En el hospital

Desde que me recibí como medico cirujano y después mis especialidades las obtuve siempre trabajando en clínicas particulares solo las clases de prácticas las realizaban en los hospitales asignados, pero no trabajé horas en hospital público.
Hoy mi jefe y dueño de la clínica en donde trabajo me llama y me dice por su cansancio y vejez dejara seis horas de Gastroenterología infantil, y Cirugía Digestiva Infantil...en un hospital público y desea que yo las tome y que me a recomendado en su hospital, eso me significaría ir los lunes al hospital y atender cuatro horas de consulta medica en policlínicos y dos horas para operar urgencias.
Para darle en el gusto al jefe y valorar la atención pública acepte. Claro que deseaban que hiciera turnos algunos sábados y no acepte esos turnos quedándome con mis seis horas
Mi llegada alborota a algunas enfermeras y una que otra doctora por mi juventud y mis especialidades, que eran para adultos y niños, pero yo estaba contratados para niños les decía.
Pero lo que nunca falta una vez en posta una emergencia y tuve que operar de urgencia a un adulto traído desde una ciudad vecina..., me sirvió para conocer una doctora ya madura 46 años, casada con dos hijos de 15 años y 9 años, quien en su mirada me decía todo y me digo que como podía tener cuatro especialidades en pocos años, le dije que todas eran de gastroenterología y podía estudiar dos especialidades juntas y lograr a fuerza de estudios y de no gozar mi vida dedicándola a la profesión, ahora este año espero gozar en mis primeras vacaciones de mi vida, pero me falta alguien que me guié en estas libertades, se lo dije mirándole los ojos fijamente, me sonrió y se sonrojo.
De esto hace dos meses y ayer me encontré con ella en el ascensor, le pregunte su nombre y me dijo llamarse Estela y aprovechó de decirme si este fin de semana largo de cuatro feriado si iba a ir de vacaciones ya que estaba sin ellas desde hace años, le pregunté si me iba a acompañar y me dijo que tenía turno dos de estos días por lo que estaría en casa solita ya que sus hijos y su marido irían donde sus abuelos paternos, cuando estaría de turno copuché y me dijo viernes festivo y el domingo por sorteo..., aprovechemos el sábado le dije tu me guías en el paseo, que te parece..., oye soy casada y debo ordenar mi casa, bueno entonces voy a ayudarte a arreglar tu casa, digo se ríe y me dice eres un tronco duro para derribar..., salimos del ascensor y me dice aquí tienes mi tarjeta si deseas llamarme el sábado... y salio hacia la posta.
Por supuesto la llame ese sábado a eso de la diez de la mañana diciéndole si le iba ayudar a ordenar su casa, o ella venía a mi departamento a ayudarme a ordenarlo. Rió alegremente por mis palabras y me dice que recién esta despertando y no se a levantado que donde estoy yo. Le digo en la puerta de tu casa estacionando mi coche..., eres un perdido, nada tomas en serio..., llame a su casa y me abre envuelta en una bata de seda lo mas atrayente y encantadora, lo malo es que esa bata era delgada de seda con ornatos de encajes que al contra luz se dibujaba su silueta y su camisón de dormir era corto con encajes y a veces estos dejaban ver su piel..., me éxito con su combinado. Me ofrece café y acompañados de queque..., le pregunto quien hizo el queque y me dice que ella , pruebo este y le digo con una entonación de picaresca, que estaba muy rico su queque.
Me miro media seria y me dice recuerda que estas en la casa de una mujer casada, con marido y con hijos. Si le digo eso no lo olvido, pero como me recibiste tan sexy no puedo distraer mi mente de tu agraciada, atractiva y complaciente figura. Que no me deja razonar, oye dice..., soy madura, soy 16 años mayor que tu creo, solo 15 digo tengo 31 años, bueno 15 años ¿no crees que es mucho para ti un adolescente y todavía sin vacaciones? Me dolió lo de las vacaciones digo, no, no creo me gustan maduras las mujeres no me gustan las jóvenes alocadas, las prefiero sosegadas, apasionadas y que saben gozar sus romances carnales..., sin manifestaciones exageradas, pero si impulsivas en sus entregas. Se levanta un poco enojada y al levantarse la cojo entre mis brazos y la beso..., trata de apartarse, pero parece que piensa mejor y me facilita el momento para el beso..., se aparta y me dice ahora ándate eres muy peligroso y yo aun no me visto, para que te vas a vestir le dijo metiendo mi mano por su bata tocando sus muslos y se los sobo subiendo hacia su vagina..., no me dice déjame estoy casada, no la escucho u apartando su delgado calzón de noche atrapo su vulva meto dos dedos en ella buscándole su clítoris, este estaba esperando mis dedos apenas entraron salió a su encuentro para ser acariciados y sobado haciendo gemir a Estela, por favor que soy casada me dice..., pero no saca mi mano de su vagina sino que se encorva ardiente al ser abierta esta por mis dedos suspirando y me repite soy una mujer casada, mejor le digo me desesperan las mujeres casadas y me recargan mis hormonas...
La traslado a su dormitorio la acomodo en la cama, en el camino sus calzones habían caído al suelo y no nos importo, le saque su bata y su débil y delgada camisa de dormir apenas le tapaban sus caderas, me desnude rápidamente de mis ropas inferiores y apunte mi pene a su vagina, gimió..., grito no soy casada..., y levanta sus caderas para atrapar a mi pene y enterrárselo en sus carnes ardientes de su sexo, levanta sus piernas y me atrapa por mi cintura con ellas, mientras sus manos me acariciaban mis cabellos diciéndome..., despacio sin hacerme daño tenemos todo el día..., sin apuros ya soy tuya cávamelo con amor y suspiraba, gemía y lloraba ardiente de deseos de ser poseída...
Sus sacudidas y entregas eran desesperadas como se entregaba a mis placeres de poseerla, sus caderas se agitaban lujuriosamente, estaba loca de placer..., gemía y gritaba, me acariciaba, besaba, estaba activadísima, de pronto se atiesa, se calma y explota en un orgasmo asombroso quedando entre sus brazos con unas sacudidas y estremecimientos desvergonzados, escandalosos, como se meneaba, se apareaba desesperadamente con todas sus fuerzas, las caderas se agitaban loca de placer, se calmo y su orgasmo asombroso la dejo muerta, me aproveché para empotrarla salvajemente sus entrañas rebosándole su matriz de mi tibia leche, semen y espermas. Sentía ella esos líquidos deslizarse en cada centímetro de sus entrañas, la eyaculación era fuerte y la apretaba a mi cuerpo, Estela inconciente por placer que había dado en este apareamiento gemía, jadeaba, chillaba recompensada por su adorable nuevo amo y desde hoy dueño de mi cuerpo. Luego dormimos, a media día despertamos ambos deseándonos uno al otro, nos acariciamos, besamos y solicito de ella su trasero ese pardito y sabroso trasero que tenía, quería ser el dueño de este, ella me dice que nunca lo ha hecho por ahí y que le va a doler..., mas deseaba sabiendo que sería el primer macho en probar ese nicho de amor..., costo, pero la convencí, decidí incorporarme en la cama y paralelamente aprisionaba las nalgas de Estela, lo que hice con tal vehemencia que parecía que la hembra se partiría en dos, literalmente la estaba descuartizando; con sus ojos cerrados y alzando la cabeza hacia el techo, ella esperaba que atrajera las nalgas contra mi pene y el pene alcanzaba lo más recóndito de la intimidad anal, duele gemía..., para por favor me matas..., vía como su cabeza apenas rozaba la cama y con las manos trataba de dar estabilidad a su cuerpo, sintiendo como la penetración le daba un gozo de proporciones inimaginables, el dolor mezclado con un cosquilleo placentero le gustaba y ya no se quejaba gemía y respiraba aceleradamente anunciaba un cercano acto de clausura, sus intestinos se calentaba al compás de las embestidas, mis dedos acariciándole su clítoris en su vagina la estaban matando ahora de placer. Se menea desesperada y siente la leche, semen y espermas que eyaculan en sus intestinos copándolos con sus chorros uno tras otro del macho, llenan a estos y ella siente a sus hormonas entregando un nuevo orgasmo a este fabuloso macho que la posee. Si este macho era mas activo que su marido y Estela estaba locamente entregándose a él.
Ella solicita ser desacoplada por necesidades de ir al baño si el semen había activado su organismo..., cuando vuelve el macho va al baño y a la vuelta de este lo recibe con abrazos y besos y a su vez avergonzada de desear a este macho que no era su marido, pero como la saciaba..., era un primoroso semental..., sentía que sus hormonas le exigían una nueva compensación con este joven medico que le había descerrajado su ano y era el primer macho en saborearlo. Ella estaba feliz y solo soñaba con seguir siendo su amante por largo tiempo...
Siente como este la acomoda en la cama y abre sus piernas nuevamente iba a ser penetrada y ella estaba en el paraíso de las lujurias, no se opone aún más lo abraza y sube sus piernas sobre sus hombros para que este semental tenga mayor libertad para destrozarle ahora su vagina. Estela me dice no creas que soy una mujer fácil, pero mi marido no sabe saciarme y aun mas es poco adicto al sexo, para él el acto es sagrado solo para tener hijos y no para consolar a una mujer desesperada, fogosa, ardiente, gozadora apasionada y carnalmente vulnerable… si soy una mujer casi trastornada por el placer de ser poseída, me encanta sentir mi cuerpo sacudido saciando mis hormonas eróticas sobre todo en la posición de perrito con almohadones bajo mis caderas, todo esto es tabú para mi marido y a mi me enloquecen. La desencajo de su vagina y la ubico en posición de perrito solicitada por ella y encajo con gran fuerza mi pene en su vagina como grita, se menea y emociona la entrada de mi pene en esta posición, movía su trasero al igual que una perra caliente siendo poseída con placer por mis arremetidas afirmado de sus senos, tenía unos pezones medianos algo erectos por la sensación de contacto con mis manos y ligeramente se notaban el par de juego con las areolas que daban una nota de color a sus pechos. Su pubis era mas delicioso en esta posición, oscuro tirando a negro o castaño oscuro, se dibujaba una línea de unos dos dedos de grosor que recorría todo mi monte de Venus como un pequeñísimo erizo, sus vellos vaginales, sus labios mayores estaban rasurados y solamente quedaba algo de esa franja peluda al inicio del capuchón de su clítoris. Esa visión de su vulva con el depilado corto pero dejando ver que era una mujer hecha y derecha, apetecible, desesperada por sentirse acoplada por un apareamiento, me gustaba y parecía de lo más sensual esperándome que la dominara clavándole con gran fuerza mi miembro en su vagina para poder descargarse de sus desesperados deseos carnales… esta mujer estaba totalmente entregada a mis antojos carnales y ella se satisfacía como una mujer apareada semejando ser una puta en su entrega a este impetuoso y sabroso macho.
Se levantan para ir a almorzar, pero ella no deseaba alejarse de ese pene que la tenía empachada de placer, solicitan comida a un restaurante que tiene servicio domiciliario, luego nuevamente a la cama donde ella dormía con su marido, pero ahora estaba siendo aniquilada por ese pene de este delirante y sabroso macho que la saciaba a su placentera perfección. Nuevamente fue enfilada su vagina en un nuevo encuentro amatorio y ella se estremecía desvergonzadamente, con escandalosos meneos, se apareaba desesperadamente con todas sus fuerzas, sus caderas se agitaban lujuriosamente, estaba loca de placer, gemía y gritaba, en brazos de su amante y esperaba ella fuera por años su macho que saciara sus placeres carnales.
Le dolía su matriz y su cueva vaginal donde tantas veces había sido salvajemente empotrada, necesitaba descansar y relajarse, se lo informa a su semental y ambos se recuestan a las seis de la tarde a recuperar fuerzas en un placentero sueño... al amanecer despiertan y ella debe levantarse para ir a turno se viste y prepara a salir con u semental al hospital, pero este la toma entre sus brazos sube su vestimenta baja a media pierna su braga y así vestida con sus ropas, medias y zapatos taco alto es empujada contra la mesa del comedor y a lo perrito la posee en un nuevo y exquisito placentero coito que ambos se deleitan con grandes gemidos y gritos de pasión. Luego sube sus bragas arregla ella sus ropas y salen, en el ascensor sentía ella como resbalaban por sus muslos y medias oscuras los chorros de semen eyaculados por este macho en sus entrañas. Al subirse a su auto se encaja entre sus piernas un pañuelo para empaparse de esas leches y parte al hospital.