Resumen: De cómo dejé que mi profesor me follara a cambio de aprobar un examen y me gustó.
Relato
Hola, me llamo Laura y tengo 22 años. Quiero contarles lo que me sucedió este año con un profesor de la universidad. Quizá les pueda servir de utilidad conocer esto a otras chicas que estudien con el mismo profesor…
Como les decía, me llamo Laura, tengo 22 años y estudio la carrera de ciencias económicas en una universidad de prestigio, cuyo nombre no mencionaré en este relato, para evitar problemas futuros. Les diré que mis amigos consideran que tengo un cuerpo espectacular, con una delantera muy potente y unas buenas caderas. Además, me considero bastante atractiva: vamos, un verdadero bombón, aunque esté mal que lo diga yo misma. Por entonces tenía un novio que era muy guapo también y con un cuerpo espectacular que era la envida de mis amigas. Pero después de lo que les voy a relatar, solo pude romper con él pues dejó de satisfacerme por completo.
Los estudios no se me dan mal, la verdad. Vivo con mis padres y ellos me mantienen, con lo que lo único que tengo que hacer es estudiar. Estoy en segundo año de carrera y solo llevo pendiente una asignatura del año anterior. Así pues, al llegar los exámenes de diciembre de este curso, me junté con nueve asignaturas de este año más la del año anterior. Como pensé que serían demasiadas, decidí concentrarme en ocho de ellas, entre las cuales se encontraba historia de la economía.
Aquella asignatura no me gustaba mucho. Además, el profesor no me caía bien. Era un hombre un poco arrogante, engreído, autoritario. Seguro de sí mismo. Había algo en el modo en que me miraba que me ponía nerviosa: me miraba con un descaro y una falta de discreción al escote. He de decir que, por un lado, me parecía repugnante, que un profesor ya entrado en años como él mirase de forma tan poco disimulada; pero por otro, esa forma enérgica y autoritaria con que me miraba hacía que algo se activase en mi interior. En el fondo, he de reconocerlo, me parecía que esa agresividad tenía un cierto atractivo.
Independientemente de esa sensación a lo largo del cuatrimestre, traté de estudiar por igual las ocho asignaturas que había decidido presentarme, y al final creo que me salieron unos buenos exámenes. Así fue con todas las asignaturas, que saqué entre siete y ocho, pero cuando llegué al tablón notas de historia de la economía me encontré un cuatro con cinco.
Aquello debía estar mal, seguro que era un error. No podía creer que tuviese un cuatro con cinco, puesto que había hecho un buen examen, corroborado después con mis compañeras, que sí habían aprobado. Tendría que ir a revisión.
Al día siguiente me acerqué al departamento correspondiente y entré a hablar con el profesor. No estaba y me atendió su secretaria, indicándome que le enviara un correo al profesor para quedar con él y que él directamente me contestaría.
Así lo hice y el muy cabrón me citó el viernes a las ocho y media. Vaya horario, pensé. Seguramente, no desearían verlo pronto en su casa. En fin, menudo jaleo. Ahora me tocaría arreglarme para irme de fiesta, pues no me daba tiempo a ir a la revisión, pasar por casa y arreglarme, para una cena que tenía después. El profesor me caía ahora peor que nunca.
Finalmente, llegó el día de la revisión. Allá que me fui yo súper mona de la muerte, para salir pitando de allí e irme de fiesta. He de decir que quizá me pasé un poco con el escote, considerando que, antes de la fiesta, tenía una revisión, pero eso lo consideré demasiado tarde. Esperando a la entrada del despacho, me sentía un poco puta, al ver a mis compañeras vestidas con ropa de diario, mientras yo parecía la buscona del barrio. Bueno, no lo podía solucionar ya.
Sobre las ocho y cuarto, el profesor salió de revisar el examen con un compañero de clase, y se asomó al pasillo. Solo quedábamos tres personas. Me miró unos instantes, escrutadoramente, y nos dio orden a los tres, dejándome en último lugar. ¡Qué hombre más desagradable! Ni siquiera se molestó en comprobar quién había llegado primero, y ahora se me iban a colar los otros dos compañeros. Genial, llegaría tarde a la cena, pensé.
Finalmente, a las nueve menos cuarto, salió el último alumno. Yo ya estaba desesperada. A este paso, ¡seríamos los últimos en salir de la universidad!.
Entré y cerré la puerta y me quedé parada esperando a que me diera permiso para sentarme. El profesor me miró de arriba abajo durante unos segundos. Sentí con repugnancia como si me hubiesen pasado unos rayos x.
- Siéntate Laura. Vamos a ver tu examen…- rebuscó en un montón de folios y finalmente localizó mi examen, que lo puso encima de la mesa. Se veía claramente el 4,5.- Ahí lo tienes.
Me puse a revisarlo. Mientras miraba el examen para ver de dónde podía rascar para aprobar, notaba cómo clavaba su mirada lujuriosa en mi escote. El hombre estaba disfrutando de lo lindo con el modelito que había elegido y yo me estaba cagando en todo por mi decisión.
Finalmente, encontré un par de cosas donde el profesor se había equivocado al corregir, y la suma final estaba mal. En definitiva, tenía clara y justamente un 7, y así se lo hice saber.
- Mire profesor, aquí y aquí la respuesta está bien, con lo cual tendría que tener un punto más en cada pregunta, y además, la suma total está mal. Tendría que tener, en total, un 7.
Se me quedó mirando fijamente.
- ¿No me digas? – me dijo con un tono que me pareció sarcástico.
- Sí, un siete – le reiteré. Una sonrisa apareció en mi cara, consciente de que tenía razón y estaba aprobada. ¡Una menos!
- ¿De verdad?
- Pues sí, está claro. No hay más que verlo.
El profesor se levantó y rodeó la mesa, para apoyarse en la mesa justo al lado de mi silla. Desde esa posición, pensé, debía verme por el escote hasta los pies. ¡Cabrón!.
- ¿Y… qué gano yo cambiando su nota, señorita López?
Me dejó con la boca abierta. No comprendía qué quería decir. ¿Cómo que ganar? Solo tenía que corregirlo y aprobarme, pensaba yo, no tenía nada que ganar.
Mientras yo pensaba esto, el profesor se acercó a la puerta y le echó el pestillo, aunque yo no me di cuenta de ello.
- Pero profesor… ¿ganar qué? Pues está claro que estoy aprobada…, ya lo ve usted, que tengo el siete y he aprobado claramente. Solo tiene que revisar la nota…
El profesor se acercó a mí y sin decir palabra… se desabrochó los pantalones y se los bajó.
- Chúpamela.
Me quedé de piedra, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. Delante de mí, el profesor de historia de la economía se había quedado con la polla al aire… ¡pero qué polla! Se veía gorda y grande, aun estando semi fláccida. En ese estado era casi tan grande como la de mi novio.
No me dio tiempo a reaccionar ni al asombro, pues sin darme cuenta me cogió la cabeza y me obligó a ponerme de rodillas delante de su polla a medio empalmar.
- Vamos, nena.- dijo jadeante.
Quedé a escasos centímetros de esa polla que tenía pinta de descomunal y que me dejó ensimismada.
- ¡Te he dicho que me la comas, puta!- dijo de malos modos, y me agarró de la nuca empujándome hacia ella y a metérmela en la boca.
- Glumps, glfumpf.
Obligada, su polla entró en mi boca. Ya la notaba grande y gorda, y sentía que llenaba casi toda mi boca. Él controlaba mis movimientos cogiéndome el pelo por la nuca, y se coordinaba con los suyos, metiendo y sacando su polla de mi boca a su gusto. Con el movimiento, se empezó a excitar y aquello empezó a crecer. Pronto aquel pollón no cupo en mi boca.
El profesor no paraba de gemir y decirme barbaridades y obscenidades. Controlaba la situación, y yo no sabía cómo reaccionar. Solo sé que a los pocos segundos, su polla había crecido tanto y se había vuelto tan gorda que ya apenas no podía comerle más que el glande, y a duras penas.
- Síi, qué bueno, Laura. Qué buena que estás puta. Ya llevaba yo todo el año con ganas de cogerte. Mmmmh. Cómeme bien puta, que te vas a ganar bien tu aprobado. Porque por tu aprobado hoy vas a ser mi puta, ¿Verdad?, ¿Verdad que sí?... porque hoy vas a hacer todo lo que yo quiera, vas a ser mi puta el resto de la tarde y te voy a follar hasta que me canse, ¡y tardo mucho en cansarme!
Sacó la polla y me levantó la cara para que viera la lujuria reflejada en su cara. Me dejó tomar aliento un instante para volver a metérmela y seguir follándome la boca. En el descanso pude ver en todo su esplendor la polla de mi profe. Era increíble: la de mi novio a su lado parecía de juguete. Aquello era una polla. Sentí que me empezaba a calentar y a humedecerme.
- Pero no te asustes… - seguía él -, porque te va a gustar, y desearás que no te apruebe para volver a la revisión otro año- dijo medio riendo.
Mi profesor es un tipo áspero, rudo, dominante. No sé en qué momento fui consciente de que aquello me estaba gustando. Siempre me han resultado atractivos los hombres dominantes y un poco agresivos, y confieso que en algún momento del curso pensé en ello, pero como decía, hubo un momento en el que fui consciente de que lo que había sido una clara vejación, pronto se transformó en algo que quería hacer. De repente, me descubrí con ganas de chuparle esa polla y convertirme en su puta y que me dominara e hiciera de mí lo que quisiese con aquella verga increíble. Su brusquedad, su dominio y la masculinidad con la que manejaba la situación habían acabado por mojarme del todo mis finas braguitas de encaje.
Ahora ya no sabía qué hacer, si resistirme a la vejación a la que me estaba sometiendo, o lanzarme a jalarle la verga con todas las ganas que me estaban entrando.
Hubo un momento en el que cambié el chip. Cuando pasé a hacer las cosas de obligadas a voluntarias, el lo notó al instante, jadeando de placer por la mamada que le estaba haciendo.
- Sí, nena, ya veo que por fin colaboras.- dijo riendo taimadamente.
- Sí profe.- le dije yo, con cara de sumisa. El tenía ahora cara de estar encantado. Yo seguía comiendo aquella deliciosa verga, mirándole a los ojos con cara de niña dulce. Aquella polla era increíble, nada que ver con la mi novio. Me gustaba mucho: más vieja y curtida, más nervuda y, por supuesto, más grande y mucho más gorda. Y con un sabor diferente… En definitiva, me gustaba mucho.
Además, el profesor sabía de la valía de su verga, y sabía cómo manejarla, y sabía lo que quería. Nada que ver con mi novio, que era un principiante en estas lides y no controlaba nada.
Mientras seguía mamándole la polla como perra en celo, él empezó a amasarme las tetas por encima del vestido.
- Mmmh, qué tetas más enormes que tienes, Laurita… no veas cómo me ponías en clase. Ya tenía yo ganas de probarlas…
- Son todas suyas, profe…
Al decirle eso, sacó el caramelo de mi boca y me levantó.
- ¡Quítate el vestido, vamos! Desnúdate del todo, puta…
Su forma dominante de dirigirme me tenía totalmente mojada, estaba superexcitada con esta dominación.
- Sí, profe, soy su puta esta tarde…- Mirándole como una chinita sumisa de las pelis de hentai,
- Ah, ¡Sí?-dijo sorprendido por mi actitud afable e infantil, felicitándose por su suerte y lo bien que se lo iba a pasar- ¡qué bien, putita! Porque te voy a hacer mía esta tarde. Te vas a ganar tu aprobado a pulso.
Terminé de quitarme el vestido y me quedé en ropa interior. El se quedó disfrutando de las vistas mientras se meneaba suavemente su preciosa verga. Aquello me excitó tanto que no lo pensé más. Me quité mi ropa interior, dejando mis enormes senos al aire y me quité unas bragas que casi estaban chorreando. Lo miraba masturbarse y tenía ganas ya de echarme a comérsela de nuevo. Intentaba mirarle inocentemente, aunque la lujuria me devoraba ya. Ahora estaba a sus expensas, deseosa que me hiciese algo con aquel mástil que tenía por polla.
El profesor siguió tocándose la polla lentamente, disfrutando de ver mi cuerpo desnudo. Me comía con los ojos, mis pechos al aire, mis piernas ligeramente abiertas dejando ver mi coñito rasurado y húmedo. ¡Necesitaba que me tocara ya!
Cuando ya empezaba a desesperar en aquel parón, finalmente se acercó a mí y empezó a besarme el cuello lascivamente, y pronto bajó a comerme las tetas. Puff, si antes estaba mojada, eso no fue nada cuando empezó a comerme las tetas y amasármelas con sus grandes manos y su lengua rugosa. Lo hacía con energía, con rudeza, y aquello me excitaba más todavía. Mientras me comía los pechos y succionaba mis pezones, una mano suya se deslizó a mi entrepierna y me palpó con pocos miramientos. Notó que estaba totalmente húmeda. Así que, sin perder tiempo, metió dos dedos en mi coñito ya palpitante. Aquello fue demasiado para mí, que ante sus primeros movimientos bruscos, me corrí en sus manos profusamente.
Aquel hombre tenía una manera de tocarme ruda y sin miramientos, mucho más feroz que como lo hacía habitualmente mi novio. Estaba en el límite de hacerme daño, pero descubrí que me excitaba como nunca antes lo había sentido.
-Joder, Laurita, estás muy caliente- me dijo, jadeando al oído.
- Por favor, profe, no me penetre- le dije con voz infantil. Había decidido portarme como una niñita de las pelis hentai, que se niegan a todo, pero que lo están deseando.
Aquello pareció surtir el efecto deseado, porque mi negativa le puso más caliente si cabe, y no tardó en agarrarme y tumbarme sobre la mesa de su despacho. Se puso detrás de mí y me la metió sin más miramientos.
- ¿Qué no quieres? Pues ya verás si quieres…- dijo, empalándome sin miramientos. Me la metió de una, y yo creí ver las estrellas. Sin ningún tacto, empezó a bombearme con energía y decisión. Mientras me la metía, me decía cosas guarras al oído, y yo ya no podía más que excitarme y tener orgasmos repetidos. Me bombeó como cosa de quince minutos, a buen ritmo, y tuve tres orgasmos seguidos.
- Qué bueno, putita. Tienes el coño más rico que he probado en los últimos cursos.
Jadeante, me cogió del pelo, e hizo que me arrodillara ante él de nuevo, ante su palpitante verga.
- Te has portado bien y te mereces un premio. Además, tengo prisa. Esta vez, te has salvado de que te dé por el culo como me hubiera gustado. Pero te mereces un buen premio… Me follaré tus tetas.
- Claro, profe.
Puso su verga entre mis tetas. Estaba tan mojada de mis flujos que pronto se deslizó con suavidad. Notaba aquel mástil caliente y palpitante deslizarse entre mis pechos y lo apretaba fuerte para darle el mayor gusto posible. A diferencia de la de mi novio, como esta era bien larga, podía masturbarle con las tetas y chuparle la punta al mismo tiempo.
He de decir que hacer esto me gusta y me excita sobremanera, pero él estaba desbocado. Parecía que le excitaba mucho follarme las tetas. Así que le miré, con ojos de cordera, diciéndole.
- Sí, profe, lléneme de leche… Deme su lechita rica, mójeme toda…
Con esto, embistió más fuerte hasta que noté que su verga empezaba a convulsionar. Al instante, chorros de lefa empezaron a inundar mi cara, mis pechos, mi cuello. Se corrió copiosamente. Cuando paró, yo no pude más que llevarme la mano a mi coño y frotándome intensamente mi clítoris acabé el último orgasmo, que también fue muy intenso.
- Mmmh,
- ¿Le ha gustado profe?
- Sí, Laura. ¡Eres toda una puta!- dijo jadeante.
Terminé de limpiarle la polla succionándole las últimas gotas que todavía rezumaban de su verga, que empezaba a menguar lentamente. Qué lástima, pensé, que ambos nos tuviéramos que ir.
Me dio unos pañuelos para que me limpiase su corrida, mientras se subió los pantalones y volvió a su asiento. Yo me limpié y me vestí.
- Bueno, Laura, creo que te has ganado el aprobado- me dijo con una sonrisa sincera. Ahora, con aspecto relajado, hasta lo encontré atractivo.- ¿Qué nota quieres que te ponga?
- Quiero mi siete… y que el año que viene me dé clases de refuerzo…
- ¡Estupendo! Cuenta con ello…
Bueno, espero que les haya gustado el relato. Les agradeceré que me dejen comentarios.
Y Si alguna mujer tiene ganas de jugar por cam o quiere que hagamos un relato personalizado, déjenme un comentario con su correo y les agregaré. Un saludo de gustavo8000.
Todo empezó en una charla....hasta que Carla me convirtió en Un Marido Dominado, Sumiso y Cornudo
Relato erótico enviado por domo54 el 16 de January de 2009 a las 18:15:48 - Relato porno leído 88085 veces
Si te ha gustado EL PROFESOR ME FOLLÓ AL IR A REVISAR UNA NOTA vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar EL PROFESOR ME FOLLÓ AL IR A REVISAR UNA NOTA.
gustavo8000
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
lobocaliente1
(8 de January de 2017 a las 20:19) dice:
bueniiiiisimo este relato, asi si conviene ser maestro alexa_russel
(23 de January de 2012 a las 19:02) dice:
Pasó la prueba . me humedecí . Es excitante y morboso . Aunque yo no soy así de salida . Me perturba este tipo de relatos . Y sobre todo mi mente los guarda para cuando esté sola , tocarme y imaginarme siendo penetrada yo . miguel123sexoab
(19 de February de 2012 a las 20:11) dice:
muy rico el relato mira lorena16251@hotmail.com katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:47) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF TIM_DRAKE11
(13 de January de 2012 a las 00:33) dice:
JAJAJA UN RELATO PERSONALIZADO... JAJAJAJ ESO SI ES ELOCUENTE Y OCURRENTE... FELICITACIONES POR EL RELATO AMIGO... ESTUVO O MEJOR DICHO ESTA... EXCELENTE
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