Cuando cansada de que Guillermo mi esposo me dejara viendo el techo de nuestro cuarto, al él venirse bien rápido, comencé seriamente a pensar en buscarme un hombre que me satisficiera, o sea buscarme un amante. Pero al darme cuenta, de que me exponía a que eventualmente mi marido se enterase, por lo conocido que él es, dejé de pensar en ello. Fue cuando una tarde después de llegar de trabajar, por accidente, y sin buscarlo. Macho el perro de mi esposo, en su desespero por saludarme al llegar a casa, metió su morro bajo mi falda, y en cosa de unos segundos, sentí su áspera lengua pasando por encima de la fina tela de mis bragas….
Relato
No sé exactamente, que me ocurrió, pero algo dentro de mi cerebro como que hizo clip. Digo yo no lo busque, fue algo que se dio de forma y manera accidental, o natural si lo quieren ver así. Algo turbada, por aquella rica sensación, retiré la cabezota de Macho de entre mis piernas. Él como de costumbre continuó, bien alegre, dando vueltas alrededor de mí, mientras que yo me dirigí a nuestro dormitorio. Para ducharme y posteriormente cambiarme de ropa. A cada paso que daba, aun sentía esa rica sensación de la lengua de Macho pasando sobre mi coño.
Fue cuando me acordé, que por ser viernes, Guillermo iría a sus reuniones o tenidas, a la Logia a la cual pertenece. Por lo que de seguro, llegaría como de costumbre ya cerca de la una, o dos de la madrugada. Como ya les dije, algo hizo clip dentro de mi cabeza, así que de inmediato, sin tan siquiera bañarme me quité la ropa, y tras ponerme una pequeña bata de dormir, por si acaso llegaba mi esposo, no me encontrase completamente desnuda, llamé a macho al cuarto.
En mi vida había contemplado el llegar a tener sexo con un perro, y mucho menos con Macho, por ni tan siquiera ser mío realmente, ya que quien lo trajo a casa fue Guillermo. Pero apenas entró en nuestra habitación y me vio recostada sobre la cama con mis piernas bien abiertas, fue como si ya lo hubiéramos hecho antes. Acercó su morro a mi coño, y después de medio olisquearlo por unos instantes, comenzó profusamente a pasar su áspera lengua, contra los labios de mi vagina, la que entiendo que abrí de manera instantánea, para sentir más y más dentro de mí su lengua.
En mi vida había disfrutado de algo similar a eso, tanto fue el placer que me produjo, que fue algo que se me ocurrió, y nada más lo pensé, me puse a mamar su parada y gruesa verga. No me produjo repulsión, todo lo contrario, el sentirla dentro de mi boca, me hizo sentir otro tipo de placer, desconocido para mí hasta esos momentos.
Desde esos momentos, Macho se convirtió en mi amante. A los pocos días de haber comenzado nuestra relación, Guillermo se debió ausentar de casa, con el cuento de que debía ir a realizar una auditoría a no sé quién. Razón por la que regresaría a casa dos días después. No sin antes, como de costumbre, dejarme viendo el techo de nuestra habitación, completamente insatisfecha.
Así que apenas pude, a manera de venganza, volví a llamar a Macho a nuestro dormitorio. Guillermo siempre, y eso es casi todos los días, que tenemos relaciones, me ha pedido que lo deje darme por el culo, como cuando éramos novios, cosa a la que yo siempre me he opuesto, desde que nos casamos. No es por nada en particular, pero si él no me satisface a mí, porque yo lo he de satisfacer a él en algo tan particular.
Les digo eso porque a manera de venganza como ya les dije, una de las cosas que más me fascina hacer con Macho, es dejarlo que me dé por el culo. El sentir su gruesa y roja verga, introduciéndoseme por el culo, es algo que disfruto, tanto como cuando me penetra por el coño. Por lo que indistintamente disfruto de ambas cosas, quizás por venganza, quizás por lo morbosa que soy, al dejar que el perro de mi marido me lo meta. Pero de algo que estoy bien segura, es que cada vez que Macho, de una forma u otra me penetra, yo disfruto de unos increíbles orgasmos, como nunca mi esposo me ha hecho disfrutar. Razón por la que se puede decir que en agradecimiento, le mamo su verga, al perro de mi marido…
mi mama salio de la casa temprano y quise entrar al perro para que me acompañara, pero lo que hizo adentro fue mas de lo que imagine, me descuide y me follo.
Relato erótico enviado por judagimazo1 el 05 de February de 2014 a las 15:59:48 - Relato porno leído 511505 veces
Yo inmovilizada mientas el cochino se acercó con su verga erecta y como tenia falda y a pesar calzones rotos no se le dificulto y de inmediato me metió su verga en mi vaginita y como ya se imaginaran el tamaño de su verga, sentí que me partieron mi vagina con todo y mis piernas.
Relato erótico enviado por Anonymous el 15 de June de 2009 a las 01:10:29 - Relato porno leído 194447 veces
hola amigos lectores de este espacio virtual mi historia trata de una vez que tube una aventura casi pecaminosa para mi, con mi perro este espacio me parece un lugar ideal y recomfortante para desaogarme o simplenemte contarlo imvito a que ustedes tambien hagan lo mismo lo comprobaran.
Relato erótico enviado por maryorit el 06 de February de 2006 a las 10:42:04 - Relato porno leído 178832 veces
Si te ha gustado El perro, de mi marido y yo… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El perro, de mi marido y yo… ( CON fotos).
narrador
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Comentarios enviados para este relato
papi46
(23 de September de 2015 a las 03:33) dice:
Que buen relato mamita. me enkntaria ser tu perro macho para cumplir con tus necesidades, y tu marido se merece que lo hagas cornudo con su perro.
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