Un matrimonio compra una vivienda en una zona residencial. El marido descubre en la buhardilla un libro olvidado. En una reunión social con unos amigos, dan lectura a sus páginas. Esta es la historia de Avi y Ron.
Relato
DIARIO A DOS
Capítulo 7 (Mentes obtusas)
Noviembre, Conversación 10 de la noche.
Por supuesto aquella noche Avi llegó a casa tarde. La noté rara a decir verdad. Pero no le di mayor importancia. De inmediato se fue a la ducha y confieso que eso me mosqueó. No más que otras veces. Yo ignoraba que ella quería lavar de su cuerpo cualquier rastro que descubriera lo que había estado haciendo.
Una vez terminada la ducha adujo que no se encontraba bien y se fue a la cama. Me dijo que dejáramos la conversación para el fin de semana. Su comportamiento durante el resto de la semana fue normal. ¡Estúpido de mí!
Con la llegada del viernes, llegó nuestra conversación. Habían pasado tres largos y silenciosos días en los que no escribí nada en mi diario.
-Ron, tengo algo que decirte. Es serio.
-¿De qué se trata? Pregunté alarmado.
-No sé como empezar. Es sobre el lunes. Cuando salí. Pasó algo. Quiero que lo sepas.
-¿Y? Pregunté sin saber lo que iba a escuchar.
-Me acosté con un hombre.
Todo de sopetón. Arrollándome. Salvajemente. Entrando por el costado más vulnerable. La frase en sí era estúpida por corta, concisa, contundente, dañina, llena de dolor y no carente de sorpresa.
-¿Qué dices? Balbuceé a la vez que la miraba.
-Que me he acostado con otro hombre. Te he sido infiel. Dijo asustada.
-Es una pena, deberías haberte acostado con seis. Dije siguiendo lo que a mí me parecía una broma.
-Es en serio Ron. Sabes que hablo en serio. No me gusta andar con tonterías.
-Ya. Bueno….vale…dije restando importancia a su broma.
-Ron, te estoy diciendo que me acostado con un tío.
-Ya, ya….me he enterado. Te has acostado con un tío. Bueno ¿Y qué?
-¿No te importa o no me crees? Preguntó ella alucinada ante mi falta de interés.
-Las dos cosas. Pero, vamos, esencialmente no te creo. Pero es buena broma. En otras circunstancias me hubieras excitado. Hoy no. He tenido mal día. Los putos ordenadores de Mabel&Lock me han jodido el día. ¡Menos mal que es viernes!
-Te lo digo de verdad. No tengo por que mentirte. Ya me conoces.
Ahí me lo tomé un poco más en serio. Pregunté sobre ello. No me quedaba más remedio después de ver sus ojos llenos de agua pugnando por escupir una lágrima tras otra. Algo pasaba.
-¿Quién?, ¿Con quien te has acostado? Venga cuéntame. Te escucho. Dije un tanto sorprendido por la actitud de Avi a la vez que mi corazón se hacía sentir con golpes duros y constantes.
-Eso no importa. Me dijo muy seria. Con quien es lo de menos.
-¿Pero….cuando, como…..pero….?
-¡No lo sé! Dijo ella.
-¿Pero cómo que no lo sabes Avi? ¡Explícate!
-No sé como paso. Yo no quería que ocurriese. Tal vez me drogaron.
-¿Cómo que te drogaron? pero…pero… ¿Dónde ha sido? ¿Quién es?, ¿Por qué ha pasado?.... ¿Como ha ocurrido?.....pero es que acaso…tu…
-¡Déjame que te explique todo! Quizás así será mejor y lo entenderás.
-¿Entender?.....¿Como voy a entender…..que mi mujer se haya acostado con otro……así sin más….sin saber si la han drogado….?
Ya me preocupé del todo. Avi hablaba en serio, pero hablaba de distinta forma a como acostumbraba generalmente. Una cosa de esta trascendencia me la hubiera contado sollozando. Pero ahora me lo contaba tranquila, serena, segura….pero con sus ojos llenos de agua. Con rabia interior.
-Sírvete un wisky. Te va a hacer falta. Me dijo.
Su recomendación llegaba tarde. La botella vertía su líquido amarillo sobre un vaso sin hielo.
-Tú me has dicho que no te importaría. Dijo ella.
-¿Es en serio lo que me dices Avi?
-Si. Es verdad.
-¡No entiendo nada! ¡Joder no lo entiendo! ¿Cómo….cómo has podido hacer una cosa así? ¿Qué ha pasado para….que?
-¡Es lo que deseabas! Siempre me decías que eso te gustaría.
-¡Pero no de esta forma, Avi! No de esta forma. Lo que yo quería era otra cosa. Tú lo sabías. Fui muy claro. Dije mostrando mi enfadado. Sentía una traición dentro de mí.
-Yo también quiero ser clara contigo. Te lo mereces. Déjame que te cuente como ocurrió.
Así fue como Avi me desveló la forma en que me puso los cuernos. Me explicó con todo lujo de detalles como había visitado el sex-shop y como se había encontrado con un hombre, nombre que no me rebeló, ni el cargo que ocupaba en el local, y como él se la había llevado a una cabina y allí lo habían hecho. Para ser sincero, he de decir que mientras me contaba con todo lujo de detalles su experiencia, atravesé varios estados de ánimo. Primero inquietud, luego desazón y más tarde….excitación. Ahí estaba la clave. Me estaba excitando con su relato. Era mi sueño, pero convertido en realidad. Era el sueño con Pablo en aquella cafetería, pero real.
La escuché con atención y pude comprobar que la costaba decirme aquellas cosas que me relataba. Lo fuerte vino después, cuando terminó el relato y yo quedé en silencio asimilando el nuevo giro que había dado nuestra vida debido a aquéllos acontecimientos que Avi me contaba.
-¿Y? me preguntó.
-¿Y qué? Dije con desprecio.
-¿Tendrás algo que decir, no? Casi me suplicó más que preguntarme.
-No mucho. Dije mientras reflexionaba sobre lo que acababa de escuchar.
-¿Estas enfadado?
Debía ser sincero con mi respuesta. Tal vez debía mentir. No me tendría que dejar llevar por los celos. Por su iniciativa vulgar. El momento era crítico. Tal vez de mi respuesta dependiera nuestro futuro. Opté por mentir. Ser falso. Engañarla. El wisky me ayudó con el permiso del cigarrillo que atrapaban mis dedos.
-Un poco sí. No me gusta lo que escucho. Te has saltado las reglas. Con eso no contaba.
-¡Tú no te has cansado de decirme que no te importaría que me acostara con otro hombre! Me has llevado a un club, a un sex-shop, me has hecho que me vista y me eche a la calle sin bragas y me has inducido a que me ligue en el sex-shop a un tío que no conocía de nada y me has llegado a decir que le dejara que me metiera mano para que tú lo vieras….
-¡Cierto Avi! Para que yo lo viera. No me importa en exceso que te hayas acostado con otro. No. Es cierto. Soy liberal. No eres de mi propiedad. A fin de cuentas, es un polvo. ¡Ya está! Estas aquí conmigo. Contándomelo. Lo que me molesta realmente del tema, al menos eso creo, es que lo hayas hecho y yo no haya sabido nada hasta una semana después. Has sido infiel a nuestros pensamientos. Has traicionado mi confianza.
-No sabía como decírtelo. Por más que lo he pensado no encontraba el momento de hablar de ello. Aunque me juré que de hoy no pasaba.
-Todo habría sido más sencillo si me dices “Ron, me quiero acostar con un tío, vamos a ello”. Eso era lo que yo perseguía., Pero viéndolo yo delante de vosotros dos….participando los tres….haciendo lo que tanto deseo.
-¡Tu famoso trío….de los cojones!
-Si. Mi trío. Eso era lo que yo quería. No lo que ha pasado. Has sido una vulgar. Y te has conducido como una puta. Una jodida buscona.
-Bueno pues ahora está en tus manos.
-¿El qué?
-No sé. Lo que quieras. Si quieres tomar alguna medida….dijo vacilando.
-¿Yo? ¿Qué medidas voy a tomar? Lo hecho, hecho está. Ya no podemos dar marcha atrás. Pero me decepciona. Me decepciona que hayas sido capaz de una cosa así sabiendo lo que yo deseaba. Me siento jodido Avi. No me esperaba esto. Después de lo que hemos hablado. Después de que me dijeras que ibas a pensar en mis proposiciones……vas y haces esto. No sé Avi….
-No sé como pudo ocurrir….
-Pero ocurrió y no dijiste que no. Te comportaste como yo sabía que te comportarías en una situación así. Por eso quería darte lo que tú me has traído a casa. Pero con la complicidad de ambos. Sin pinchos en la cabeza.
-Si. Dijo ella exhibiendo un tono más duro en su rostro. Tú tenías razón con tus argumentos y tus ejemplos. Yo era la equivocada. Lo siento de verdad. No me tomaba en serio tus afirmaciones. Me he arrastrado como una puta y te he traído a casa unos cuernos envueltos en una infidelidad que no mereces.
Se quedó callada y yo también. En el fondo de mí mismo pensé que aquello era un triunfo para mí. Era como haber pagado un tributo para lo que yo quería que ocurriese. Eso me daría más poder. Tampoco podía hacer leña del tema, yo la había inducido a ello. La serené. Le resté importancia y demostré no estar ni dolido ni enfadado. La incongruencia se instaló en mí. Tendría tiempo de pensar en lo que iba a pasar en adelante. Tendría tiempo de valorar en “mi” justa medida el porqué lo había hecho.
Una vez vencida la sorpresa traté de que me diera más detalles. Detalles profundos. Me costó pero lo conseguí. Para eso tuve que tomarme otro wisky y amenazar con volverme loco, e incluso hacer una pequeña demostración de mi falta de cordura. Ya más relajados ambos y viendo que no encajaba mal su declaración, Avi tomó cierta confianza y con trabajo fue contestando a duras penas a mis preguntas.
-Dime Avi…. ¿Te gustó?
-¿Si me gustó qué?
-El polvo.
-Bueno……no viene al caso. ¡No creo que eso sea lo más importante después de mi confesión!
-Si viene al caso. Olvídate del tema. Ya está hecho. No pasa nada. No me molesta. No me lo tomo a mal. E incluso ni me importa. Tienes razón, era lo que yo deseaba. Siempre lo quise así. Quise que probaras estar con otro hombre. Cierto es que quería que hubiera sido de otra forma y en mi presencia. Compartiendo tu gozo conmigo. Pero has actuado a tu libre albedrío y hay que ser práctico, ya no tiene solución. Las cosas han sido así. Lo demás poca importancia tiene ya.
-¿De veras? ¿De verdad piensas así? ¿O me lo dices para tranquilizarme? Me confundes.
-Si. No me importa. Dije mintiendo como un bellaco. Eso era lo que yo te había dicho muchas veces. Y ocurrió. Pero cuéntame como fue. Al menos creo que debo saberlo.
-¡Eres de lo que no hay! ¡Joder Ron! Tu mujer te cuenta que te ha puesto los cuernos y tú quieres que te cuente con detalles…..porque te pone cachondo. ¡Estás obsesionado!
-Exacto. Dije con los ojos idos.
-Me sorprendes Ron. Te lo digo en serio. No pensé que eras así. Me asombro al comprobar tu carencia de celos. ¿Tal vez no me quieres como yo pensaba y por eso te da igual?
-No estoy dispuesto a tolerarte barbaridades como las que acabas de decir. Tú sabes que te quiero. Demasiado. Tan es así que yo te he inducido a esto. Si dudas que te quiera, estamos acabados. No admito dudas, reproches, celos, engaños….
-¿Me comprendes? ¿Acaso comprendes cómo me siento?
-¡Claro que lo comprendo! Tú eres quien debes ponerte en mi lugar. Piensa que soy yo quien te cuenta que te he sido infiel con otra.
-¿Lo has sido alguna vez? Preguntó deseando escuchar de mis labios otra confesión que la hiciera sentir en igualdad.
-Si. En mis pensamientos muchas veces. Físicamente no. Nunca. Pero eso es igual. No me considero inferior a nadie por ello. Si no me quisieras como pienso que me quieres, esto me dolería. Sé que si ha sucedido ha sido porque yo te he inducido a ello. Se que ha sido un desliz, una situación de la que tal vez no pudiste escapar. Por eso quiero que me lo cuentes. Sin temores. ¡No me puedo cortar las venas para demostrarte que no pasa nada! Debes confiar en mí como hasta ahora lo has hecho. Y debes actuar como una mujer honrada contigo misma, no como una puta mentirosa.
-No es que me den mucha seguridad tus palabras. No. No me la dan. Pero te lo contaré. Debo hacerlo. Pase lo que pase…
-¿Y qué cojones crees que va a pasar cuando me lo cuentes? ¿Crees que vamos a divorciarnos? ¿Crees que ya no voy a confiar en ti? ¿Qué no te voy a querer y a amar de igual forma que hasta ahora? ¡Vamos por Dios! No sómos niños. Sómos jóvenes. Sabemos lo que es esto. Te lo he explicado por activa y por pasiva. Debemos compartir todo. No me importa que te hayas acostado con otro. Te observo y no te falta nada. Tus brazos están en el mismo sitio. Tus piernas ahí, dije señalando sus hermosas extremidades, tus pechos son los mismos. Hice una pausa. Lo único que me preocupa es tu mente. Tu cerebro. Tu cabeza. Lo demás ¡A la mierda con todo! Al final de todo……han usado mi coche y me lo devuelven con algún kilómetro recorrido de más. Pero siempre será mi coche. El que voy a seguir conduciendo hasta que llegue al desguace.
-Te lo contaré. Dijo ella.
-Si. Hazlo por favor. Después te encontrarás mejor. Sin duda.
-Eso espero. Yo quiero que lo sepas. Tal vez así me desahogue.
-Si, así conseguirás excitarme. Dije suavizando mis palabras y el tono de mi voz.
-No te excitarás Ron. No es para excitarse. Sólo espero que no te duela tanto como pienso que te va a doler.
-¿Hay algo más que sexo? Pregunté.
-Creo que si. Contestó ella.
-¿Acaso le quieres? ¿Tan pronto, por un polvo? Mi locura iba en aumento. Y mi frialdad helaba mis palabras.
-No. No le quiero. Es deseo.
-¿Deseo? Pregunté ya más interesado.
-No se como decirlo. Fue deseo. Deseo de que pasara.
-¿Pero le quieres?
-No. De ninguna manera.
-¿En tu mente sólo hubo sexo?
-Si. Y deseo. Dijo ella.
-Comprendo. Si no hay más que el deseo del sexo en ese instante, no ocurre nada. Lo jodido sería que hubieras llegado aquí diciendo que te habías enamorado de otro. Eso me dolería. Aunque puede ocurrirnos a “los dos”. Dije poniendo énfasis en “a los dos”.
-No estoy enamorada de nadie. Sólo fue que me dejé llevar. Como tú bien dijiste, soy como todas. Fácil.
Después de una hora de reloj, conseguí que Avi se calmara y me explicara lo que había ocurrido. Es cierto que no me importaba lo más mínimo que mi mujer se hubiera acostado con otro. Yo estaba por encima de ciertas cosas. Lo que me jodía enormemente era no haberlo visto. No haber obtenido mi trío deseado. Era extraño mi pensamiento, pero era la verdad. Avi relató su experiencia vagamente, sin detalles, muy a la ligera. Luego, calmados ya, buscando el morbo, pregunté en tono menor.
-¿Tenía buena polla?
-¡Ron!.....por favor no me hagas….
-¿Tenía buena polla? Casi agredí con mi pregunta.
-Si. Claro……como si no……Ohhhhh joder Ron.
-¿Cómo la tenía?, ¿Cómo la mía?
-No. Eras más grande. ¿Satisfecho?
-¡Joder Avi! ¿Mucho más grande? Pregunté haciéndome el interesado, cosa que por otra parte era cierto.
-Un poco.
-¿Se la chupaste?
-Ron no quiero hablar más de esto. Se acabó. Ya estoy bastante jodida con esta historia.
-Te lo pido por favor Avi, cuéntame. Así evitaras que me sienta mal. Me lo debes. Al menos, eso creo. Necesito que me hagas partícipe de una cosa así.
-Ya te he contado todo lo que pasó. Quizá no debería haberte dicho nada. No tendría que pasar por esto otra vez.
-Contesta a mis preguntas. Te lo ruego.
-¡Vale, coño! ¿Quieres que te de detalles? Te los daré…. ¿Que coño quieres saber? Dijo enfadada y acorralada.
-¿Se la chupaste?
-Si. Se la chupé.
-¿Te gustó?
-¿El qué?.... ¿Chupársela?
-Si. Ratifiqué.
-¡Claro que me gustó! Si no, no lo hubiera hecho.
-¿O sea que tenía buen rabo? Pregunté instalado en mis desvaríos.
-Ya te he dicho que sí. Lo tenía grande. Más grande que la tuya.
-¿Tan grande era? Pregunté.
- ¡Vaya parece que tu tienes algo descomunal! ¡Te atreves a comparar! Si Ron, si era grande. Y bonita.
-¿Bonita? ¿Qué quieres decir con eso de bonita? Pregunté. Eso es novedoso “Bonita”.
-Pues eso. Bonita. Qué jamás había visto una polla semejante. Era simplemente perfecta.
-¡Vaya! Si tú lo dices, será así. Dije sorprendido.
-No lo dudes Ron.
-¿Y te comió el coño?
-Ron, follé con él. Puedes imaginar lo que quieras, seguro que aciertas.
-¿Pero te lo comió?
-¿Porqué me haces esto?
-Sólo quiero saber. ¿Quién mejor que tú para contármelo?
-Pasó todo Ron. ¿No puedes dejarlo así? ¿Tienes que hacerme pasar por aquello otra vez?
-¡Cualquiera diría que te violó!
-No. Yo accedí. Ya te lo he dicho. Me dejé llevar aún no se cómo.
-¿Te gustaría no?
-¡Cómo iba a hacerlo si no me hubiera gustado! Sólo hubiera tenido que chillar. Pero no lo hice.
-¿Lo hizo bien?
-¿El qué?
-Follarte, comerte el coño….
-Si. ¡Joder lo hizo bien! ¡Ya vale de preguntas!
-¡Joder Avi, eres muy escueta! Necesito esos detalles.
Avi se estaba tomando un wisky. Con hielo. Hacía un año casi que no la veía tomar alcohol, excepto las copas de vino que se tomó en nuestra salida. Necesitaba un inhibidor. Algo que diera fuerza a sus palabras y porque no, a su mente.
-¡Está bien coño! Te lo diré de otra forma. El alcohol guiaba sus palabras y le daba altanería. La tenía más larga y gorda que la tuya. Era preciosa. Una polla en toda regla. Y claro que me comió el coño. Y lo hizo de maravilla. Nunca, nadie, me había comido el coño así. Me corrí. Y luego me corrí otra vez cuando el me la metió. ¿Contento?
-No. Quiero más. Dije desencajado y con cara de loco.
-¿Más? Ya te he contado todo.
-Quiero saber que sentías cuando ocurrió eso. Dije.
-No me preguntes eso. Te lo ruego Ron.
-Cuéntame todo. Necesito saber más. Dije al borde de interpretar una nueva escena de locura.
-Ya te he contado todo. Dijo ella.
-¿Se puso preservativo? Pregunté.
-No…..no…se….no…no sabría decirte. Dijo ella. ¡Joder Ron, por favor!
-¿Se lo puso o no? Debes saberlo Avi.
-No. Creo que no.
-¿Crees? ¡Qué cojones es esa respuesta!
-Está bien. No. No se lo puso. Es igual Ron, no me voy a quedar embarazada. Tomo pastillas. Ya lo sabes. Su aspecto era sano. Además…..!Joder, en esos momentos deberías comprender….!
-Ya lo sé. Sólo quería cerciorarme que su carne se había restregado con la tuya. Dije un poco ebrio y amargado por haber sido privado de tan excepcional escena. Tres Wiskys hasta ese momento me habían acompañado en mis desvaríos. Me sentía el rey de los orates del mundo.
-No pareces muy normal Ron. Si no borracho, al menos loco total.
-Te equivocas. Si lo soy. Más de lo que tú crees. Aunque peculiar y fuera de lo común. ¡Eso sí!
-Ya. Dijo ella.
-Pero cuéntame más. Necesito saber todo. Con detalles. Es importante.
-No hay más que contar Ron. Ya está todo dicho. Pasó y lo siento. Yo no lo buscaba. No sé como sucedió. Dijo ella.
-¿Te gustó?
Después de una pausa de reflexión en la que parecía que visualizaba la película del polvo, se sinceró más. Yo no esperaba otra cosa de ella. Aunque ya me daba un poco igual todo. Yo era lo verdaderamente importante. Yo y mi locura.
-Si. A decir verdad, si. Nunca pensé que te diría esto. Me gustó. Si te dijera lo contrario te mentiría. Yo era una mujer normal Ron. Una mujer de su marido. Vivía tranquila hasta que empezaste….
-¿Te arrepientes?
-¡Como me voy a arrepentir si te he dicho que me gustó! No estuvo bien pero ya pasó. No debí ir allí sóla.
-¿Lo repetirías otra vez?
-¿El qué, acostarme con ese hombre?
-O con otro. Dije al borde de darme un tiro en la sien con una pistola imaginaria.
-No. Quiero olvidarlo.
-¿Segura? Pregunté como si me hubiera vestido de demonio.
-Si. Dijo ella.
-Avi, escúchame con atención, te lo ruego. Lo que te voy a explicar, quiero que lo asimiles como debe ser. Si tienes alguna duda, pregúntame. Escucha……
Así fue como relaté a Avi mi plan enteramente. Sin tapujos. Me lo jugué todo a una carta. Yo lo haría. Haría un trío. Con ella o sin ella. Pero sin ella, no tenía sentido. Yo necesitaba que ese trío al que aspiraba se desarrollara con el pleno conocimiento y aceptación por parte de los tres. Su infidelidad me la podía imaginar. Eso era todo. Eso no me satisfacía. Buscaba algo más profundo. La usaría para satisfacer mis necesidades. Ya daba igual, después de lo que había pasado, era mejor hablar lo más claro posible. Lo hice. Y ella lo entendió. Pero Avi ya no era “mi Avi” ahora era Avi. Había probado otro aguijón distinto. Y eso la había hecho más mujer. Algo me decía que yo perdía posiciones dentro de nuestra relación.
Extracto del diario de Avi….
Ron era muy especial. No parecía haber encajado mal mi disloque con Zusko. Me cercioré que me creía. Que creía lo que le estaba contando. Creo que al final, le quedó claro que no era una historia que le contaba para excitarle. Ron me sorprende con sus cambios bruscos. A veces no sé si me habla en serio. Lo había pensado mucho y había llegado a la conclusión de que tenía que contárselo. Así tendría mi conciencia tranquila. Correría el riesgo de que no le gustara y que pasara lo peor. Pero no fue así afortunadamente. La conversación que mantuve con el no fue muy “normal”. Parecía que cada uno íbamos por caminos distintos. Mientras el quería detalles y se excitaba yo afianzaba mis nuevas creencias y deseos. Así me di cuenta de que de verdad Ron quería un trío, quería más y más en el ámbito sexual. No le importaba que yo follara con otro. Pensé que no me quería tanto como yo presumía. Me dolía su falta de celos. Yo, extrañamente, había cambiado. Ya no era la Avi dulzona, a la que llevas y traes por dónde quieras. No, ya me sentía de otra forma. Un cambio se había producido en mí. Me sentía como más…..desvergonzada, impulsiva, madura…..no sé.,…ese polvo, por la forma de producirse, sin yo buscarlo, por lo bien que me lo pasé y por todas las incitaciones de Ron, me había cambiado. O al menos había cambiado mi forma de pensar. Escuché atentamente todo cuanto me explicó. Lo que quería que hiciéramos. No puse reparos. De hecho no dije nada. Le dejé hablar. Estaba claro. El quería que hiciéramos un trío a toda costa. Yo, desvergonzada de mí, he de confesar que su idea no me pareció del todo mala. Ya no. Ya había comenzado a compartirme. También sabía que tarde o temprano, si lo deseaba, volvería a follar con Zusko. Y eso era lo que deseaba. Me había empollado con el búlgaro. Me había gustado la forma en la que Zusko me degradó y se apoderó de mí cuerpo para satisfacer sus deseos y sus instintos animales... Acepté cuanto me dijo Ron, pero poniendo algún pero que otro. El todo lo daba por válido. Lo importante para el, era que yo me dejara guiar. Que él dirigiera. Pero yo tan bien iba a decidir el cómo, cuándo y con quién si es que se llegaba a producir ese famoso trío. Sea como fuere, me vi allí sentada en nuestro sillón diciendo que sí. Si, lo había pensado bien, le dejaría llegar hasta no sé donde. El me aseguró que era eso lo que quería y me dio suficientes pruebas de ello. Yo tenía que cambiar mi actitud. No sabía si lo iba a conseguir. Pero al menos, estaba dispuesta a intentarlo. Ron lo quería así. Y yo también lo deseaba. Comencé a alimentar el deseo de follar con otro, no cómo había sucedido con Zusko, si no de distinta forma. E incluso aprecié gestar un intercambio. Teníamos una pareja de amigos razonablemente interesantes para tal menester. Pero eso era divagar. Si Ron alucinaba con sus fantasías, yo no me quedaba atrás. Viendo con la serenidad que encajó mi desliz con Zusko Petrov, viendo cómo se mostró después y viendo como no sólo no cambió de actitud hacia mí si no que intensificó su cariño, he de decir que me animé a experimentar junto a él. Por él. El camino hacia la plenitud como el me decía, lo iba a recorrer junto a lo que más quería en el mundo. Junto a Ron. Pero algo estaba claro en mi mente, Zusko Petrov había sido el primero. Y habría más. Mi cuerpo me mandaba señales. Ron no encajó mal lo sucedido. Ni yo tampoco. Ya no. Después de hablar con el, no. Hasta antes de esa conversación me debatía en una angustia sin precedentes en mi vida sólo aliviada por el recuerdo de aquellas imágenes que me venían a la mente dentro de aquella cabina. Pero pese a todo, pensaba que le debía una a Ron. Le debía algo. Tendría que pagar por mi desliz. Tendría que aceptar algo a cambio de su permisividad. Tampoco sabía como iba a funcionar su cabeza desde ese instante. Si le mortificarían las imágenes que imaginara en su mente de Zusko follándome.
Ron estaba deseoso de que yo dejara que el dispusiera de mi cuerpo para entregarme a otro y a el a la vez. Tal vez tuviera razón. Tal vez yo tuviera que acceder. Pero voy a ser sincera, todo lo sincera que pueda. Sobre estas páginas escribo que la experiencia de Zusko me gustó. Y en el fondo me excitaba la idea de que otra polla me perforara. Otros brazos…. y Ron me había dado visa para follar.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131201 veces
Si te ha gustado DIARIO A DOS-CAPITULO 07/30-MENTES OBTUSAS vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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coronelwinston
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:10) dice:
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