Somos un matrimonio joven en sus veintes pero ya llevamos muchos años de estar juntos, nuestra vida sexual siempre fue bastante candente con muchísima pasión desenfrenada pero al pasar los años el exceso de trabajo el estrés y los problemas normales de pareja cobraron su factura
Relato
Somos un matrimonio joven en sus veintes pero ya llevamos muchos años de estar juntos, nuestra vida sexual siempre fue bastante candente con muchísima pasión desenfrenada pero al pasar los años el exceso de trabajo el estrés y los problemas normales de pareja cobraron su factura, todo se volvió bastante monótono, imagino que eso es algo usual entre parejas con bastante tiempo de estar juntos.
Siempre tratamos de revivir la llama que teníamos al principio pero cada vez es más difícil volver a esos días, la verdad no entiendo por qué puesto que mi mujer me sigue gustando como el primer día, ella es un poco gordita con hermosas curvas, buen trasero, unos hermosos y grandes senos que son mi perdición.
Ya estaba algo desesperado por lo que estábamos viviendo, decidí investigar por mi cuenta cosas que le pusiera emoción a nuestra vida sexual, mientras más buscaba más me sumergía en un mundo desconocido con muchísimas variantes del tradicional sexo de pareja, conceptos como el swinger, exhibicionismo, voyeur, cuckold, fue como despertar, llego un punto en el que yo quería probarlo todo pero no tenía idea de cómo envolver a mi esposa en mis fantasías, no sabía cómo reaccionaría cuando yo le contara todo esto, lo único que se me ocurrió fue aprovechar cada oportunidad que tuviera para irla introduciendo poco a poco .
Una noche muy calurosa estábamos acostados viendo una película ya eran casi las 11 de la noche, yo andaba en bóxer y ella solo con sus pantis, de pronto ella me dijo que sentía muchísimo antojo de un helado, le dije que a esta hora solo podíamos comprarlo en el oxxo que está a tres calles, le pregunte si quería que vayamos?? me contesto que si pero primero se iría a buscar un pantalón, sin pensarlo dos veces la convencí para que solo se pusiera una blusita de tirante y un shortito cómodo que tenía a la mano, le dije que hacia muchísimo calor afuera , además no hay nadie en la calle a esta hora, yo me puse una playera y el primer short que encontré.
Salimos de la casa rumbo al oxxo, me encantaba ver el movimiento de sus hermosos senos sin brasier al caminar, la blusita marcaba muy bien las silueta de los pezones sobre la tela, todo un espectáculo digno de disfrutar, al llegar al oxxo de inmediato note como los chicos que estaban atendiendo no la dejaban de mirar, fue extremadamente excitante, se sintió como una bomba que estaba explotando dentro de mí.
Al llegar a casa ni siquiera pudimos comer el helado, me encontraba tan excitado que hicimos el amor como unos adolescentes, obviamente esto se repitió muchas veces más.
Como mi marido va creando situaciones en las que me convierte en exhibisionista, llegando al grado, no se si planeado o no, llegar a un extremo en que permito que varios de sus amigos me posean, por todas partes de mi cuerpo.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de January de 2014 a las 21:38:59 - Relato porno leído 219677 veces