Como estudiante universitaria, la beca que recibo apenas y me daba para sobrevivir, por lo que gracias a una amiga de mi madre, conseguí hacerme cargo de la limpieza de unas cuantas casas. Cosa la que en ocasiones hacía, apenas tenía un par de horas libres.
Relato
Pero en una de dichas casas, la señora y su esposo me tenían mucha confianza. Tanta que en Varias ocasiones cuando salían de viaje, me han dejaban las llaves. No tan solo para que mantuviera la casa limpia y arreglada, sino que tambien para que acompañara y alimentase a su perro. Un enorme Dogo Argerntino, al que le pusieron el feo nombre de Tenebroso. El primer día en que comencé hacer la limpieza de la casa, lo primero que hizo la señora fue tomarme de la mano, y conducirme al jardin trasero de la casa. Sin soltarme la mano, comenzó a llamar al perro, y cuando ese enorme monstruo, de color totalmente blanco, aparecio tras unas matas. La verdad es que no tan soolo me impresionó, sino que me asustó no tan solo por su gran tamaño, sino tambien por su bestial apariencia, tanto que por poco y me orino encima, del tremendo susto que me dio. Cuando Tene que es como le llama la dueña de la casa, se nos acercó moviendo su rabo, yo estaba paralizada del miedo que me dio, el ver semejante animal. Pero de inmediato la señora me dijo. Relajate, que no te va hacer nada, deja que huela tu mano. Tenebroso se nos acercó, olisqueó mi mano, y tras la señora acariciarle su enorme cabeza, le ordenó que se sentase. Luego me dijo, acuerdate que cuando nosotros no estemos tiene que alimentarlo.
Bueno por mi parte pensé, que mientras menos tiempo estuviera acompañando al perro ese, mejor me iva a sentir. Como al mes de haber comenzado hacerme cargo de la limpieza, la señora me informó que su esposo y ella saldrían de viaje, y que si yo no tenía inconveniente, en mientras que ellos estuvieran fuera, quedarme a dormir en su casa. La verdad es que ni lo pensé, de inmediato le respondí que si, eso además me ahorraria el pago de la pension donde dormía.
Fue después que los señores se marcharon, que me acordé de aquel enorme perro. Pero de inmediato me dije a mimisma que nada malo pasaría, ya que en el poco tiempo que ya yo llevaba trabajando en la casa, nunca, ni tan siquiera me había gruñido. En efecto Tenebroso, se portó de lo mejor. Lo que hizo que se ganase mi confianza, así que al igual que hacían los señores, yo lo dejaba entrar a la casa, y lo sacaba al irme a la universidad, o cuando me iba a acostar.
Pero ese fin de semana salí con mi novio, y estuvimos en su apartamento, ya que su compañero había salido de viaje, desde que llegamos eso fue besos y besos, en cierto momento me comenzó acariciar por todas partes, al punto que al sentir una de sus manos sobre mi vulva, lejos de retirarla, abrí mucho más mis piernas, dejandolo que continuase excitandome.
En mi vida me había comportado de esa manera, quizás fue por el echo de sentirme tan tranquila, y confiada, de que nadie nos iba a sorprender, que en cosa de pocos minutos, ya el Ignacio me había quitado toda la ropa.
Bueno tambien es cierto que nos habíamos tomado, una cuantas copas de vino, por no decir que un par de botellas. Razón por la que creo que cuando me colocó su erecto miembro frente a mi boca, sin más ni más me dediqué a a mamarselo, intensamente. Para luego, como una loca disfrutar de todo lo que a mi novio se le ocurrió hacerne, y dejar que me penetrase por donde a él le diera su real gana.
Ya eran cerca de las doce de la noche cuando, Ignacio recibió una llamada de su compañero de apartamento, diciendole que estaba por llegar, ya que su auto se había accidentado. Justo en ese instante, me acordé de que antes de salir de la casa, no le había puesto la comida al perro, razón por la cual le pedí a mi novio que me llevase a la casa de los señores, y tras darnos un caliente beso en el portal de la casa, dejandome deseosa de seguir. Le pedí a mi novio que nos vieramos al día siguiente.
Ya dentro de la casa, apenas Tenebroso sintió que yo había llegado, se volvió como loco en el patio, corriendo de un lado a otro, moviendo su enorme rabo, ladrando de alegría. No hice más que abrirle el portón que da al patio, que sin dejar de dar saltos a mi alrededor, me acompaño hasta la cocina, que es donde se le pone su comida. Yo por mi parte en vista de lo rapido que tuvimos que salir del apartamento de Ignacio, sin darme tiempo a que yo me diera una buena ducha, decidí irme a bañar. Por lo que ya en mi habitación rapidamente comencé a quitarme toda mi ropa hasta quedar del todo desnuda, y cuando estaba a punto de entrar al cuarto de baño. Sentí un tremendo ruido que provenía de la cocina, así que unicamente me enrolle en mi pequeña tolla, y de inmediato me encaminé a la cocina. Allí estaba Tene, sentado moviendo su larga cola, con cara de yo no fui, y a su lado dos de las sillas, del pantri tiradas en el piso. Pensé que seguramente las había tumbado sin darse cuenta, así que las levanté una por una. No había terminado de levantar la primera, cuando sentí a Tenebroso muy cerca de mi, o mejor dicho de mis nalgas, olisqueandome.
Yo la verdad es que en ese momento no pensé en nada , es más no le di la menor importancia. Pero al inclinarme para recoger la segunda silla, sentí, no tan solo el morro de Tenebroso olisqueando mi coño, sino que tambien sentí su enorme y aspera lengua lamiendo toda mi vulva, y hasta gran parte de mi esfínter anal. Por donde mi novio menos de una hora antes, me había penetrado, la segunda vez que tuvimos sexo esa noche.
Yo del susto que me llevé, más rapido que inmediatamente me enderecé y por poco vuelvo a dejar caer la silla. Pero si el sentir la lengua de aquel perrazo en contacto con mi coño, me asustó. Mucho más me asusté, al verlo sentado tras de mi, al fijarme en en su enorme cabeza, mostrandome todo sus dientes, además de esa cosa puntiaguda y de color rosa, se asomaba entre sus patas traseras.
Yo no se si fue lo bebida que yo estaba, o el susto de ver esa fila de grandes dientes, que de inmediato comencé a retroceder, sin la menor idea hacia donde me dirigía. Mi intención era alejarme de ese tenebroso perro, lo más pronto posible. No fue hasta que de momento me detuve, y me di cuenta de que me encontraba en medio del patio. A todas estas Tenebroso no había dejado de seguirme, digamos que medio agachado, con pasos lentos, y sus enormes orejas completamente hacia atras, como si estuviera al acecho. En cierto momento pensé que debía mostrarle quien era la que mandaba, por lo que le dije en un tono fuerte. Tenebroso, quedate quieto. Pero lejos de hacerme caso, se me avalanzó encima, dandole un certero mordisco a la pequeña toalla que yo carga puesta al rededor de mi cuerpo. Y aunque yo traté de mantenerla sujetada, bastó un solo jalón de su enorme cabezota, para que dejarme completamente desnuda, frente a él, y acorralada contra una de las paredes de la casa.
Mi mayor temor era que me fuera a morder, así que cuando acercó nuevamente su morro a mi coño, yo traté de apartarlo, pero nada más bastó que el condenado perro gruñera, para que yo me quedase como paralizada, del panico que tenía. Tenebroso volvió a incrustar su enorme morro dentro de mi coño, y casi de inmediato me lo volvió a lamer, pero mucho más profundamente. Yo seguía como paralizada, mientras el mastodonte ese, continuaba lame que lame toda mi vulva. Yo no lo podía creer, pero apesar de lo aterrada que me encontraba, el sentir su enorme y musculosa lengua explorando mi vulva, de cierta forma o manera comence a excitarme. De momento Tenebroso retiró su morro de mi coño, y sin quitarme su lujuriosa mirada de encima, basto unicamente que medio gruñera, al tiempo que se hacía un poco para atras, para que yo creyera entender lo que aquella bestia deseaba hacer conmigo. El solo pensar en ello, me llenó de un raro sentimiento, una especie de mezcla entre panico, y excitación. De manera impulsiva, traté de salir corriendo, pero un rapido movimiento de Tenebroso me volvió a cerrar el paso. Y al ver nuevamente sus largos dientes, me entró más miedo, por lo que desesperada y sumamente frustrada, sintiendome vencida me dejé caer sobre la hierba del patio, al mismo tiempo que no paraba de llorar. No sabía que era lo que me iba a suceder, cuando de momento nuevamente comencé a sentir más adentro de mi coño su lengua y enorme morro. Pero en esos instantes era algo que más que asustarme , me excitaba tremendamente. Por lo que lentamente, pensando que eso era lo que Tenebroso quería, sin hacer movimientos bruscos, fui poniendome en cuatro patas.
Ya estando en así, casi de inmediato aquel enorme perro, volvió a olisquear, y lamer todo mi coño, para que casi de inmediato se me trapase encima. Yo no podía creer lo que estaba pasandome, hasta que aquella sonrosada punta, comenzó a golpear de manera alocada parte de los labios de mi vagina, y de mis nalgas. En ese instante, y no se como me atreví a tomar con una de mis manos, su venoso miembro y lo fui dirigiendo, directamente a mi coño. Aunque había escuchado uno que otro chisme, sobre alguna mujere que la descubrieron teniendo sexo con un perro, realmente desconocia lo que realmente sucedía. Por lo que cuando Tenebroso logró introducirme su miembro, yo realmente dejé de pensar, y me dediqué a disfrutar de lo que me estaba pasando. Cuando al rato de estar sintiendo como entraba y salía una y otra vez toda su verga de mi caliente coño, comencé a tener la sensación de que la cosa esa iba creciendo. Pero el placer era tal que luego de que disfruté de un salvaje y bestial orgasmo, fue que me di cuenta de que me encontraba abotona, como dicen.
Sabía que aquel perrazo se había venido por completo dentro de mi coño, pero al bajarce de sobre mi, su verga quedó como atrapada dentro de mi vulva. Y basto un solo gruñido para que yo me quedase quieta. Hasta que despues de quien sabe cuanto tiempo, finalmente socó su verga de mi cuerpo. Yo me quedé tirada sobre la grama, y a los pocos minutos senti nuevamente la tremenda lengua de Tenebroso, volviendo a lamer todo mi coño. Cosa que de paso me encantó. Luego que el perro se retiró a su rincón favorito, yo dando tumbos finalmente me puse de pie, y me dirigí al baño. En el que me asee hasta estar bien segura de haber expulsado todo lo que ese condenado perro había dejado dentro de mi.
Mientras me duchaba y aseaba de manera minuciosa todo mi coño, a medida que pasaba mis dedos por sobre y dentro de mi vulva, no dejaba de pensar en la experiencia que había tenido con Tenebroso, en lo mucho que la disfruté, esa rara y loca sensación de haber sido sometida por aquel perrazo. Y a medida que seguia pensando en todo, fui introduciendo mis dedos más y más adentro de mi coño, hasta que de manera salvaje yo misma me provoque un salvaje orgasmo, mientras seguia pensando en lo que Tenebroso, me había hecho disfrutar.
Al siguiente día, mientras me encontraba acostada nuevamente con mi novio en su apartamento, después de asegurarnos que su compañero realmente ya había tomado el avión. A medida que me comenzó a follar, yo le fui confesando lo que el perro de la casa me había hecho. Lo que me sorprendio en medio de todo fue que no se enojase, sino más bien me dio la impresión de que el haberselo confesado, lo excitó muchisimo más mientras me enterraba su verga dentro de mi coño. A tal grado que cuando terminamos dandome un fuerte beso, felicitó por contarle esa fantasia, pero cuando le dije quer todo era realmente cierto, la cara de alegria y excitación que puso era tal que ni yo misma lo podía creer. Fue cuando me pidió encarecidamente, que lo dejase observar la proxima vez que se me ocurriera tener sexo con ese perro. Aunque le aclaré, hasta la saciedad que yo solo fui, por decirlo de alguna manera, la victima de Tenebroso, mi novio me volvio a insistir, es más practicamente me rogo, y me imploró que me volviese a dejar que Tenebroso abusara de mi, pero frente a él. Yo al principio comencé diciendole que no, pero mi novio insistió tanto que finalmente terminé por decirle que si. Así que esa misma noche mi novio y yo regresamos a la casa de los señores, que aun se encontraban de viaje. Y como la vez anterior, apenas lleguamos Tenebroso comenso a olisquearme, ya que al igual que la otra vez no me había lavado. Mi novio a todas estas permanecio algo retirado, observando al perro y a mi. Fue cuando me dijo, bueno quitate la ropa, lo que yo como una automata hice de inmediato. Hasta quedar totalmente desnuda frente a mi novio y al perro. Todavía no me había quitado del todo la ropa cuando Tenebroso continuó oliendome las nalgas y el coño, y nada más bastó que me tirase al piso en medio de la sala, para que aquel tremendo terrazo, comenzara a lamer divinamente todo mi coño, frente a mi novio que no hac+ia otra cosa que vernos con la boca abierta. En esos momentos no hizo falta que Tenebroso gruñera, o me mostrase los dientes. Ya que en determinado momento en que yo disfrutaba intensamente de todas las lamidas que le daba a mi coño, algo me dijo que ya era momento de que me pusiera en cuatro patas nuevamente, y así lo hice, de manera suave, y con mucha lentitud. Ya que en todo momento tenía el morro de Tenebros dentro de mi coño practicamente. A todas estas mi novio no dejaba de vernos, al tiempo que se bajo los pantalones y comenzó a masturbarse, al tiempo que Tenebroso se volvía a montar sobre mi como si yo fuera una verdadera perra en celo. A diferencia de la primera vez que debido a los fallidos intentos por penetrar mi coño, yo misma terminé dirigiendo la verga de Tenebroso directo a mi coño, en esa segunda ocasión al primer intento sentí como aquella venosa y rosada punta se abrio paso facilmente dentro de mi vulva. Mientras que mi novio seguía masturbandose lentamente a medida que nos observaba. Yo que estaba super excitada, quizás por estar siendo observada por mi novio, disfruté profundamente al sentir la venosa verga de aquel perro nuevamente dentro de mi vulva, así que mientras yo movia mis caderas como una loca, Tenebroso enterraba y sacaba su buen pedazo de carne. Dentro de mi caliente y humeda vulva, cuado de momento volví a sentir aquella sensación de llenura dentro de mi coño, definitivamente Tenebroso había quedado nuevamente abotonado a mi coño, produciendome un infinito placer al sentir ese buen pedazo caliente de carne, que palpitaba dentro de mi. Casi de inmediato Tenebroso se bajo de mi espalda, quedando abotonado a mi caliente coño, ya para esos momento al levatar la vista me encontré con la verga de mi novio frente a mi boca, por lo que sin detenerme a pensarlo, me dedique a mamarsela, hasta que se vino.
Despues de eso Tenebroso demeoró un buen rato en finalmente sacar su verga de mi coño. Las consecuencias de eso fue que practicamente me volví una adicta a la verga de aquel perro, y para cuando mi novio me insinuo que lo dejase grabarme un video follando con el perro, y le dije que no, no por mi, sino por el perro, porque y si en alguna ocasión llegase a las manos de sus dueños, pensé que me moriria de verguenza. Razón por la que mi novio terminó conmigo, y yo busque consuelo entre las fuertes patas de aquel perro. Aun cuando los señores entaban en casa, yo me las ingeniaba para follar con Tenebroso, como les dije me había vuelto adicta a la verga de ese animal, al punto que estuve a punto de perder el semestre, y lo peor de todo fue que una noche, en que los señores habían salido, yo me desnudé completamente, y busqué al perro en el patio. Ya se lo había mamado, y él me estaba penetrando cuando de momento llegaron los señores, y yo no me di cuenta, por estar disfrutando tanto de aquella sabrosa verga, que me encontraron ensartada del todo por su perro. No les cuento la verguenza que pasé, y lo mucho que me dolió que me votaran de esa casa. Pero ya supere eso, así que para continuar pagando mis estudios, me dedico ahora a pasear perros de gente rica......
mi mama salio de la casa temprano y quise entrar al perro para que me acompañara, pero lo que hizo adentro fue mas de lo que imagine, me descuide y me follo.
Relato erótico enviado por judagimazo1 el 05 de February de 2014 a las 15:59:48 - Relato porno leído 511505 veces
Yo inmovilizada mientas el cochino se acercó con su verga erecta y como tenia falda y a pesar calzones rotos no se le dificulto y de inmediato me metió su verga en mi vaginita y como ya se imaginaran el tamaño de su verga, sentí que me partieron mi vagina con todo y mis piernas.
Relato erótico enviado por Anonymous el 15 de June de 2009 a las 01:10:29 - Relato porno leído 194447 veces
hola amigos lectores de este espacio virtual mi historia trata de una vez que tube una aventura casi pecaminosa para mi, con mi perro este espacio me parece un lugar ideal y recomfortante para desaogarme o simplenemte contarlo imvito a que ustedes tambien hagan lo mismo lo comprobaran.
Relato erótico enviado por maryorit el 06 de February de 2006 a las 10:42:04 - Relato porno leído 178832 veces
Si te ha gustado El perro de los señores de la casa, me viola. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El perro de los señores de la casa, me viola..
Narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Robertoguzman
(25 de June de 2017 a las 02:49) dice:
me gusto mucho al principio ,estuvo bien construido pero no me gusto que apareciera el novio .me gusta como construyes el lugar casi senti que estaba allí, fue agradable . pero siento que le falto erótica tu tienes mucha erótica pero esta vez no nos la quisiste dar katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:40) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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