a un polvo en nuestra casa.
-¡Ah, es eso coño! Joder, me había asustado. ¿Pero por qué a mí a sólas? ¿Y a qué viene esto? ¿Qué clase de broma me estáis gastando cabrones? ¡Seguro que está Ron en el otro teléfono!
-No es una broma. Ron no está en casa. Estoy sóla. Te hablo en serio Juan.
-¡Joder Avi! Me pillas así….de…sopetón….no….esperaba semejante….
-¿Oferta? Necesito verte Juan.
-No sé si voy a poder. Tami está…
-Busca una excusa. Ron no estará en casa.
-Tal vez podemos quedar en….
-No. En mi casa. Es mejor para los dos. Quiero que vengas Juan. Hazlo por mí.
-¿Pero como es eso de que te quieres acostar conmigo? Preguntó con un hilo de voz.
-Te echo de menos. Lo pasé genial aquella vez en tu casa. ¿No te gustaría repetir? Pero ahora sólos.
-Aquello que pasó en mi casa….oye espera que voy al otro teléfono, Tami está por aquí…
Al rato sonó su voz de nuevo.
-……Ya estoy aquí. Es que Tami andaba por el salón. No quiero que nos escuche. Le he dicho que era un amigo de otra empresa telar. Pero dime ¿No entiendo nada Avi? ¿Hablas en serio?
-Si. Me apetece estar contigo a sólas. ¿Temes que Tami se entere?
-No. No es eso…bueno es que no quiero que….no se que decir Avi.
-No tiene porqué enterarse nadie. Ni Ron ni Tami. Quiero sentirte dentro otra vez. Me gustas Juan.
-Tami no diría nada si hiciéramos las cosas de otro modo. ¿Y en tu casa? No sería….quiero decir ¿No sería mejor quedar en algún lugar?
-Ron no estará. Va a salir. Por eso tiene que ser esta tarde. No sé cuando habrá otra oportunidad.
-¿Pero es que en tu casa Avi…..? Es un compromiso. Si vuelve Ron por casualidad y…
-No. Ron se marchará al cine y a comprar unas cosas. Estaremos sólos los dos.
-Pero no entiendo muy bien....Avi....a qué es debido…
-Quiero que me folles tú sólo, sin nadie que nos mire, sin nadie que nos oiga. Quiero amarte. Y por supuesto no quiero que lo sepa ni Tami ni Ron. No quiero que sea como aquella vez en tu casa, cuando me sorprendiste con Tami. ¿O es que te arrepientes de aquello?
-En absoluto. Tami es demasiado permisiva y muy comprensiva. Tú misma lo pudiste comprobar. Aquello sucedió por ella. Por tu predisposición y sus deseos. Ya sabes como se las gasta Tami en cuestiones de sexo. A ella no la importa que yo me acueste contigo. Pero en otras condiciones. Le gusta participar.
-Lo sé. Pero ahora no quiero testigos.
-¿Oye no está Ron en tu casa?
-No. Ha ido a por la prensa. Estará a punto de llegar. Ya te dije que estoy sóla. Por eso te he llamado.
-¿Y cómo que va a ir al cine sólo?
-Una película en versión original. Tiene interés en verla. Por eso va sólo.
-Es una historia Avi. Yo podría ver la posibilidad de que Tami y yo…..nos viéramos de nuevo los tres.
-No Juan. Sólo quiero disfrutar del sexo contigo. Contigo únicamente. Sólos. ¿Vendrás? Te necesito.
Naturalmente Juan no iba a decir que no. No iba a tratar de reconducir la mente y los pensamientos de Avi para mayor satisfacción mía. No. El estaba dispuesto a lo que fuera por follar con Avi “otra vez”. Y yo tenía que aceptar aquello. Impasible. Con el teléfono en la mano. Con la polla empalmada, todo hay que escribirlo.
-Vale, vale. Buscaré alguna excusa. ¿A que hora? Quiero decir que cuando….
-A la que quieras....a las cinco o cinco y media. Dijo ella.
-Vale. Allí estaré. Tendremos que ser prudentes Avi. Si hago esto a espaldas de Tami no la va a gustar. Ya sabes como piensa ella y como actúa con estas cosas. Sólo es necesario decírselo y seguro que ella misma nos monta una fiesta en mi casa. Ella guarda un buen recuerdo de lo que pasó en nuestra casa el día que nos visitaste. E incluso me ha dicho que podríamos repetir. A ella le encanta el sexo Avi. No es necesario esconderse para….
-Juan ¿Vendrás? Preguntó ella interrumpiendo la frase de Juan.
-¡Esta bien! Buscaré alguna excusa. Allí estaré. Pero que no se entere Tami por favor. No quiero líos. No me perdonaría un engaño más. Y esto lo es.
-No se enterará. Puedes estar seguro. Saldrá bien y lo repetiremos más veces. Te quiero Juan.
Cuando Avi colgó el teléfono mi cara estaba desencajada. Había soportado estoicamente como mi mujer quedaba con un amigo nuestro para follárselo en nuestra cama. En nuestra casa. Y el hijo de puta había dicho que sí. ¡Claro que había pedido discrección para que no se enterara su mujer y no le costara el divorcio! ¿Pero y yo, yo no contaba? No, después de ese “Te quiero Juan” yo ya no contaba. Estaba claro. Y me importaba tres cojones.
-¡Cabrón y ha dicho que aquí estará! Dije aún empalmado.
-Claro, ya te lo dije. Sin prejuicios.
-Vaya con Juan. No me lo esperaba. ¿Sabes Avi?, al principio cuando me dijiste que os habíais acostado con Juan, Tamira y tú, no me lo creía del todo. Lo dejé en suspenso, poco a poco me convencí de que era verdad. En mi mente figuraba como cierto. Pero ahora tengo la confirmación de su propia boca.
-Llevo tiempo pensando en ello. Desde el mes de Junio en su casa. Quiero acostarme con Juan. Necesito hacer algo. Quiero saber algo. Tengo dudas Ron. Quiero despejarlas.
-No te lo voy a impedir como habrás visto. Pero has de saber que no me gusta la idea. Esto es muy serio Avi. Más de lo que imaginas. Aquí no sólo jugamos tú y yo. Entran en el partido Juan y Tamira. Y no sabemos en qué condiciones. Por otra parte ya sabes lo que opino de esto. No es que me haya cansado, pero se nos ha ido de las manos.
-Lo hago por ti. Para darte algo más en el sendero que me has marcado para vivir el sexo.
-¿Yo…te he marcado algún camino?
-Mas o menos. Aunque ahora creo que lo marco yo. Me gusta esto Ron. Me gusta el sexo. Vivirlo de otra manera distinta a como lo hemos vivido estos años. Tú tenías razón. Usamos el coche y andamos algún kilómetro y lo devolvemos en buen estado.
-Eso es realmente lo que me da miedo. Que lo marques tú. Dije un tanto sorprendido al oírme. Que andes demasiados kilómetros y se estropeé el coche. Dije sabiendo que el coche estaba en muy mal estado.
-No tiene porqué. Andaré por caminos asfaltados. Tú harías lo mismo si fuera Tami la que te llama. Me dijo.
-Eso no ocurriría jamás. Pero si. Tal vez haría lo mismo. Pero no entiendo porqué los dos a sólas, si a mi no me importa que folles con el. ¿O tal vez le quieres como le has dicho?
-Necesito averiguar unas cosas Ron. Son vitales para mi futuro.
-¡Haz lo que te de la real gana! Exclamé sin importarme tres cojones lo que me estaba diciendo.
Y era verdad. No me importaba lo más mínimo que Avi follara con Juan. Estaba superado. Ya daba igual. La petición de condena estaba hecha. Sólo faltaba la ejecución.
-Por eso. Como no te importa, follo con el, pero esta vez quiero demostrarme una cosa, y quiero que sea a sólas. Sin interferencias.
-¿Qué tienes que demostrarte Avi? ¿Qué cosa es esa que parece que tanto te preocupa?
-Moral, sentimental, sexual, llámalo como quieras. Quiero verme Ron.
-¿Verte?
-Si. Tengo una visión de esto desde un lado. Quiero ver el otro lado de este deseo.
-Bien. Juguemos los dos. Dije pensando que estaba loca.
-No. Ron. No. Esta vez quiero estar a sólas con Juan. Necesito saber si le quiero.
Ni me sorprendió ni me irritó. Era lógico esperar una confesión así viniendo de Avi. Estaba como una puta cabra. Cada día la notaba más ida, más escondida en su mundo, mas extraña…..más enferma. ¿Y yo?, ¿Cómo me sentía yo?...me estaba dando al alcohol con cierta celeridad abusando de la carencia de síntomas. Me importaba tres cojones la suerte que corriéramos Avi y yo. Esperaba la visita de mi padre y luego, una vez producida su ausencia, pondría las cosas en orden. El desasosiego producido en mi interior estaba desapareciendo desde que tomé la decisión. Pero Avi abría una nueva vía ante nosotros. Necesitaba saber si estaba enamorada de Juan y para eso, ¡qué mejor que follárselo nuevamente!.......loca, loca, loca.
Pensaba facilitar todo. No pondría objeciones. La suerte estaba echada. Yo tenía decidido nuestro futuro, y en ese futuro comenzaba a planear la palabra “enfermedad”.
Las cinco llegaron enseguida, tan deprisa que Juan llegaba por Arturo Soria y yo me alejaba por la misma calle con el coche. Juan me vio salir del chalet. Aparcó una manzana más arriba y anduvo hasta la puerta de la casa. Llamo al video portero.
Extracto del diario de Avi….
La puerta se abrió de inmediato. El caminó hasta la entrada de la casa y no hubo de llamar. Yo estaba con la puerta abierta. Ron me había llamado al móvil y me había dicho “Ahí lo tienes”.
-Hola.
-Hola Juan. Pasa. Pasa. Dije a la vez que nos besábamos en la mejilla.
El me siguió hasta el salón. Al llegar le invité a sentarse mientras se fijaba en mi vestimenta. Una camiseta corta que cubría una cuarta más abajo de mi cintura era toda mi vestimenta.
-Siéntate. ¿Quieres tomar algo?
-No...No sé... ¿Vas a tomar algo tú?
-Si. Tomaré un Baileys.
-Bueno en ese caso dame un Wisky con coca-cola y con mucho hielo por favor. Hace un calor de cojones.
Preparé las bebidas y me senté. No hizo falta remangar mi camiseta. Ella sóla se subió hasta un lugar indecente. Encendí un cigarro después de ofrecerle otro a el. Le miré fijamente. Con descaro.
-¿Tenemos claro porqué estamos aquí Juan? Le pregunté.
-Eso creo. Dijo.
-¿Y Tami?
-Se ha quedado en casa.
-¿Tienes ganas de acostarte conmigo?
-Bueno....tu sabrás....yo estoy dispuesto...a Tami no la he dicho nada, la he comentado que me voy a ver a unos industriales de tela y que probablemente me vaya a cenar con ellos. Ah, he visto el coche de Ron cuando se marchaba. Me da cosa Avi. Si vuelve por casualidad……
-Si. Se ha marchado al cine. La entrada es para las cinco y media. Yo misma la he pedido por teléfono. Una entrada de mitad de la sala y centrada. Ya te dije que va a ver una película que ponen en V.O. y yo no quiero ir. Lleva tiempo con ganas de ver esa película y como hoy no hay fútbol, le he dicho que aproveche y vaya a verla. No nos molestará hasta las 9 por lo menos. Así pues querido Juan aprovechemos el tiempo.
Me levanté del sillón dejando que Juan viera la parte más oscura de mi entrepierna. Inserté un CD de música salvajemente tranquila y relajante en el equipo y me acerqué a el.
-Ven Juan. Vamos a bailar.
-¿Bailar?
-Si. Ven. Bailemos un poco. Se que lo haces muy bien.
A duras penas se levantó del sillón y se abrazó a mí. Le rodeé con mis brazos por el cuello y apoyé mi cuerpo en el suyo. El me ciñó por la cintura. Acompasamos los pasos y levanté mi cara para mirarle fijamente.
-Bésame.
Juan no tuvo el menor inconveniente. Sus labios se posaron en los míos y con mucha ternura me besó. Abrí mi boca y los sabores del Baileys y de su cubalibre se mezclaron en nuestras bocas. Poco a poco fui desabotonando uno a uno los botones de su camisa. Con su pecho descubierto besé sus minúsculos pezones. Girando y girando en mi salón, sus manos se apoderaron de mis nalgas. Mi mano avanzó a su espalda y le acaricié. Juan acariciaba mis glúteos con mimo.
-¿No llevas bragas?
-Compruébalo tu mismo. Dije a la vez que me perdía con mis labios carnosos en su pezón derecho.
Sus manos se juntaron donde se juntan mis piernas en el más trasero lugar. Mis vellos tropezaron con sus dedos. Empujé su camisa hasta dejarla sólo en sus brazos. Su cuello se ofreció y lo besé con aliento caluroso.
-¡Joder!, es verdad que no llevas bragas.
-Tócame lo que quieras, tócame por delante, por detrás. Como aquella noche en Murcia. Hoy te veré.
-¡Joder Avi, me pones tan cachondo!
-Y tú a mí.
Necesitaba ser todo lo melosa que pudiera. No me iba a costar trabajo. Yo quería a Juan. Me había gustado follar con el aunque su mujer estuviera presente. También me gustó que Ron le invitara en la casa de Murcia a aquel polvo, aunque yo no me di cuenta que era él quien me penetraba. Pero aquello me daba más regusto, más morbo. Lo imaginaba como yo quería. Para mi plan, tenía que ser desvergonzada y no pensar en nada. Tampoco me costaba gran trabajo. Insisto, yo quería, yo amaba a Juan. Y ante todo, quería ofrecerle a Ron esas sensaciones que tanto deseaba y por las cuales yo había llegado a esto. A desear sexo casi a todas horas.
Juan avanzó con la palma de la mano abierta y la metió entre mis piernas, por detrás, hasta sentir en sus dedos la humedad de mi deseo. Desabroché su cinturón y bajé su bragueta. Pugné por alcanzar su duro pene que protestaba dentro del calzoncillo.
-Espera. Yo te ayudo. Me dijo el.
Se acabó de sacar la camisa y la abandonó en el suelo. El pantalón se abrió y resbaló piernas abajo. Sus calzoncillos descendieron hasta más allá de sus pies. Completamente desnudo presentaba una figura más deseada. El tiempo que Juan empleó para quitarse los calcetines fue el que empleé yo para sacar mi camiseta de mi cuerpo ardiente. Desnudos nos fundimos nuevamente en un abrazo. Su sexo caliente se aplastaba contra mi vientre. Sus testículos hinchados recibían la visita de mi mano.
Con su mano el iba y venía entre mis piernas procurando jactarse de mi raja y mi humedad. No resistí más y me arrodillé ante el. Tomé su polla en mi mano y la besé primero, después la probé hasta introducir su seta en mi boca. Un rato más y me levanté para besar su lengua. Sus pezones. Su cuello. Su boca otra vez. De nuevo descendí hasta la lujuria y allí con la punta de mi lengua acaricié sus genitales.
-Métemela un rato Juan. Imploré. No aguanto más.
Me acerqué hasta el sillón blanco y apoyé mis manos en su brazo. Allí me recliné hacia delante y ofrecí mi coño para ese marido de mi amiga. Juan apuntó su glande a la entrada y se dejó caer sobre mí. Permaneció quieto, inmóvil, sofocado. Notaba en mi culo el roce de sus vellos pubianos. Sentí un empujón lento como si tomara medidas. Se retiró tres cuartas partes y empujó de nuevo. Repitió así hasta quince o veinte veces, con lentitud y mimo hasta que me incorporé y le obligué a desalojar. Quería sentir mi flujo. Saborearlo lentamente. Me puse frente a el y tomé su verga en mi boca. Con mis labios arrastré mis fluidos hasta mi lengua. El olor a sexo era patente. Me agradaba. Me excitaba más. La cara de Juan compungida decía todo. Quería verterse allí mismo, en mi boca, donde fuera, en el suelo, quería verterse a toda costa. Y yo deseaba que lo hiciera en mi boca. Necesitaba anegar mi garganta con su semen. Quería sentir sus salvas golpeando en mi garganta.
-Ohhhhh....es increíble....no voy a poder aguantar mucho…. ¿Que me haces?....Ohhhhh….
-Hummmm....hummmm...Yo seguía con la felación.
-Ohhhhh...Ohhhhh. Dios que me corroo....Ufffffff...La garganta de Juan escupió gemidos y ronquidos.
-Aggggg....hummmm...hummmm,... Yo seguí a lo mío. Aferrando con mis labios ese tronco para no dejar escapar ninguna gota blanca.
Poco me importó que el semen de Juan tropezara con el cielo de mi boca. Me apresuré a tragarlo. Ya le tendría dentro siempre. Segura de mi limpieza y notando el sabor acre de su cuerpo dejé que escapara de mi boca.
-Me meo Avi.
Juan se fue a orinar con la polla bien tiesa y yo me senté en el sillón y di un sorbo del Baileys. Encendí el cigarro de la satisfacción. Satisfecha aspiré todo el humo que mis pulmones pudieron inhalar.
-¡Joder Avi, esto si que ha sido una comida de polla!, ¡Qué barbaridad! Dijo él.
-¿Te ha gustado no?
-Ya lo creo que me ha gustado. Me has dejado sin fuerzas. Dijo él.
-Pues recupérate. Debemos aprovechar el momento. Dije mostrando unos ojos excitados.
-¿Para eso querías que estuviéramos sólos, para hacerme esto no?
-Si y mucho más. Te quiero Juan. Te quiero mucho. Eres muy.....Huyyyyy no sé como decirte. Le dije mientras lo besaba en los labios.
-Yo también te quiero a ti Avi. Menos que a Tami, pero te quiero. Si. Lo pasé muy bien contigo aquella tarde en mi casa.
-Y yo Juan. Y yo. Aunque aquello fue inesperado. Bueno y lo de Murcia más.
-Si. Yo tampoco lo esperaba. Ron….no sé……yo creo que estábamos algo bebidos. Lo pasé muy bien y muy mal. Estaba muy nervioso. Comprenderás que no tuve más remedio que contárselo a Tami.
El se acercó y yo lo abracé. Permanecimos así hasta que la postura nos permitió.
-Si quieres que te la vuelva a chupar no tienes más que decirlo. Dije.
-Haz lo que quieras con ella. Es tuya. Dijo él.
-Espérame aquí, voy a la habitación, abriré la cama y nos iremos allí. Estaremos más cómodos.
-Vale. Dijo él. ¿Pero oye, seguro que no vendrá Ron y nos sorprenderá?
-No. No hay cuidado. Está todo estudiado Juan. Dije sonriendo mientras caminaba desnuda hasta la habitación. Me giré y le vi encenderse un cigarro y tomar su vaso en la mano.
Abrí la cama y llamé a Juan.
-Ven. Tumbémonos en la cama. Dije.
-¿Quieres que te lama el coño? Preguntó él.
-Eso no se pregunta amor mío. Se hace. Dije con expresión de puta.
El se agachó entre mis piernas y comenzó a lamer todo lo que encontraba en su camino. Cerré los ojos y me dejé llevar. Con mis gemidos iba orientando a Juan, donde quería más, donde sentía menos, aunque esto era casi imposible. Aguanté cierto tiempo así. Empecé a sentir mucho placer, demasiado placer....
-Oooohhhhh dios….métemela por dios. Juan métemela. Ayyyyyy….que me corroooooo…
No dio tiempo. La corrida fue inminente. Bonita, agradable, rápida y lenta a la vez, pues seguí sintiendo espasmos aún después de retirar Juan su boca de mi coño.
-¿Te habrás corrido bien? Preguntó él.
-No te lo puedes imaginar. Respondí agotada. Me hubiera gustado que Ron anduviera por aquí, besándome los pezones mientras me corría., ¡Joder Juan, que corrida he tenido!
-Me alegro. Yo también me lo pasé muy bien en el salón.
-Juan.
-Dime.
-Quiero que me folles violentamente, salvajemente. Como si fuera una puta.
-Eso esta hecho. Dijo él. Chúpamela y veras lo que te doy zorra.
Me repuse a duras penas y logré enderezar la polla de Juan. No hubo tregua. Cambiamos de posición y nos marcamos un 69 hasta que la excitación subió de tono. Juan me tiró encima de la cama y abrió mis piernas con fuerza. Sin necesidad de guiar su polla hasta mi grieta ella resbaló solita hasta dentro.
-Así, así querías que te follara “so” puta...eso es lo que querías ¿no?
-Siiuuuii...siiiii. Así. Más, más….
-¡Pues toma polla, golfa, toma toda para ti! Y luego vas y se lo cuentas a tu marido “so” puta. Que sepa lo bien que te follo...ahhhh...ahhhh...presionando fuerte una y otra vez.
-¡Métemela por el culo Juan! ¡Por el culo!
-¿Por el culo?
-Si. Métemela ya. En el cajón hay vaselina. Ohhh….dios mío…….aggggg….
Me incorporé, me giré y me puse en cuclillas ofreciendo el ano. Sus dedos embadurnaron la zona con vaselina. El apuntó y fue empujando muy lentamente. Entró toda. Mi culo en pompa facilitaba la labor. Empujo cada vez más deprisa mientras con sus dedos me masturbaba.
-Ahhhh.....ahhhh...Me voy a correr.....si...me corrooooooooo.
-¡Ohhh dios....!! Ohhhhh dios mío que fuerte! Gritaba Juan mientras se afanaba con sus dedos en mi coño.
Un lamento continuado se oyó entre las paredes de la habitación. Me dejé caer boca abajo en la cama y el la sacó de dentro. Observó el extraño agujero más grande de lo normal, demasiado grande para ser bonito a la vista. Se tumbó a mi lado.
-Joder Avi, ha sido la ostia. Dijo él.
-Si. ¡Joder!. Respondí mientras sentía un vació propio del que acaba de defecar.
-Descansemos un rato. Ya no me queda semen. Dijo a modo de lamento. ¿No te duele?
-No. Ha estado bien. Muy bien.
-Ahora siento hasta hambre.
-Si comamos algo. Ahora preparo unos sándwiches. Dije. Vámonos al salón nos despejaremos antes.
-Si. Vámonos al salón. Dijo Juan. ¡Como llegue Ron….no quiero ni pensarlo!
-Tranquilo. Te he dicho que hasta las 9 no regresará. Aún son las 7.
Nos comimos unos sándwiches y tomamos otra copa. Mientras fumamos un par de cigarros charlamos de sexo. Sólo de sexo.
-¿Te lo estas pasando bien Juan? Pregunté.
-¡Joder, es la ostia Avi! Es mejor así, sólos. Joder que bien. Pero la próxima vez lo haremos en un hotel. No puedo con mis nervios y esta intranquilidad.
-Ya te lo dije yo. Es mejor sólos.
-Lo que no me gusta es que venga Ron y nos pille aquí. Me tiene preocupado Avi.
-No vendrá.
-Muy segura estas tú, ¿Y si le ha dado por no entrar al cine y vuelve? ¿Y si se ha mosqueado con la película y se vuelve a casa?
-No volverá hasta las 9.
-No se...no me fió...
-No volverá porque el sabe que tú venías a casa a esto. A follarme.
-No jodas Avi, ¿cómo que Ron sabía que yo venía a esto? ¿Por qué no me lo has dicho....?
-No pasa nada.
-Escúchame con atención lo que te voy a contar. Sin testigos. Sólos tu y yo.
Así es como conté a Juan nuestra historia. Le di detalles de todo. De todo absolutamente. Sin dejarme nada en la memoria. Encajó con estupor cuando le dije que le quería y le pedí que abandonara a Tami y nos fuéramos juntos los dos. Tuve la sensación que me creía borracha….o tal vez loca. Vi miedo en su rostro. Miedo por lo que yo le contaba. La conversación no le gustaba. Lo sé. Pero Juan me pertenecía. Era mío. Estaba dispuesta a luchar por el. Nadie, ni siquiera Ron, se interpondría en mi camino. Sólo faltaba llevar a la práctica mi plan. Tamira no iba a ser obstáculo para mí. Ni para mi deseado Juan.
Sonó el teléfono. Juan quedó mudo. Era mi suegro. Le dije que Ron no estaba. Las noticias que me dio no fueron las mejores. Pero es mi suegro. Adelantaba su viaje y eso me descolocó. Al regreso de Ron tendría mucho que contarle. Esa llamada trastocaba mis planes. Pero si mi suegro venía sólo para dos días, ello significaba que el miércoles se marcharía. Juan volvería el jueves. El fín de semana estaríamos libres.
Comenté con Juan la llamada. Nuestros planes seguían en pie. Juan dijo de marcharse. Yo me descoloqué con la llamada de mi suegro. Caminamos hasta la puerta abrazados. Nos dimos un último beso y un tierno abrazo.
-Te quiero Juan.
-Yo también te quiero Avi.
-¿Hablarás con Tami?
-Desde luego. No habrá problemas.
A la 9,40 Juan abandonó mi casa. Me duché y llamé a Ron por teléfono. Esperé su llegada desnuda. Como era mi costumbre.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131201 veces
Si te ha gustado DIARIO A DOS-28/30-EL BAILE DEL DESEO vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar DIARIO A DOS-28/30-EL BAILE DEL DESEO.
coronelwinston
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:13) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:45) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato DIARIO A DOS-28/30-EL BAILE DEL DESEO.
Vota el relato el relato "DIARIO A DOS-28/30-EL BAILE DEL DESEO" o agrégalo a tus favoritos