Tras varios años de matrimonio llegó la separación y tras tres meses ella me llamó.
Relato
Todo había sido feliz como casi todos con altibajos.
Pero una vez tomada la decisión el mundo parecía caerse .
No tenía ninguna relación por mi parte y ella creo tampoco.
Algún día la espié y no lo aprecié.
Pero un día me llamó para citarnos en nuestra antigua vivienda.
El motivo lo supe allí , deseaba sexo.
Y lo tuvimos claro . Y no fue malo. No hubo reproches , sólo sexo.
Tras uno llegó otro y otro en siguientes días .
Los dos nos habíamos dado para entonces un tiempo.
Yo deseaba una relación y me moría por tenerla con otra mujer.
Pero ella se había adelantado.
Lo supe más tarde.
Con la separación me dijo que despertaba morbo en el trabajo y que sentía mirones y algo más .
Al final se enrolló con uno que no la soltaba.
Estaba casado pero para ellos no era obstáculo , estaban de acuerdo ambos.
Un día que me llamó sentí que quería decirme algo y no se atrevía .
Pero yo la veía cambiada , más atractiva , había cambiado su forma de vestir y su pelo.
Se la veía segura y sexualmente muy activa.
Mi primera impresión fue de rechazo , había sido mía y ahora ya no era yo .
Mis iniciales celos derivaron a otro tipo de sentimiento .
La veía transformada y me estimulaba mi cerebro pensando algo que nunca había sentido.
La deseaba ver con otro macho y aquella idea me desbordaba.
Del rechazo inicial pasé a tener`pesadillas constantes.
Me daba vueltas todo.
Mi sexo enloquecía y no lo podía calmar .
Estaba muy empalmado a menudo y un día no pude más.
Deseaba verla a solas con alguien para comprobar si lo mío era pasajero , era de mirármelo o bien era puro morbo .
La muy muy se las arregló para darme caña con mi idea , pero sin ninguna respuesta.
El resultado fue que ella se las arreglaba para entretener a su amante en la oficina haciendo trabajo extra al cobijo de tener una puerta sin acceso para ninguna persona ajena.
No tenía nido pero sí espacio.
Poco a poco su relación cambiaba y se deterioró.
Volvió de nuevo a mi y me contó todo.
Para entonces yo estaba ya demasiado salido y encontré la excusa para plantearle mi deseo.
Poder emputecerla para mi propia satisfacción y conseguir a la vez no deteriorar nuestra relación.
No fue difícil , su forma de vida había cambiado y no renegaba de dicha etapa y se había vuelto más libertina.
Abrimos nuestras mentes y ella se convirtió en una diosa sexual para mis apetencias.
Nos descarriamos ambos , nos complacimos ambos y hoy disfruto con ella , sus amantes y mis fantasías animadas y menos animadas.