Cuando fui a visitar la tumba de Graciela mi difunta esposa, como todas las tardes, me encontraba sumamente apesadumbrado. Ya que aparte de su compañía, extrañaba su manera de ser, su voz, su alegría, y hasta su forma de hacerme feliz, cuando teníamos sexo.
Relato
Ya llevaba más de un año, que había fallecido, como dijo el patólogo fore, y ya estaba por retirarme, cuando una joven, bueno no tan joven, se paró justo de tras de mnse, de causas naturales, al estallarle una arteria en el cerebro. Yo aún no me recuperabaí. Realmente me di cuenta, por el fuerte olor del perfume que tenía puesto. Al voltearme a verla, de inmediato me di cuenta a que se dedicaba. O por lo menos lo supuse, cuando ella sonriendo, y quizás para buscar conversación, me preguntó la hora. Aunque es evidente de que no cargo reloj, secamente le, dije que probablemente ya serían las cuatro de la tarde. Se sonrió nuevamente, quizás tratando de resultarme sensual, y continuó diciéndome, de manera bien directa. Cosa que me dejó algo asombrado. Y desde cuando no tiene sexo. Quizás por esa misma manera en que me lo preguntó, le respondí. Ya desde hace mucho tiempo. Yo pensé en decirle que eso no era asunto de ella, pero antes de que yo articulase palabra alguna, me volvió a preguntar, rápidamente. ¿Y no te gustaría que lo hiciéramos ahora? Yo la verdad es que no podía creer, que la tipa esa me hablase de esa manera. Por lo que cuando me puse de pie, mi intención era seguir caminando. Pero ella agarró una de mis manos suavemente, diciéndome. Acompáñame por aquí cerca, te aseguro que nadie nos vera. Yo no sé si fue por curiosidad, o por el mucho tiempo que no tenía tras ella ir señalándome el camino, la fui siguiendo, hasta que salimos de los terrenos del cementerio, y fuimos a dar a un descampado, donde quedaban los restos de un viejo muro de piedra. Apenas llegamos me aseguró que nadie pasaba por ahí, que era tan y tan seguro, que si yo lo deseaba me podía quitar toda la ropa. Lo que al principio, me pareció que era sumamente arriesgado. Pero algo dentro de mí, hizo que le hiciera caso, por lo que comencé a desnudarme, quitándome incluso hasta las medias. Fue cuando ella se recostó contra aquel viejo muro de piedras, separando sus piernas, al tiempo que se agarraba el coño libidinosamente, me dijo. Y desde cuando no vez uno de estos. Yo me acerqué, casi a gatas, y sin importarme que fuera una puta, como hipnotizado, me dediqué a mamar su coño, sin pelos. Yo estaba extasiado. Lamiendo, chupando, y hasta mordisqueando su clítoris, mientras que ella, gemía profundamente de placer, sus fuerte y estridentes chillidos, eran para mí, en esos momentos, como música para mis oídos. Y a medida que más le mamaba, y chupaba todo su coño, mejor me sentía yo. La putita, en cierto momento me agarró la cabeza, al tiempo que con fuerza la restregó, contra su vulva, hasta que de seguro la hice disfrutar de un tremendo orgasmo, que me dejó toda la cara mojada, con sus fluidos vaginales. Yo al ella soltarme, lo que deseaba era que me diera una buena mamada, pero a la vez deseaba también clavarle toda mi ya parada y caliente verga, por alguno de los orificios de sus cuerpo. Por unos cortos momentos, me lamió, y chupó mi parada verga, pero ante mi insistencia de metérselo, cuando me recosté sobre la tierra, ella separando sus piernas, y agarrando mi verga, la dirigió directo a su húmedo y caliente coño. Tal y como a mi difunta esposa le encantaba hacerlo. Yo al poco rato me vine, quizás por el mucho tiempo que no tenía nada de nada, pero ella sonriendo, nuevamente se puso a mamar, mi ya mustio miembro, y en cosa de pocos minutos, me lo volvió a poner bien duro. Yo estaba asombrado, de la rápida recuperación de mi verga, cuando ella separando sus nalgas, me ofreció su culo. Yo de inmediato la volví a penetrar, y la verdad es que nuevamente me vine bien rápido. Aunque aguanté un poco más que la primera vez. Lo que me causó gracia, fue que ella me dijera. Hay papito, me has hecho disfrutar como nunca antes otro hombre lo ha hecho. Pero o te preocupes por haberte venido tan rápido, ten en cuenta que llevabas tiempo sin meterlo. Pero para la próxima, veras que duras mucho más. Y bueno, eso espero, ya que en lugar de encontrarnos en el cementerio, le di la dirección de casa…..
me tocaba el culo y me morreaba, mientras yo miraba a mi novio, estaba rodeada por tres hombres manoseándome, pellizcándome, seis manos y tres bocas me buscaban ansiosos...mientras ponía cara de cachonda, aun mas de lo que estaba, mientras miraba a mi novio, abriendo mi boquita y jadeando
Relato erótico enviado por culona69 el 20 de September de 2012 a las 00:19:31 - Relato porno leído 155887 veces
Hola me llamo lupita y como lo dice el titulo soy una madura cachonda y muy puta, me encanta el sexo, me gusta que me traten como a una verdadera puta, me encnta que me la metan por el culo y me coman todo mi trasero.
Relato erótico enviado por madura cachonda el 11 de September de 2013 a las 01:05:30 - Relato porno leído 153887 veces
Desde hace más de seis meses, que Antón mi marido, se encuentra preso, y la verdad es que con tres cadenas perpetuas en sus costillas, la única manera de que yo lo vea es, o a través de las rejas, los días de visita, o que él se llegue a fugar, lo cual es un poco menos que imposible. Por lo que comencé a arreglarme para salir a buscar trabajo, en algún restaurante de comida rápida. Fue cuando mi primo, mi hermano, y Darío el hermano de Antón, pasaron a visitarme a casa…
Relato erótico enviado por Narrador el 05 de February de 2015 a las 00:20:40 - Relato porno leído 69878 veces
Si te ha gustado En el cementerio, me la encontré… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar En el cementerio, me la encontré… ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:48) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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