Mi nombre es María XXXX, y en infinidad de veces, hablando con mis amigas me he enterado, en otras he leído o me han comentado, que el marido de Fulana, de Zutana, o Perenceja, le pidió a su mujer que o se acostase con otro hombre frente a él, o que participase en un trío, en ocasiones con su mejor amigo, y en otras hasta con perfectos desconocidos.
Relato
Por mi parte, aunque mi marido y yo somos adultos de mente abierta, sabía que él nunca me solicitaría algo así. A pesar de que en infinidad de veces, he sabido que se acuesta con alguna de sus muchas empleadas y en ocasiones, hasta con algunas de mis mejores amigas, mientras que yo por mí parte me he acostado con alguno de mis clientes y también con alguno de sus mejores amigos. Él no me tiene que decir, simplemente me he dado cuenta, de la misma manera que él se da cuenta, cuando me he acostado con otro hombre. Pero tan recientemente como hace un mes, estando en una fiesta en casa de unas amistades, no sé quien exactamente, comenzó hablar sobre el tema de los maridos que disfrutan viendo a su mujer, acostada con otros hombres, o participando en tríos.
El detalle es que a ninguno de los presentes, eso pareció ofenderles, y mi sorpresa fue cuando mi esposo comentó abiertamente frente a todos, que él definitivamente no me pediría eso a mí jamás, pero que si yo lo deseaba y así se lo hacía saber, a él no le incomodaba eso para nada. Desde ese mismo instante, esa idea de estar acostada con otro hombre, pero frente a mi propio esposo, comenzó a darme vueltas en la cabeza, y al día siguiente, apenas me levanté le pregunté de frente, si lo que había dicho fue por decir nada más, o que si realmente pensaba así. Pedro se me quedó viendo y sonriendo me respondió. Así realmente pienso.
Yo en ese instante, como de costumbre al levantarme, tenía puesta únicamente mi translucida bata de dormir, aproveché que Pedro aun no se había levantado de la cama, y sentándomele encima y restregando mi coño contra su miembro, le pregunté. ¿Te agradaría verme haciendo esto con otro? A lo que él sin perder tiempo, y como duerme sin nada de ropa puesta, agarró su erecto miembro y nada más bastó que lo colocase frente a mi coño, para que yo me lo tragase con mi vulva completamente. Al tiempo que no dejaba de moverme sobre Pedro. Él me respondió de inmediato, desde luego que si me agradaría verte disfrutando con otro, sabes de sobra que no soy egoísta, de la misma manera que me agradaría que tú me vieras, clavándome a otra mujer. En ese momento le confesé a mi esposo, que yo deseaba ardientemente que él me estuviera observando, al tiempo que yo tenía sexo con otro hombre.
A medida que Pedro me fue diciendo esas palabras, me sentí mucho más caliente y excitada, al grado que en cosa de pocos segundos, como algo sumamente raro, disfruté de varios frenéticos orgasmos. Por su parte Pedro no dejó de meter y sacar su caliente verga, hasta que finalmente eyaculó mientras que yo aun restregaba mi coño con furia contra su cuerpo.
Durante el resto del día, no dejé de pensar en cómo me sentí, mientras en la cama le decía a mi marido lo que yo tan fervientemente deseaba. Máxime cuando mientras yo entraba a la ducha me dijo, eso sí, si decides hacerlo, asegúrate que el tío a quien escojas, te haga disfrutar bastante, que no vaya a ser un eyaculador precoz, para que no pasemos una desagradable vergüenza.
Al escuchar sus palabras de inmediato me vinieron a la mente unos cuantos conocidos, pero en especialmente pensé en Marco Antonio, un estupendo cliente de la empresa para la que trabajo, que aparte de que me deja muy buenas comisiones, en la cama es todo un salvaje. La cosa era como lo convencía de que se acostase conmigo frente a mi marido. Ya que pararme frente a él y decirle de buenas a primeras, quiero que te acuestes conmigo frente a mi esposo, no creo que le fuera a gustar. Así que sin decirle nada, sobre mi esposo, le invité a una cena de negocios en casa.
Marco Antonio se presentó de manera bien puntual, con un hermoso ramo de rosas y una buena botella de vino, pero el que le abrió la puerta fue mi marido, Marco Antonio estuvo a punto de marcharse, de no ser por la manera en que mi esposo se comportó, seguramente lo hubiera hecho. Tras lo cual yo entré en acción, vestida con una bata china hecha de seda roja, y adornos dorados, verdaderamente reveladora. Tome del brazo a Marco Antonio y tras presentárselo a Pedro, lo conduje al comedor.
La cara que puso Marco Antonio, cuando le dije a mi esposo que él era mi mejor cliente, y que conmigo tenía una línea de crédito superior al millón de dólares, por lo que esa noche aparte de ofrecerle una buena cena en su honor, se me antojaba acostarme con él. Mi marido actuó como si fuera Ingles, sin emoción alguna tan solo se limitó a decirnos, en caso de que lo hagan, me agradaría observarlos.
El pobre Marco Antonio estaba rojo como un tomate, mientras yo sin soltarle el brazo lo conduje al comedor y le comentaba, no te preocupes, mi marido me complace en todo lo que se me antoja. Les diré que cenamos solos él y yo, Pedro se mantuvo en la sala leyendo y disfrutando de su propio vino. Mientras que mi momentáneo amante y yo, a medida que cenábamos comenzamos a jugar, al principio mi mano recorrió todo su muslo, y en cosa de segundos sentí su caliente y duro miembro, bajo la tela del pantalón. Mientras que él por su parte, deslizó su mano desde mi rodilla hasta mi descubierto y depilado coño, ya que yo en esos momentos, no estaba usando nada de ropa intima.
Realmente apenas y llegamos a picar algo de la cena, mientras bebíamos el vino que el trajo, nos concentramos muchísimo más en nosotros. Juntos del comedor pasamos a la sala y nos sentamos en el gran sofá rojo, sin dejar de besarnos y acariciarnos mutuamente, realmente actuamos como si Pedro fuera invisible, es más como si no estuviera presente. Marco Antonio me tomó entre sus brazos sin dejar de besarme a medida que yo, de manera sutil dejé que mi bata de seda se fuera deslizando lentamente, hasta que quedó completamente sobre el sofá, quedando yo toda desnuda entre sus brazos.
Mi amante, ni tan siquiera volteó a ver a mi marido, continuó actuando como si realmente estuviéramos a solas. Su rostro, boca, labios y lengua recorrieron todo mi cuerpo, haciéndome sentir diferentes placeres, aparte del placer físico, propio del momento, el otro placer fue, saberme siendo observada por mi esposo, sin preocupación alguna. Además del morboso placer de estar completamente desnuda, mientras que Marco Antonio y mi marido se encontraban vestidos.
Sin que yo se lo insinuase, Marco Antonio a medida que me continuaba besando y acariciando magistralmente mi coño, separó mis piernas, y dirigió su cara directamente a mi depilado coño, para de inmediato dedicarse a lamer, chupar, y mordisquear divinamente por largo rato toda mi vulva.
Yo gemía de placer como una loca, al tiempo que restregaba mi vulva contra su rostro, sintiendo como con su lengua y labios chupaba insistentemente mi clítoris, al grado de producirme múltiples orgasmos, dejándome prácticamente completamente agotada y casi sin fueras, pero muy satisfecha.
De reojo vi la expresión de satisfacción en el rostro de mi marido, lo que me dejó en la completa libertad de disfrutar plenamente lo que estaba haciendo, con mi amante. Marco Antonio se fue desvistiendo sin prisa, con toda su calma, hasta quedar tan desnudo como me encontraba yo, y sin reparar en Pedro, volvió a separar mis piernas, y dirigiendo su erecto miembro a mi coño, con toda su santa calma, comenzó a penetrarme. Mientras que yo como si se me hubieran recargado las baterías, comencé a moverme, sintiendo como gracias, a lo húmeda y bien lubricada, que se encontraba toda mi vulva, que su miembro se fue deslizando dentro de mí sabrosamente, hasta que nuestros cuerpos estuvieron completamente unidos.
Pedro por su parte, no nos quitó los ojos de encima en ningún momento, parecía hipnotizado, pero feliz, si felizmente hipnotizado, mientras que mi amante me enterraba todo su miembro, arrancándome un sinfín de gemidos de placer y felicidad. A medida que yo me contorsionaba bajo Marco Antonio, él no dejaba de meter y sacar su caliente miembro de mi coño, al tiempo que yo ya no gemía sino que gritaba de lo excitada que me encontraba. Por no sé cuánto tiempo estuvimos Marco Antonio y yo disfrutando el uno del otro, lo que sí sé es que en varias ocasione disfruté de múltiples y salvajes orgasmos, sobre todo por el saberme siendo observada tan de cerca por mi marido.
Eventualmente Marco Antonio, finalmente se vino bien adentro de mi coño, dejándome a mi felizmente súper agotada. Cuando volví a ver a Marco Antonio días después, me propuso volver a repetir nuestro encuentro, pero preferiblemente sin la presencia de mi marido, aunque me dijo que se portó de manera excelente, no dejaba de preocuparse o pensar que en algún momento tratase de darle por el culo a él. Cosa que no pasó, desde luego.
Cuando me desperté, ya Marco Antonio se había marchado, Pedro desde su sillón, me estaba observando, se paró a mi lado extrajo su miembro del pantalón y sin tener que decirme nada me dediqué a mamárselo, hasta que él me dijo. Para el próximo insinúale que te dé por el culo. Tras decir eso, Pedro sacó su verga de mi boca, mientras que yo le ofrecí mis nalgas, las que sin perder tiempo atravesó. Enterrándome todo su miembro dentro de mi culo, al tiempo que me comenzó a decir, lo mucho que disfrutó el verme disfrutando a mí.
En otra ocasión le propuse que trajera a una de sus amigas a casa, pero a diferencia de cuando Marco Antonio estuvo presente, yo no me quise controlar, y terminamos los tres haciendo un fabuloso trió, con una linda negrita trinitaria. Que mientras mi marido se la estaba clavando a ella por el culo, ella y yo nos mutuamente, nos chupábamos los coños.
Comencé a notar placer, pues su polla restregándose contra mi clítoris me hizo sentir algún que otro espasmo. Mire otra vez a mi marido. El se la estaba meneando mientras veía como me follaba Ramón. Aquello parecía gustarle. Seguro. Ramón tiene un buen cipote y sabía usarlo como debe ser. Yo levantaba mi culo para que penetrara más a fondo......mientras miraba a mi marido.
Relato erótico enviado por coronelwinston el 16 de March de 2009 a las 17:00:00 - Relato porno leído 131200 veces
Si te ha gustado Fui yo la que comenzó todo… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Fui yo la que comenzó todo….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
galletos
(7 de September de 2011 a las 22:17) dice:
haber cuando me invitas para darte por todos lados chiquita me gusta mucho cojer por atras y que me la chupes chiquita vjsuniaga
(4 de July de 2011 a las 13:08) dice:
maravilloso, que envjdia me producen livin1
(31 de August de 2011 a las 03:54) dice:
Me encanto tu relato. haz becho volar mi imaginacion. gracias por losmometos que comparte katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:46) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF marioneta241170
(17 de March de 2013 a las 10:55) dice:
como me calentó lo que escribiste, mi amante me pide un trio y ya me estoy convenciendo. Aunque también quiero ver a mi amante cojiendose a otra mientras yo lo observo. mmmmmmmmmmmmm que rico sería
juan nepe
(1 de September de 2011 a las 02:18) dice:
gracias me has calentado con tu relato, ojala mi esposa hiciera lo qu etu haces
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Fui yo la que comenzó todo….
Vota el relato el relato "Fui yo la que comenzó todo…" o agrégalo a tus favoritos