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En una isla cerca de Rio de Janeiro.

Relato enviado por : Anonymous el 09/03/2011. Lecturas: 4669

etiquetas relato En una isla cerca de Rio de Janeiro.   Tríos .
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Resumen
Conocí a una chica por internet, viaje a Rio y al cabo de unos días juntos disfrutando de tan maravilloso lugar me invitó a conocer Paquetá, es una isla en la bahía de Guanabara, cerca del puente Niteroy, viajamos en aerobote, pero nos acompaño una morenaza, íntima amiga de mi novia. En la Isla no hay vehículos motorizados, la recorre uno a pie, decidimos almorzar en el restaurante de un hotel, y al calor de los vinos decidimos quedarnos a dormir en dicho lugar, total, era sábado y tendríamos dos días para disfrutar de la Isla y también de mucho sexo los tres.


Relato
Mi novia es una típica brasileña, tetas de regular tamaño, una cintura angosta, unas nalgas preciosas, enormes, redondas, duras y un bollito acaramelado, tiene los labios gruesos y unos ojos negros preciosos.
La invitación a pasar unas horas en Paquetá me gusto mucho, pero no sabía que nos acompañaría Judtih su mejor amiga, Judith es una chica entrada en años, la verdad casí le duplica la edad a Ana, pero salvo porque es un poco más gruesa es una cuarentona que le quita el sueño a cualquiera, mas busto, más nalgas y más atrevida.
Estabamos en la mesa del restaurante comiéndo pescado y tomando unas copas de vino, disfrutando del hermoso paisaje. Es tan cerca de Rio y tan diferente, la naturaleza es exhuberante, no se oye el ruido de ningún motor, existe un paz inigualable. El sol pasaba entre las hojas de los almendros que flanqueban el corredor de madera que daba a la calle, en el que nos econtrábamos. Las palmeras se mecían delicadamente con la suave brisa que nos daba en la cara, la somnolencia producida por una buena comida y unas cuantas copas se hacía presente, yo añoraba una hamaca y creo que ellas también.
Ana sentada a la par mía pasaba su mano, bajo la mesa a lo largo de mi pierna hasta tocar lo que deseaba, yo servía otra copa de vino, cuando del lado contrario sentí un pie descalzo acariciar mi pantorrilla.
De pronto no había más sueño que el necesario para buscar la excusa de pedir una habitación, no sabía si ellas estaba de acuerdo en aquella situación pero me estaba poniendo muy caliente. La conversación era por demás banal, que si las aves, los peces, las olas, etc.
De pronto Ana me pidió que pidiera una habitación para que pudieramos descansar, lo cual hice sin demora. Cuando regresé a la mesa con la llave de una sóla habitación Ana anticipandose le dijo a Judith, esperanos aquí iremos a descansar un rato, Judith con la mirada perdida en el mar, asintió con la cabeza. Nos incorporamos, le dije al camarero que pusiera la cuenta en la habitación y subimos caminando con parsimonia, recien cerraba la puerta y Ana me dió un beso largo muy apasionado, su lengua urgaba en toda mi boca y mis amígdalas. Usualmente soy yo el que meto la lengua, pero sentir una lengua grande en la boca es una exquisites un tanto extraña, aquel beso parecía anunciar que algo diferente sucedería en nuestra relación.
Ana estaba al control y automáticamente subí mis manos y deje que desenfundara mi polo, me quedé inmóvil, observando como desabrochaba mi pantalon, bajaba el cierre y metía su mano para acariciar mi polla. El pantalon cayó al suelo, metió sus manos dentro de mi calzoncillo y me agarro por las nalgas, separándolas y apretándolas con mucha fuerza, me mordía los pectorales y bajaba poco a poco.
Me quitó la ropa interior y besaba mi ombligo al mismo tiempo que mi pene corria entre sus pechos.
Me separé y tome mi verga con la mano y se la ofrecí para que la empezara a mamar, pero solo le dió un par de chupetones fuertes y me voltió, me empezó a morder muy fuerte las nalgas y escupía la parte alta de la raya. Paso una mano entre mis piernas para agarrar mis huevos que estiraba hacía abajo, lo que me obligo a abrir un poco las piernas, de pronto metió su cara entre mis nalgas y la piel se me erizó, sentí un escalofría que me recorrió toda la médula espinal cuando paso su lengua por mi ano.
Ana estaba haciendo algo distinto, con su brazo rodenado mi cuerpo me tenía agarrada la base de mi falo, y empujaba fuerte hacia atras mientras me introducía la lengua, la saliva era tanta que me resbalaba por la entrepierna.
De pronto oimos la puerta abrirse, mientras Judith decía que ella también estaba cansada que quería recostarse un rato, yo estaba en las nubes y Ana muy ocupada, todo quedó en silencio por unos instantes y sin decir palabra Judith se sentó en la cama y comenzó a chuparme la verga. No sabía que pensar y de hecho no pensaba en nada, la mente la tenía en blanco, aquella señora que conocí en la mañana me daba un mamada de pronóstico, mientras mi novia me metía la lengua en el orificio trasero.
En unos momentos despues Judith se enzartaba la verga en la raja, estaba de espaldas mío mientras Ana continuaba con su receta. Ana me empuzo la espalda para quedar sobre la de Judith y bajo hasta mis huevos, yo tenía un suave vaiven para no lastimar a Ana atras mío, ella estaba metida abajo de los dos, el vaiven lo detuvimos para sentir como la lengua de mi novia pasaba del clítoris de Judith hasta llegar a mi culo, lo hacía una y otra vez pasaba por el tronco de mi pene, lengueteba mi huevos, los bordeaba y por último me introducía su lengua, yo sentía una corriente eléctrica en la base de mi craneo. Tal enervamiento me hacía flaquer las piernas, nos movimos un poco y caímos de lado con Judith, fué despació pues mi pene no salio de su chocha. Ana la saco con su mano, la chupaba y la introducia de nuevo de donde la había sacado.
Me acosté boca arriba y Ana puso sus nalgas sobre mi cara, Judith persiguió mi verga y se sentó en ella, ellas estaban frente a frente y yo no podía ver lo que pasaba, me costa respirar entre los liquidos vaginales y las nalgas de mi novia, la empuje con mis manos sobre mi pecho para poder respirar mejor mi lengua quedo en su culito y la metía con todas mis fuerzas. En ese instante vía como se besaban, era más que un beso de sexo, era un beso cariñoso, suave y dulce, detuve mi embestida de lengua y me quedé observando a traves del espejo del guardaropa, se tocaban sus senos con maestría, Judith le levantó un brazo a Ana y se agacho para lamerle la axila. Aquello jamás se me hubiera ocurrido, pero en mi cara podía sentir como Ana apretaba su culito cada vez que Judith le pasaba la lengua por la axila.
Judith se movió y le pidió a Ana que se sentara en mi polla, parecía que quería darle un premio por buena chica, los papeles estaban trastocados, yo no entendía quien era quien en aquella relación, era yo el novio, quien era mi novia, eso no importaba, pero la verdad sentía que ambas tenían más intenciones de satisfacerse entre sí.
Mi novia estaba sentada encima dándome la espalda mientras Judith hincada entre mis piernas le chupaba sus pezones, la tomó por sus nalgas y la levantó. Como si todo hubiera sido parte de una coreografía pornográfica, la dejó caer nuevamente pero con el agujero pequeño sobre la punta de mi pene, los liquidos que empapaban hasta mis huevos no fué tarea difícil empalmarle hasta el fondo, yo abracé a mi querida Ana le tome los pechos con mis manos y la recoste sobre mi, la abracé con cariño.
Inmediatamente Judith aprovechó la posición para hacer una cunilinguos y fellatio al mismo tiempo.
Ahora era ella la que con libertad mordisqueaba los labios vaginales de Ana, mientras yo le bombeaba el culito, su barbilla se recostaba en mis huevos y su saliva se mezclaba con los liquidos de ambos y también con el semen que ya empezaba a deslizarse para afuera en cada bombazo, mi orgasmo fue largo y delicioso, seguí puyando por unos diez minutos más hasta que Ana también logró el orgasmo con las lamidas de Judith. Bajamos a tomar otras copas de vino al restaurante y la noche continuó con aquella algarabía de placer.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:08) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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