Es algo que no puedo controlar… ( CON fotos)

Durante meses él no me hizo el menor caso, en cuanto a mi deseo. Hasta que un día yo poniéndomele bien brava, lo amenacé con dejarlo, que era algo muy superior a mis fuerzas, el deseo de participar en un trío.

AL principio, como que no me creyó, pero cuando comencé hacer las maletas, mi marido se escandalizó. Llamándome hasta puta, pero de momento se quedó callado, me vio de pies a cabeza, y me dijo. vístete que salimos a dar un largo paseo.

Yo la verdad es que me asusté, temí que me fuera hacer algo. Pero ya en la carretera me dijo. Bueno quieres ser puta, seras puta. Pero ese si, nada de ir después contándoselo a tu amigas.

Yo la verdad es que no lo entendía, hasta que después de conducir por espacio de par de horas, llegamos a un pequeño poblado, de esos que ya casi no tiene gente, y que por lo visto, tampoco tiene luz ni agua.

Se bajó del coche, entró a una casa y al poco rato salió acompañado de un tipo, moreno, con apariencia bastante tosca. Al verlo hasta me asusté, pero cuando mi marido me indicó que lo siguiéramos. No me quedó más remedio que obedecerlo.

Ya dentro de la casa, me di cuenta de que había prejusgado mal por lo menos la casa, ya que si había luz lectrica, y agua, como luego mientras me aseaba pude comprobarlo.

Sin perdida de tiempo, siguiendo las instrucciones de mi esposo me quité la ropa, y fue cuando le escuché decirle al tipo ese. La señora es la esposa de mi jefe, y tiene el antojo de que sea follada por dos tios como nosotros.

Aquel tipo, no hizo comentario alguno, tan solo se limitó a sacar su oscuro miembro, y colocarlo en mi boca, al tiempo que mi marido salvajemente me enterraba toda su verga, por mi depilado coño. Yo la verdad es que no podía creer lo que estaba pasando.

Pero en esos instantes me limité a disfrutar de lo que ellos dos me estaban haciendo. Luego cambiaron de lugar, y fue cuando recibí dentro de mi coño, la oscura verga de aquel tío moreno.

Si disfruté enormemente el que mi marido me enterrase la suya, cuando se la mamaba al tipo ese, cuando comencé a mamar la de mi esposo, y aquel tipo comenzó a enterrarme toda su oscura verga, lo disfruté al máximo, tanto que puedo decir que lloré de la alegría y el placer que eso me provocaba.

Tras asearme, de la misma manera que llegamos nos fuimos, en el camino, yo iba de lo más contenta. Pero a la vez preocupada por lo que pudiera pensar mi esposo. Hasta que él abrió la boca y me dijo. Bueno, si quieres las próxima semana lo volvemos a repetir….